Perfil

La industria de la belleza tiene cientos de años de vida. Desde maquillaje, hasta cuidado facial, existen miles de productos que día a día son utilizados alrededor del mundo, pero ¿realmente sabemos qué estamos colocando sobre nuestra piel y por qué lo hacemos? Esta es una de las premisas de The Garden Project: la belleza consciente.

Rosa Solís, cofundadora de The Garden Project, marca peruana de cosmética natural, explica que su acercamiento a esta consciencia partió de una experiencia muy personal. “Siempre he tenido una piel muy sensible. Tuve una infección epitelial por la que pasé cirugía y por muchos años estuve tratando de ocultar mi cicatriz. Con maquillaje, con más cirugías, con tratamientos, y nada sucedía. Todo esto venía también desde un background emocional. Entonces, a mis 20 años empecé a buscar otros métodos y encontré la cosmética natural”, cuenta la emprendedora.

La marca de cosmética natural cree fielmente en conectar los poderes de la naturaleza; frutas, verduras, la mejor selección de aceites esenciales y otros productos, con el cuidado de la piel. En un inicio, Rosa y su socio, Antonio Torok, empezaron a preparar recetas para ellos mismos tras haber llevado talleres de Fitoterapia, Ayurveda y Herbología. “A veces nos salían más del doble o el triple las recetas y las regalábamos a nuestros familiares, a nuestros amigos más cercanos. Les encantaba y pedían más, pero a la tercera o cuarta vez nos pedían que les vendamos”, recuerda Solís.

NeemClay

Emprender en la salud

Rosa y Antonio empezaron con The Garden Project en 2018 y en el momento no había muchas marcas en el rubro, por lo que las personas no tenían tanto conocimiento al respecto. “Al inicio fue una batalla constante de educación y de brindar información a las personas sobre lo que la cosmética natural conlleva. Lo digo como lucha, porque somos la generación del inmediato. Estamos acostumbrados a que todos nuestros productos, llámese skin care, dietas, o tratamientos, hagan efecto inmediato. La cosmética natural impone ese concepto porque te dice que primero debes conocer tus emociones, conocer que gatilla tu acné, rosácea o resequedad, para después tomar las acciones necesarias para lograr cambios”, explica la administradora de empresas.

La emprendedora cuenta que su producto más solicitado es el Limpiador de lúcuma, creado también a partir de su propia necesidad de encontrar un producto que no irrite su piel. “Es un limpiador perfecto para todo tipo de pieles. A mí todos los jabones me resecan la piel, me lavaba el rostro y terminaba con la piel tirante y dada mi sensibilidad, necesitaba un limpiador más gentil. Así nació nuestro best seller”, cuenta.

Los productos de The Garden Project, por su naturaleza orgánica, cuentan con un tiempo de vida y tratamiento bastante especial. “Los oleos tienen una duración de entre 4 a 12 meses y hay que tener un cuidado un poco más especial, porque no deben estar expuestos a la luz solar. Las mascarillas no pueden estar en un lugar muy húmedo. Definitivamente al no tener químicos preservantes, el tiempo de vida es menor pero son productos más amigables”, cuenta la emprendedora, quien indica que para lanzar un producto nuevo, requieren de entre 8 a 12 meses de pruebas.

“Tenemos también un grupo de estudio para hacer las pruebas y realmente nuestro día se basa en investigación, en armado de pedidos y en pruebas, porque hay mucho por seguir ofreciendo”, cuenta Solís.

RecueMint

The Garden Project está próximo a cumplir cuatro años, de los cuales tres, Rosa le ha dedicado el 100% de su tiempo. Pasó de trabajar en una corporación a apostar por su propio negocio. “De alguna manera tenía esa estabilidad, laboral y financiera, que me daba la tranquilidad y esto lo tomaba más como una pasión. No fue hasta que renuncié que me di cuenta de cuánto tiempo de más le podía dedicar a este negocio. Ha sido una transición fuerte, pero ahora todo mi foco está en esto y veo los resultados”, cuenta la emprendedora.

Para Rosa Solís, la parte más gratificante de este viaje con The Garden Project, es saber cuánto han ayudado a miles de personas a sentirse mejor en sus cuerpos. “Puede sonar cliché, pero que alguien venga y te diga ‘no sabes lo que me han ayudado tus productos’ o ‘no sabes lo bien que le hizo a mi hijo o a mi hija con un brote de acné’, es la mejor parte. Eso significa que toda la quema de pestañas, toda la investigación y las horas de pruebas valieron la pena”, finaliza.

Dato:

Para contactar y conocer la variedad de productos de The Garden Project, pueden visitar su cuenta de Instagram o Facebook.

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Rosa Solis, The Garden Project

A las 6 de la mañana, de lunes a domingo, Patrick Loli ingresa al mar de la playa Pescadores, en Chorrillos. No importa la estación del año, sea verano o invierno, él entra al océano porque es su estilo de vida: el contacto con la naturaleza, su apasionamiento por los deportes acuáticos y sus ganas de crear comunidad en las costas del Pacífico: Patrick enseña a nadar en aguas abiertas a personas de todas las edades: niños de 4 años, curiosos por ingresar al agua o adultos mayores que a sus 70 años encuentran en el mar, una vida sana y disciplinada.

Patrick Loli es Licenciado en educación física por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, es entrenador de natación de alto rendimiento y de menores; además es preparador físico y su trabajo es certificado por la Federación Internacional de Natación (FINA). Con esos pergaminos, hace un año -el 23 de marzo del 2021- fundó Ocean Swim, academia de natación en aguas abiertas.

Patrick Loli
En playa Pescadores. Patrick asegura que el mar en esta zona de Chorrillos es muy tranquila, ideal para nadar.

“Yo enseñaba y entrenaba (nadadores) en diferentes clubes de Lima. Pero con la pandemia cerraron las piscinas. Entonces, junto a mi hija, que también es nadadora, pensamos: “Ahora ¿qué hacemos? Bueno, tenemos un mar inmenso, hay que aprovecharlo”, se respondieron, casi al unísono, y así -como un chispazo de inspiración- nació la academia que hoy tiene más de 80 alumnos.

Comunidad marina

“Hemos comenzado a generar una nueva camada de nadadores”, afirma Patrick, quien con entusiasmo cuenta los beneficios de nadar en aguas abiertas y de tener una vida conectada en el océano. “El mar te da fortaleza mental. Desde que entras, y aún no comienzas a nadar, ya tienes los primeros beneficios: la temperatura del agua hace que tus músculos estén más tonificados, acelera tu pulso y comienzas a quemar calorías. Respiras aire puro con la brisa marina, ósea, respiras saludablemente. Cuando estas adentro ves que el mar es azul, el color de la tranquilidad; y su basta inmensidad, te da hasta paz”, afirma quien padece de asma, pero asegura que desde que nada en aguas abiertas, las crisis respiratorias que podía sufrir antes, casi han desaparecido.

«Hay que cuidar nuestro mar»

Cuando Patrick y sus alumnos entran al mar -en horarios entre las 6 de la mañana y el mediodía- la conexión con la naturaleza es instantánea. Junto a sus nadadores -que manejan o aprenden sobre el manejo de mareas, tumbos o corrientes- aparecen delfines o lobos de mar, que acompañan la rutina acuática.

“Es hermoso y la comunidad está creciendo aún más”, afirma Patrick y hace un llamado de atención: la necesidad de que los peruanos tomemos consciencia de cuidar nuestra naturaleza y alzar la voz cuando la dañan. Esto, a prácticamente un mes del derrame de petróleo por parte de Repsol en nuestro litoral.

“Cuando sucedió el derrame de crudo, toda la comunidad estuvo triste, protestamos, alzamos nuestra voz. Pero es necesario que entendamos algo: Tenemos que cuidar nuestra naturaleza. Nosotros, todos los días, llegamos a la playa y encontramos desechos. Yo, a las 5 de la mañana, ingreso al mar con el kayak y me pongo a sacar basuritas que flotan en el agua. También hacemos campañas de limpieza”, cuenta este hombre enamorado del mar, que asegura se le debe tener respeto al océano pero no miedo; quien aconseja que, para nadar en aguas abiertas, solo hay que tener la voluntad, pero siempre guiado por un entrenador, con alguien que sepa nadar en aguas abiertas.

 

 

“Para mí, la base de todo esto es la armonía que sientes con la naturaleza. Somos una familia hermosa. Nadar en el mar es ingresar a un mundo maravilloso. Hay mucha confraternidad en este deporte. Encuentras mucha humanidad en la gente”, dice antes de ingresar al mar y mimetizarse con la naturaleza que habita frente a nosotros.

Datos:

Para contactar a Patrick Loli de Ocean Swim pueden escribirle a su Instagram, Facebook, o llamar al 927 367 149. También lo encuentran en la Playa Pescadores, de Chorrillos. La playa cuenta con parqueo y el mar, detalla el entrenador, es mansito.

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A lo largo de la historia de la humanidad, las personas han encontrado diversos objetos en los cuales depositar su fe para crecer, mejorar e incluso salir de situaciones complicadas. Los cuarzos y cristales son parte de las creencias y concentración de energía de miles de personas alrededor del mundo, cada uno con distintas propiedades.


Lucía Acasuzo, de 22 años, es una emprendedora espiritual que cree en el poder de los cristales y mediante Mantra, busca expandir las características energéticas de los cuarzos a cada vez más personas. “Los cristales me han ayudado desde pequeña. He tenido amigos muy escépticos a los que les di un cuarzo como regalo y me dijeron ‘oye, sí me funcionó’. Si me funciona a mí, estoy segura que también funcionará para muchas personas”, cuenta Acasuzo.

Mantra, tienda espiritual online, cuenta con más de 7 mil seguidores interesados en adquirir cristales, sprays para limpiar el aura, collares y anillos protectores, sets para alinear chakras y más. Se trata de piezas de todo tipo que, como indica Lucía, llevan el ADN de la tierra y actúan sobre nuestros cuerpos en el plano físico, mental, emocional y espiritual.

Mantra 1

Sanación espiritual

La espiritualidad viene en todo tipo de formas y expresiones, y no está necesariamente relacionada a una religión, sino al trabajo personal de cada persona y sus creencias. Lucía empezó a desarrollar su espiritualidad desde pequeña. “Cuando tenía 8 años, mi mamá me llevaba a un lugar donde realizaban alineación de chakras. Me gustaba el ambiente, ponían música de cuencos, me sentía muy feliz. En uno de esos días, encontré cuarzos y mi mamá me compró uno. Conseguí más porque me encantaban, y ahora mi mamá y yo somos socias en Mantra”, cuenta la emprendedora y estudiante de publicidad.

Acasuzo cuenta que está en constante búsqueda y aprendizaje de la mano de su madre, con quien frecuentemente asiste a talleres de cristales, chakras, yoga y más. “Siempre quise poder enseñarle a las personas que hay muchas herramientas que les pueden hacer sentir relajados, conectarse con un ser superior que tiene una frecuencia más elevada y así estar en armonía”, cuenta la creadora de Mantra.

Mantra nació previo a la pandemia, pero fue en este momento en el que vio su crecimiento más grande. “Como todos nos quedamos encerrados en nuestras casas, más personas tenían la necesidad de estar en paz con ellos mismos, calmar sus pensamientos, tener una mejor energía en medio de todo lo que estábamos viviendo. Ahí comenzamos a vender más packs desde protección, amor, abundancia, relajación y meditación. La pandemia nos permitió llegar a muchas más personas para ayudarlas”, cuenta la emprendedora.

Mantra 3

Emprendedora completa

Si bien Lucía es estudiante y emprendedora, es también gran parte del equipo de Mantra. Ella se encarga de la selección y adquisición de cuarzos, el branding de la marca, la toma de fotografías, elaboración de piezas para redes, armado de packs y venta de los productos en su tienda virtual. “Yo me encargo de la parte digital, de conectar con los clientes. Mi mamá se encarga de la producción de los sprays y roll on. Así nos dividimos”, cuenta.

Uno de los retos que tuvo que enfrentar con su marca fue el descubrir el plagio de su branding mediante los empaques. “Igual seguimos adelante y buscamos nuevos proveedores”, cuenta Lucía. Sin embargo, son más las experiencias positivas las que vive Lucía día a día con Mantra, negocio al que le dedica su tiempo por completo.

“Empiezo el día a las nueve de la mañana publicando un story de buenos días y empiezo a atender pedidos. Contesto mensajes desde temprano, hasta las once de la noche. Con un emprendimiento es un poco complicado tener un horario establecido”, cuenta la emprendedora, que solo en Navidad de 2021 llegó a recibir más de cincuenta pedidos para regalo.

“Para mi, lo más satisfactorio es cuando entregamos un pedido y luego nos escriben para decirnos que les encantó el pedido y la presentación. A veces les enviamos regalitos, porque nos hacen sentir felices. Más que un negocio, es una pasión. Lo que más nos apasiona es poder ayudar a la gente, llegar a ellos y enseñarles cómo estar en paz con ellos mismos y sentirse bien”, finaliza la emprendedora.

Para adquirir algún producto de Mantra, pueden contactar a su cuenta de Instagram.

 

 

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Akemi Bazán tiene 30 años, es administradora de empresas y estudió serigrafía industrial en Senati. Vive en el Centro histórico de Lima, en un edificio del año 1939 que cuenta con un ascensor de rejas y con hermosos balcones. Ahí también es su taller donde diseña y crea una marca que le rinde homenaje a la ciudad: La Plebeya, un emprendimiento que ofrece a través de Instagram y Facebook productos como cojines con los antiguos nombres de las calles de la capital: Calle Gallinazos, Calle Amargura o Calle de la Buena muerte.

La Plebeya

Héroes, íconos y la ciudad

Akemi a través de La Plebeya también ofrece prendas estampadas con héroes literarios de la ciudad: por ahí aparece el rostro de la poeta Blanca Varela, en bolsos; fotos del cuentista Julio Ramón Ribeyro en polos o -incluso- un verso de Luis Hernández estampado en un mandil: “Los laureles se emplean en los poetas y en los tallarines»

“La Plebeya es una marca de diseño inspirada en la ciudad de Lima, en sus historias, momentos, arquitectura y en personajes que hicieron de la capital su campo de inspiración como poetas, pintores, fotógrafos”, cuenta Akemi.

Cuenta que comenzó vendiendo cojines bordados con nombres de las antiguas calles de Lima y una pequeña reseña del nombre de aquel jirón. “Mi interés por crear un emprendimiento dedicado al Centro de Lima es que no hay mucha diversidad de souvenirs sobre Lima. Hay de Machupichu o Nazca. Entonces sentía que no había una marca que te puedas llevar a casar y que te haga recordar el centro histórico y sus plazas. Vi ese nicho y empecé a hacerlo”, detalla Akemi.

La Plebeya

¿Qué es Lima para ti?, le preguntamos. “Es como mi segunda casa. Yo vivo en el Centro histórico de Lima, porque me atrajo mucho. Lima es parte de mi vida: Me despierto con Lima, almuerzo en Lima. Es mi compañera. Me hace sentir bien, a veces me hace enojar. Es un largo camino de sensaciones y sentimientos que tengo por ella”, cuenta.

Bazán nos cuenta que tiene productos en stock, pero sobre todo trabaja bajo el sistema “estampado bajo demanda”. Eso quiere decir que, si en ese momento no tiene el diseño que un cliente solicitó, ella lo fabrica en el acto, de manera personalizada. “Eso quiere decir que el cliente elije el color, talla y diseño que quiere que tenga su prenda y yo lo hago. Por esa razón, no tengo un stock grande. Me gusta que mi cliente elija su modelo, sea original y que ellos lo hayan elegido”, señala.

Bajo esa modalidad -le preguntamos- ¿Cuánto tiempo demora entre que el cliente hace su pedido y le llega a la puerta de su casa? “Yo cierro pedidos los lunes, domingos y miércoles; y las entregas son entre jueves y sábado. Si me hacen un pedido los primeros días de la semana, te llega tu pedido más o menos el jueves, o si tengo demasiada carga de pedidos, los sábados”.

polos La Plebeya

Finalmente, señala que el nombre de La Plebeya nace en homenaje al vals de Felipe Pinglo, El Plebeyo. “Un Plebeyo pasa desapercibido por las castas sociales y tiene libertad de hacer o deshacer en la ciudad de Lima ya que puede mimetizarse con la ciudad”, detalla.

Pueden encontrar el emprendimiento en Facebook como La Plebeya, en Instagram como La Plebeya Store y han implementado una tienda virtual en la plataforma TiendaDa, donde podrán ver sus diseños y hacer sus pedidos. Akemi señala que- previa coordinación- pueden hacer una visita a su taller -ubicado en una casona republicana de finales de la década de 1910- en el Centro histórico y nostálgico de la ciudad.

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Akemi Bazán, Centro de Lima, Centro Histórico de Lima, Emprendimiento, La Plebeya, Lima

Los pasteles nos han acompañado toda la vida. En cumpleaños, bautizos, matrimonios y todo aquello que conocemos como una ‘ocasión especial’. Pero realmente, con el ritmo al que se mueve el mundo hoy en día, incluso decir ‘te quiero’, dar ánimos a una amiga, o pedirle al vecino que deje de taladrar puede resultar una ocasión especial si se dice de la manera correcta. ¿Cómo? Con un tiny cake.

Esos ejemplos son solo algunas de las temáticas que Paula Virreira ha recibido en su buzón de pedidos personalizados de tiny cakes. Virreira es fotógrafa de profesión y hoy combina su carrera con su interés por la pastelería, que durante la pandemia dieron vida a Miel, marca de pequeña pastelería muy aclamada en Instagram.

“Miel comenzó como un proyecto pequeño, sinceramente no pensé que crecería tanto y en tan poco tiempo. Algo que sí supe desde el inicio es que quería que mi concepto rompa esquemas, que no se parezca en lo absolutamente a nada de lo que ya se haya visto en el mundo pastelero en Lima y alrededores”, cuenta la artista pastelera y visual.

Miel

Pequeños bocados de amor

Hoy Miel cuenta con cerca de 11 mil seguidores en Instagram, y cuando empezó con el proyecto, Paula no se sentía tan cercana a la pastelería. “Comencé con tostadas francesas a raíz del cumpleaños de mi entonces roommate, y cómo estábamos en plena cuarentena no había mucho de deliverys así que me ofrecí a hacer algo que a ella le guste. Cuando subí una foto en mi Instagram personal, muchos amigos me hicieron pedidos y es ahí donde decidí empezar a venderlas. Luego tuve la idea de hacer tortas en formato pequeño junto con un concepto artístico, y cómo ya tenía algo de audiencia decidí lanzarme con la propuesta de tiny cakes únicamente”, cuenta Virreira.

Cada mañana, Paula inicia el día a las 7:30 am con una taza de café y, de la mano de Carolina, que la apoya en la producción de los kekes, se prepara para empacar todos los pedidos que saldrán repartidos en el día. Luego se asegura que toda la información de los pedidos estén en orden, para enviarlos a su destino y empieza con el toque icónico de Miel: su buttercream. Se trata de la crema con la que cubre y decora cada uno de los tiny cakes de forma personalizada. “La decoración toma muchas horas de trabajo físico. A las 8 pm culmina mi día de trabajo acompañada de una copa de vino”, cuenta Virreira.

Sus tiny cakes miden 12 centímetros de diámetro, pero contienen una cantidad inmensurable de amor. De hecho, sus pasteles son su plataforma para hablar del amor propio. “El amor propio es algo que no nos han enseñado mucho. Creo que es un camino difícil pero que debe estar presente en muchas conversaciones, sobre todo en una mesa. Se me hace muy importante hablar de esto, sobre todo si ningún negocio de alimentos lo hace, es una puerta que yo decidí abrir para así poder incentivar a más marcas a hacerlo”, cuenta la artista, que en cada pedido incluye tarjetas o stickers que leen “Ámate mucho”.

Miel

Amor es amor

Cada concepto que lanza mes a mes está basado en sus experiencias y vivencias, pues hace que Miel no sea solo una marca, sino un ser humano real. Como tal, sueña, vive, siente y ayuda. Por ejemplo, el pedido más significativo que recibió Paula le permitió ayudar a una persona a hablar sobre su sexualidad con su familia. “Recibí muchos mensajes hermosos pero uno de ellos fue de una chica que ‘salió del closet’ con sus papás entregándoles una torta mía y el mensaje era ‘love is love’. Leer eso no tiene precio. Así como esos pedidos he tenido muchos que han sido regalados a personas que han perdido a alguien o que han sobrevivido el COVID, es muy especial el lugar donde viene esta necesidad de darle un detalle a alguien que ha pasado por algo muy difícil”, recuerda Paula.

Miel

A la fecha, Miel recibe decenas de pedidos a la semana, pero mide con cautela la cantidad de pedidos que aceptará en determinadas fechas para lograr hacer los pasteles con la mayor precisión posible. Esto lo aprendió luego de la Navidad de 2020, en la que llegó a recibir 68 pedidos por semana. “Ahí aprendí cuál era mi límite. Fue una temporada muy larga y cargada pero aprendí demasiadas cosas y a estar más preparada”, cuenta.

Para Paula, emprender con Miel ha sido una gran decisión, pues tiene el espacio ideal para hacerle bien a los demás, mientras deja suelta a su creatividad. Ahora trabaja día a día para que Miel siga creciendo y logre tener una tienda física. “Sé que cuando tenga la oportunidad de abrir un espacio para Miel será una nueva oportunidad para llegar a más personas con mis mensajes sobre el amor propio”, anhela.

Dato:

Para contactar a Miel pueden hacerlo a través de su cuenta de Instagram.

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Una mañana de verano del 2020, Greta Flores, Andrea Chichizola y Alessandra Meinardo pasaban una mañana en la playa de Villa. Rodeadas del mar Pacífico pensaban cómo hacer para ganar un dinero extra. El camino del emprendimiento sonaba constantemente en sus cabezas, como las olas del océano.

Las tres eran amigas desde el colegio y se conocían de tal forma que comprendían los defectos y virtudes de cada una. Recordaron que les encantaban los concursos de arte y que, de las manualidades, la papelería era lo que más les gustaba, en aquellos años de secundaria. Sin querer, encontraron en esta actividad, un punto en común que las llevaría a emprender un futuro negocio.

“Podríamos crear papelería con diseños propios y personalizados”, coincidieron las amigas. Y Greta Flores lo recuerda ahora, dos años después del inicio de su negocio que pronto se llamaría Peruánika papelería y que inició en pleno estado de emergencia sanitaria.

“Analizamos el mercado y nos dimos cuenta que la mayor parte de la papelería venía de China y Europa. Entonces dijimos: ‘hagamos papelería con motivos peruanos’. Así comenzó todo”.

Al poco tiempo de embarcarse en el emprendimiento, definieron el concepto de su negocio: venderían agendas, cuadernos y planificadores, con papel ecológico, encuadernado hecho a mano y con diseños propios creados por ellas mismas. Además, cada producto tendría un stock limitado. Eso haría que sus diseños no sean masivos ni parecieran industrializados, lo que le daba un plus y un toque de exclusividad, algo que a toda persona le gusta.

Peruánika_emprende_cuadernos

Ofertas y redes

Crear una empresa en medio de una pandemia les generó diversas dificultades. Las coordinaciones tenían que ser vía Zoom. Las ventas tenían que ser por redes sociales. Fue así que abrieron una cuenta de Facebook, TikTok y de Instagram, ahí ofertan sus productos. Las encuentran como Peruanika.papelería. Ahí mismo colocan su número de WhatsApp y su catálogo, donde pueden ver sus ofertas. Por ejemplo: cuadernos tamaño A5, de tapa blanda, cosidos a mano, con 80 hojas bond, a cuarenta soles (precio no incluye envío).

Planificadores semanales, con espacio suficiente para colocar notas, fechas y actividades a realizar. También están los packs donde ofertan dos cuadernos, por 70 soles; tres cuadernos por 105 soles. O packs de cuadernos y planificadores, desde 61 soles.

Peruánika_emprende_planificadores

Un buen equipo

Greta cuenta que trabajar en equipo, para ellas no resultó nada difícil. Por el contrario, han sabido complementarse. Greta, que es bachiller en derecho, se encarga de las ventas y el marketing; Andrea, que es ingeniera industrial, se ocupa de la logística; y Alessandra, que es diseñadora de interiores, ve todo lo referente al diseño, siempre con motivos peruanos: tienen una línea donde se destaca la flora y las frutas de nuestro país.

“Las tres siempre hemos sido super estudiosas y organizadas. Cada una ya conoce su potencialidades y carencias. Nos complementamos bien y ahí estuvo la magia”, explica Greta sobre esa complicada labor de trabajar en equipo y con amigas de toda la vida.

Peruánika_emprende_agenda

Sin embargo, recuerda que el secreto de emprender en equipo se basa en 1) Planificar harto y ser empático con tus compañeros para que el equipo funcione. 2) Entregar un valor como producto: Los papeles que usan cuentan con la certificación FSC, que garantizan que sus productos sean sostenibles y no depredan el medioambiente ni coluden con la tala ilegal de árboles 3) Identificar tu público objetivo y analizar el mercado.

“No porque sabes hacer velas y te provoca hacerlas tu negocio será un éxito. Busca tu público, arma una estrategia de venta. Considera la inestabilidad política del país, que afecta la economía y el lado emocional de tu consumidor. Planifica y compra los insumos con anticipación, así tu parte económica puede que no se vea afectada. Si sube el papel, tenemos stock. Entonces nuestros precios no aumentarán, se mantendrán y eso le gustará a tus clientes. Prevé”, aconseja Greta, quienes se encuentran analizando qué otros productos pueden ofrecer, quizás post it, cartas, tarjetas de agradecimiento, cuadernos de bolsillo. En fin, productos utilitarios con una personalidad propia.

Dato:

Pueden contactar a Peruánika a través de sus cuentas de Instagram, Facebook, Tiktok, o contactarlas vía WhastApp.

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Greta Flores, papelería, Peruánika papelería

El arte es terapéutico, ayuda a reducir los niveles de estrés, ansiedad y síndrome de burnout. Así lo explica un estudio publicado en la revista académica Frontiers in Psychology. Lourdes Sihuay, emprendedora y creadora de Lucca Papelitos y Cartones, puede confirmarlo, pues se dedica a tiempo completo a la filigrana de papel, su pasión.

La filigrana de papel o Quilling, en inglés, es una técnica que permite realizar piezas artísticas mediante el enrollado de tiras de papel. “Cada vez que tomo los papelitos, me desconecto de todo y me relajo. Me da una paz total. Las manualidades son el alimento del alma”, cuenta Lourdes. Desde el inicio de la pandemia, la emprendedora ha recibido a decenas de alumnos, mediante la virtualidad, que buscaban escapar de la ansiedad, depresión e incertidumbre del encierro mediante el arte manual.

Lourdes es contadora de profesión, y tras el nacimiento de su primer hijo decidió dejar sus labores en una entidad financiera en la que trabajaba para dedicarse enteramente a su crianza. Tras algunos meses sintiéndose en la inactividad, se animó a emprender con su pasión: la filigrana. “Empecé a mejorar en mi técnica, a buscar cursos, materiales y herramientas. Este arte no es muy difundido en Perú, entonces el inicio fue un poco complicado. Poco a poco fui avanzando y ahora veo que somos una comunidad de papelitos de colores”, recuerda Lourdes.

Cuadro hecho a mano que puede servir para decorar una habitación o espacio en el hogar.

Comunidad internacional

Tras la creación de Lucca Papelitos y Cartones, en 2017, Lourdes empezó a abrir su horizonte y buscar referencias grandes en Latinoamérica. Así conoció a Nadia Cuba, artista argentina de filigrana de papel, ahora gran amiga suya, que pronto visitará el Perú para la primera convención de filigrana en nuestro país, que Lourdes y su comunidad se encuentran organizando.

“En el mes de julio tendremos esta primera convención en el Perú. Serán dos días de talleres. Buscamos que el Perú resalte tanto como Estados Unidos o Inglaterra que tienen sus propias asociaciones de filigrana”, cuenta Lourdes con emoción.

La comunidad que Lucca Papelitos y Cartones ha logrado construir es cada vez más grande. “Se me ocurrió hacer un espacio en Facebook de “Papelitos al aire” donde entrevistaba a un artista para que nos cuente su experiencia. En una de esas entrevistas, se me ocurrió hacer una maratón”, cuenta la emprendedora. En cada “Maratón de Filigrana”, artistas invitadas comparten sus técnicas y acercan a quienes están interesados en este tipo de manualidad.

Filigrana trabajado a mano para una conocido banco.

Compartir el arte

El tiempo es sumamente valioso para Lourdes, quien en diciembre recibió 30 pedidos especiales de piezas de filigrana. Aún así logra hacerse espacio para compartir sus conocimientos y técnicas con alumnos mediante la virtualidad.

“Mi mamá es docente y a mi siempre me ha gustado enseñar. No me gusta guardarme las cosas, soy mucho de compartir. Un día una amiga mía me preguntó si le podía enseñar a hacer filigrana y nació la idea de empezar a dictar clases. Yo estoy para ayudar”, cuenta la artista que cree fielmente que el sol brilla para todos, y es importante apoyar a los demás.

Quien revisa sus redes podría creer que Lucca Papelitos y Cartones se especializa únicamente en docencia y venta de materiales, pero la verdad es que Lourdes pasa  el mayor tiempo diseñando piezas que no publica. ¿Por qué? Porque cree en el respeto de cada una de ellas. “Antes de publicarlo, pregunto si desean que publique su pieza. Algunos la sienten tan única, tan propia que prefieren la privacidad. Hay que respetar el deseo de cada uno”, explica.

Ha realizado piezas con un diseño muy personal, así como piezas en masa para clientes corporativos. El más importante hasta ahora ha sido Caja Huancayo, que solicitó 100 ekekos realizados en filigrana 3D, que tomaron entre 10 a  12 horas de realización, cada una.

El sueño de Lourdes es exponer en una galería, que las personas vean sus piezas y digan “wow, eso lo hizo Lulú”, nombre por el que es conocida en la comunidad de filigrana de papel. Mientras va concretando sus metas y sueños, Lourdes cuenta con una lista de espera de 15 días para recibir pedidos personalizados que se convertirán en piezas únicas elaboradas con papel y amor.

DATO

Para realizar un pedido a Lucca Papelitos y Cartón, se puede contactar a Lourdes vía Facebook, Instagram y Twitter.

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cursos, filigrana de papel, Lourdes Sihuay, Lucca Papelitos y Cartones, talleres

En el 2014 Brenda Rivera decide darle un regalo a su enamorado: un queque marmoleado. “Mi queque favorito”, cuenta. Al postre lo decoró con dulces y decidió que sería una buena idea publicar las fotos de cómo le había quedado aquel dulce en su cuenta de Facebook. Total, era un regalo hecho con cariño y la alegría -se sabe- debe ser compartida, sobre todo en estos tiempos. Entonces pasó algo. De pronto sus amigos que vieron la publicación la llenaron de elogios, ‘likes’ y preguntas: “¿Vendes los queques?”, era la consulta más frecuente. Lo que había comenzado como un gesto de amor a su novio, se convirtió de pronto en una idea de emprendimiento que hoy la ayuda para su sustento.

Brenda tiene 26 años. Estudió comunicaciones en la Universidad de Lima, y los conocimientos que adquirió en la facultad los aplica en su negocio. El ser comunicadora -y pastelera autodidacta- le ha servido para plantearse estrategias útiles para su negocio. Primero, crear un nombre ingenioso. El primer nombre de este emprendimiento fue Deco Dulce, pero eso fue hasta ayer 31 de diciembre del 2021. Con el amanecer del nuevo año, este 2022, el negocio de Brenda fue rebautizado como De Bren Bakery. Tuvo que cambiarle de nombre a su emprendimiento debido a que uno similar se encontraba registrado en Indecopi. Así que lo rebautizó, pero no la fórmula del sabor ni la alegría con lo que los hace.

“Yo hago postres frescos y tengo una variada carta. Todo lo que hago es a pedido. No tengo pasteles en stock porque al estar guardados, pierden frescura. Y eso no me gusta”, detalla Brenda sobre sus postres como cheesecakes, pies de limón y manzana; carrot cake, brownies, alfajores, cupcakes, blondies, quiches, bowls, trufas, entre otros.

PASTEL 1

Comunicaciones y pastelería

Brenda asegura que su carrera de Comunicaciones, para este negocio, también la ayudó para editar videos -con los que promociona sus productos- crear diseños que hacen más atractiva su carta, diseñar su logo y enriquecer su capacidad creativa. Además de tener una red de contactos a los que reúne para pedirles una lluvia de ideas para innovar y crear nuevos productos.

“Soy [pastelera] autodidacta. Leo recetas que aprendí en internet. Comencé viendo tutoriales de Youtube, así aprendí”, comenta. “Mi familia y mi enamorado son mis principales degustadores. Así comencé a crecer”, dice quien confiesa que, el año pasado -cuando acabó la universidad- habló con sus padres y les pidió disculpas por haberles hecho pagar una carrera. “Los reuní y les dije que quería dedicarme a la repostería. Mis padres me entendieron”, cuenta con gratitud, por las oportunidades brindadas. Hoy la sala y el comedor de su casa son el taller de su repostería. Su padre la ayuda con el reparto de los pasteles y hasta sus abuelos le prestan su casa para que ella prepare sus pasteles, cuando Brenda en su hogar, no puede cocinar.

¿Qué aspiras para este 2022?, le preguntamos. “Quiero llegar a más personas. Tener un taller propio el próximo año. Y en un lugar más céntrico (Brenda vive en La Molina), como Surquillo, Surco o San Borja, donde está la mayor cantidad de sus clientes”, cuenta. Aunque aclara que sus postres -vía delivery- llegan a todo Lima. Su carta pueden revisarla en su Instagram o hacer pedidos al WhatsApp 999 215 501.

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¿Cuáles han sido las principales dificultades que se le presentó al momento de emprender?, le preguntamos. “Acá nada es fácil. Uno quiere formalizarse, pero la verdad que la formalización es muy engorrosa y confusa, pero hay que hacerlo”, dice. Solo el cambiarle el nombre a su emprendimiento ante Indecopi, le tomó un año.

Además- dice- su alegría cotidiana, le resultó un aliciente. “El ser joven me hace tener energías. He dejado de dormir por días para dedicarme a este emprendimiento. Trabajo sola, cumplo con los pedidos con alegría. Soy cero negatividad. Aunque me pasen mil cosas, nunca me verás deprimida. No es que nunca esté triste, pero ¿de qué me sirve ponerme a llorar todo el día?”, afirma y recuerda “Tienes que estar al 100% para que las cosas te salgan bien en el emprendimiento que tengas”, aconseja a los futuros emprendedores del Perú.

¿Y qué pasa cuando viene el tiempo de las vacas flacas? “No todos los días o semanas son buenas”, dice. “Hay días que nadie te responde tus mensajes o nadie te compra, pero hay que seguir. No te rindas. No pares. Sigue ofreciéndole tus productos a tus clientes hasta que se aburran y te compren”, aconseja, con una sonrisa. Y añade: “A veces no tienes una inversión grande. Pero recuerda, al menos en repostería, comienza con lo mínimo y aprende. Hay miles de lugares para aprender, como YouTube. No necesitas meterte a clases caras. De hecho, eso lo puedes hacer más adelante. Tienes que aprender a tratar a la gente. Nunca faltes el respeto y sé compresivo”, aconseja, esta joven que ha hecho de la repostería, un método de vida, una forma de llevar alegría, a través de sus pasteles y que espera, este 2022, sea el año, más dulce de su vida.

Dato:

Para comunicarte con De Bren Bakery pueden escribir a su Instagram, WhatsApp 999 215 501 o ver su carta en: https://linktr.ee/Decodulceb

 

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Brenda Rivera, De Bren Bakery, Deco Dulce, Emprendimiento, pasteles, postres

Martín Hernández es el creador de Panifiesto.pe, un emprendimiento dedicado a la panadería y pastelería artesanal. Pero antes de que este negocio, que nació en La Perla (Callao), se convirtiera en sustento de vida para Martín, fue el hobby con el que este joven chalaco pasaba el tiempo en los duros días de la cuarentena.

“Antes de que naciera Panifiesto como emprendimiento, yo veía canales de Youtube donde enseñaban a hacer panes con masa madre”, cuenta al recordar que eran los tiempos del encierro producto del COVID-19, donde muchas personas -acompañados de sus familias y de un tutorial de internet- ingresaban a la cocina a preparar postres y pasar tiempo juntos. También -valgan verdades- para apabullar el aburrimiento del encierro. En el caso de Martín, este complicado periodo le sirvió para levantar un interesante negocio que ofrece panes de centeno o el clásico pan campesino o el pan campesino integral. Así como queque de plátano o queque de plátano y avena. Además de badka de chocoavellanas o badka de canela.

Campesino

¿Cuándo el hobby se convirtió en negocio?, le preguntamos a Martín, vía Zoom y minutos antes de iniciar la repartición de su producto por las diferentes calles de Lima y Callao.

“Comencé a hacer uno o dos panes para comerlos en casa”, dice. Luego, Martín -quien estudió gastronomía- hizo un poco más y se los invitó a amigos y familiares, quienes -una vez que lo probaron-comenzaron a pedirle que les prepare uno para llevárselos a casa. “Están buenos”, le decían y esto lo animaba.

Comenzó a mostrar-en sus redes personales- cómo es que hacía los panes y las publicaciones se llenaban de ‘Likes’. “Mis amigos me decían: ‘oe, trae pan’”. Fue cuando entendió que esto podía funcionar. “En La Perla no había mucha gente que consumiera panes artesanales, de masa madre, no era lo común. Decidí hacerlo, porque era una forma de innovar y funcionó”, señala. Había que diseñar una estrategia.

queque de platano

Queque de plátano salido del horno.

Los retos de emprender

Primero fue encontrar un nombre. Buscó referencias en internet y halló una idea con la que se quedó: fusionar la palabra ‘pan’, con ‘manifestación’. “Un manifiesto al pan”, dijo. Entonces el juego de palabras hizo lo suyo: nació ‘Panifiesto’, y quedó el nombre. “A partir de eso me inspiré”, dice. Su hermana -estudiante de comunicaciones y relaciones públicas- dio el visto bueno. «Era un nombre atractivo, jalador», le dijo. Había que crearle un logo: una banderita roja con una ‘P’ en el medio. La imagen referencial podría ser la siguiente: la estación del pan.

El siguiente paso fue darle difusión. Le crearon a Panifiesto una cuenta de Twitter y otra de Instagram. Les tomó fotos a sus productos y las subió a las redes. Se crearon una cuenta de WhastApp empresarial y con todos los canales listos, comenzó a vender de manera orgánica.

“Otro reto fue llevarle mis productos a las puertas de sus casas”. Martín vive en La Perla, practica bicicleta como deporte y también la usa como una forma de movilidad sostenible. Él mismo lleva sus panes a las casas de sus clientes. Va en dos ruedas dependiendo la distancia. Si no, siempre está la opción del delivery (pago que debe asumir el cliente). Los panes de Martín no solo salen desde La Perla, también desde Surquillo, donde vive su hermana, lo que le permite ir a más distritos de Lima Metropolitana.

Para diversificar su negocio, en octubre, Martín ingresó al mundo del turrón. “Y fueron un boom total”, cuenta. Intentó hacer panetones, pero prefirió ayudar al emprendimiento de su madre, La cocina de Rosita, quien ofrece comida criolla y ahora realiza cenas navideñas para familias y empresas.

Mientras tanto nos cuenta que sus panes pueden durar más de dos o tres semanas en la congeladora, sin malograrse. A temperatura ambiente -recalca- dura unas 48 horas.

¿Qué les dirías a los emprendedores que buscan iniciar un negocio? Le preguntamos, antes de terminar.

“Ponerle empeño. 100% de dedicación, seguir aprendiendo e innovar. A la gente no le gusta lo cotidiano, ni lo repetitivo. Hay que innovar para tener un público más amplio”, aconseja este chalaco que hizo del pan, una forma de vida.

Dato:

Pueden contactar a Panifiesto en sus cuentas de Twitter, Instagram y en su cuenta de WhastApp pueden llamarlos, escribirles y encontrar su carta.

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Martín Hernández, Pan artesanal, Panifiesto, pastelería
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