alegría

[LA COLUMNA DECA(N)DENTE] La protesta pacífica es un derecho fundamental de las sociedades democráticas y, a lo largo de la historia, ha sido una herramienta para expresar descontento y luchar por cambios sociales significativos. Sin embargo, la imagen tradicional de una protesta ciudadana a menudo se asocia con la ira y la indignación, dejando poco espacio para otros sentimientos igualmente importantes. Es en este contexto que la expresión «con alegría y rebeldía yo me sumo a la protesta» adquiere una significación particular, resaltando la importancia de un enfoque que une la pasión por el cambio y la resistencia pacífica.

La alegría en la protesta pacífica puede parecer inusual a primera vista, pero es un componente esencial para mantener la moral y la energía de los manifestantes. Cuando nos unimos en torno a una causa justa, como el adelanto de elecciones, encontramos un sentido de comunidad, solidaridad y fraternidad; y la alegría se transforma en un medio poderoso para crear esos lazos. La música, las canciones y las sonrisas pueden romper las barreras entre extraños y forjar una conexión humana profunda.

La alegría también es un recordatorio de que nuestra lucha es por un futuro mejor, por recuperar la democracia y evitar la degradación institucional como consecuencia de la acción del Congreso y del Ejecutivo; y es una forma de resistir el desgaste y la desesperanza que a menudo acompañan a la lucha contra un gobierno que viola los derechos humanos de sus ciudadanos y no duda en ejecutarlos extrajudicialmente.

En tanto, la rebeldía en la protesta pacífica implica una postura firme contra la vulneración de los derechos humanos perpetrada, principalmente, por el Ejecutivo; pero con el compromiso de no recurrir a la violencia. La resistencia pacífica es un acto de valentía y decisión, donde la no violencia se convierte en la estrategia para confrontar a todos aquellos que pretenden perpetuar las injusticias.

Asimismo, la rebeldía sin violencia busca desarmar a los adversarios, a los “terruqueadores”, ya que es más difícil para ellos justificar la represión indiscriminada contra manifestantes pacíficos y alegres. La ausencia de violencia también permite ganar el apoyo y la simpatía de la sociedad en general, ya que nuestra causa se convierte en una llamada a la justicia y al respecto irrestricto de los derechos humanos de todos los ciudadanos.

Unir alegría y rebeldía en la protesta del 19 de julio no significa, por ejemplo, ignorar el sufrimiento y dolor de los familiares de los 49 compatriotas ejecutados extrajudicialmente durante las manifestaciones de diciembre, enero y febrero. Al contrario, implica practicar la empatía, el respeto y la solidaridad para con ellos. Y con ellos exigirle al gobierno de Boluarte y Otárola, verdad y justicia. Por último, la protesta pacífica es una oportunidad para unir fuerzas con todos aquellos que confrontan al gobierno por recuperar la democracia y solucionar la crisis política que escala cada día. Juntos, con alegría y rebeldía, podemos construir un futuro diferente. Es por eso que, mañana 19 de julio, yo me sumo a la protesta y tú ¿te sumas?

 

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19 de julio, alegría, cambios sociales, justicia, protesta, rebeldía, resistencia pacífica, solidaridad

El estudio «Music on Our Minds», elaborado por Global Council on Brain Health (GCBH) destaca el efecto positivo de la música en el bienestar emocional, incluida la mejoría del estado de ánimo, la disminución de la ansiedad y el manejo del estrés. «Hay tantos mecanismos que explican el gran impacto que puede tener escuchar una pieza musical», indica la colaboradora del informe Suzanne Hanser, presidenta de la International Association for Music & Medicine (IAMM) y profesora de musicoterapia en Berklee College of Music.

Dicho estudio recomienda algunas pautas para que puedas apoyarte en la música y adquirir un mejor estado emocional:

-Disfruta escuchar música familiar que te consuele y traiga recuerdos y asociaciones positivas.

-Si estás triste, prueba escuchar o crear música para mejorar tu estado de ánimo o aliviar sentimientos de depresión.

-Baila, canta o muévete al ritmo de la música. Estas actividades no solo proveen ejercicio físico, sino que también alivian el estrés y crean conexiones sociales.

-Aunque escuchar música que conoces y disfrutas tiende a causar la respuesta cerebral y la liberación de dopamina más fuertes, prueba escuchar música nueva. Las melodías no familiares pueden estimular tu cerebro.

-Prueba haciendo música tú mismo mediante el canto o un instrumento. Aprender a tocar un instrumento musical puede ofrecer una sensación de dominio y autoestima, y aumentar la actividad cerebral.

Top 10 de canciones para el buen ánimo

El Dr. Jacob Jolij de la Universidad de Groningen en Holanda, desarrolló una fórmula matemática que evalúa la canción que nos hace sentir bien (FGI) según su letra (L), su tempo en golpes por minuto (BPM) y su clave (K). El autor del estudio puso la fórmula a prueba con 126 canciones y comparó los datos que obtuvo con las opiniones de los sujetos participantes en una encuesta que se llevó a cabo en el Reino Unido. A partir de ello laboró la lista de las 10 canciones que nos hacen sentir mejor y que tienen un efecto positivo sobre nuestra conducta:

  1. Don’t Stop Me Now – Queen
  2. Dancing Queen – Abba
  3. Good Vibrations – The Beach Boys
  4. Uptown Girl – Billy Joel
  5. Eye of the Tiger – Survivor
  6. I’m a Believer – The Monkeys
  7. Girls Just Wanna Have Fun – Cyndi Lauper
  8. Livin’ on a Prayer – Jon Bon Jovi
  9. I Will Survive – Gloria Gaynor
  10. Walking on Sunshine – Katrina & The Waves

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