Tráfico

Manejar en Lima es aprender todo un sistema aparte del evidente que cuenta con reglas de tránsito, etc. Todos los conductores de la ciudad han desarrollado el tercer ojo, uno en la nuca y tal vez más. Si no es imposible, puedes terminar consumido por el flujo automovilístico y quedarte, literalmente, estancado. Nunca aprendí a manejar mecánico, de frente automático cuando me llevaban el primer año a la universidad, que aún tenía 17 años. John, mi maestro al volante, me dio una primera lección que hasta ahora no la olvido y la tengo en mente cuando manejo. Estar detrás del timón es como tener un arma me decía. Lo único que impide que te vuelvas loco y atropelles a la gente sin cesar es tu propio control, más allá de querer hacerlo o no. Si pierdes ese control o manejas desmedidamente, efectivamente puede ser letal. Felizmente no me ha pasado nada grave salvo uno que otro choque sin mayores consecuencias. Tal vez, lo peor que recuerdo fue chocar el carro de mi mamá con el de mi papá. Nervios de principiante. 

John me recogía de la Universidad de Lima, cuando estudiaba ahí, y esas fueron mis pruebas de fuego para manejar luego ya solo. Para regresar tenía que entrar a la Javier Prado y cruzar al otro extremo en menos de 100 metros para dar la vuelta en u y entrar al otro sentido de la avenida. Después de varios meses de hacer eso lo logré Aun no experimentaba el temible road rage, furia al volante, por la emoción de las primeras semanas manejando. Iba feliz, con lentes de sol, rock y reggae a todo volumen y una mano salida por la ventana con un cigarro. En ese momento no sabía lo ridículo que me veía, pero no me importaba tampoco. Disfrutaba mi propia ilusión por mi primer carro. 

La segunda prueba para manejar en Lima la tuve en la carretera y Huaylas, la avenida más caótica que conozco. Igual hay un truco para aligerar su tránsito y es ir por el carril del medio. La primera vez, luego de pasar por Huaylas me fui hasta Cerro Azul en el kilómetro 140, mi playa favorita, pero está bien lejos. Me moría de miedo cuando los autobuses gigantes pasaban por el costado a 80 o 100 kilómetros por hora que hacían que mi pequeño carro se sacuda. Como tenía amigos en el carro mi única meta era llegar seguro sin cometer negligencias. Agarré el timón con las dos manos y sin darme cuenta tensé todo el cuerpo. Cuando llegamos me dolía la espalda, parecía que me había quedado en la misma posición. En fin, si puedes manejar en todas las situaciones que he mencionado ya estás preparado para Lima, aunque en esta ciudad no se puede estar ciento por ciento seguro al volante. Ya que para que la viabilidad funcione tienes que contar con los otros pilotos y eso se sale de tu control. 

Cada vez más autos; mayor contaminación y gasto económico improductivo, retrasos en cargas; la segunda ciudad con más tráfico del mundo; se pierden 68 horas extras al año; renovación de vías fuera de la vista; el tiempo medio en hora punta es de 30-60 minutos; según la pérdida de productividad el tráfico genera un costo de 2 mil millones de soles anuales; San Juan de Lurigancho y Ate tienen los peores resultados de contaminación por autos; mal empleo de semáforos y vías mal comunicadas y un paupérrimo trabajo de la PNP en el área de tránsito.

Esta semana salí en San Valentín por el cumpleaños de un amigo y el regreso fue espantoso. Sumado a que vivo en Barranco y se ha vuelto un infierno por su mala viabilidad. Miraflores estuvo pesado, pero avanzaba. Tranquilo en el carro enano de mi madre, un Fiat 500 de hace 10 años, escuchando Oasis y cantando. Llegando al límite con Barranco hasta bajé el volumen para pensar bien qué hacer. Era una estampida de carros que quería ingresar al distrito

Me puse nervioso porque hace dos años que no manejaba en estas circunstancias. Entré en modo tráfico: preparado para unas cuantas mandadas de mierda, meter carro y no dejarse intimidar por los micros de los que vale la pena recalcar su salvajismo. El diminuto carro no es una buena herramienta para las circunstancias, nadie te respeta y se meten como si fueras un triciclo. Antes sí caía en la tentación de pelearme sin límites. Ahora ya soy más relajado felizmente. Si quieres conocer la verdadera cara de un peruano míralo manejar. Muestran lo peor de cada uno. Simplemente no hay respeto y es la ley de la jungla. Por alguna razón la gente cree que se trata de competir y en el caso de los hombres parecen jugar a ver quién la tiene más grande. Bueno, qué se puede esperar de un país con la masculinidad frágil.

Las parejas de mis costados comenzaban felices, parecían coquetearse. Bastaron 20 minutos y ya se estaban peleando. Las motos locas se meten entre los carriles. Los típicos falsos bravucones que creen que pueden hacer lo que quieran por tener camionetas gigantes que no sirven para nada acá. Yo los cerraba a propósito con mi carro de un metro. Me molesta cuando se meten en partes de la ciclovía o se creen vivos por adelantar por donde no se debe. Unas 5 peleas de carro a carro. Nunca llegan a nada, pero es divertido verlas. Lima está mal de la cabeza, pero tiene su gracia.

Cuento dos anécdotas para entender un poco como se rige la psique colectiva del tráfico. Estaba bajo el sol y puse mi carro para que un camión no pueda adelantarnos en contra. Ojo que mi comportamiento infantil también entra dentro del análisis. Se puso a mi lado de alguna forma y me comenzó a insultar. Le expliqué y me contestó: ¿acá dónde está la autoridad? Me quedé pensando y es cierto, en las calles la policía y quienes deben regular están ausentes, en la propia capital. Me quedé sin palabras e igual me quedé ahí, sin moverme. Era conflictivo

La otra se dio cuando vi cómo un policía estaba manejando borracho, su compañero con una cerveza y prendían la alarma para hacer lo que quisieran. Ya todos vimos el video viral de un policía persiguiendo a otro para multarlo. En eso se basa nuestro tráfico. En una carrera sin reglas sin la noción de mi primer aprendizaje: manejar es como tener un arma. Lo olvidaba, me demoré 1 hora y 20 en llegar a mi casa. 

Tags:

barranco, caos, Tráfico, transporte limeño

La inclusión de la causa de «pérdida de confianza» abre la puerta a que cada nuevo ministro de Transportes entrante cambie a la cabeza de la ATU según sus intereses. Imaginemos que los exministros castillistas, Luis Silva, o Geiner Alvarado, hubieran podido tomar control de a ATU. Los resultados hubieran sido sin duda, nefastos.

Adicionalmente, considerando la alta rotación de ministros a la que lamentablemente está expuesto el Perú, dicha causal pone en riesgo que la cabeza de la ATU sea cambiada constantemente, con lo cual la ejecución de la reforma de transportes se volvería imposible.

La gestión del transporte es una pieza clave en la calidad de vida de los peruanos. El tiempo que nos demoramos en llegar a nuestro trabajo a falta de vías rápidas como el Metro de Lima, o Metropolitano, los accidentes de tránsito, el tráfico, la contaminación sonora, visual, y literalmente del aire que respiramos, son algunas de las cosas relacionadas con el transporte público que nos impactan directamente.

Esperemos que el nuevo presidente de la ATU haga una buena gestión, pero en el interín, sería bueno que el Congreso o el mismo MTC regulen las causas por las cuales se puede poner y sacar a la cabeza de la ATU, para darle independencia del poder político, y cerrar la caja de pandora que acaban de abrir. Sin reforma de transportes, la calidad de vida en Lima, y otras grandes ciudades, no tiene futuro.

Tags:

ATU, contaminación, contaminación del aire, Lima, MTC, Tráfico, transporte público

EL INVASOR Y EL EMPRESARIO

Sudaca también pudo acceder el récord de denuncias contra Luis Girón, quien ahora reclama la titularidad del terreno de la señora Reusche. Él está imputado en un caso que sigue la Fiscalía bajo los delitos de estafa, lavado de activos y fraude en la administración de personas jurídicas. Lo más llamativo de este caso, que aún se encuentra en etapa preliminar, es su coinvestigado: Max Leigh García, un empresario de Piura dedicado al rubro inmobiliario, quien ha sido vinculado a un mediático caso de presunto tráfico de terrenos en la región.

Max Leigh
Max Leigh, empresario que comparte proceso penal con Luis Girón (foto: Facebook)»

Leigh fue uno de los beneficiados de una venta de más de 200 hectáreas por parte de un proyecto del Gobierno Regional de Piura. Según una nota del diario Correo, una ciudadana denunció haber sido despojada del terreno donde habitaba años atrás por parte de los funcionarios de este proyecto. Ellos le solicitaban que abandone el terreno, pues habían vendido “14 hectáreas del predio al ciudadano Max Leigh García.”

Actualmente, Leigh García es gerente general de Urbana Constructora Inmobiliaria y Constructora Inmobiliaria Sausalito, según información de SUNAT. También ocupó el mismo cargo en Global Constructora Inmobiliaria, una empresa que fue dada de baja en 2017. Según su página de Facebook, Girón reconoce haber trabajado un tiempo con Leigh, siendo administrador y contador de la primera empresa mencionada. 

Intentamos comunicarnos con Girón y Leigh, les escribimos a sus redes sociales y llamamos a los teléfonos de sus respectivas empresas, pero no obtuvimos respuesta. Sólo contestó el celular una de las compañías donde Girón asegura ser gerente, pero el interlocutor aseguró no conocerlo. La jueza Ingrid Díaz, por su parte, tampoco respondió el correo en el que le solicitamos sus descargos.

 

 

 

 

Tags:

Piura, sociedad, Tráfico
x