Guardamino asumió la presidencia en un periodo crítico para su comunidad, que estaba atravesando una grave crisis debido a la venta fraudulenta de 10,000 hectáreas de terreno a la empresa Industrias Arguelles, Servicios Generales S.A.C. Esta transacción se realizó durante el mandato de su predecesor, Abel Cruz Mosquera Ortiz, quien falsificó documentos y vendió las tierras a un precio irrisorio, muy por debajo de su verdadero valor.

Ante esta situación, Santiago Guardamino decidió actuar legalmente, interponiendo una demanda de nulidad del contrato ante el 4to Juzgado de Lima Norte y denunciando penalmente a la directiva saliente. Como resultado, Mosquera Ortiz fue condenado a cinco años de prisión efectiva en primera instancia, aunque en segunda instancia la pena se redujo a cuatro años de prisión suspendida. Este caso llegó a la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema (expediente N° 7399-2023), donde la resolución estaba programada para después de la declaración de Guardamino, fijada para el 3 de abril de 2024.

En una reciente conversación con el abogado penalista, Rafael Chanjan. Se abordó el complejo y delicado caso de Santiago Guardamino, cuyo fallecimiento ha generado una creciente preocupación y movilización en la comunidad de Quipan. “Este caso es un tema que debe ser tratado con mucha cautela, ya que involucra no solo la pérdida de una vida, sino también el clamor por justicia en un contexto de desprotección”, comentó el abogado, quien ha seguido de cerca el desarrollo de este caso.

La entrevista reveló la frustración del abogado respecto a la falta de avances significativos en la investigación. “Es comprensible que la familia busque respuestas, pero ¿qué está haciendo la comunidad de Quipan? ¿Qué papel están jugando sus dirigentes en esta lucha?”, cuestionó. Esta inquietud destaca una problemática más amplia: la responsabilidad de las comunidades en la defensa de sus derechos y la importancia del liderazgo local en la búsqueda de justicia.

El abogado también subrayó que la situación de Guardamino no es un caso aislado. “La justicia peruana se ha visto marcada por la indiferencia y la desigualdad. Es alarmante que, en un caso como este, las dinámicas de poder y la influencia de ciertas empresas prevalezcan sobre la justicia humana”, manifestó, reflejando una realidad que afecta a muchas comunidades vulnerables en el país. Esta observación pone de relieve un patrón preocupante: en numerosos casos, las comunidades se sienten desprotegidas ante los intereses económicos de grandes corporaciones, lo que genera un clima de impunidad.

Durante la conversación, el abogado hizo hincapié en la necesidad de una respuesta más contundente por parte de las autoridades judiciales, particularmente de la Fiscalía. “Estamos hablando de un año desde la muerte de Guardamino, y aún no hemos visto avances significativos. Las decisiones de los fiscales hasta ahora parecen estar más alineadas con los intereses de la empresa involucrada que con la búsqueda de justicia para la víctima y su familia”, argumentó.

El abogado también abordó el papel de la comunidad de Quipan, destacando la importancia de su movilización. “Definitivamente, se necesita una movilización no solo de la familia, sino de todos los sectores involucrados para exigir respuestas claras y efectivas de las autoridades. La unión de la comunidad puede ser un factor clave para visibilizar la lucha por la justicia”, enfatizó.

Nota de redacción: La situación se complicó aún más por la implicación de la empresa Industrias Arguelles en el proyecto del relleno sanitario “Proyecto Ecológico Sanitario Kurumi”, que se iba a llevar a cabo en los terrenos adquiridos de manera fraudulenta. La declaración de Guardamino ante la Corte Suprema era fundamental, ya que su testimonio podría conducir a la anulación del contrato y la restitución de las tierras a la comunidad de Quipan. Sin embargo, su asesinato, que ocurrió con nueve disparos, truncó esta posibilidad y le impidió presentar su testimonio.

Además del proceso penal, Guardamino había iniciado un procedimiento civil para anular la compraventa de las tierras, el cual estaba estrechamente relacionado con el resultado del caso en la Corte Suprema. Ahora, la comunidad enfrenta un futuro incierto, marcado por la pérdida de su líder y defensor en un momento crucial de su lucha por la justicia y la recuperación de sus tierras.

Además, señaló que la búsqueda de justicia no debería ser una tarea exclusiva de la familia de la víctima. “Este es un asunto que trasciende a un individuo. Hablamos de derechos humanos y de la necesidad de proteger a toda una comunidad que ha sufrido las consecuencias de la acción de una empresa que, aparentemente, ha manipulado documentos para intentar justificar su actuar”, dijo.

Al acercarse el primer aniversario de la muerte de Guardamino, el abogado instó a redoblar los esfuerzos para obtener justicia. “Lamentablemente, los esfuerzos pueden ser suficientes para la familia, pero recordemos que no es un problema entre una persona con otra. Este es un caso que resuena en toda la comunidad y que necesita una respuesta contundente del sistema judicial, partiularmente del Ministerio Público”, añadió.

Finalmente, el abogado cerró la conversación con un llamado a la reflexión. “La justicia no debe ser un privilegio de unos pocos. Es fundamental que el Estado y las instituciones encargadas de velar por los derechos humanos actúen con responsabilidad y compromiso. El caso de Santiago Guardamino es un recordatorio de las luchas que enfrentan muchas comunidades en el país y de la necesidad urgente de un sistema legal que proteja efectivamente los derechos de todos, sin excepción”.

Mientras la comunidad de Quipan espera una respuesta, el eco de su búsqueda de justicia resuena cada vez más fuerte. Este caso pone de manifiesto la importancia de la participación ciudadana y del compromiso colectivo en la defensa de los derechos humanos, así como la urgencia de un cambio en la forma en que se ejerce la justicia en el Perú. La lucha por la justicia de Guardamino no solo es la lucha de su familia, sino la de toda una comunidad que clama por un trato equitativo y justo.

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Arguelles, Quipan, Santiago Guardamino

El exministro de Defensa del gobierno de Dina Boluarte, Jorge Chávez Cresta, a pesar de contar con una orden de impedimento de acercamiento emitida por su expareja, Tamara Gutiérrez, ingresó este viernes por la tarde a la vivienda que compartían y, un grupo de ‘matones’, violentó a Gutiérrez hasta sacarla del domicilio.

Entre patadas, puñetes y jalones de cabello. Fueron solo algunas de las agresiones que recibió Gutierrez antes de ser sacada de su domicilio mientras Chavez Cresta se encontraba detrás de este grupo. 

Gutierrez seguía residiendo en el domicilio que compartió con el exministro a la espera de una resolución favorable con respecto a la vivienda

“La policía estuvo presente y no hizo nada”, fueron las palabras de Gutiérrez, quien conversó con nosotros minutos después de ser agredida. La expareja de Chavez Cresta se encontraba en la calle con un tono lloroso y asustada después de haber sido golpeada en diferentes partes del cuerpo. Alegaba que hasta habían matado a las mascotas que tiene en su vivienda, ya que al cierre de este informe todavía no tenía acceso al domicilio. 

Tamara Gutiérrez grabó minutos después a las agresoras quienes entraron con Chávez Cresta a su domicilio

Chavez Cresta y Gutierrez compartieron una relación de varios años hasta que el exministro de Dina Boluarte abandonó el domicilio que compartían en abril del año pasado. “Compartimos vivienda hasta el mes de abril del 2024 que el señor abandonó el hogar después de propinarme una golpiza”, menciona Gutierrez.

No serían las primeras agresiones:

Gutiérrez denuncia que personas inescrupulosas se han estado acercando a su vivienda días antes del desalojo y alega que fueron mandados por el hermano del exministro, Mario Chavez Cresta. En el video que nos hicieron llegar, se visualiza a una persona ajena a la denunciante cerca al domicilio que compartían Chavez Cresta y Gutierrez en Chorrillos.

Gutiérrez graba a quien presuntamente estuvo merodeando su vivienda días antes del desalojo

Además, ha recibido amenazas desde su celular por números desconocidos. Todo esto ocurre días antes del desalojo. 

Benjamín Zevallos 

Mensaje recibido desde su celular a inicios de año

“El señor Chávez Cresta se niega a firmar el documento y tomar conocimiento de las medidas”, menciona Gutierrez mientras recuerda la denuncia que realizó contra el exministro por violencia.

Benjamín Zevallos

Orden de medidas de protección a favor de Tamara Gutierrez

Nos comunicamos con  el Ministerio de la Mujer, pero lamentablemente no tuvimos respuesta alguna o una solución certera para este tipo de casos. Al cierre de este informe, Tamara Gutierrez sigue fuera del inmueble y con el temor de que su vida se vea afectada o expuesta a personas inescrupulosas. Nos menciona que ha vuelto a ser agredida por estos matones mientras se conduce a la comisaría más cercana del distrito de Chorrillos.

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Jorge Chávez, Mario Chavez, Tamara Gutierrez

Este caso se extiende a la alcaldía de Santa Anita, después de un informe publicado por Hildebrandt en sus Trece, que sigue siendo un escenario de tensión y violencia, donde amenazas y asesinatos parecen estar vinculados al negocio de la recolección de basura. Un año y medio después del asesinato del teniente alcalde John Valverde, las mafias locales han puesto en la mira a Ruth Cuno Chura, la actual teniente alcaldesa, quien podría asumir el cargo si se concreta la vacancia del alcalde Olimpio Alegría.

Cuno fue víctima de una amenaza verbal mientras regresaba a casa. Un desconocido le gritó desde un vehículo, advirtiéndole que cesara con sus acciones relacionadas con la vacancia del alcalde. La regidora, quien no denunció la amenaza, pensó que el incidente no tendría mayores repercusiones. Sin embargo, seis días después, la situación empeoró.

A la medianoche, un grupo de personas prendió fuego en la puerta de su casa, dejando un sobre con tres balas y una nota que le advertía: «Sigue con la vacancia y te pasará lo mismo que a John». Cuno, visiblemente afectada, explicó que el móvil de las amenazas está relacionado con el proceso de vacancia que enfrenta el alcalde, quien es señalado por presuntas irregularidades en su gestión, especialmente por la contratación de su exasesor de campaña en el municipio.

A pesar de no saber quién está detrás de estas amenazas, Cuno está convencida de que todo está vinculado a la disputa por el negocio de la recolección de residuos en el distrito. En la investigación sobre el asesinato de Valverde, que aún no ha logrado esclarecerse, se apunta a la existencia de una mafia relacionada con este negocio, que opera en varios distritos de Lima.

La empresa encargada de la recolección de basura en Santa Anita, Industrias Argüelles, de quien hemos hablado en diferentes informes de Sudaca, ha sido señalada como un punto clave en este entramado de intereses. El contrato de la empresa vence este año, y los regidores de la municipalidad, entre ellos Cuno, habían solicitado su rescisión. Sin embargo, el alcalde se negó a revisar estos contratos, lo que generó fricciones con su propio concejo municipal.

Vecinos de Santa Anita, que pidieron mantener su anonimato por temor a represalias, sostienen que las amenazas contra Cuno están vinculadas a la negativa de la gestión municipal a ceder a los intereses de las mafias que controlan el negocio de la basura.

El caso se complica aún más con las denuncias de corrupción dentro del concejo. Limber Bustamante, impulsor del proceso de vacancia contra el alcalde, reveló que recibió amenazas directas de parte de un desconocido que le advirtió sobre las consecuencias de continuar con la solicitud. En respuesta, el alcalde defiende su gestión, argumentando que no cometió ninguna irregularidad al contratar a su exasesor.

En el contexto de Santa Anita, la violencia no es un hecho aislado. En abril del año pasado, el líder de la banda «Los Gallegos de Santa» fue detenido por su vinculación con el sicariato y el tráfico de terrenos, además de extorsionar a pequeños comerciantes y mototaxistas. La regidora Jacqueline Beatriz Barzola, también involucrada en el caso, está actualmente detenida por presuntos vínculos con esta banda.

Ruth Cuno, por su parte, insiste en que su lucha no es contra el alcalde, sino por hacer cumplir la ley, a pesar de las amenazas constantes. «Lo que quiero es llegar hasta las últimas consecuencias porque de por medio está mi vida. Temo por mi familia», concluye la regidora, quien continúa desempeñando su labor en medio de un clima de violencia y corrupción que sacude la alcaldía de Santa Anita.

Santiago Guardamino, un defensor de los derechos territoriales en la comunidad de Quipán, fue asesinado el 20 de marzo de 2024, justo horas antes de presentar su testimonio ante el Ministerio Público. Su trabajo se centraba en denunciar irregularidades relacionadas con la empresa Industrias Argüelles, que está implicada en la apropiación fraudulenta de 10,000 hectáreas de tierras comunales. Este acto delictivo habría involucrado falsificación de documentos y sobornos a funcionarios públicos.

Guardamino había recibido amenazas en varias ocasiones, especialmente por su activismo en contra de la empresa, que se sospecha opera en complicidad con altos funcionarios. Su asesinato, considerado premeditado, ha dejado a su familia —una viuda y dos hijos— en busca de justicia, mientras las investigaciones continúan.

El Ministerio Público, a través de la Primera Fiscalía Corporativa Penal de Magdalena del Mar, ha iniciado una investigación preliminar sobre presuntos delitos relacionados con el manejo de residuos sólidos en el Proyecto Ecológico Sanitario Kurumi. La denuncia fue presentada por Santiago Edgar Guardamino Gonzales, presidente de la comunidad campesina de Quispán, e involucra a varios funcionarios del Ministerio del Ambiente (MINAM) y de la Dirección Regional de Salud de Lima (DIRESA-Lima).

Los funcionarios, incluidos Nancy Chauca y Elizabeth Ochoa, son acusados de actuar en contubernio para desviar el proceso de evaluación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Se alega que el Gobierno Regional de Lima emitió una resolución administrativa sin la debida competencia, afectando la correcta tramitación del EIA.

La Fiscalía ha comenzado a recolectar pruebas y documentos, y se investiga la posible comisión de delitos por incumplimiento de normativas ambientales y el otorgamiento ilegal de derechos, que podrían acarrear sanciones penales para los involucrados. Este caso resalta la necesidad de transparencia y legalidad en la gestión ambiental y la importancia de proteger el medio ambiente en el desarrollo sostenible del país.

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Arguelles, Basura, Guardamino, Santa Anita

La situación de la concesionaria Innova Ambiental y su relación con el manejo de residuos sólidos en Lima se encuentra en un punto crítico. La empresa, encargada de operar el relleno sanitario Portillo Grande y otras infraestructuras de gestión de residuos, está sumida en una serie de irregularidades y denuncias que cuestionan su compromiso con la salud pública y el medio ambiente. Mientras el Ministerio del Ambiente (MINAM) continúa con el proceso de evaluación del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) de este relleno sanitario, los vecinos de la zona han tomado medidas drásticas ante lo que consideran una gestión negligente y perjudicial. El futuro de Innova Ambiental está hoy en la cuerda floja, en medio de luchas vecinales y una administración que todavía no ha dado respuestas claras.E

El contexto del conflicto: el fin de un contrato y la lucha por la transparencia

La controversia sobre Innova Ambiental comenzó a tomar fuerza en 2024, cuando el Ministerio del Ambiente rechazó la solicitud de la empresa para realizar una reunión sobre el PAMA de Portillo Grande. La solicitud había sido presentada por el Comité de Gestión Parlamento 10, compuesto por ciudadanos y organizaciones de la comunidad, con el objetivo de discutir la evaluación del manejo ambiental del relleno sanitario ubicado en el distrito de Lurín. Sin embargo, el MINAM denegó la reunión, alegando que la evaluación del PAMA aún está en proceso, lo que generó un clima de desconfianza tanto en los vecinos afectados como en las autoridades locales.

La empresa, que operaba hasta recientemente el relleno sanitario Portillo Grande, así como otros centros de disposición de residuos como El Zapallal y Huayna Cápac, ha estado en el centro de la polémica. A partir del 30 de mayo de 2024, Innova Ambiental cesó sus operaciones en estas infraestructuras debido a la culminación de su contrato con la Municipalidad Metropolitana de Lima, que abarcaba la gestión de estos sitios. Tras este fin de contrato, la empresa devolvió las instalaciones a la Municipalidad, transfiriendo todos los derechos y obligaciones legales y ambientales. Sin embargo, la situación dejó varias interrogantes sin responder sobre el futuro de la gestión de residuos en la ciudad y las condiciones en las que quedaron las infraestructuras.

Irregularidades y la solicitud de actualización del Registro Autoritativo

Con el fin del contrato con la Municipalidad de Lima, Innova Ambiental procedió a solicitar al Ministerio del Ambiente la actualización de su Registro Autoritativo para excluir varias de las infraestructuras de residuos sólidos que operaba. Esta solicitud fue enviada por Marcelo Socoowski Azev, Gerente General de la empresa, quien firmó una carta dirigida al Director General de Residuos Sólidos del MINAM, Luis Alberto Bravo Barrientos. En esta misiva, la empresa adjuntó los documentos correspondientes, incluyendo una copia de la vigencia de poder del representante y comunicaciones oficiales con la Municipalidad Metropolitana de Lima.

A pesar de este esfuerzo por formalizar la finalización de las operaciones, el Ministerio del Ambiente aún no ha emitido una respuesta oficial sobre la solicitud. La incertidumbre persiste, ya que las autoridades competentes no han dado un pronunciamiento claro, dejando en suspenso el futuro de la empresa y la situación de las infraestructuras que quedan bajo su responsabilidad.

La inquietud vecinal y las movilizaciones

A lo largo de los últimos años, la presencia de Innova Ambiental en Lima ha estado marcada por la insatisfacción de los vecinos y las denuncias de contaminación ambiental, desinformación y negligencia en la gestión de residuos. La comunidad de Lomas de Carabayllo, por ejemplo, ha sido una de las más afectadas por los problemas derivados de la operación de los rellenos sanitarios de Portillo Grande y El Zapallal. La acumulación de residuos, las malas condiciones de higiene y la falta de un manejo adecuado de los desechos ha provocado una crisis ambiental que no ha sido tomada en serio por las autoridades responsables.

Los habitantes de las zonas cercanas a estos rellenos han expresado su desconfianza en la capacidad de Innova Ambiental para manejar adecuadamente los residuos y han exigido a las autoridades una respuesta más contundente ante la situación. En consecuencia, los vecinos han comenzado a organizarse para realizar movilizaciones y plantones frente a las instituciones encargadas de la fiscalización y la gestión de residuos, exigiendo transparencia y justicia para los afectados por la ineficiencia de la concesionaria.

El vínculo de Innova Ambiental con la corrupción municipal

El escándalo no termina ahí. En medio de este contexto, la relación de Innova Ambiental con funcionarios municipales y el manejo de recursos públicos ha sido objeto de críticas. Según denuncias recibidas, la empresa habría cobrado excesivas sumas a la Municipalidad de Lima durante los 29 años de su contrato. Estos pagos habrían sido hechos por el uso de infraestructuras como los rellenos sanitarios de Portillo Grande y El Zapallal, que supuestamente fueron operadas de manera deficiente, sin tener en cuenta los impactos negativos que esto causó en la salud de los vecinos.

Una carta enviada al alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, detalla las presuntas irregularidades cometidas por la concesionaria y señala a funcionarios municipales como responsables de haber favorecido a Innova Ambiental. En el documento, se acusa a la empresa de haber dejado los rellenos sanitarios en un estado deplorable tras la culminación del contrato en 1995, afectando gravemente las condiciones de vida de los residentes cercanos. Además, se menciona que ciertos funcionarios de la Municipalidad habrían obstruido las investigaciones sobre las irregularidades cometidas por la concesionaria, protegiendo así sus intereses.

La remoción de la Licenciada Mariana Jiménez Jara, Gerente de Servicios a la Ciudad, también ha sido señalada como parte de un intento por frenar las acciones que estaban siendo tomadas contra Innova Ambiental. Jara, quien había mostrado firmeza en su lucha por la transparencia, fue retirada de su puesto en un acto que, según las denuncias, favoreció los intereses de la empresa.

Una concesionaria sin credibilidad y el futuro incierto

Hoy, Innova Ambiental se enfrenta a una situación difícil. La desinformación y las irregularidades cometidas durante su gestión han dejado una mancha en su reputación, mientras los vecinos continúan luchando por recuperar el control de sus tierras y por que se haga justicia por los daños ambientales. La empresa, que en su momento fue vista como una solución a los problemas de residuos de Lima, ha quedado atrapada en una serie de escándalos que la han colocado en el ojo del huracán.

Mientras tanto, la Municipalidad de Lima se enfrenta a presiones por parte de los vecinos afectados y las autoridades para que asuma su responsabilidad en la supervisión de estos proyectos. Aunque se ha prometido una reorganización en el servicio de limpieza pública, la falta de acción concreta y el desinterés por solucionar los problemas de fondo sigue siendo una preocupación.

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Carabayllo, INNOVA, munilima

Sheyla Cóndor tenía 26 años y una vida por delante. Desapareció un miércoles de noviembre y dejó tras de sí un vacío que su madre intentó llenar con preguntas. Preguntas que chocaron contra una pared de indiferencia en la comisaría de Santa Anita. «Seguro está con un noviecito», le dijeron, palabras que hoy resuenan como sentencia. No era la primera vez que el sistema le daba la espalda a una mujer; tampoco será la última, si seguimos permitiendo que esto ocurra.

La madre insistió, porque las madres siempre saben. Porque los silencios de sus hijas son gritos que las desvelan. Y aunque encontró pistas —mensajes, un nombre, una dirección—, el reloj seguía corriendo, y con cada minuto que pasaba, la posibilidad de un final diferente se desvanecía. Para la Policía, era solo otro caso más que esquivar. Para Elsa Torres, era su hija, su Sheyla, que no volvía a casa.

El hallazgo del cuerpo, días después, fue un golpe seco, brutal, que nadie debería experimentar. Encontrarla no fue un alivio; fue confirmar los peores miedos. Sheyla fue asesinada por Darwin Condori, un suboficial de la Policía Nacional del Perú, alguien que debía proteger, pero que en cambio se convirtió en verdugo. El detalle macabro de cómo se ocultaron sus restos no es lo más indignante, aunque es insoportable. Lo peor es todo lo que pudo evitarse.

Condori no era un desconocido para las autoridades. Tres denuncias de abuso sexual ya pesaban sobre él. Tres mujeres que hablaron, que gritaron su dolor, y no fueron escuchadas. ¿Qué se necesita para que alguien así sea apartado de un uniforme? ¿Cuántos gritos ignorados, cuántas señales pasadas por alto? La respuesta está en el silencio cómplice de quienes prefirieron mirar hacia otro lado.

No fue solo un feminicidio; fue una cadena de traiciones. Una institución que debía proteger y falló. Un sistema que dejó a Sheyla sola. Una sociedad que aún permite que ser mujer sea una condición de riesgo. El destino de Sheyla estaba marcado desde el momento en que quienes tenían el poder de actuar eligieron no hacerlo.

Y cuando todo parecía insostenible, la tragedia se volvió aún más oscura. Darwin Condori apareció muerto en un hostal, con una carta cuyo contenido aún no conocemos. Un cierre que no es cierre, una verdad que parece querer ocultarse. Las imágenes de policías manipulando la escena, de nuevo, dejan más preguntas que respuestas. ¿Fue suicidio? ¿Fue un encubrimiento? ¿Quién más está detrás de todo esto? Porque no nos engañemos: este no es un crimen aislado. Es un reflejo de un sistema corrupto que no solo protege a los culpables, sino que perpetúa la violencia.

Sheyla ya no está. Su madre no podrá abrazarla de nuevo, ni verla cumplir sus sueños. Pero su nombre sigue resonando, convertido en bandera de indignación y lucha. En las calles de Comas, las marchas claman por justicia, no solo para Sheyla, sino para todas las mujeres que han sido olvidadas por un sistema que las desampara.

Esta historia no debe ser un cierre, sino un comienzo. El Perú no puede seguir siendo un país donde las denuncias son desestimadas, donde los feminicidas llevan uniforme, donde las madres lloran solas. Sheyla merece justicia, sí, pero también merece memoria. Porque su muerte no puede ser en vano. Porque ella, como tantas otras, debe ser el grito que despierte a un país que no puede seguir dormido.

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defensa, Feminicidio, Perú

En Trujillo, dentro del área protegida que abarca el sitio arqueológico de Chan Chan, se desarrolló una alarmante situación: la construcción de una urbanización que amenazaba gravemente este patrimonio cultural de la humanidad. Esta intervención ilegal incluyó la delimitación de cientos de lotes, la instalación de postes eléctricos, la construcción de parques y hasta la habilitación de canchas deportivas, transformando un espacio intangible en un área habitada. Según los registros, estas actividades comenzaron alrededor del 2021, cuando se levantaron cercos perimétricos y se trazaron las primeras estructuras.

La urbanización, conocida como Pampas de Santa María y situada en el distrito de Huanchaco, se encuentra a escasos 560 metros de la huaca El Obispo, una imponente estructura piramidal que forma parte del Complejo Arqueológico de Chan Chan. Pese a su valor histórico y arqueológico, esta huaca no ha sido objeto de investigaciones profundas, lo que aumenta la gravedad del impacto de las construcciones cercanas.

Detrás de este proyecto se encontraba la Asociación de Vivienda Praderas de San Isidro, que promovió la venta de terrenos en la zona, a pesar de las advertencias del Ministerio de Cultura y de las acciones legales emprendidas. En julio de 2021, las autoridades habían solicitado un Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA) para nueve hectáreas dentro de la zona protegida, con el objetivo de detener las actividades. Sin embargo, la asociación ignoró las restricciones y continuó avanzando con las construcciones.

Ante esta situación, la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de La Libertad presentó una denuncia formal ante el Ministerio Público, lo que dio inicio a dos procesos administrativos sancionadores. Según declaraciones de Sandra Barrantes, directora del área de Defensa Legal de la DDC, la demolición de las estructuras ilegales dependería de los plazos establecidos para las ejecuciones coactivas, lo que podría extender el tiempo necesario para restaurar la legalidad en la zona.

El Ministerio de Cultura, por su parte, reforzó sus medidas para proteger el patrimonio arqueológico de la región. David Calderón De Los Ríos, director de la DDC La Libertad, anunció una serie de acciones, entre ellas el desalojo de ocupantes ilegales y el inicio de procesos penales y administrativos contra los responsables. Calderón también resaltó la importancia de la colaboración ciudadana, instando a la población a denunciar cualquier tipo de atentado contra los sitios arqueológicos mediante un formulario habilitado por el Ministerio.

Además de abordar las invasiones en Chan Chan, el Ministerio de Cultura destinó un presupuesto significativo para mejorar las condiciones de otro monumento clave del Complejo Arqueológico: la huaca Takaynamo. Con una inversión de más de dos millones de soles, se dio inicio a la construcción de infraestructura turística, como almacenes, laboratorios, servicios higiénicos, casetas de seguridad y un cerco perimétrico, todo con el objetivo de preservar el sitio y abrirlo al público en condiciones óptimas.

Benjamín Zevallos
Entrada de la Zona Arqueológica de Chan Chan: Foto: Defensoría del Pueblo

Esta situación no solo puso en evidencia los constantes riesgos que enfrenta el patrimonio cultural del país, sino también la necesidad urgente de medidas más eficaces para proteger estos espacios únicos. Mientras se aguarda la resolución de las denuncias y los procesos judiciales, las autoridades continúan trabajando para garantizar que la historia y la herencia cultural de Chan Chan no sean destruidas por actos de negligencia e ilegalidad. 

Urteaga invocó a no comprar terrenos ilegales

En su momento, Leslie Urteaga Peña, entonces ministra de Cultura, denunció las invasiones que afectan zonas arqueológicas protegidas como Chan Chan, en Trujillo. Durante su gestión, se reportaron 64 procesos administrativos y denuncias penales contra personas que se habían apropiado ilegalmente de terrenos dentro de áreas intangibles. Estas invasiones, impulsadas mayoritariamente por traficantes de tierras, generaron lotizaciones que fueron vendidas a compradores desprevenidos, pese a la imposibilidad de acceder a servicios básicos en estos espacios.

La Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad (DDCLL), en conjunto con la Policía Nacional, llevó a cabo múltiples desalojos de estas áreas invadidas, incluyendo Chan Chan y otros sitios arqueológicos importantes. Urteaga había subrayado que tanto el Ministerio de Cultura como la Procuraduría estaban comprometidos en sancionar a los responsables y detener estas prácticas que ponían en riesgo el patrimonio cultural.

Durante su mandato, también se enfocó en la conservación del patrimonio arqueológico. En Chan Chan, se implementaron medidas preventivas para proteger los muros más afectados de posibles lluvias y se realizaron acciones de restauración en diversas estructuras. Asimismo, se abordó la problemática de las casonas históricas deterioradas, aunque su intervención se veía limitada por el hecho de no ser de propiedad estatal.

En cuanto al turismo, la exministra impulsó proyectos en coordinación con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo para mejorar los servicios públicos en Chan Chan, único conjunto amurallado abierto al público. Estas iniciativas buscaban garantizar la preservación del sitio y promover su uso social, beneficiando tanto a los visitantes como a la comunidad local.

En la provincia de Sánchez Carrión, Urteaga también supervisó avances en la delimitación del Complejo Arqueológico Marcahuamachuco. Sin embargo, al finalizar su gestión, aún quedaba pendiente el saneamiento físico legal de aproximadamente el 45,5% del área.

Antes de dejar el cargo, Urteaga hizo un llamado contundente a la ciudadanía para que no adquiriera terrenos en zonas protegidas, recordando que estas acciones no solo eran ilegales, sino que también amenazaban el legado cultural del país.

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Chan Chan, Perú, traficantes de terrenos, Ventas

Se menciona últimamente el sensacionalismo cuando intentamos informar una noticia o un hecho que impacta nuestra sociedad. Lamentablemente no podemos ser mezquinos a la terrible realidad que afrontamos desde que asumimos nuestro rol de periodista y, no obstante, todos aquellos que de alguna manera salen adelante y que se ven intimidados o vulnerados por la inseguridad y el constante golpe a nuestra integridad.

Guardamino no mato, no robó y mucho menos realizó acciones negativas contra la comunidad de Quipan. Al contrario, defendió los derechos de sus representados con arduo trabajo e investigaciones que, al día de hoy, siguen siendo inconclusas. 

Y no, no es una noticia sensacionalista poner en la palestra a una persona que no debió morir como pasó con Santiago Guardamino. Un hombre que es padre y deja huérfanos a sus hijos y una viuda que busca respuestas. Todo recae en un solo responsable que desde la comunidad de Quipan, los familiares y las investigaciones lo testifican. 

¿Por qué matar a una persona justo un día antes que fuera a declarar al Ministerio Público?

Las cosas en la comunidad de Quipan ya no estaban bien, el mismo Guardamino lo advirtió. Se lo advirtió a su padre y a su esposa, pero el compromiso con su gente seguía intacto.

En ese fatal día ya venían amenazando a Guardamino que cesara las investigaciones contra la empresa Argüelles, sin embargo, continuó hasta esa noche que silenciaron su voz, pero su trabajo quedó en manos del Ministerio Público. 

El 21 de junio de 2024, la Tercera Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada Contra la Criminalidad Organizada abrió una investigación que colocó en el centro de la polémica a Pedro Guardamino Campos, padre del dirigente asesinado. Pedro presentó una denuncia contra empresarios, exfuncionarios públicos y especialistas del Ministerio de Ambiente, a quienes acusó de delitos como homicidio calificado, falsificación de documentos y usurpación agravada.

Entre los principales señalados figuran:

  • Aniceto Elvis Arguelles Loayza, socio de Industrias Arguelles y Servicios Generales SAC.
  • Karen Marianella Pasco Flores, gerente general de la misma empresa.
  • Abel Cruz Mosquera Ortiz, expresidente de la Comunidad Campesina de Quipán.
  • Elizabeth Ochoa Torres, ex especialista en impacto ambiental del Ministerio de Ambiente.
  • Gerson Guillen Arguelles, gerente general de la empresa Constructora y Servicios ALYM S.A.C.

La denuncia sostiene que estos actores se coludieron para apropiarse ilegalmente de 10,000 hectáreas de tierras comunales mediante la falsificación de documentos, simulación de ventas y sobornos a funcionarios públicos.

Uno de los puntos más críticos del caso es la adquisición fraudulenta de tierras comunales. Según la denuncia, el 12 de diciembre de 2016, Karen Pasco Flores compró 10,000 hectáreas por un precio irrisorio de 600,000 soles, a pesar de que su valor real ascendía a más de 5.5 millones de soles. Esta transacción se habría realizado con documentos falsificados y la complicidad de Abel Cruz Mosquera, quien entonces presidía la comunidad.

El objetivo era desarrollar el Proyecto Ecológico Sanitario Kurumi, un vertedero de residuos sólidos que desde su construcción ha generado severos daños ambientales y afectado la salud de los residentes. Guardamino lideró múltiples denuncias contra Industrias Arguelles, acusándola de operar sin cumplir con los estándares legales y de haber causado contaminación en las fuentes de agua de la comunidad.

El asesinato: Silenciar a un líder incómodo

El 20 de marzo de 2024, Santiago Guardamino fue asesinado a pocas horas de presentar su testimonio ante el Ministerio Público. Este testimonio, clave para su denuncia de nulidad del acto jurídico que permitió la apropiación fraudulenta de las tierras, podría haber comprometido gravemente a Industrias Arguelles y sus socios.

La Fiscalía considera que el asesinato fue premeditado y directamente relacionado con su activismo. El hecho resalta las amenazas que enfrentan los líderes comunales en su lucha por defender sus territorios frente a intereses económicos y políticos.

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basura de lima, Funcionarios, Lima, MML, Municipalidad de Lima

En el centro de la controversia está la relación de la MML con la concesionaria Innova Ambiental, una empresa encargada del manejo de residuos sólidos en la ciudad. A pesar de la finalización de su contrato el 30 de mayo de 2024, las acusaciones sobre favoritismo y prácticas opacas han persistido, incluyendo la utilización de la modalidad de contratación directa para beneficiar a ciertos proveedores.

El papel de Pablo Paredes Ramos

Desde que asumió la dirección de la GSCGA, Paredes Ramos ha sido objeto de múltiples señalamientos. Según denuncias, su gestión ha estado marcada por retrasos en la entrega de documentación a las investigaciones relacionadas con Innova Ambiental, además de un supuesto direccionamiento en los procesos de contratación.

La denuncia penal presentada en su contra también incluye a otros funcionarios municipales:

  • Ana del Carmen Mendoza Chirichigno, quien, a pesar de estar inhabilitada para trabajar con el Estado, ha ejercido como una asesora de facto con influencia directa sobre decisiones clave.
  • María Carolina Salas Bermejo, Jefa de la Oficina de Logística, presuntamente involucrada en irregularidades en los procesos de adquisiciones.
  • Lidia Carmen Burgos Rodríguez, administradora de la Oficina General de Administración, acusada de coaccionar a empleados logísticos para fomentar contrataciones directas.
  • Liz Díaz Becerra, Jefa de la Oficina de Adquisiciones, quien también ha sido señalada por su rol en procesos irregulares.
  • Giuliana Grisel Haggenmiler Gutiérrez y Karina Jeniffer Blaz Correa, especialistas en logística, presuntamente colocadas en posiciones estratégicas para facilitar prácticas irregulares.

Paredes Ramos habría utilizado su influencia para consolidar un esquema que, según la denuncia, priorizaba intereses privados sobre el bien público. Este entramado se sustentaba en amenazas laborales y un control centralizado de áreas críticas, como logística y servicios ambientales.

Innova Ambiental: De concesionaria clave a eje de controversia

Innova Ambiental, encargada de la operación de infraestructuras como los rellenos sanitarios de Portillo Grande y El Zapallal, enfrenta un escrutinio sin precedentes. Durante los 29 años que trabajó con la MML, se le acusa de haber explotado bienes municipales para generar ganancias millonarias, dejando las instalaciones en estado deplorable tras el término del contrato.

El caso más notorio es la clausura del relleno sanitario Portillo Grande el 29 de mayo de 2024 por razones de insalubridad, lo que confirmó las denuncias de vecinos y activistas medioambientales. A pesar de estas acciones, la MML ha sido señalada por su aparente interés en mantener a la concesionaria operando en la capital, lo que plantea interrogantes sobre los beneficios ocultos detrás de esta relación.

Por su parte, Innova Ambiental ha solicitado la actualización de su Registro Autoritativo EO-RS-00073-2020, argumentando la devolución de las infraestructuras a la Municipalidad. Sin embargo, la Dirección General de Gestión de Residuos Sólidos del Ministerio del Ambiente (MINAM) ha rechazado algunas de estas solicitudes, enfatizando que la evaluación del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) aún está en curso.

Reubicaciones estratégicas y un patrón preocupante

La llegada de Paredes Ramos a la GSCGA coincidió con el traslado de Giuliana Haggenmiler y Karina Blaz, especialistas en logística, a posiciones dentro de su nueva gerencia. Según las denuncias, estas funcionarias se encargaron de diseñar requerimientos específicos para justificar contrataciones directas, lo que elude los procedimientos competitivos establecidos por la Ley de Contrataciones del Estado.

Los requerimientos eran enviados por correo electrónico o WhatsApp al personal logístico de las divisiones correspondientes.

Este personal los ingresaba al Sistema de Gestión Documentario (SGD) de la MML, obteniendo las firmas digitales necesarias.

Finalmente, los requerimientos eran procesados por la Subgerencia de Servicios a la Ciudad y derivados a la Oficina de Logística, donde María Carolina Salas Bermejo y Liz Díaz Becerra gestionaban los contratos finales.

Estas prácticas, bajo la dirección de Paredes Ramos y la influencia de Ana Mendoza Chirichigno, evidencian un patrón de corrupción que habría beneficiado a proveedores cercanos a ciertos funcionarios municipales.

El deterioro en la gestión de la limpieza pública ha generado indignación entre los vecinos de Lima. La acumulación de basura en el Centro Histórico y otros distritos refleja una crisis sanitaria que afecta directamente la calidad de vida. Los ciudadanos, organizados en colectivos, han solicitado respuestas claras y acciones concretas, incluyendo movilizaciones frente a la Municipalidad y el MINAM.

La remoción de Mariana Jiménez Jara, exgerente de Servicios a la Ciudad, también ha sido motivo de controversia. Su destitución, según documentos filtrados, favoreció a Innova Ambiental al eliminar a una funcionaria que había actuado enérgicamente contra la concesionaria.

Una crisis en busca de soluciones

El caso de Innova Ambiental y las denuncias contra Pablo Paredes Ramos representan una encrucijada para la MML. La corrupción no solo mina la confianza en las instituciones públicas, sino que también repercute en los servicios esenciales que los ciudadanos esperan recibir.

Las investigaciones en curso deben ser respaldadas por mecanismos de transparencia y rendición de cuentas para garantizar que los responsables enfrenten las consecuencias legales correspondientes. Asimismo, es imperativo reformar los procesos de contratación y supervisión dentro de la Municipalidad para evitar que situaciones similares se repitan.

Mientras tanto, la ciudadanía sigue esperando respuestas concretas. ¿Será este el inicio de un cambio en la gestión pública o solo otro capítulo más en una larga lista de escándalos?

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Funcionarios, Lima, MML

El Ministerio Público, a través de la Primera Fiscalía Corporativa Penal de Magdalena del Mar, San Miguel y Pueblo Libre, ha iniciado una investigación preliminar en torno a los presuntos delitos relacionados con el incumplimiento de las normas relativas al manejo de residuos sólidos en el marco del controvertido Proyecto Ecológico Sanitario Kurumi. Este proyecto, vinculado a la disposición final de residuos sólidos, ha generado una serie de cuestionamientos legales sobre la competencia de las entidades que otorgaron las autorizaciones correspondientes.

El presunto incumplimiento de las normativas ambientales involucra a funcionarios del Ministerio del Ambiente (MINAM) y de la Dirección Regional de Salud de Lima (DIRESA-Lima). La denuncia fue presentada por Santiago Edgar Guardamino Gonzales, presidente de la Directiva Comunal de la Comunidad Campesina de Quispán, contra varios funcionarios, incluyendo a:

  • Nancy Chauca Vásquez, Directora General de Políticas e Instrumentos de Gestión Ambiental del MINAM.
  • Elizabeth Doris Ochoa Torres, Especialista en Valoración de Impactos Ambientales del MINAM.
  • Ana Sofía Zegarra Ancajima, Coordinadora del Sistema Nacional de Gestión Ambiental del MINAM.
  • Albino Eduardo Olivares Huapaya, Director Ejecutivo de Salud Ambiental de DIRESA-Lima, entre otros.

La denuncia alega que estos funcionarios actuaron en contubernio para desviar el procedimiento administrativo de evaluación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto. En particular, la acusación sostiene que el Gobierno Regional de Lima habría emitido la Resolución Administrativa N° 002-2019-DIRESA LIMA-DESA el 7 de noviembre de 2019 sin la competencia correspondiente, lo que afectó la correcta tramitación del EIA.

Según los documentos presentados en el proceso, la Fiscalía Provincial Especializada en Materia Ambiental del Distrito Fiscal de Lima Norte recibió la denuncia y, en consecuencia, remitió copias al órgano encargado de la investigación. A través del Oficio N° 327-2024-MP-FN-FEMA-DF-LIMA NORTE, se procedió a iniciar una Investigación Preliminar por la posible comisión del delito de incumplimiento de las normas ambientales, previsto y sancionado en el Artículo 306 del Código Penal. La denuncia también incluye la acusación de Responsabilidad de Funcionarios Públicos por Otorgamiento Ilegal de Derechos (Artículo 314° del Código Penal).

Benjamín ZevallosEste último delito establece que los funcionarios públicos que, sin observar leyes, reglamentos ni estándares ambientales vigentes, autorizan el otorgamiento, renovación o cancelación de permisos, concesiones o licencias para actividades o proyectos sin la debida competencia, incurren en una falta grave, pudiendo ser sancionados con penas privativas de libertad.

En el transcurso de la investigación, se ha requerido al denunciante que presente el original o copia certificada de todos los anexos relacionados con la denuncia, así como también al Gobierno Regional de Lima y al Ministerio del Ambiente para que remitan los expedientes administrativos pertinentes. Entre estos documentos se encuentran:

  • Resolución Administrativa N° 002-2019-DIRESA LIMA-DESA, emitida por la Dirección Regional de Salud de Lima el 7 de noviembre de 2019.
  • Informe N° 105-2019-MINAM/VMGA/DGPIGA, emitido por el Ministerio del Ambiente el 14 de febrero de 2019, en relación al Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Ecológico Sanitario Kurumi.

La fiscalía continúa la recolección de pruebas y la evaluación de los documentos requeridos, mientras que el proceso judicial sigue su curso con el objetivo de determinar las responsabilidades de los funcionarios involucrados y su posible infracción a las normativas ambientales.

El Artículo 314° del Código Penal establece claramente la responsabilidad de los funcionarios públicos en casos de otorgamiento ilegal de derechos, subrayando la importancia de que las autorizaciones y evaluaciones ambientales se realicen de acuerdo con las leyes y normativas vigentes. Este principio busca garantizar que las actividades humanas no solo respeten los derechos de las personas, sino también la sostenibilidad del entorno natural.

El proceso judicial en torno al Proyecto Ecológico Sanitario Kurumi pone en evidencia la complejidad de la gestión ambiental y la necesidad de una actuación transparente y legal por parte de las autoridades competentes. El Ministerio Público continúa con la investigación para determinar las responsabilidades de los funcionarios públicos y el cumplimiento de las normativas ambientales. La transparencia, la correcta aplicación de la ley y la protección del medio ambiente son pilares fundamentales para el desarrollo sostenible del país, y el Ministerio Público se mantiene firme en la defensa de estos principios.

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