El tener entonces un congresista con un alterno y electos por distrito electoral unipersonal, permitirá que el trabajo parlamentario no se interrumpa cuando el congresista asuma una función ministerial o embajada, a la cual podrá dedicarle tiempo completo sin incurrir en posible conflicto de interés. El alterno entonces, asume plenamente las funciones parlamentarias de esa circunscripción hasta que el congresista termine la función de confianza encomendada y retome su curul.
Finalmente, la elección por distritos electorales uninominales de 150 mil electores cada uno facilitará no solamente la implementación de la figura de un congresista con un alterno y la actualización del número de congresistas por crecimiento poblacional, sino que también, permitirá que los electores de esa circunscripción específica sepan a quien pedirle cuentas y evaluar una reelección congresal, que esperamos también, sea pronto reestablecida.