[MIGRANTE DE PASO] Con la cabeza rapada, Gokú en la cabeza, vestido de karategui (uniforme de karate), pies descalzos y guantes. Arrodillado sobre el tatami, de espaldas al rival, sentí por primera vez el mal uso de la violencia. Era un campeonato, pero en las ligas infantiles los puntos se dan con golpes de contacto mínimo, esta vez había golpeado muy fuerte a mi rival. Como es costumbre, en nombre del honor, recurres al ritual de respeto. Sentía los ojos furibundos y llorosos en mi nuca y mis párpados cerrados no dejaban mostrar mi arrepentimiento. Tenía 9 años. Gané la competencia y la medalla de oro se balanceaba de mi cuello en la cima del podio. Por mi pánico escénico no solía disfrutar mucho el momento de premiación, pero aun así estaba orgulloso de mi desempeño. Durante las peleas aprendí a olvidarme del ambiente y enfocarme sólo en la batalla. Pero esa vez aún tenía la mirada rabiosa de mi contrincante en la mente.

—Mamá gané, pero le pegué muy fuerte a ese chico —le dije preocupado.

—Hiciste lo que tenías que hacer al mostrar el respeto que debías, por eso, ganaste bien —me respondió; ella era mi madre karateka, implacable dentro y fuera del arte marcial.

Mi hermano comenzó a los 6 años, yo a los 3 años y junto conmigo inició mi madre. De esta manera comenzó una familia que sabe pelear y dar la cara cuando sea necesario. El cinturón obi nos unió. La primera clase, en fila junto a otros pequeños, nos hicieron golpear una hoja de papel. Era la primera prueba. Todos golpeamos duramente la hoja y desaprobamos. La idea era ejecutar el puñete con fuerza, pero sólo rozar el papel. Tener el autocontrol suficiente como para detener el impacto antes. Esa primera lección sigue grabada en mi cabeza. Aún recuerdo a mi sensei Liz, de tan solo 1.50 metros, pero con la agilidad y fiereza de una cheetah. Pasaron las clases y era bastante hábil en el kumite, que es la pelea. El kata es la danza artística; presenciar uno bien ejecutado tiene una belleza inexplicable. Me llamaban parchís o gasparín por mi cabeza a coco y piel pálida.

(FOTO NIÑO KARATEKA)Pasaron los años, varios campeonatos, medallas y trofeos acumulados, exámenes para ascender al siguiente cinturón, y antes de los 13 años ya éramos cinturón negro. Mi hermano mayor llegó a segundo dan, el siguiente nivel del último color. Se volvió mi guía y mano derecha en las competencias. Sus estrategias me ayudaron a ganar un sinfín de veces y él lideraba a todo el grupo de la academia. A temprana edad ya éramos senpais de gente mucho mayor y guiábamos los primeros minutos de las clases. El shihan, quien aprendió el arte marcial en Okinawa, era quien nos enseñaba ahora y nos apodó “los tigres”, por nuestro nivel de concentración al momento de pelear. Te olvidabas de todo, sin mente, sólo la contienda. Fuimos convocados al mundial interclubes que se dio en Brasil, pero yo era muy pequeño y no tuve la oportunidad de competir. Mi madre fue campeona mundial de kata y mi hermano tercer puesto. Éramos buenos por naturaleza y esfuerzo.

Gracias a mis prácticas marciales, durante el colegio fui alguien pacífico que evitaba las peleas, sólo eran un último recurso. Conocía mis habilidades y no había nada que demostrar. El karate es un estilo de lucha defensiva que consiste en deshabilitar al oponente en un movimiento. Te enseñan a defender a los que no pueden hacerlo. Aprendes a conocer tu propia violencia y de esa forma puedes canalizarla de buena manera. Negar el aspecto violento y conflictivo que está dentro de todos es un error garrafal. Unas cuantas veces fui suspendido por defender ferozmente a compañeros de bullys mayores, era algo que no podía permitir. Mi personalidad había sido moldeada para eso. La respuesta de mis padres siempre fue que en casa no recibiría castigo. Me sentía como un pequeño samurai. Cuando terminé secundaria, abandoné el karate y con eso olvidé gran parte del núcleo de mi ser.

(FOTO OKINAWA)Se originó en Okinawa en el siglo XVI, los soldados lo usaban luego de que prohibieran portar katanas. El karate imita el kenjutsu, que es el arte de la espada samurái. Está altamente influenciado por la filosofía de vida que seguían los legendarios guerreros japoneses. Luego se expandió a todo el país y, finalmente, al mundo. El nombre nipón se compone por “kara” (Vacío) y “te” (mano), mano vacía. La cortesía, rectitud, coraje, bondad, desprendimiento, sinceridad, honor, modestia, lealtad, autodominio, amistad, integridad, generosidad, imparcialidad, paciencia, serenidad y autoconfianza; estos son los principios enseñados por el código samurái (bushido) de donde florece el karate.

Mis años siguientes estuvieron plagados de depresión, desmotivación, desesperanza y conductas autodestructivas. Había perdido el camino. Noches embriagado de alcohol, sustancias y conductas violentas me llevaron a múltiples peleas en la calle, bares y discotecas; siempre con gente más grande. Tal vez en el fondo quería que me peguen. Lloraba en mi cama antes de dormir, había decepcionado las enseñanzas y sentía que no había vuelta atrás.

Mi cuerpo atrofiado y mi mente turbulenta y atormentada. Las lágrimas bañaron mis almohadas por años. No sabía qué hacer. Estaba perdido en incertidumbre y agobiado por falta de sentido. Pensamientos sucios, malos hábitos y furia incontenible eran factores cotidianos. El camino del guerrero ya no era lo mío, ya que uno verdadero no tiene enemigos y yo había hecho de mi propio ser el mayor de todos. Hubo una noche tan espeluznante como determinante. 21 años, alcoholizado e intoxicado de drogas me involucré en lo que fue mi pelea final. Me dieron una paliza entre 5 o 6 personas. El recuerdo es borroso.  Me defendí, pero ya no sabía por qué luchaba. Me abrieron los labios, los ojos hinchados, sangre en la nariz y un nudillo completamente destruido. Me tuvieron que operar y poner clavos para reconstruirlo; aún quedan fragmentos óseos sueltos

(FOTO TATUAJE)¿Tenía que hacer algo con mi vida? Regresar a mi antiguo yo, pero con las malas experiencias acumuladas analizadas y convertidas en lecciones. En el olvido no se gana sabiduría. Con el tiempo me di cuenta que sólo fue un desvío y a largo plazo reforjaron mi ser. Aún más fuerte que antes. Regresaron los abrazos a mis padres, las conversaciones con mi hermano, el cariño a mi abuela y el amor propio. Con su ayuda retomé la voluntad de fuego y esta vez me prometí no apagarlo jamás. Luego de años tranquilo y con la mente clara me tatué una katana en el antebrazo derecho. Como recordatorio del autocuidado, bondad y valentía que no debo olvidar jamás. Una espada que sólo se desenvainará como último recurso. Ahora camino calmado, contemplo la vida y tengo como ley autoimpuesta ayudar a quienes están a mi alcance.

 

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[MIGRANTE DE PASO] “No se trata de cambiar el mundo. Se trata de hacer nuestro mejor esfuerzo antes de partir de éste, tal y como es. Consiste en respetar la voluntad de los demás y creer en la tuya” (Metal Gear Solid 3)

“No te lamentes, sé mejor” (God of War)

“Querer algo no te da el derecho de tenerlo” (Assasins Creed)

“Es increíble lo que una persona puede llegar a olvidar, pero más sorprendente lo que puede llegar a esconder” (Final Fantasy 7)

“Una espada no ejerce fuerza a menos que la mano que la sostiene tenga valor” (La leyenda de Zelda)

Despertamos temprano después de una noche de chancho, pavo y familia. Apresurados, con pijamas de Pokémon, bajamos las escaleras casi saltándonos los escalones. Nuestro pastor alemán nos resguardaba. Nuestros padres ya estaban junto al árbol, corrimos para abrir lo que Papa Noel nos había traído. Una enorme caja llamó nuestra atención: era un PlayStation 1. Todavía puedo escuchar nuestras carcajadas de júbilo y lágrimas de agradecimiento. No lo podíamos creer. Así comenzó nuestro camino de las mil aventuras.

Leche chocolatada y pan con pavo recalentado, de lo mejor que se puede comer. Fuimos temprano a Polvos Rosados, el paraíso de infancia para muchos limeños. -Maestro, hazme un descuento. Hace unos días te compré la consola -dijo mi padre regateando. Así me entere que el gordito de rojo y regalón no existía. Igual, qué importaba, teníamos el PlayStation.  Salimos con decenas de juegos pirata, era alucinante, podías comprar un juego a solo 5 soles. Los originales costaban 70 dólares. Las consolas chipeadas y los juegos baratos duraron hasta la segunda edición.

Por la voluntad de jugar - FOTO SNAKELlegamos a casa y por primera vez vimos el logo de Sony en la pantalla. Metal Gear Solid nuestro primer juego. Éramos un espía con la misión imposible de enfrentar super armas de destrucción masiva en nombre de la paz. Hideo Kojima, el creador, es un genio en todo su esplendor.  Todo el día jugando. Aprendimos a usar el control: es como montar bicicleta, uno nunca lo olvida. Nos enamoramos de Snake, el protagonista, y discutíamos por quién se parece más. Niños felices. Aprendimos a estar agradecidos por lo que teníamos y eso marcó en gran parte nuestra personalidad. La gratitud es clave para el buen desarrollo. Mas importante que la inteligencia y el talento.

Muchos subestiman lo que los videojuegos te enseñan, incluso creen que son un mal hábito. Probablemente es porque nunca los jugaron o simplemente no se dieron el tiempo de entenderlos. En mi opinión, basta la sonrisa de un niño para que ya sea algo bueno. Los juegos construyen las bases de un buen desarrollo cognitivo, forjamiento de vínculos emocionales, saber ganar, y, sobre todo, aprender a perder. La experiencia inmersiva hizo de los personajes mis compañeros, amigos y maestros. Viví miles de vidas y situaciones ajenas a través de ellos.  Son arte, aunque no lo crean, y grandes obras maestras narrativas florecieron de este concepto.

Por la voluntad de jugar - FOTO ZELDAFui un espía, un viajero en el tiempo en busca de conocimiento, un niño elegido por el destino para salvar al mundo, un humano que se vuelve el dios de la guerra por venganza, un fontanero que se enrumba en una aventura, una saqueadora de tumbas, un maestro Pokémon, un vigilante que cuida el inconsciente colectivo, el hijo de un demonio, un jedi, un futbolista profesional, Batman, un brujo, y muchos personajes más que aun llevo conmigo. Pero más importante que todo, un pequeño feliz.

Alrededor de esta caja mágica se fortalecieron amistades que continúan hasta hoy. Pasábamos noches enteras compitiendo, pensando juntos y disfrutando de estas historias. Todos lo recordamos con añoranza. Ahora somos inseparables, incluso estando lejos. Siempre estaremos el uno para el otro. Un grupo de chicos valientes y sensibles que compartieron experiencias nutritivas. Todos vivíamos situaciones diferentes y estos juegos eran nuestro escape. Potenció nuestra imaginación hasta niveles inimaginables. La idea que escapar es malo, es una tontería, la idea es no quedarse en el otro mundo, pero huir por un rato para luego volver es de las mejores maneras de afrontar alguna situación.

Existen diversos estudios sobre los beneficios de los videojuegos. Al encontrarse en situaciones donde tienes que mapear el ambiente y reaccionar rápidamente ante ataques o derrumbes, aumenta la capacidad de respuesta. Los juegos están llenos de enigmas y acertijos, también están los juegos cooperativos, se tiene que pensar en conjunto para resolverlos y a veces varias mentes son mejor que una; de esta manera, se fomenta el trabajo en equipo y eso se refleja en la realidad. De la mano con lo anterior, los juegos dan libertad para superar los enfrentamientos, entonces se desarrolla una mejor capacidad de estrategia y liderazgo.

Otro gran aporte se da en el leguaje. La mayoría de juegos está en inglés. Me atrevo a decir que el 50% de mi vocabulario en el idioma foráneo se lo debo a los juegos. La historia misma te obligaba a conocerlas y qué mejor que aprender jugando. La suma de todos estos aportes aumenta el pensamiento crítico de las personas y aún más a temprana edad. Las mejores personas son aquellas que pueden llegar a sus propias respuestas y decisiones basándose en su propio criterio. Si todos recibieran estos incentivos el mundo sería mejor.

FOTO DARK SOULS

La travesía virtual aumentó al descubrir los juegos RPG (Role Playing Game) donde uno crea a su propio personaje en un mundo abierto, donde se permite explorar de manera no lineal. Cada juego de este estilo consiste en subir habilidades según la experiencia que se va ganando. Es totalmente inmersivo y la imaginación vuela. Mi hermano me dijo una vez que yo estaba atormentado y confundido de sentido: “Mira la vida como subir habilidades, como los juegos RPG”. Sigo pensando así, aprendí de esa forma a disfrutar del entrenamiento y adquirir conocimientos. Puede ser desde aprender a cocinar hasta leer los libros complejos.

Ahora que vivo lejos, estos juegos mantienen la cercanía con las personas con las que los comparto por las modalidades online. Todas las semanas hablo con mis amigos por ese medio y se siente como si estuvieran sentados a mi costado. Es hora de romper el tabú de los videojuegos e incluso fomentarlos, sólo son malos cuando se utilizan exceso, como cualquier otro estimulo existente. Hay que mantener vivo al niño interior que tenemos dentro: si lo dejamos morir estamos renunciando a la vida.

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[MIGRANTE DE PASO] Tengo 29 años y en mi corta vida como peruano he tenido 11 presidentes. Algo no cuadra, al parecer la norma de mandatos de cinco años sólo son tinta en la Constitución. Evidentemente, los presidentes sustituidos lo tenían merecido. Ocho de ellos han sido procesados, en algunos casos encarcelados y otro se disparó: Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Alan García, Pedro Pablo Kuczynski, Pedro Castillo y Manuel Merino. No se puede pretender una mejora con sujetos de esta calaña. La percepción del panorama político de nuestro país, cada vez es más fatalista. Yo opté por no depositar mi confianza en ningún político y mantener mi postura, siempre de oposición. Ya no tengo simpatías políticas. Esto debido a decepciones que viví. En estos momentos que la democracia está bajo asedio, ya nada me sorprende. Pensemos si alguna vez fuimos democráticos. Vale la pena analizarlo.

Presidentes del Perú

En la serie “Vikingos”, el carismático protagonista Ragnar Lothbrok (personaje histórico y de carácter mitológico) soltó una frase que me marcó de por vida: “El poder siempre es peligroso, atrae a los peores y corrompe a los mejores”.

Se aplica al caso peruano. Muchos entran a la jauría política buscando dinero y beneficio propio. Otros, con ímpetu de cambio, se ven envueltos en la maraña corrupta que ha contaminado hasta las ramas más profundas de los tres poderes estatales. A veces me pregunto si siempre estuvimos jodidos (recordando la incógnita de Mario Vargas Llosa) ¿Es posible erradicar esta perversión? Algún día lo sabremos.

No voy a escribir sobre los casos de corrupción y escándalos actuales. Viviendo lejos, la tristeza y decepción son muy fuertes para ponerlo en palabras. Más de una vez he borrado redes sociales por la frustración y rabia que me generan las noticias. El Perú es un país de violadores, de sicariato y de constante opresión. Me limitaré a contar mi experiencia y observaciones sobre la perspectiva política del ciudadano común, como yo.

En tercero de secundaria desarrollé una obsesión con las rondas campesinas debido a la espectacular muestra fotográfica “Yuyanapaq”. La figura de una mujer en poncho sosteniendo un rifle sigue siendo mi retrato favorito, al verla te sentías paralizado. La exposición tomó lugar en una casa chorrillana, republicana, asemejando los desastres ocurridos durante el periodo de terrorismo. Los huesos se te congelaban al caminar por ahí y el miedo se hacía presente paso a paso. Fue en este momento que despertó mi interés político.

Yuyanapaq

Durante este año escolar teníamos que desarrollar un ensayo a lo largo del año, mi tema: La importancia de los comités de autodefensa para combatir a Sendero Luminoso y el MRTA. Los ciudadanos de ciertas poblaciones fueron armados por la falta de alcance militar. Pasaba las tardes investigando y la tristeza me invadía al pensar en los campesinos que se vieron atrapados en medio de una guerra sin cuartel. Los terroristas no tenían identidad y los militares acribillaban pueblos enteros.

Al año siguiente exploré las ideas de izquierda revolucionaria y, en su momento me fascinaron. Las historias de la revolución cubana me deslumbraban y encendían un brillo en mi inocente mirada. La expulsión de Batista, el Granma, Cienfuegos, el Che Guevara, la bahía Cochinos y el ingreso a La Habana me parecían cuentos heroicos. Soñaba con eso. La ilusión fue derrumbándose de a pocos.

Mi asesor de una monografía escolar mostraba sin escrúpulos un resentimiento hacia mi posición privilegiada. Yo no entendía cómo alguien que buscaba la libertad plena tenga como enemigo a un niño de 15 años.

Hicimos un viaje familiar a La Habana y me encontré con una sociedad precaria que parecía estar atrapada en los años 50s. Carros antiguos, edificios maltratados, prostitutas en las esquinas y niños hambrientos. No sólo estaban atrapados temporalmente, tampoco podían salir del territorio cubano. Escuché incontables historias de escape que rápidamente me desilusionaron. Cuba se había vuelto una dictadura severa. Fidel Castro entró al poder en 1959 y rompiendo su promesa de nuevas elecciones se mantuvo hasta el 2008, ocho años antes de su muerte.

Fidel Castro

Quisimos invitar a un taxista a comer con nosotros y nos dijo que estaba prohibido. La idea de estar encerrado en tu propio país me llenó de ira hacia la isla blindada. Al regresar, una sensación nauseabunda se infiltró en mis pensamientos por meses. Una sensación que la direccioné al profesor resentido. Me dura hasta hoy. Después de ese viaje aprendí a no confiar en las promesas de quienes anhelan poder.

Aprendí que es mejor estar siempre enterado, sólo así sabes dónde estás parado. Los autodenominados apolíticos jamás podrán romper el cascarón en el que viven y se mantendrán como pececitos en una diminuta pecera.

Cabe recalcar que las noticias mal administradas también fomentan la desilusión.  Actualmente pierden calidad, transformándose en boletines informativos sin reflexión alguna.  Las fake news no son el único enemigo. También lo políticamente correcto transforma las ideas en algo insípido y desabrido. Todos opinan lo mismo, salvo algunas excepciones. ¡Es imposible que todos piensen igual! Adaptan sus discursos para no perder seguidores y tienen como regla decir lo que quiere ser escuchado. Esto entorpece el desarrollo de una identidad política.

“Libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”

-George Orwell

Durante mi época escolar, intentaban orientarme a ciertas tendencias políticas. Por más neutral que sea el profesor, lo normal es que no puedan desprenderse de sus orientaciones. Se les escapaba la doctrina. Había que responder en las evaluaciones sin estar de acuerdo con la contestación. No entendía qué era izquierda y derecha. Aun siendo niño esas atribuciones me parecían infantiles ¿De verdad toda la coyuntura y realidad podía estar abarcada en esa dicotomía?

Otro gran golpe a mi cautela política. No me parecía viable continuar con tendencias que llevan siglos en la delantera. Escuchaba a amigos y familiares idolatrar candidatos sólo por promesas. Me enfurecía. Ollanta Humala tomó la presidencia al año siguiente de salir del colegio. “Es el último eslabón de la izquierda”. “Por fin las élites van a recibir lo que merecen”. “La primera dama parece muy capaz”. Me alejé de muchas personas histéricas, apenado de ver en lo que se habían convertido. Distanciado de todo espejismo político busqué lo bonito de la vida en las artes y filosofías. Con sólo 20 años ya estaba convencido que la belleza no se encuentra en la política.

Ya en la universidad, con pelo largo, tatuajes y rebeldía punk, me percaté de las diferencias ideológicas y siempre encajaban en inclinaciones preexistentes. Seguía sin ningún hallazgo novedoso. Siendo sincero, las disputas entre ambos bandos me parecen berrinches infantiles dignos de pequeños en guardería. Opino lo mismo del Congreso. Siglos con la misma división y nada inédito. Parecen charlatanerías adornadas de falsa inteligencia. Antes me molestaba, ahora me da lástima. Es notorio cómo el conocimiento ha rebasado nuestra sabiduría. Los estudios académicos llevan años bajo el mismo paradigma y, en consecuencia, los avances estancados ¿Qué pensaría Thomas Kuhn?

Foto castillo - 29 años de fiasco político

Durante la pandemia salí a marchar en contra de Merino. Prendido por las muertes de Inti y Brian. Nadie merece morir al protestar por sus derechos. Descubrí lo que es respirar gas lacrimógeno. Presencié palizas de parte de los policías. También vi cómo personas incitaban la violencia disfrazándose de protestantes pacíficos. Tuve la oportunidad de detener a un sujeto despreciable que quería tirarle un ladrillo a una policía sin justificación alguna. Esos días de marcha detonaron en mí una desilusión, probablemente irremediable.

A pesar de los constantes ataques por parte del Estado, las personas parecen no aprender y siguen reacios a sus doctrinas. Seguidores de tendencias, aduladores de personajes e ídolos que son sombras de nada. Parecen estar sometidos a un cocowash en masa. A esto le llamo inocencia política y colectiva. Con Pedro Castillo bastaron unas estupendas fotos y su personalidad de outsider para encender las llamas de la esperanza. La atractiva idea de un maestro rural al mando no fue suficiente para contentar a la población. Su gobierno duró año y medio, en el cual se dieron 60 cambios ministeriales. Las banderas de izquierda, como la educación y salud pública, jamás fueron izadas. Este fue el inicio de la debacle gubernamental de mayor gravedad, en mis pocas décadas de vida. El pánico también forma parte de la inocencia mencionada. Sucedió con Humala y Castillo. No había pasado ni un día y la clase alta ya temía lo peor. “Somos un país comunista”, deliraban las elites. Al final, fue más de lo mismo.

A diferencia de los seguidores acérrimos existen otros de mayor riesgo: los que creen no tener agencia. Recurro al término psicológico de indefensión aprendida, donde los sujetos están convencidos de no poder generar cambios en situaciones adversas, viviendo de manera pasiva. Que quede claro que esta conducta es aprendida y en el caso de nuestro país, los maestros son las autoridades. ¡Igual los van a soltar! ¡Nunca me darán cita en el hospital! ¡A la policía no le importa proteger a gente como nosotros! ¡Ir a la capital es en vano! ¡Soy muy tonto para la universidad! Estos son ejemplos de pensamientos desesperanzados que han sido enseñados por la sociedad misma. Estos dos tipos de reacción predominan en el clima sociopolítico del Perú y nacen de la misma órbita gubernamental. Se retroalimentan mientras los políticos se regocijan.

“He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos”

-Charles de Gaulle

Tenía 19 años, recién había sacado mi brevete y estaba emocionado por mis primeros días en el volante. Si sabes manejar en Lima, lo puedes hacer donde sea. El tráfico era de locos y los conductores que le quieren sacar la vuelta a las normas de tránsito abundan. Regresaba escuchando música para aliviar la infinita fila de carros. De pronto una combi repleta intentó colarse yendo en contra. En ese momento todavía pensaba que dar lecciones era fácil e impedí su avance. Quedamos ventana a ventana. Insultos y amenazas. Tal vez este sea un tercer tipo de ciudadano: el sacavueltero. “Lo que haces es ilegal y obstruyes las vías” le dije ingenuo. Su respuesta me dejó mudo: ¡Qué tiene! ¿Dónde está la autoridad? Después de todo, somos un país huérfano de Estado.

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[MIGRANTE DE PASO] La humanidad se forjó en base a migraciones, desde tiempos en que la historia, como estudio, no pertenecía al imaginario colectivo. Previo a la escritura e ismos. Anterior a las religiones y cunas de civilización. Hace 100 mil años, nuestra especie recién evolucionada, vivió en movimiento constante. Era supervivencia y desarrollo. Este carácter fundamental de la naturaleza humana se encuentra bajo amenaza. Una tendencia antimigratoria va creciendo exponencialmente y de manera global. La fobia al recién llegado está reviviendo políticas de extremo signo. Aparentemente, jamás fueron enterradas. La gama sociopolítica se extiende y los polos contienen mayor respaldo. La xenofobia y el odio están ganando poder ¿Por qué la inmigración está despertando extremismos?

El escritor del aclamado libro, “Cometas en el cielo”, nacido en Kabul y exiliado en Estados Unidos, mencionó: “Los refugiados son madres, padres, hermanos, hermanas, hijos, con las mismas ilusiones y ambiciones que el resto de las personas, excepto que un giro del destino ha vinculado sus vidas con una crisis humanitaria global a una escala sin precedentes”.

Inmigrantes no son solo extranjeros en otros países. Están los desplazados que se vieron obligados a dejar todo por causas económicas y sociales (Invasiones, guerras y más tragedias). Los refugiados son personas fuera de su región por causa de uno de los temores primarios del ser humano: la persecución. Ya sea por etnia, religión, nacionalidad u opiniones políticas (término definido por las Naciones Unidas).

Suena inhumano, pero los hechos demuestran lo contrario. Las ideologías extremistas, en la actualidad, tienen una diferencia particular en comparación al fascismo, que destruyó Europa durante las guerras mundiales, y al comunismo de la vieja escuela que divulgaba ríos de sangre como medio. Los movimientos mencionados respondían a periodos de intensa confrontación social. Igual fueron injustificables.  Lo que sucede hoy, me atrevo a decirlo, son manotazos ahogados, xenófobos, racistas y conservadores que despiertan principalmente a la ultra derecha y, en menor medida, a la extrema izquierda.

Percepciones conservadoras sobre inmigrantes

El despecho anti migrante se ha consolidado como una ideología política. El conservadurismo está al acecho y no se encuentra escapatoria. Lo que está claro es que los Estados se han rendido ante el negacionismo y ahora son cómplices de la exclusión, presentándose como reivindicadores de una nación de antaño.

Gran parte de los ciudadanos se han unido para acabar con lo que llaman hordas invasoras. Cohesionados, buscan controlar el orden público de sus territorios. Se basan en excusas poco sustentadas y disparatadas. ¡Expulsen a los venezolanos, sirios, mexicanos, a todos! ¡Nos están quitando el trabajo! ¡Los ilegales deben ser extraditados! ¿Por qué el Estado debe mantenerlos? ¡Están erosionando nuestra cultura! Escuchar estas quejas se ha vuelto cotidiano. Normalizarlo, un síntoma de decadencia.

Consideran a los extranjeros como agentes que atentan contra la seguridad nacional. Pasaron a ser enemigos de la democracia y humanidad, cuando son los imputadores los que ensucian la libertad y no se percatan. Hay un perjuicio que correlaciona directamente la delincuencia con la inmigración. Son discriminados y marginados, tachados como un otro generalizado. Esto deriva en un racismo institucional de los Estados.

Los acusan de vulnerar los derechos laborales. No olvidemos que arquitectos, científicos, abogados, doctores, psicólogos y matemáticos forman parte de estos “otros”. Hay profesionales de alto calibre. Les echan la culpa de quitarles trabajo a los ciudadanos oriundos y de incrementar la competencia ¿De verdad es culpa suya?

Acusan su estadía como un factor para exceder el gasto público. Los aborrecen por el aumento del costo de vivienda y renta por falta de vacantes. Todo esto es indicio de personalidades miedosas y cobardes. Temen ser desplazados por diferencias étnicas y culturales que podrían dañar el sentido de comunidad. Patriotismo frágil y arcaico. Conociendo un poco de historia: el progreso nace de la interculturalidad ¿Acaso quieren mantenerse iguales para siempre?

Es gracias a esto que la extrema derecha se ha vuelto tendencia en Europa, continente pionero de la libertad. El virus se está propagando a Estados Unidos y Sudamérica. Nos enfrentamos a una pandemia ideológica y, espero me equivoque, puede fulminar la igualdad.

La inmigración y los ultras: una relación estrecha

El anhelo social ya estaba marcado por un nacionalismo excluyente. Se había esparcido de forma general en una gran cantidad de partidos políticos. El populismo fue el gran incentivo, respondía al apetito de las masas. Prometían reforzar y endurecer las medidas inmigratorias. Creando países blindados. En las últimas décadas, una ola imparable apoyaba a la extrema derecha. Esto coincide con la marea de inmigrantes que sucedía al mismo tiempo.

En 1990, se estimaban 154 millones de migrantes. En el 2000, aumentó a 174 millones. Fueron 221 millones en el 2010. Para la siguiente década, creció drásticamente a 281 millones. Es aproximadamente 3.5% de la población mundial. India, Rusia, China, México, Venezuela y Siria son los de mayor emigración. Podemos ver que los desplazamientos no son novedad, solo fueron pasados por alto. Un manejo paupérrimo de la problemática radicalizó a las masas y a ellos les responden los gobiernos. Justamente durante estas décadas incrementaron las políticas extremas.

Hungría fue pionero en el despertar ultraderechista. Viktor Orbán, primer ministro de 1998 al 2002, inicio una cacería inquisidora de inmigrantes. Incluso amenazó con pena de cárcel para quienes los ayudaran. Desde el 2010, retomó su cargo y continuó con el asedio. La índole xenófoba fue tan grande que en el 2015 se construyeron kilómetros de alambres de espinas a lo largo de las fronteras con Serbia y Croacia. Un caso menos radical fue el de Japón. En el 2009 ofrecía 3 mil dólares a los latinos nacidos en el país nipón para que se vayan. Luego fueron ablandando las medidas.

Italia es un caso particularmente brusco. Durante el gobierno de Sergio Mattarella comenzaron a supervisar los puertos y amagaron con cerrarlos para impedir desembarcos. En el 2018 aprobaron el “Decreto Salvini”, tomando el nombre del ministro del Interior. La primera arremetida fue el desalojo del segundo mayor centro de acogida migrante. Se limitaron las protecciones de refugiados y facilitaron las expulsiones.

En octubre del 2022, Giorgia Meloni asumió el cargo de presidenta en Italia. “De Giorgio a Giorgia” fue su eslogan haciendo referencia al dictador Benito Mussolini. Eso ya explica bastante. Los migrantes que cruzan el mediterráneo, en muchos casos haciendo de ese mar su tumba, tienen acceso negado al territorio. Pero eso no es lo más escandaloso. Los que llegaron de manera clandestina son escogidos al azar y encerrados en “centros de repatriación permanente”, funcionan como cárceles, pero con convictos inocentes.

En Australia, 2019, ganó el partido conservador Coalición Liberal-Nacional. Bajo la estrategia “Fronteras Soberanas” regularon los flujos migratorios, dificultaron el acceso a la visa e impedían el desembarco de refugiados, principalmente indonesios.

En Estados Unidos, bajo el mandato de Donald Trump se inició la construcción de una muralla que se prolonga por toda la frontera con México.  Un ataque letal sumado a las balas rancheras que apuntan a quienes cruzan el Rio Bravo. Echando leña al fuego dijo: “fue un gran error en toda Europa dejar entrar a millones de personas que cambiaron tan fuerte y violentamente su cultura”. Luego de su mandato la tendencia no se detuvo. El actual gobernador de Florida, Ron DeSantis pone limitaciones inviables para los trabajadores ilegales que sostienen la economía del país.

La ultraderecha no es la única enaltecida y contagiada por políticas antinmigrantes, los países nórdicos socialdemócratas también han caído en la misma inclinación. Dinamarca, que era reconocida por el buen trato hacia los refugiados, pasó de un paraíso liberal a una isla de destierro. Estos comenzaron a ser expulsados a otros países fuera de la Unión Europea. Se anunció que los refugiados ya no eran bienvenidos.

Finlandia, con su nuevo gobierno conservador, tras desbancar a la socialdemocracia, se une a la dinámica que se extiende en los países nórdicos. Todo detonado por la explosión migratoria del 2015 que intoxicó las tendencias sociales. Los permisos de residencia y ciudadanía han sido endurecidos. Las condenas penales serán más duras para extranjeros y las brutales medidas fronterizas han reducido la entrada de ilegales.

La xenofobia colectiva se propaga rápido y en Perú ya se respira. El líder etnocacerista, Antauro Humala, quiere crear campos de concentración para los venezolanos y dice: “Soy xenófobo y a mucha honra”. El actual alcalde de Lima, Rafael López Aliaga mencionó: “Creo que el Perú debería ir más allá de expulsar: empadronar a todas las personas extranjeras y darles un plazo. Si no lo hacen se les expulsa. No podemos ser tan buena gente”.

La explosión migratoria de refugiados y desplazados vino con racismo, xenofobia y actitudes excluyentes de parte de los países donde llegaron. Surgió una tendencia antimigratoria plagada de discursos de odio. Los partidos políticos lo usaron como alimento y con medidas populistas llegaron al poder mandatos de extrema. Es increíble cómo algo tan humano como la migración haya despertado un monstruo hambriento de aversión. Tanto la derecha como la izquierda. Los ultras han renacido por la inmigración y la tendencia no parece detenerse ¿Qué será de aquellos cuya patria los ha abandonado? Las políticas antimigratorias, el extremismo y la xenofobia populista son hechos que van en contra del valor más sagrado que debería preservar Occidente: la libertad.

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[MIGRANTE DE PASO] ¿Por qué ese niño pedía comida y lloraba? Tenía mi edad, pero yo estaba en una mesa con platos deliciosos, coca colas y limonada frozen. Las horas que miraba el techo se prolongaron. Era muy niño para entenderlo. No conocía las injusticias en las que se basa la estructura social. Una que espero se rompa en las décadas que me quedan de vida. Nada me decía que yo era más inteligente, talentoso o capaz. Él podría haber sido un genio ¿Quién sabe?

Solo sé que un niño no debería tener esa mirada desesperanzada. La única diferencia es la suerte y el azar. Yo no decidí nacer y crecer donde lo hice. Quien no pueda aceptar esta diferencia está perdido. En ese momento hice de esa desesperación algo mío. Se quedó archivado en mis recuerdos junto con la primera noche sin descanso. En quinto o sexto de primaria fue mi primer día de clases desvelado. ¿Cómo creo un mundo sin hambre? Todos merecen vivir con el estómago lleno. Una incógnita jamás respondida.

La percepción que tenía del ambiente rebasaba mi madurez emocional. Todavía lo hace. Al interactuar con los demás, directa o indirectamente, estaba consciente de sus emociones. Era abrumador. Simplemente es una característica de mi personalidad. Hay muchos como yo pasando desapercibidos. De lágrima fácil y sueño dificultado. Así comenzó una vida de insomnio.  Colegio, universidad y trabajo sin pegar el ojo. No crean que todo es tortura, a veces lo disfrutaba. Soñando despierto forjé los pilares de un alma noctambula. La voluntad de vivir usó la locura desatada por no dormir como alimento. Explorando lugares recónditos y oscuros de la existencia desde temprana edad, a pesar de un desarrollo físico tardío.

¿Por qué hice eso? ¿Seré una mala persona? Exceso de pasado y futuro ¿Qué será de mí? Odio hacer las tareas y los profesores me dan rabia. No quiero que mis padres mueran. ¿Algún día podré dormir tranquilo? Ya quiero ver a Luffy volverse el rey pirata ¿Es posible seguir el paso de mis héroes? Boca arriba, boca abajo, de costado. Ya me tengo que alistar para el colegio. El calor de mi perro en los pies se siente increíble. Mi hermano está hablando dormido. Ja, Ja ¿Ahora qué hago? Ya tengo 24 años. Me tengo que levantar en una hora. ¿Se puede cambiar el mundo con un libro? La biblia lo hizo, no sé si para bien o mal. ¿Qué es el bien y el mal? ¿Cuál es el sentido de la vida? Le agradezco a Camus por poder disfrutar de lo absurdo. Voy a ver series hasta que me dé sueño. Administración, psicología, arqueología y filosofía. Ninguno me llenó. No estoy cómodo con mis privilegios.

¿En qué momento amaneció? ¿Cuál es el primer paso? Definitivamente soltar la culpa impuesta desde chicos. ¿Sistema de valores? Ninguno exterior me satisface. Tendré que crear mi propio camino, como Naruto. La marihuana ya no me da sueño, al contrario. ¿Aportes? Lo nuevo por lo nuevo es ridículo. Nada menos original que intentar ser original. Ya voy a cumplir 30. ¿Cómo crecer? Hay un mundo infinito por conocer. ¡Vamos! ¡Tú puedes! Para adelante con los puños. Estoy convencido. Créetela. No voy a ser un viejo negacionista y fatalista. La melatonina no me hace ni cosquillas. Me siento bien. Mejor que nunca ¿Cómo ayudo? Supongo que tengo que comenzar por lo que está a mi alcance. Ahora estoy bien. Por fin puedo hacer algo por los demás ¿Soy bueno? Todos somos una moneda con cara y sello ¿Altruista? Más bien una buena perspectiva egoísta. Nunca se sabe la potencia de un gesto amable.  

Así es, miedos, deseos, preguntas y pensamientos particulares emergen. Siempre hay algo que pensar. Siempre hay un intruso ansioso. A veces no importa lo cansado que estás. Te mueres de sueño, pero tu mente no te deja dormir. Eventualmente caes, tu cuerpo se apaga. No dormir es de lo más perjudicial para la salud mental; por eso es necesario contrarrestarlo. Recordemos que no dejar dormir es un método de tortura milenario. La gente termina enloqueciendo. El ejercicio, la meditación y la terapia son fundamentales. Cuando dicen que se debe entrenar mente y cuerpo no es un engaño. El insomnio es un campo minado para la salud y calidad de vida. No sólo es no dormir, también es dormir poco y no poder retomar el sueño. Te sigues sintiendo cansado al despertar. Es muy difícil mantener una estabilidad en estas condiciones.

El estrés, ansiedad y malos hábitos alimenticios son las causas principales, pero hay personas que la padecen sin razón aparente. Puede ser crónico y durar años. En niños puede ser síntoma de una dinámica de hogar alterada o casos de abuso. No se puede pasar por alto. Aún recuerdo a mi padre: “los niños dicen las cosas por algo”. Nunca hay que subestimar sus palabras, la intuición infantil puede llegar a ser más acertada que la de un adulto.FOTO CIUDAD

Estar toda la noche escuchando música, viendo animes y películas, leyendo o escribiendo. En el colegio y universidad me quedaba dormido sobre las carpetas. Trabajando me mantenía a punta de café, que odio o red bull, que me encanta. Vivir con esas sustancias en exceso no es viable. En mi caso, sentía que mi productividad y creatividad aumentaba en las noches, pero no hay nada determinante. Todo se puede cambiar con un poco de esfuerzo. Actualmente sólo me da insomnio en días bastante espaciados y siento lo contrario. De día funciono mejor y mi horario está bastante mejor ordenado.

El insomnio no es algo para tomar a la ligera. Las consecuencias pueden ser graves. El desempeño en el trabajo y estudios se ve afectado. Los reflejos se ralentizan y, por ejemplo, para alguien que maneja, puede ser letal. Puede generar trastornos mentales como depresión, ansiedad e incluso drogadicción por intentar contrarrestarla incorrectamente. En cuanto a temas fisiológicos, aumenta el riesgo de enfermedades a largo plazo como problemas cardíacos y aumento de presión. No dormir no es cosa de juego. En estado de manía o alta energía puede parecer que no pasa nada; sin embargo, si se mantiene en plazos largos sólo es perjudicial. Yo recomiendo buscar ayuda profesional, aunque el caso no sea extremo. En tan solo unos días de dormir y descansar bien se siente una diferencia drástica. El ánimo aumenta y, como consecuencia, las relaciones y calidad de vida.

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[MIGRANTE DE PASO] Crecí entre perros y recuerdo a cada uno de ellos como si siguieran a mi lado. Fueron parte de mi desarrollo y sus apariciones en sueños son algo normal. Siempre protegiéndome. De niño sólo podía ir al parque de la esquina si me acompañaba Max. Era un pastor alemán gigante y con un hocico más grande que mi cabeza. En mi memoria está como un personaje mayor que cuidaba de mí. A diferencia de los perros que tuve después donde el rol estaba invertido.

Teníamos alrededor de 10 años, mi primer amigo y yo, cuando vivimos uno de los recuerdos que más atesoro y está implantado en mí. Hasta el día de hoy recordamos esta historia con cariño. Al igual que mi hermano y yo, él también tenía alma canina, de hecho, su apodo es “cachorro”.

Después de largas noches de videojuegos compartía cama con Max. Miles de historias, peleas en la calle y consuelos convierten una amistad en hermandad y dura para toda la vida. Tengo la bendición de estar rodeado de amigos de ese nivel. Hay muchas personas que nunca llegan a conocer la verdadera naturaleza de estos vínculos. No suelo llevarme bien con ellos.

Por un alma caninaFuimos al parque con Max, nuestras cabezas lo superaban en altura por pocos centímetros. Un borracho que habrá tenido 20 años, en ese momento lo vimos cómo alguien adulto en su totalidad, nos gritó: ¡Ese es el perro que ladra todas las mañanas! (era mentira porque nunca lo paseábamos tan temprano). Después del grito abusivo le dio una patada en la cabeza. Inmediatamente el pastor alemán se puso frente a nosotros y parecía convertirse en lobo, dejando su domesticidad atrás. Su pelaje dorado se erizo, retrajo las encías y mostró los enormes colmillos que lo caracterizaban. Nosotros, los de alma canina, no solemos tenerle miedo al conflicto, pero éramos niños y no podíamos defendernos efectivamente. Soltamos la correa sin pensarlo dos veces. La enorme bestia saltó hacia el tipo desagradable y lo tumbó al piso sin morderlo. Solo lo sometió con su peso y presencia amenazante que lo mantenía en el suelo.

-¡Max! -Bastó una llamada para que regrese a su estado natural y deje al borracho levantarse. El susto lo obligó al tipo a alejarse, como con la cola entre las patas.

Como todo buen perro, él tenía en el ADN el deber de proteger a los niños. Hay algo heroico detrás de toda gran mascota. El adorable e imponente pastor se aseguraba que mi hermano y padres estén bien antes de irse a dormir a los pies de mi cama. Aun cuando envejeció y sus patas traseras se habían debilitado, ponía todo su esfuerzo para subir las escaleras y cumplir con su rutina protectora. Por más que insistiéramos en que durmiese en el primer piso no lo iba a hacer. En sus últimos meses teníamos que cargarlo.

Un día, al regresar del colegio, su enorme figura no estaba esperándonos en la puerta. Algo iba mal. Encontramos que un mantón cubría el cuerpo lobezno al costado de un hueco que habían hecho en el jardín. Hasta hoy su cuerpo descansa ahí. Aun de niño imaginaba cómo seguía protegiéndonos. El típico apetito voraz post colegio había desaparecido. Comía con lágrimas silenciosas. Intenté hacerme el fuerte sin lograrlo. Todavía puedo escuchar el sonido de un golpe desesperanzado de mi hermano a una madera en la pared. Por más que era algo invariable, éramos muy chicos para aceptar la muerte de un ser querido. Vinieron unas semanas con los pies fríos, sin ladridos bulliciosos y con pensamientos que por primera vez eran invadidos por la muerte. Al final seguimos viviendo con la fiereza que nos había contagiado Max.

Las personas caninas tienen esta característica. Nunca olvidaremos las lecciones que nuestras queridas mascotas nos dieron. Mi hermano y yo compartimos, ahora mayores, la idea de que los niños se tienen que defender con un cuchillo entre los dientes, como lo hacía Max. No sólo por ficciones que ponen a la infancia como el verdadero rey de la sociedad (Naruto) y una educación excelente de mis padres y abuela, que nos sigue defendiendo. Más importante que las notas y el colegio estaba nuestro bienestar junto con siempre defendernos de quien sea y de ayudar a quienes no pueden hacerlo. Actualmente existe una obsesión por logros académicos, por medir el éxito en dinero y determinar el valor de una persona según esos factores. Yo le atribuyo a esa visión repugnante la culpa de ser una sociedad sin sabiduría, ensimismada y poca empática.

Se subestiman los beneficios de crecer con uno o varios perros. Son fundamentales para contrarrestar lo mencionado antes. Está comprobado que es beneficioso para el desarrollo emocional ya que cuentas con una fuente de apoyo y amor incondicional. También aumenta el sentido de responsabilidad al darse uno cuenta de que todo animal doméstico requiere de cuidados. Para los pequeños también fomenta el desarrollo cognitivo como las habilidades de comunicación, trabajo en equipo y la empatía. Por último, tiene beneficios fisiológicos, como mejorar el sistema inmune.Por un alma canina

Está claro que si tienes una mascota es para que sea parte de la familia. Existe un sinfín de personas que las tiene para estar encerradas, para cuidar la casa y peor aún para pelear. Un sinfín de gente que no merece el cariño de un animal. Seres humanos despreciables. Estas acciones llenan a los perros de ansiedad y miedo. Los convierte en animales incontrolables y peligrosos. Siempre es culpa del dueño y no del animal.

Después de meses sin mascotas la casa se sentía vacía. Los ánimos familiares habían disminuido y mis padres tomaron la decisión de tener nuevamente perros. Lo mejor que pudieron hacer para que sus hijos recuperen el ímpetu diario, no había desaparecido, pero fue un impulso anímico.  Esta vez fueron dos. Primero llegó Apu, un boxer marrón. Unas semanas después Quipu, un siberiano husky que enamoraba, por su belleza, a quien sea que se lo cruce.

Junto con ellos también hubo gran aprendizaje. Ver cómo se van estableciendo las dinámicas de comportamiento entre ellos te enseña mucho. Incluso desarrollas una visión “científica” al analizar cómo funcionan en grupo. Ya de adolescente las noches de videojuegos continuaban, pero también había fiestas y visitas de personas que no eran parte de mi círculo cercano. Desarrollé la particular costumbre de tener una primera impresión de las personas según su trato a los perros. Aprendí a diferenciar entre miedo y antipatía.  Las personas que juegan con los perros y sonríen al verlos suelen tener una visión de la vida optimista y lúdica. Los perros responden a esto dando cariño y cercanía.

Nunca se llegó a establecer una jerarquía entre Apu y Quipu. Lamentablemente nuestro boxer tenía una enfermedad genética no detectada que lo llevó a una muerte prematura. Esta vez el bajón emocional también afectó al otro perro. Los siberianos tienen una naturaleza de manada y de cuidado. Se domesticaron prácticamente solos porque se metían instintivamente a las casas acechadas por heladas intensas y calentaban a los bebes y niños. De esa manera, se creó un vínculo estrecho entre ellos y los humanos.

Quipu ya no quería comer porque había perdido a su compañero. Recibimos una lección sobre la mente animal. Los perros no sólo tienen sentimientos, sino que muestran sistemas de emociones complejas. En parte por ser mamíferos y contar con estructuras cerebrales similares a nosotros. Acudimos al veterinario para buscar una solución a la depresión canina. Efectivamente existe y los síntomas son similares a la de los humanos. La respuesta estaba en tener más perros.Quipu

Mi hermano y yo queríamos otro pastor alemán y mi madre quería un perro pequeño. Ante las discusiones optamos por tener dos perros más.  Brego, por el caballo de Aragorn en El Señor de los Anillos, fue el pastor alemán. El otro, Gruñón, por su carácter, un Jack Russell. Quipu recuperó el apetito y desde un inicio se estableció como el perro alfa de la manada. Hubo una diferencia en él, esta vez mantuvo una postura dominante y de líder. Es increíble notar los intercambios de energía que ocurren diariamente entre los perros. Extrañamente los tres comían del mismo plato sin pelearse, cuando hay varios perros estas conductas son establecidas por el alfa.

Gruñón creció más de lo normal y se volvió un Jack Russell enorme. Eso lo ayudó a mantener su posición entre los otros dos, que eran significativamente más grandes. El y Quipu siguen viviendo, ya viejos, en la casa de mis padres. Gruñón está canoso y gordo, incluso tuvo que tomar pastillas para el colesterol en un momento. Quipu de 14 años ahorra energía durmiendo constantemente y se mantiene gracias a un tratamiento de rayos láser y acupuntura. Siguen felices bajo el cuidado de mis padres.pitbull

Luego de años llegó un cuarto perro. Maui que supuestamente era un pitbull normal, pero llegó a crecer hasta pesar 55 kilos, claramente no era normal para la raza. Con él noté los prejuicios que existe hacia este tipo de perros. Cuando lo paseaba la gente cruzaba la vereda e incluso cuando otros perros lo han atacado y él se ha mantenido tranquilo he escuchado a personas gritar “que maten a ese perro”. Yo respondía sin asco a los ataques. Entre mis perros y esta gente desagradable los prefiero a ellos.

Brego, el pastor alemán, estaba un poco loco, pero no era violento. A veces parecía desconectarse y ladraba descontroladamente. Durmió conmigo hasta su ultimo día. Vivió largos años y por fin entendí lo que habían vivido mis padres con Max. Pedí permiso en mi trabajo para estar con él en el momento que lo harían dormir para siempre. A pesar del sufrimiento de su enfermedad no se iba a quedar tranquilo sin que estemos ahí. Con mi mano acariciándolo se fue quedando dormido. Cerró los ojos para no abrirlos de nuevo. Ya adulto quería quedarme con él y salir del lugar donde estaba ha sido de las cosas más difíciles que he vivido. Supongo que la edad no importa ante eventos tristes. La reacción fue distinta, pero la emoción similar.

Ser conocidos como el mejor amigo del humano no es casualidad. Los lobos, antepasados de todos los perros, se unieron naturalmente a los humanos para comer de las sobras. Al final terminaron trabajando juntos. La historia entre las dos especies se remonta a más de 40 mil años. Ahora nos acompañan cotidianamente. Todos deberíamos cuidar de ellos y es importante fomentar el desarrollo de los niños trabajando con perros y otros animales. En algún momento, la crueldad animal se va a detener. La clave está en pensar en los animales de alta inteligencia como personas no humanas.

 

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[MIGRANTE DE PASO]  Nunca había visto una sala de oración en un aeropuerto. Antes de cruzar a las puertas de embarque en Salta, a un lado, hay un reclinatorio para dos personas frente a un pequeño altar con la cruz católica y otras herramientas religiosas. Una de las cosas que más llama la atención al viajar a Salta y Jujuy es el valor que le dan a la iglesia en sí. Aparte del cambio en el acento, no hablan con “sho” y usan el “yo”.

En Buenos Aires no se siente tanto la devoción a la institución religiosa por más de tener un pensamiento que sí lo es. Por ejemplo, endiosan a jugadores de fútbol y políticos como Maradona y “Santa Evita”. No es que no haya gente creyente, pero a diferencia de Perú no se ven tantas iglesias. En estas provincias de la sierra argentina abundan los centros católicos, ves a gente persignarse al pasar frente a ellos y los carros tienen figuras de cristo o la virgen. Yo no soy creyente de ningún dios, pero aprecio la belleza dentro del misterio que hay en las religiones y también en la arquitectura e historia de sus recintos. En este viaje vi varias iglesias hermosas.

Después de un vuelo de dos horas y 1 hora en carro llegue a San Salvador de Jujuy, capital de la provincia de Jujuy. Está en la sierra de Argentina a 1500 kilómetros de Buenos Aires, al norte. La provincia tiene frontera con Bolivia. El mismo día viaje a Purmamarca recorriendo en carro una hora entre cerros puntiagudos, llamas e infinitos cactus. Hay un encanto peculiar en los paisajes efímeros cuando vas en carreteras.

El pueblo se encuentra en la base de la montaña de siete colores, se puede ver casi desde cualquier lado. No pude diferenciar los colores, pero es alucinante, sobre todo al costado del pueblo que es pintoresco de por sí y parece sacado de alguna novela fantástica. Es similar a la montaña de siete colores que está en Cusco, pero está a 2 mil metros de altura, en Perú se encuentra a 5 mil.

Tras caminar entre las calles rojizas y de techos bajos llegue a la plaza 9 de julio donde había una pequeña feria. No pude evitar sonreír al ver la ropa y telas coloridas, me sentía en la sierra del Perú. Ya con la sensación familiar me llevé la sorpresa de que la capilla central se llama Santa Rosa de Lima, no solo eso, la santa peruana es la patrona del pueblo. Adentro hay cuadros de la escuela cusqueña del siglo XVIII.

En los alrededores de la iglesia hay unos algarrobos antiguos rodeados de leyenda histórica. Cuentan que el ejército independentista descansaba en la sombra de estos árboles. Durante la colonia esta zona era parte del Alto Perú. Un grupo militar de 1500 hombres, con pocas armas, pobre y enfermo bajo el mando de Manuel Belgrano, una de las figuras históricas más importantes en Argentina, fue protagonista de lo que se llamó el éxodo jujeño. El general dió la orden a los pobladores, incluidos niños y ancianos, de abandonar sus casas y quemar todo a su paso, cultivos y hogares. El ejercito realista que los seguía estaría hambriento y no debía encontrar descanso ni alimentos. Caminaron 250 kilómetros hasta llegar a Tucumán.

La orden de Belgrano del éxodo tenía como contraparte el fusilamiento y no había excepción para los ricos. Le puso énfasis al decir esto: “que no sea solo carga de los pobres miserables exponer su vida para que los poderosos se mantengan gozando del sudor de aquellos mismos”.

Seguí mi recorrido hacia la ciudad de Tilcara. A las afueras de este pueblo a 2500 metros de altura se encuentran un pucara o pukara, que en quechua significa fortaleza. Este lugar fue un centro administrativo inca. Es impresionante la extensión que tuvo el imperio inca, que es tan importante en la historia de mi país. Caminando entre las estructuras de piedra extrañamente me sentía más en casa que dentro del departamento que alquilo en Buenos Aires. Siempre fui fanático de la historia y arqueología.

Al caminar entre ruinas la cerradura hacia la imaginación y ficción se abre con facilidad. Pierdes la noción del tiempo presente. Es una habilidad que tienen todos sin excepción alguna. Lo único que se tiene que hacer es alimentar constantemente la capacidad de sorpresa que lamentablemente está en riesgo de apagarse por uso obsesivo de redes sociales, malos enfoques académicos, noticias fake, discursos de odio y una sociedad que subestima la importancia de la salud mental. Supongo que la clave está en no tener miedo a vulnerarse.

Al día siguiente partí hacia la ciudad de Salta, capital de la provincia del mismo nombre, a casi dos horas de Jujuy. En comparación a San Salvador, la ciudad es mucho más turística y amigable para caminar, por las edificaciones coloniales y restaurantes. Lo primero que hice fue comer las famosas empanadas salteñas, de carne, llama y queso. Nunca había comido llama y sorprendentemente me gustó. Después de 10 empanadas -estaban deliciosas-, caminé sudando por el calor calcinante de 35 grados hacia la plaza 9 de julio. Sin lugar a dudas es de las plazas más bonitas que he visto, me senté a fumar unos cigarros rodeado de palomas gordas que no le tienen miedo a los humanos y palmeras, nunca había visto palmeras en la sierra. Lo único disruptivo que no entiendo cómo lo permitieron es que una de las esquinas, sin respetar la armonía arquitectónica, está el banco Macro, un edificio con vidrios oscuros. Inmediatamente recordé como en la plaza de Cusco, los bancos y restaurantes están perfectamente adaptados a los alrededores.

Hay un recorrido de iglesias coloniales. Hay dos que llamaron más mi atención. La Basílica y Convento de San Francisco fundada en 1625 es conocida por ser una de las iglesias que mejor mantiene su fachada colonial. En 1813 Manuel Belgrano estuvo presente para una misa en honor a los soldados caídos en la batalla de Salta el mismo año. La pintura rojiza de la fachada y una torre de mayor altura llaman tu mirada desde unas cuantas cuadras de distancia. A pocos metros se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de la Viña, es de poca altura, pero su fachada azulada y la torre que está separada del edificio principal tienen una belleza única. Lleva ese nombre por albergar una imagen de la Virgen de la Candelaria y es “de la viña” por antes formar parte de una hacienda. La construcción original de 1630 se encontraba en ruinas y en 1886 se construyó lo que es actualmente.

En Salta y Jujuy se respira historia. Desde ruinas incas, iglesias coloniales y pueblos con historias independentistas. Hay algo en común entre la relación provincia-capital en Argentina. Conversando con el taxista camino al aeropuerto me decía que los “porteños” los hacían quedar mal y que ellos pensaban que vivían entre vacas y llamas. No les agrada mucho la capital y muestran cierto rechazo.

No puedo dejar de mencionar lo sucedido este julio en Jujuy. El gobernador Jorge Morales aprobó una reforma de la constitución en la provincia donde las tierras de comunidades originarias que contienen litio se veían amenazadas. Eso despertó una ola de protestas en toda la región que se vio manchada por detenciones a periodistas y represión descontrolada por parte de los policías. Se registraron 4 muertos y 60 heridos en el desalojo de tierras.

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Argentina, Historia, Jujuy, Salta

[MIGRANTE DE PASO] Techos desconocidos al levantarte ¿A quién llamo? ¿Qué voy a comer? ¿A dónde voy? Las primeras semanas después de mudarte a otro país pueden estar invadidas de estas incógnitas. No conoces a nadie, el acento es nuevo, el calor y el frio son mucho más potentes y no sabes dónde ir. Por más espíritu de explorador que tengas da algo de miedo.

Es una mezcla de motivación y temor por lo que vas a vivir. Felizmente somos personas y está en nuestra naturaleza adaptarnos a lo que venga. La voluntad humana es mucho más fuerte de lo que parece y al final lo que en un inicio nos asusta se transforma. Es importante recalcar que yo migré por estudios. Sería irresponsable y poco empático comparar mi situación con la de personas que se ven obligadas a dejar a su familia y trabajo por la situación política de su país.

Me mudé a Argentina después de dos años de pandemia. Fueron dos años de estudios por internet en los que la incertidumbre ocupaba la mayoría de los sentimientos. No se sabía qué iba a pasar y cuando terminó nada nos afirmaba que no volvería a suceder. Todo ese tiempo estuvimos encerrados y con miedo a que seres queridos de mayor edad o con condiciones agravantes se contagien. Salir de eso y mudarse casi inmediatamente también hizo que la sensación de desubicación sea mayor. Tuve la suerte de hacer los trámites de ingreso a la Universidad de Buenos Aires antes de la pandemia y poder avanzar a larga distancia.

Una vez que comienzan las clases, el día a día gana estructura y se vuelve más fácil.  La UBA está distribuida por todo Buenos Aires. No cuenta con una sola sede y está dividida por facultades. Es la universidad más importante y antigua del país con 200 años. Es impresionante el prestigio que tiene siendo una universidad pública. No tiene costo y el ingreso es libre, la dificultad se encuentra en mantenerse y en manejar el sistema burocrático adentro. A diferencia del Perú, donde los mejores centros de estudios superiores son privados y los públicos están en decadencia, Argentina puede estar en una crisis económica feroz, pero el transporte, la educación y la salud son de primera y para todos. Como indicador de importancia: 16 presidentes estudiaron ahí; 5 premios Nobel enseñaron o estudiaron ahí; y en los rankings se ubica como la mejor de Iberoamérica.

La facultad de Derecho parece un edifico grecorromano, es un punto de interés para los turistas por su arquitectura. La de ingeniería tiene un estilo gótico, la puedes confundir fácilmente con una iglesia o catedral, es la única construcción con ese estilo en la ciudad. Mi facultad, de filosofía y letras, es todo lo contrario. Es un edificio normal y resalta más por sus defectos arquitectónicos que por su belleza. Es normal que la luz, la calefacción y el agua fallen. En algunas clases, si llegas tarde, tienes que sentarte en el piso por falta de sitios. Tiene esas carencias. Sin embargo, tiene algunos ámbitos de avanzada como que los baños son para todos, no hay distinción de género.

Cuando entras lo primero que te llama la atención son los incontables carteles y pancartas anticapitalistas, hasta en el baño encuentras las propagandas. No estoy de acuerdo con la mayoría de ideologías que distintos partidos políticos estudiantiles propagan en los pasillos, pero eso lo hace más divertido. Sería aburrido encontrar a gente que piense igual o parecido a mí. Hay mucho más que aprender y contemplar en la diferencia. Suelo pensar que si me siento cómodo con mi entorno y la mayoría piensa como yo es porque algo anda mal.

Ver a gente de mi edad o más jóvenes reunidos por intereses académicos y de manera presencial nuevamente te llena la mente de esperanza renovadora. También es usual ver a personas mucho mayores que se aventuran a comenzar a estudiar. Es encantador. Nunca es tarde para nada. Si por la circunstancia que sea no pudiste estudiar de joven o, simplemente, no quisiste y más tarde quieres hacerlo, se puede. A diferencia de nuestro país, que para acceder a una buena universidad existe el factor limitante del dinero, acá la educación no es un privilegio. También, los eventos culturales son bastante accesibles, como el teatro o conciertos.

Es cierto que cuando te mudas extrañas todo. Ver un mínimo indicio de tu país puede hacerte sentir nostalgia hasta las lágrimas. Como peruanos tenemos la maldición gastronómica de que donde vayamos vamos a extrañar la comida. En Argentina se come bien, es la mejor carne del mundo sin dudas, pero igual hace falta la sazón de la que estamos orgullosos. Tu familia y amigos están lejos. Yo echo de menos hasta a mis perros. Pero es importante saber que todo lo que dejaste atrás en realidad no lo dejaste. Sigue ahí, tu país y gente cercana. Estamos bendecidos con la tecnología de la época y puedes comunicarte con todos inmediatamente y sin dificultad.

Una de las principales cosas que aprendí es a no subestimar la soledad y darme cuenta que nadie puede solo. Hay más fortaleza en apoyarse en los demás que en intentar hacer todo uno mismo. El primer ciclo universitario cometí el error de aislarme sin socializar mucho y sumergirme en estudios y lecturas. Llega un momento en que la perspectiva se vuelve unilateral y los pensamientos parecen rebotar en las cuatro paredes de tu cuarto. Como una persona con ansiedad generalizada, no se lo recomiendo a nadie. Los pensamientos disruptivos invaden tu mente, los ataques de pánico se vuelven cotidianos, mi facultad parecía estar poseída por un tigre hambriento de inseguridades que se hacía más grande por mis miedos más profundos. Tengo la suerte de contar con una familia y amigos extraordinarios, acudí a ellos y en ningún momento me dieron la espalda o minimizaron lo que me sucedía. Una vez que pedí ayuda todo comenzó a ir cuesta arriba nuevamente.

Me mudé dos veces desde que llegué. Primero encontré un departamento en la calle Ayacucho en el centro de Recoleta sabiendo que mi estadía iba a ser de dos meses. En ese momento las clases aún no eran presenciales, pero los exámenes sí. Mis cosas las dejaba en mi maleta y mantener el orden se dificultaba. Cuando vienes de turista este barrio es imperdible. Estaba frente al hotel Alvear, que funciona como hospedaje de lujo desde 1932. A pocas cuadras de mi casa estaba el cementerio de Recoleta que también es destino de turistas por sus mausoleos y las personalidades importantes que están ahí como Eva Duarte de Perón, su mausoleo poco extravagante se llena de flores una vez al año el día de su muerte. En las mañanas desayunaba en La Biela, el mismo lugar donde Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares se reunían a conversar.

El segundo lugar donde viví por 3 meses fue en la calle Fitz Roy en el barrio de Palermo. Caminar por ahí me trasladaba a Barranco en Lima donde crecí y estuve toda la vida. Es parecido, pero Palermo es mucho mas grande, está dividido en partes, yo me ubicaba en Palermo Hollywood. Lleva ese nombre por las productoras de cine y canales de televisión. Las calles ensombrecidas por árboles, restaurantes y bares lo vuelven un lugar amigable para caminar y conocer gente. Puedes ir a tomarte unas cervezas y al final de la noche ya conociste a nuevos amigos.

Por último, me mudé a Barrio Norte que se encuentra en el limite de Palermo y Recoleta. Aquí descubrí la importancia de hacer del lugar donde vives algo tuyo. Llene las paredes de mis dibujos y mis libros. Se siente inmediatamente la diferencia cuando te despiertas y ves tus cosas. Desde ese momento comienzas a sentir que perteneces y a aceptar que ahora este es el lugar donde vives. Una vez que logras eso, estructurarse y comenzar una rutina se facilita.

La ciudad de la furia no es para quienes caminan cabizbajo. Se pueden malinterpretar actitudes y te sientes atropellado, sobre todo cuando no compartes el dialecto y costumbres. Antes de mudarme tenía la imagen de los argentinos como atorrantes, pero me llevé la sorpresa de que no es así. Al contrario, con la mayoría de personas que me he cruzado suelen ser amables y te ayudan cuando les pides.

Igual hay que tener cuidado con idealizar el lugar a donde migres. La ciudad está llena de parques y las calles son agradables para caminar. Por la arquitectura es lo más parecido a Europa en Latinoamérica, pero no lo es. Sigue siendo un país tercermundista y problemas como la inseguridad se mantienen latentes. He visto varios robos y yo no soy la excepción en el caso. Me robaron el celular por la ventana de un taxi y tuve la suerte de que los policías lo recuperaron. También, ves a gente sin hogar durmiendo en las calles y niños que te piden comida. Te parte el alma. Mas de una vez he presenciado a personas meterse en los contenedores de basura para dormir en invierno. Hay noticias de personas que han muerto aplastados por los camiones que recogen los tachos sin revisar antes.

No hay que ser un genio para darse cuenta de que este país está en problemas. No sé cuál es la solución, pero es evidente que el cambio es necesario. Se nota la desesperación de la gente. Actualmente, a un mes de las elecciones el debate es palpable. Mas de lo mismo en este continente. Derecha contra izquierda. Yo me limito a ser un espectador como extranjero. Si no te inclinas por un bando te tachan de tibio ¿Qué es eso? Tonterías. Es lamentable que no se puedan rescatar cosas de ambos lados. Es un límite absurdo.

Prefiero quedarme en el centro sin que me importe lo que digan. Prefiero perderme en una idea donde la libertad y la igualdad no son excluyentes. Creo en el libre mercado y también en que los ricos paguen más impuestos. Creo en la propiedad privada y también que la educación, salud, seguridad y transporte se mantengan como facultades del Estado ¿Cuál es el problema? ¿Quién me va a decir que no se puede? Toda nuestra historia yendo de un polo a otro cuando tal vez la respuesta está en el equilibrio de ambos. Solo estoy convencido de que los extremos tienen más en común que los centros. El enemigo es el conservadurismo y nada más. Cualquier discurso de odio se regocija en los extremos y es justo ahí donde se debe atacar.  Ya es hora de transformar las ideologías y dejar de ahondar en pensamientos arcaicos. Está claro que ninguno de los dos funciona.

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[MIGRANTE DE PASO] A dos cuadras de la Casa Rosada, se encuentra Puerto Madero. Barrio adinerado o cheto en jerga argentina. Rodeado por un canal y el gigantesco Río de La Plata se forma una pequeña isla de lujos. Hoteles, restaurantes y edificios de alta categoría se conglomeran ahí. Es donde viven los futbolistas y artistas reconocidos. A diferencia de Lima, donde se ven carros de alta gama y deportivos por muchos lados, en Buenos Aires es difícil verlos. En Puerto Madero los encuentras. No sé de carros, pero se pueden utilizar como índice de bienestar económico.

Es sorprendente cómo la vida nocturna está siempre en movimiento, los teatros, cines y los restaurantes llenos. Todo eso en medio de la gigantesca inflación económica que atropella los sueños de los ciudadanos. En este país la cultura está adherida al ADN colectivo y se mantiene a flote. Jóvenes artistas toman las calles de este barrio para practicar danzas o performances. Caminando por los malecones del canal puedes ver a bailarines de tango exponiendo para los transeúntes. Brindarles apoyo es inevitable para mí. Como persona y visitante se vuelve importante fomentar el arte que perdura, pero se ve constantemente atacado por la situación ya mencionada.

Varias tardes desde que llegué a Buenos Aires he caminado dándole vueltas a esta zona, viendo el atardecer al costado de los enormes edificios. Es hermoso. He cruzado incontables veces el Puente de la Mujer que cruza el canal. Este puente blanco asemeja a una pareja bailando tango y fue diseñado por el reconocido arquitecto español Santiago Calatrava. Actualmente se puede encontrar acoderada a su costado a la fragata Presidente Sarmiento convertida en museo, amarrada en unos de los diques del canal. Fue el primer buque escuela moderna que tuvo Argentina en 1897 y con este fin realizó 39 viajes alrededor del mundo. Se puede entrar a la embarcación y visitar las instalaciones interiores. Al ingresar se viaja en el tiempo a un mundo donde aún abundaban lugares sin explorar. Dar la vuelta al mundo en barco es el sueño de todo viajero y este lugar invita a imaginar cómo seria y cómo lo hacían hace más de un siglo.

Aún quedan los restos de grúas y maquinarias de lo que fue un puerto. Antiguamente, lo que ahora es el barrio más joven y de los más caros de la ciudad se reducía a una orilla barrosa. En la parte sur se encontraba la isla de los Sauces hoy conocida como isla Demarchi, donde funcionaron morgues, astilleros y talleres navales. La primera cancha del famoso club River Plate se construyó ahí. Antes de ser un puerto era una zona desolada y los barcos tenían que anclar lejos de la orilla por la poca profundidad del rio y luego las mercancías o personas eran trasladadas por barcos más pequeños a la ciudad.

En 1880, que se federalizó la ciudad de Buenos Aires y aún le faltaba un puerto, para ese momento sólo contaban con dos muelles en lo que es hoy Puerto Madero.  Dos años después el comerciante Eduardo Madero -actualmente el barrio lleva su nombre-, presentó el formato de puerto con diques cerrados que fue aprobado y en 1898 se terminaron las obras. Cuando Argentina entró en una etapa de florecimiento económico, que vino de la mano con mayores exportaciones y, por lo tanto, barcos más grandes, el puerto quedo chico. Tuvieron que utilizar nuevamente el método de siglos anteriores.

Casi un siglo después, en 1991, comenzó la urbanización de la zona, se construyeron edificios, restaurantes y hoteles cuyo valor se vio multiplicado por una explosión inmobiliaria. De esa manera, ahora, pasados más de 30 años, es de las zonas más lujosas. No sólo fue revolucionario por los proyectos que la convirtieron en lo que es hoy sino también por ser un barrio en honor a la mujer.

Doce calles importantes llevan nombres de mujeres significativas en la historia argentina. Cuando caminaba entre las calles me senté en un parque y no fue hasta que abrí el mapa que me llevé la sorpresa de que se llamaba Parque Micaela Bastidas. Como peruano me llené de orgullo. Ni siquiera en mi país se rescata el nombre de este personaje que fue de importancia vital en la revolución de Tupac Amaru II. No solo como esposa y consejera sino también como elemento clave en la lucha armada que la llevo a una muerte trágica a manos de los españoles. Se convirtió en un símbolo independentista. Al costado se encuentra el parque Eva Duarte de Perón y hacia el norte el Parque Mujeres Argentina y el Parque Raquel Forner. Que se rinda homenaje a la mujer en uno de los barrios de mayor dinero te da a entender qué tan adelantado está Argentina en las problemáticas sociales.

A la altura del Puente de la Mujer, quedaron del antiguo puerto unos silos, contenedores de gran tamaño. Poder, placer, propiedad, igualdad, empatía, independencia, duda, creencia ¿Quién posee qué? No podés vivir sin nosotras. Mujeres. Un mural de la artista estadounidense Bárbara Kruger revive la estructura fomentando el movimiento feminista del país con su obra. Cada palabra mencionada y la frase están ubicadas en cada uno de los silos y la pregunta en la parte baja. Está al aire libre y la obra es de 30 por 70 metros. Es imposible visitar Puerto Madero y no verlo. Inmediatamente el mural llama tu mirada y te preguntas qué es. Basta con plantear esa pequeña pregunta en las personas para aportar al movimiento.

Vale recalcar que Argentina está en la vanguardia de la lucha por la igualdad y feminismo. Uno de sus mayores logros se dio hace dos años que se promulgó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que da derecho al aborto en todos los casos hasta la semana 14 y se mantiene sin límite de tiempo en los casos de violación y riesgo para la salud de la madre. Es triste recibir noticias casi a diario de feminicidios, violaciones entre otros atentados contra la mujer en el Perú. La brecha de desarrollo social entre Argentina y nuestro país es abismal. Sin embargo, no hay intención aparente o indicios de que un cambio de esa magnitud se dé. Nuevamente es un logro que no pasa de ser un anhelo progresista.

En uno de los extremos se encuentra la Colección Amalita, Arte Amalia Lacroze de Fortabat. Funciona como una institución privada sin fines de lucro cuyo fin es estudiar y preservar una de las colecciones más grandes de Argentina y el mundo. Dentro de las obras puedes encontrar cuadros de William Turner, Gustav Klimt, Andy Warhol, Salvador Dalí, Marc Chagall y otros grandes exponentes del arte plástico. También puedes hallar antigüedades griegas y egipcias y todo el segundo subsuelo está dedicado a la historia del arte argentino. Cerca de la Colección se encuentra el terminal fluvial Buquebus. De ahí parten los ferries hacia Colonia, Montevideo y Punta del Este en Uruguay que se encuentran literalmente en la otra orilla del Rio de La Plata.

Al lado opuesto del canal se encuentran pastizales, bosques y lagunas que cubren una extensión de 350 hectáreas, formando la Reserva Ecológica Costanera Sur. En esta parte se reúne la mayor biodiversidad de toda la ciudad. La reserva se mantiene abierta todo el año y cuenta con 10 kilómetros de senderos divididos en cuatro recorridos. Antes de llegar a este enorme humedal era imposible imaginar que detrás de las lujosas edificaciones se encontrase la reserva natural más grande de Buenos Aires. Antiguamente, fue usado como balneario municipal hasta que la contaminación del Rio de La Plata obligó a los bañistas a retirarse.

Hay una gran diferencia entre visitar un lugar a ciegas y conocerlo de antemano. Cuando caminas sabiendo toda la historia que gira en torno a lo que te rodea puedes sentir cómo el lugar fue creciendo e imaginar las distintas etapas de desarrollo que pasó el lugar donde estás parado. Puedes tomarte unas cervezas al costado de las antiguas grúas que aún permanecen en el lugar y comer en restaurantes con vista al canal y los edificios modernos.  Es impresionante que en tan solo tres décadas se pueda construir tantos restaurantes, hoteles y edificaciones. Cómo en tan poco tiempo y cerca al centro de la ciudad se encuentre uno de los barrios más adinerados.

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Arte Callejero, Historia de Buenos Aires, igualdad de género, Puerto Madero, Transformación Urbana
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