Congreso de la República

El ingreso al gobierno de un profesor sindicalista que representa a una de las provincias más olvidadas del Perú y cuyo poder significa, para muchos, la reivindicación ante 200 años de injusticia, pobreza, discriminación y desigualdad, han generado una «seguridad» y » orgullo» traducido en fanatismo de un sector social y político que, considera que cualquier crítica o cuestionamiento que se haga a este gobierno de izquierda es «hacerle el juego a la derecha».

Es un planteamiento insostenible, que solo responde a un falso orgullo que el mismo gobierno no está ayudando a justificar. El gobierno de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón nació desorganizado, sin cuadros ni objetivos claros, y priorizando símbolos de identificación con ese Perú excluido -hablamos del uso del quechua durante el discurso del premier Guido Bellido durante el pedido de confianza en el Congreso y que la derecha revanchista, tontamente, criticó-, que podrán servirles un tiempo limitado; pero que no sostienen un gobierno.

Pareciera que el acto de reconocer errores y actuar al instante, cuando se necesita, no está entre las prioridades de este gobierno. Los errores en los planteamientos del presidente, su falta de claridad; un premier con la cultura del desatino, su terquedad, su pésima forma de comunicar; y lo más importante, su vergonzosa posición ante un ministro con vínculos senderistas que sigue calentando el sillón en el Ministerio de Trabajo. Esto es un insulto para el país. Tenemos que decirlo, presidente: el Perú olvidado y discriminado no le dio su voto para tener a amigos de terroristas en el poder y con dinero del Estado.

Intentar tapar estos errores; y lo peor, defenderlos indirectamente con los débiles argumentos de » hacerle el juego a la derecha», sólo contribuyen a hacerle creer a este gobierno que el sombrero es todopoderoso. Pero no lo es.

Sus simpatizantes, en base al fanatismo, alientan a seguir cometiendo más errores que van a terminar debilitando a la figura presidencial, su entorno y la sostenibilidad política y económica del país. Un objetivo que los adversarios políticos conocen y lo tienen claro. ¿O ustedes creen que le dieron la cuestión de confianza en aras de la gobernabilidad?

Todas esas acciones son parte de un plan. Y el presidente está contribuyendo a ese plan. Los fanáticos de las derechas dentro del Congreso no faltan, defendiendo posiciones racistas, clasistas y que, a pesar de que ya terminó la campaña política, continúan minimizando al votante que escogió «al Profe» como presidente; y eso los mantendrá en el rincón de la desaprobación.

Si el presidente no llega al año de mandato, no será solo porque «los golpistas» están organizando su salida. El mérito también lo tendrán esas acciones e inacciones de un partido que llegó al poder y no sabe cómo manejarlo y ejercerlo; y además por esa masa de fanáticos que tuvieron la oportunidad de decir, sin aspavientos, los errores a este gobierno, pero eligieron llenarlos halagos e inservibles narrativas.

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Congreso de la República, Presidente Castillo, Vladimir Cerrón

Es hora de que el Congreso vuelva a poner sobre el tapete una interpelación al gabinete Bellido en su conjunto -no solo a Maraví- y de no encontrar cabales respuestas, proceder a la censura. Nunca, en verdad, debió otorgársele la confianza cuando se presentó en el Congreso.

Hoy después de confirmarse los vínculos filosenderistas del Premier y de varios ministros, además de la absoluta incompetencia de otros, o la proliferación en otros tantos titulares de pliego de conductas reñidas con temas de equidad de género (violencia familiar, incumplimiento conyugal, etc.), sin contar con el radicalismo de la facción cerronista que este gabinete alberga, es imperativo que el Congreso ejerza control político sobre este desaguisado y gaste su bala de plata para conminar al Presidente a recomponer el gabinete y ver si así lo ayuda a salir del entrampamiento en el que se encuentra y del que aparentemente no puede escapar.

Está fuera de toda tolerancia democrática admitir que se permita a Sendero Luminoso, a través del Movadef y del Fenate, merodear Palacio de Gobierno como si fuera su casa. Eso no admite consideraciones estratégicas ni cálculos de gobernabilidad. Hay que zanjar con esas licencias ideológicas que el Primer Mandatario permite con ligereza punible. No es tema de polarización gratuita o de terruqueo ultraderechista. Es evidente el grosero papel que cumplen agrupaciones filosenderistas en las esferas del poder, con la anuencia o pasividad del propio presidente Castillo, y eso no puede permitirse.

El Congreso, baluarte de control político del poder Ejecutivo, debe ponerse los pantalones y actuar en consecuencia. Este es el momento en el que debe hacerlo, no cuando sea demasiado tarde y ya se haya normalizado la inconducta palaciega.

El pueblo que votó por Castillo no es proterrorista ni prosenderista y, como revelan las encuestas, rechaza ese comportamiento político del gobierno. Ese pueblo creciente y mayoritario requiere que el Congreso esté a la altura de su representación.

A ese esfuerzo deben sumarse todos los partidos de la oposición democrática. No solo la derecha -que ha mantenido en ristre una actitud de vigilancia- sino también el centro, que claudicó en la presentación del gabinete Bellido, pero que ahora tiene la oportunidad de reivindicarse frente a sus propios electores.

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Congreso de la República, Gabinete Bellido, Maraví, Movadef, Pedro Castillo

Difícil definir la semana que pasó. Tal vez la mejor manera de hacerlo sería entender que los peores enemigos son los que están en casa. No se entiende como frente a una posición errática, poco orgánica, muy peleada, el oficialismo -que es más que el gobierno- decida ponerse tantas trabas y trazar una implosión desde su núcleo central. Va esta columna tratando de entender, desde lo que se conoce, qué se está cocinando hacia las próximas semanas.

El factor B

Después de haber obtenido la confianza en el Congreso, se podría prever que desde la PCM se trataría de articular algunos niveles de acercamiento político con los sectores que permitieron que se mantenga en el cargo. Ello no ocurrió, Por el contrario Bellido ha manejado un discurso que obvia esa necesidad de cercanía. Parece que realmente en sus cálculos hubiera preferido perder la confianza. El tema de género, levantado por él durante toda la semana (elegir para despacharse a sus anchas el programa de Belmont es una cerecita en un pastel bien amargo) le abrió una brecha mucho más amplia.

Con todo lo malo que ese flanco abrió, tal vez lo peor del PCM sea no entender cuál es el factor de unidad que genera en su gabinete. Decidieron sacrificar a Béjar, lo cual ha hecho que Béjar pase a ser casi un opositor y nadie quiere ello, y pusieron a Maúrtua, dos personas tan opuestas en su visión de la relación con el exterior que solo confirma que hay sectores que a Castillo le importa poco. Pero también, aparentemente, lo decidieron con Maraví, solo que éste decidió que no se va. Pasando por encima de su jefe directo además. Si Bellido salía a decir que él ministro salía, el ministro salía a decir que no gracias, que se quedaba y que Castillo sabrá hasta cuándo. Ese manejo con impericia con un gabinete que se sostiene por inercia es exactamente la antítesis de la acción de un PCM. 

Pero mejor mostrar nuestro espíritu misógino conversando con Belmont que tener un gabinete sólido y consolidado. Como Cecilia Méndez comentaba en La República el domingo llama la atención también que todo se centre en Maraví cuando tenemos ministros mucho más cuestionados o que deberían serlo como el MTC por ejemplo.

No se trata de cuántos votos sacaron en primera vuelta, que es un argumento muy comentado por analistas para empujar a Castillo y a su gabinete a ceder frente a todos, sino de que son gobierno. El serlo implica gobernar. El gobierno se hace dentro de un sistema de control político permanente. Patear el tablero descoloca a quienes desde adentro sí están apostando por un manejo lógico. Perú Libre, bajo Castillo, no tiene el espacio político para que esa suerte de soberbia genere algún nivel de consenso. Sí, es cierto que Lima no es el Perú. Para tampoco se puede decir que los ratios de aprobación del gobierno afuera de la capital sean maravillosos, apenas son aprobatorios. Entonces es indispensable un espíritu distinto.

Entonces mientras Bellido se mantenga en el gabinete, la posibilidad de tener un manejo más productivo de la PCM será cercana a cero. ¿Por qué no pensar en cambiarlo?  Ese es un misterio sin resolver aún.

El silencio de Castillo

El presidente no habla. Cuando lo hace son discursos cortos, sobre lo que le quiere, llenos de frases comunes y sin sentido de la coyuntura. Parece que su gabinete de asesores no le revisa las cosas que va a decir o no tiene ninguna idea de cómo funciona el Estado y sus instituciones. La mención a una institución de control que quiere crear, sin considerar que describía a la Contraloría, lo exponen innecesariamente y genera un vacío sobre otros temas de los que no quiere hablar.

La intermediación en este país no se basa en voceros sino más bien en discursos de fuente directa. Si Castillo no quiere hablar, pierde un flanco que será rápidamente lleno con voladas, imprecisiones e interpretaciones de los distintos analistas y opositores. Lo que este columnista no entiende es cuánto tiempo tomará para modificar esto, si es que lo hará y cómo la falta de comunicación directa minará más la percepción en la gente.

El Congreso y la oposición

Si desde el Ejecutivo se transmite un mensaje de no entender bien lo que hacen, la imagen concreta de la oposición es que saben bien lo que están haciendo. Y todos los caminos llegan a la ciudad vacancia. Aunque suene de locos siquiera pensarlo, la vacancia ya es una realidad que construir no solo desde los discursos más a la derecha del espectro, sino desde el centro moderado. Las últimas columnas de Augusto Álvarez y de Juan Carlos Tafur, por ejemplo, ya sin pudor deslizan esa posibilidad. Hay poco de base en querer vacar al presidente y es más anecdótico hoy, pero ya se está sostenidamente manteniendo un discurso complejo sobre el tema.

El problema no es la validez del argumento (particularmente pienso que no lo es), sino que en lugar de dar pelea política de frente, se busca borrar una forma no tan extraña de llevar el gobierno. Temas que antes pasaban por denuncias periodísticas en anteriores gobiernos -no por eso aceptables- hoy se flamean como banderas para sacar al gobierno. Si desde el Ejecutivo se amenaza con cuestiones de confianza, desde la oposición se retruca con la vacancia. Al medio muchos nos preguntamos por qué.

Pero además de la manera más torpe, desde la oposición se anula la posibilidad de debate. Las marchas convocadas, dos por semana, el levantamiento de temas que jamás han sido relevantes para ellos -lo del género es trágicamente cómico-, el mostrarse hipersensibles con todo lo que se haga desde el gobierno, lo que termina haciendo es evitar generar la confrontación desde la opinión pública. Sólo importa atacar todo. Poca adhesión real se va a conseguir si se cuestiona todo. Y lo relevante se va a diluir en un mar de nadas.

El confundir la crítica y el control político con la burla y la deslegitimación desde la oposición no contribuyen a ver las deficiencias en un gobierno que también se empeña en mostrarnos sus límites. Menudo escenario nos espera el futuro cercano. De pronóstico difícil. Pero también existe la certeza de que nada bueno va a salir de esto.

En resumen, nos parece difícil que con estos escenarios, la convivencia política y la estabilidad del país serán objetivamente temas con los que viviremos en los próximos meses. Estemos preparados.

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Congreso de la República, Lima, pcm, Pedro Castillo

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 203: ¿En qué se parecen Aldo Mariátegui y Vladimir Cerrón? Y sigue el Gabinete Bellido está a dos días de presentarse en el Congreso. ¿Convienen cambios? ¿A quién?

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Congreso de la República, Guido bellido, Pedro Castillo

¿Qué puede esperarse de la oposición en el Congreso de la República? Hay un escenario posible que se puede construir a partir de la reciente alianza entre Acción Popular, Avanza País, Alianza Para el Progreso y Fuerza Popular en torno a la mesa directiva, su presidencia y conducción. Y es que, de acuerdo a las declaraciones del electo presidente después de la segunda vuelta electoral, Pedro Castillo tiene como primera medida el 28 de julio llevar adelante una Asamblea Constituyente.

Tengamos en cuenta que la política –según Maquiavelo- es la disputa del poder. Y que esa disputa del poder precisa en determinados momentos de negociación y confrontación. De acuerdo a esta premisa, podemos entender que el mensaje que enviaron desde las bancadas congresales en mención sea de firme oposición y de defensa de la Constitución Política vigente y del modelo económico.

En estos momentos, Pedro Castillo (que ganó aproximadamente por 44 mil votos) busca construir poder y legitimidad que no tiene, dado que el país se encuentra dividido. Y qué mejor para él que impulsar un referéndum en la que se convoque a una Asamblea Constituyente. Al estilo de su hoy aliado Martín Vizcarra, Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, de ganar mediante este tipo de convocatoria ¿estaría abriendo un nuevo camino? Es incierto, pero hacia ello apuestan.

Para impedir ese escenario, las bancadas políticas buscarán -ganada ya la mesa directiva del Congreso- negociar cierta agenda que tendrá como objetivo legitimar ante el país la reactivación económica y recuperación sanitaria bajo al actual Constitución. Recordemos que esta reciente alianza en el Congreso cuenta con representantes pertenecientes a las regiones del país. Eso les dará mayor margen de acción para la negociación y la confrontación.

Habrá algún opinólogo que sostendrá que la alianza recién formada se fragmentará a medida que pase el tiempo, dado que hace poco renunció a Renovación Popular uno de los congresistas electos por esta agrupación política. Puede ser, pero eso se tiene que verificar comparando a través del comportamiento de las bancada en el parlamento que se nos fue. De los congresistas electos ha habido muy poca salida de una bancada política para ir hacia otra. Ese fue el caso de Arlet Contreras. Ojo con ese dato.

La alianza parlamentaria recién formada tiene un gran activo: las movilizaciones masivas y constante de apoyo que tuvo Keiko Fujimori de varias organizaciones políticas. Algo que no se había visto desde 1987. Ello también les da posibilidad de mantener disciplinado a esta reciente alianza. Eso al 2026 sigue siendo un incentivo real para poder frenar cualquier tipo de arremetida improvisada o ideológica que pueda realizar el presidente electo Pedro Castillo.

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Asamblea Constituyente, Congreso de la República, Pedro Castillo
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