El Perú es resultado de un mestizaje que empezó con la llegada de los españoles y que, a través de más de 500 años, impuso al castellano como la lengua vinculante de este país, algo que incluso está expresamente en al artículo 48 de nuestra constitución y que dice a la letra: “Son idiomas oficiales el castellano y, en las zonas donde predominen, también lo son el quechua, el aimara y las demás lenguas aborígenes, según la ley.»
La puesta en valor de nuestras lenguas originarias no puede ir en detrimento del uso del castellano como lengua vinculante, y si vemos la moneda del otro lado, el que el castellano sea el idioma nacional no debe soslayar a nuestras lenguas originarias.
Por ello es imprescindible que la enseñanza del castellano sea intensiva en todos los rincones del país, de la mano con la lengua originaria de uso mayoritario en la región respectiva. De esta manera, la próxima generación de peruanos con lengua materna originaria, podrá ser perfectamente bilingüe, mantener su bagaje cultural y desarrollarse en equidad con sus compatriotas de lengua materna castellana.
Finalmente, es responsabilidad de todos los Gobiernos Regionales y Locales el identificar los lugares donde predominan lenguas originarias para proponer servicios públicos bilingües, tanto en castellano como en el idioma originario local; así como corresponde al Gobierno Nacional el asegurar los estándares escolares necesarios que permitan que los peruanos no necesitemos de traductores para conversar entre nosotros mismos.
“El idioma no puede ser una barrera. Por ello, en Teoma nos comprometemos para ofrecer la mejor calidad de productos al alcance de todos. Esta es una muestra de las acciones que día a día fortalecen los vínculos ancestrales con nuestros orígenes”, añade. Este es un nuevo reto que enfrentan como parte del proceso que involucra transformar la sociedad en una inclusiva.
“Muchas gracias” o “se le acabó el tiempo”, fueron las únicas frases que le dedicaron los moderadores a Ciro Gálvez cuando terminaba cada una de sus intervenciones. Tampoco el traductor de lengua de señas supo cómo interpretar las palabras en quechua del candidato por el movimiento Renacimiento Unido Nacional (Runa). Gálvez fue ignorado porque, como gran parte de la población, sus interlocutores no conocían la lengua en la que hablaba. Pero el eterno candidato presidencial aprovechó eso y disparó verbalmente con plena libertad contra sus rivales.
En una entrevista realizada el pasado jueves, en el portal UCI Noticias, Gálvez intentó matizar sus palabras. “[No dije] nada malo. Son expresiones metafóricas que son abundantes en el idioma quechua. Hay muchos significados con la misma palabra, con la misma frase. El idioma quechua es bastante jocoso, irónico. Entonces, en momentos de euforia, efectivamente, salen; pero, con ese mensaje de idoneidad”, declaró. Ello es cierto.
Sin embargo, Gálvez –cuando menos– fue más agresivo de lo que intentó aparentar en aquella entrevista. “Nosotros somos buenos. A todos esos mentirosos y ladrones, los mataremos [en referencia, probablemente, a los otros candidatos, pues no menciona nombres]. Así será. Para que nuestras familias y nuestros hijos vivan bien”, dijo, de acuerdo a la traducción realizada por el diario El Comercio. “Sí, hermanos y hermanas. Paisanos, no, los ladrones no podrán con nosotros. A los mentirosos, con fuerza. Como la mano de un buen hombre, les haremos cualquier cosa a estos mentirosos”, fueron otros de sus latigazos verbales.
Ciro Gálvez, quien vestía una camisa de color blanco y portaba un chicote que le colgaba sobre su hombro derecho –tal como lo llevan ciertas autoridades indígenas de las zonas rurales del país–, disminuyó la rudeza de sus palabras en su mensaje final. “No, no hay que avergonzarse de dónde somos y de la lengua que hablamos. Ahora llegaremos al poder. Hermanos y hermanas, hay que fortalecernos bien para que este 11 de abril [y marcar] por Runa. Para que empecemos un nuevo tiempo”, dijo.
Ciro Alfredo Gálvez Herrera nació el 16 de enero de 1949 en el distrito de Surcubamba, en la provincia de Tayacaja (Huancavelica). Se graduó de abogado, según su sitio web, a los 29 años de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Sin embargo, en la Superintendencia Nacional de Educación Superior (Sunedu) solo figura registrado su título de magíster en Antropología Jurídica que obtuvo en la Universidad Nacional del Centro (Huancayo) el año 2015. Los títulos previos a esta fecha no necesariamente tienen que estar registrados en el buscador de la Sunedu.
El 5 de noviembre de 1976, a los 27 años de edad, se casó civilmente, en la municipalidad de La Victoria, con Angélica Delfina Rivas Carmona, de 20 años de edad. En ese tiempo, la mayoría de edad comenzaba a los 21 años, por eso en la partida de matrimonio ella figura como menor de edad. Después de 22 años de matrimonio, en 1998, la pareja decidió divorciarse. En el año 1985, funda la Notaría Gálvez, donde hasta ahora es propietario.
Gálvez es un viejo conocido en el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Es la tercera vez que postula a la presidencia. Ya lo hizo antes, sin éxito, en los años 2001 y 2006, por el partido Renacimiento Andino, hoy llamado Runa. En esa última aventura, consiguió el 0.18% de los votos.
Sobre «la muerte»
¿Qué piensa este redundante candidato presidencial que ganó la encuesta virtual de un medio en el tercer y último debate presidencial del JNE? Gálvez es autor de cuatro libros donde esboza sus ideas enraizadas en el Tahuantinsuyo. En su obra Predicciones del Renacimiento Andino (2003), por ejemplo, hace referencia, en varias oportunidades, a la muerte como un símbolo de castigo, incomprensión, lucha, tragedia o cambio. En la página 378, recuerda que en el ayllu, en la época incaica, el incesto y la infidelidad “era castigado” con esa pena máxima que le quitaba la vida al ser humano. La pena de muerte, de hecho, es una de sus propuestas bandera.
“Muerte a la corrupción y la delincuencia, con una nueva Constitución que defienda la persona humana y el respeto a la propiedad privada, pública y comunitaria”, se lee en la página 3 del plan de gobierno de Runa. En la página 10 es más específico sobre cómo, en un probable gobierno suyo, se terminaría con la vida de los antisociales peligrosos: “Pena de muerte para los delincuentes de alta peligrosidad y reincidentes; para ello es necesario un cambio de la Constitución”.
El candidato es un admirador de las luchas indígenas contemporáneas. En la página 104 de esa misma publicación resalta el levantamiento del año 1962 liderado por Hugo Blanco, con su lema “tierra o muerte”, quien estuvo en la cárcel acusado de asesinar a un policía. “Los campesinos colonos de las haciendas de los valles referidos fueron movilizados por sus respectivos sindicatos coordinados por Blanco, dirigente marxista de orientación trostkista que, desde el sindicato campesino de Chaupímayo, lanzó la consigna de «tierra o muerte», que se irradió rápidamente por los valles mencionados”, escribe Gálvez.
El candidato, exagricultor devenido en hombre de derecho, parece vivir sin sobresaltos. Más bien, uno diría que tiene una vida económicamente holgada. Gálvez declaró en su hoja de vida haber percibido ingresos –de cuarta y quinta categoría en la Sunat– por S/1.052.313 durante el 2019. También posee créditos financieros, según la central de riesgo de Infocorp, que superan la cifra del millón de soles. Es, según esta base de datos, un excelente pagador.
Según su hoja de vida, el candidato tiene 12 propiedades: 10 inmuebles en Huancayo, uno en Huancavelica y otro en Lima. Todos esos bienes están valorados, de acuerdo a su propia declaración, en S/8.653.966. El inmueble de mayor valor es un edificio ubicado en Huancayo, tazado en S/5 millones. Pero también registra una propiedad en pleno corazón Miraflores: un departamento valorizado en S/350 mil que adquirió el año 1998 y que está situado cerca al exclusivo malecón.
En el 2010, Gálvez fue gerente de la Sociedad Minera de Responsabilidad Limitada de Picuto. La empresa tenía como domicilio fiscal un inmueble de Pachacámac, al sur de Lima, y fue dada de baja apenas un año después de su creación.
El año 2012, Gálvez fue nombrado presidente de la Asociación Cultural Renacimiento Unido Nacional (Runa), que lleva el nombre de su actual partido y cuyo símbolo es la imagen de una persona levantando el brazo derecho y una bandera peruana detrás de esta.
El debate no fue el primer registro que se tiene del candidato en el que apunta su artillería contra la clase política en su idioma materno. En el 2017 publicó el video musical titulado ‘¿Dónde estará la justicia?’ en el que critica, también en quechua, el trabajo del abogado, del congresista y del alcalde. Los subtítulos del video, en el que él mismo es el protagonista y, además, compuso la letra, traducen al castellano su contenido. “Señor congresista. Hombre de dos caras. Cuando eres candidato, eres tan buenito; pero mentiste a mi pueblo, porque nunca regresaste por nosotros…” dice una parte de la letra. No obstante, llama la atención que no critique la labor del Presidente.
A nueve días de las elecciones, Ciro Gálvez, autor de poemas como ‘Volveré’ o ‘Ciudad Vacía’, ha asegurado que será el outsider que pasará a la segunda vuelta pese a que aparece, en las encuestas, en el rubro de “otros”. Soñar no cuesta nada. Y aún si costara, el hombre parece tener el capital para pagarlo.