Mesías Guevara

Mesías Guevara conversó con Sudaca sobre los planes del Partido Morado de cara al proceso electoral del 2026. El exgobernador regional denunció que en el Congreso “están queriendo controlar el sistema electoral” y se refirió a los cuestionamientos al partido y la fallida incorporación de Carlos Añaños.

Recientemente anticipó que las elecciones del 2026 serán una carnicería, ¿cómo hará un partido de centro, como es el caso del Partido Morado, para intentar convencer al electorado en un contexto tan complejo?

Ratifico que va a ser una carnicería, una campaña bastante violenta. El Perú está muy fracturado tanto políticamente como socialmente y también económicamente. Hay sectores radicales de izquierda y derecha que quieren que esa fractura permanezca para sacar provecho. Ante ese escenario, nos toca seguir trabajando, organizando y dando a conocer propuestas que tengan soluciones reales a los grandes problemas que tiene la población.

Se ha mencionado al expresidente Sagasti como el candidato natural del partido, ¿qué falta para que se confirme a Francisco Sagasti como el candidato del Partido Morado?

Francisco Sagasti tiene todas las credenciales políticas y morales. Es un candidato de fuerza dentro del partido. No sólo sería un buen candidato sino un buen presidente, tal como lo demostró cuando fue presidente del gobierno de transición. Ahora hay que esperar los protocolos electorales, como es el caso de la convocatoria de elecciones internas. La ley exige que haya ese procedimiento y todavía no se ha convocado. 

Aspirantes a la presidencia como López Aliaga, Antauro Humala, Rafael Belaunde y otros ya están recorriendo el país, ¿cómo está trabajando el Partido Morado para darse a conocer y no quedar como un partido enfocado en Lima?

Nosotros también estamos recorriendo a nivel nacional y estamos conversando como movimientos regionales. Al igual que ellos nos estamos movilizando, pero hay personajes como los que mencionas que cuentan con ciertos apoyos en los medios de comunicación. Veo eso como un interés de querer polarizar, por ejemplo, entre López Aliaga y Antauro Humala, porque ahora todo el mundo quiere ir a una segunda vuelta con Antauro Humala pensando que le van a ganar en esa segunda vuelta.

¿Hay una campaña para invisibilizar al Partido Morado?

Por más que quieran hacerlo no lo van a lograr, porque el trabajo que estamos haciendo es muy fuerte desde el punto de vista republicano, ideológico y organizacional. Porque con la directiva que se está dando el comité político estamos consolidándonos en todas las regiones. 

¿Por qué algunos de los políticos que hicieron más conocido al partido y fueron referentes del centro, como Flor Pablo, Alberto de Belaunde o Gino Costa, se alejaron del Partido Morado?

Ellos tendrán sus razones muy personales. Creo que ellos pensaron que iban a tener un mejor performance político en otras organizaciones. 

¿Le preocupa que esto pueda generar cierta desconfianza en el electorado?

Al contrario, porque significa que cada quien se va alineando de acuerdo a sus posiciones política e ideológicas. En su momento, el presidente del partido, Luis Durán, dará a conocer las personalidades del mundo científico y profesional así como líderes regionales de mucho peso que se han incorporado al partido. 

El año pasado Sudaca publicó un informe en el cual un ex militante del partido denunciaba que había sido sancionado en un proceso con serias irregularidades e incluso firmas falsas, y cuestionaba el trabajo que venía realizando Luis Durán como presidente del partido, ¿cómo calificaría usted su desempeño al frente del Partido Morado?

Un partido es una institución con bastante militantes y para algunos puedes tener ciertas virtudes y para otros defectos. Pienso que Luis Durán está haciendo una labor bastante buena. Su gestión es muy buena al punto que ha logrado que el partido permanezca vigente.

Otro de los grandes cuestionamientos al Partido Morado fue el desentendimiento con los representantes que llevaron al Congreso, ¿por qué ocurrió este distanciamiento y no hubo un trabajo coordinado?

Los que salieron elegidos nunca tuvieron el compromiso de hacer un trabajo partidario. Por eso el compromiso tiene que ser firme con el partido y no con las personas.

Recientemente el congresista Edward Málaga dijo que el centro no existe, por qué cree que alguien que fue integrante del Partido Morado pensaría así?

Es una observación totalmente equivocada de alguien que no tiene experiencia política y, por eso, no tiene capacidad de hacer una lectura de lo que pasa en la política nacional. Estamos viendo que existen los extremos y hay un centro fuerte que, por lo general, el 15 % vota por ese centro y, según la encuesta que saca IEP, el 31% de la población peruana tiene una posición ideológica de centro. Por lo tanto, el centro si existe. El señor Málaga, por su inexperiencia política, opina de esa manera y, por otro lado, creo que también quiere ganarse la simpatía de partido de extrema derecha al que se ha afiliado.

Por qué no se concretó la afiliación del empresario Carlos Añaños al Partido Morado?

Es un tema que el señor Añaños debería aclarar. El partido siempre le abrió las puertas.

¿Considera que su llegada pudo representar un gran aporte al partido?

Considero que no siempre las personalidades que tienen éxito en el mundo empresarial van a tener éxito en la gestión pública. que es mucho más difícil que la actividad privada desde el punto de vista normativo y legal. Hay un ejemplo no muy grato del expresidente Pedro Pablo Kuczynski,  quien pese a su experiencia cometió errores. Creo que el señor Añaños ha generado muchas simpatías en un sector importante de la población, especialmente en el mundo empresarial y de un nivel socioeconómico A, pero no sé de sus capacidades para liderar la gestión pública.

También mencionó que se debe buscar hacer política decente y atractiva, ¿cómo ha trabajado en ese aspecto el Partido Morado en un contexto en el cual las ideas más radicales tienen mayor atractivo?

Ahí viene el desafío. Así como existen esos populistas que hacen una política irresponsable también contamos con un escenario en el que podemos dar a conocer nuestras propuestas a través del mundo digital. Lo primero es consolidar el mensaje, lo que se está logrando a través del consejo de plan de gobierno que preside Luis Alberto Arias, un destacado técnico y profesor universitario. 

Habló de una gran alianza para enfrentar a la extrema derecha y extrema izquierda, ¿puede dar los nombres de con quiénes ha hablado el Partido Morado para trabajar en estas elecciones?

Prefiero que eso lo comunique el presidente del partido. Se está trabajando en ese listado de personalidades, movimientos regionales y partidos que no han logrado su inscripción. También soy consciente que debemos buscar una gran coalición con principios democráticos fundamentales mínimos de transparencia y honestidad.

¿En esta gran coalición se incluirá sólo gente de centro o también hay apertura para la derecha e izquierda?

Lo que se viene conversando en la interna del partido es que el centro debe ser nuestro eje central y de ahí tener un grado de libertad hacia la izquierda y derecha, pero no a los extremos. Hay una derecha responsable e izquierda democrática con la que podríamos conversar.

¿Cómo hará un partido de centro e identificado principalmente con Lima para seducir al votante del sur que en las últimas elecciones ha preferido candidaturas más radicales?

Lo que hay que hacer con los hermanos del sur es reivindicar sus demandas sociales y liderazgo que tienen de muchos años atrás. Si el Perú es considerado un país milenario es precisamente por lo que ha puesto el sur. Hay que reconocer su liderazgo y valía para desarrollar un plan macroregional del sur reivindicando sus demandas e historia.

¿Están trabajando en ello?

Hay movimientos y líderes del sur que se han sumado. 

Uno de los reclamos de estos sectores es que se han sentido abandonado en sus luchas y reclamos por justicia para las víctimas de represión, ¿cuál es la postura del partido morado?

Respaldamos el informe de Amnistía Internacional que ha declarado que la señora Dina Boluarte es uno de los principales autores mediatos y cuestionamos que el Congreso no haya admitido a debate la acusación constitucional por las muertes que han ocurrido en esos sangrientos eventos.

Las fuerzas políticas que hoy integran el Congreso han mostrado un gran interés por sacar de sus cargos a quienes están al frente de ONPE y JNE, ¿le preocupa que se quiera manipular las próximas elecciones?

Esa manipulación del sistema electoral es parte de ese proceso electoral que podría ser violento y agresivo. Si no lo ganan en la cancha, lo van a querer ganar en la mesa. Ellos de manera muy irresponsable están queriendo controlar el sistema electoral. Debemos rechazar de manera categórica las acciones del Congreso.

¿En estas elecciones va a tener lugar la defensa de ideales de índole más progresista como los derechos de las personas LGTBI, el aborto o el enfoque de género en la educación?

El partido morado tiene una característica que es defender los derechos de las minorías y mayorías. Un  país moderno, que quiere entrar a la OCDE, debe tener una visión amplia al respecto y se debería seguir defendiendo los derechos de todos los peruanos, entre los que está este sector invisibilizado.

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[AGENDA PAÍS] En el Perú estamos viviendo un ataque diario a la poca institucionalidad que nos queda. 

Por un lado, nuestro menú diario, de restaurante de lujo con 3 estrellas Michelin, se compone de una entradita de denuncias constitucionales con acusaciones cruzadas, una sopita de cacicazgos electorales, un segundo bien “taipá” de ministros cuestionados por sus competencias o por sus declaraciones, copiosamente acompañado de guarniciones de congresistas que deberían asistir a los plenos en traje a raya y esposados, y de postre, periodistas politizados y agremiados en cofradías de intereses económicos. 

Por el otro lado, los ciudadanos, con menúes menos opulentos a los cuales incluso, les es difícil de acceder, observan impávidos cómo se pasan los años, tan callando, sin poder ver una luz al final del túnel y maldiciendo a ese Dios peruano del que tanto se habla pero que poco o nunca aparece.

A ese copioso menú, maloliente e indigesto, se le ha sumado una serie de declaraciones, aparentemente coordinadas, para tildar al congreso de dictador, como si el congreso fuera una sola persona, un Nicolás Maduro, que a sola mano dicta acciones sin consulta ni voto parlamentario alguno.

La señora Patricia del Río, periodista de RPP, que hace un par de años viralizó un audio donde soltaba suspiros por Vizcarra, a la vez que reconocía una relación cercana y aceptaba lo corrupto que era ese individuo, ha dicho en una entrevista con su amigo Jaime Chincha, y muy suelta de huesos, que en el Perú vivimos una dictadura congresal.

El exgobernador Mesías Guevara, aquel que junto a otros personajes se infiltraron en Acción Popular, partido al cual casi destruyen, inaugura su flamante cargo de directivo del Partido Morado para también unirse al cargamontón diciendo que “nos están llevando a una dictadura congresal”.

El recién autodenominado candidato presidencial, el rector de la UNI Alfonso López Chau, ha sido más creativo, uniéndose a la manada e instituyendo un nuevo vocablo, el de la “tiranía electiva”.

Caray, lo que pueden hacer 130 congresistas dictadores es impresionante, ¡130! ¡Record Guiness para Perú! Aplausos por favor.

¿Cuántas veces hemos reclamado al ejecutivo y al legislativo que trabajen en conjunto para lograr un mínimo de gobernabilidad para poder generar confianza y un entorno favorable a la inversión pública y privada?

Recordemos que en la época del presidente Kuczynski (PPK) con Keiko Fujimori y sus 73 congresistas, a gritos pedíamos que se pongan de acuerdo y que trabajen en conjunto por el país. Gobernabilidad pedíamos y no pasó nada. 

Bueno, sí pasó… Renunció PPK, entró Vizcarra, vacaron a Vizcarra, entró Merino, renunció Merino, entró Sagasti, llegó Castillo y se vacó solito, dejando a Dina Boluarte en la Presidencia. Entre todo este laberinto, por no haber buscado gobernabilidad y estar pensando en intereses particulares y no en el país, hemos tenido 6 presidentes en 6 años. 

Ahora parece que queremos mantener el record de 1 presidente por año vacando a Boluarte, con lo que al 2026 tendríamos 8 presidentes en 8 años. ¡Otro record Guiness! ¡Vamos Perú!

Dejemos de atacar nuestra propia institucionalidad. Hay congresistas pésimos, sí y un montón. Algunos de ellos tienen más perfil para Piedras Gordas que para la Plaza Bolívar, también. Que el ejecutivo ha demostrado ineficiencia, poca coordinación e indiferencia ante los graves problemas por los que atraviesa el país, sin duda.

Pero por ellos votamos, y si nos equivocamos, no podemos ser tan caras duras de vociferar “dictadura congresal” cuando los parlamentarios y el ejecutivo encuentran consensos que no nos gustan y por el otro, criticarlos cuando no se ponen de acuerdo porque atenta contra la gobernabilidad. 

Solo espero que la campaña presidencial del 2026, que ya está empezando, enfoque a los políticos y a la prensa en los temas de estado que deberían importarnos para luchar contra la pobreza y la anemia, para pensar en nuevas políticas públicas que aseguren una educación y una atención de salud humanas y de excelencia, para que podamos pasear por nuestras bellas ciudades y encantadores pueblos originarios con la tranquilidad de vivir en seguridad, y para así lograr un clima de paz social que es la base para el desarrollo sostenible de nuestro país.

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Acción Popular es un partido que merece desaparecer. Los dos gobiernos de Belaunde fueron un desastre y el segundo, a la par de incompetente, corrupto. No tiene la solera democrática que se le atribuye, conspiró en el golpe militar del 62 para evitar el triunfo de Haya de la Torre, saboteó la Constituyente del 79 solo por afanes electorales de Belaunde, y una gestión eficaz y pulcra como la de Valentín Paniagua, en la transición post Fujimori, no salva la heredad nefasta de ese partido.

Últimamente, sus parlamentarios se han visto envueltos en deleznables actos de corrupción al haberse vendido al gobierno de Pedro Castillo a cambio de puestos a familiares y allegados, obras públicas o dinero contante y sonante. El partido los acaba de sancionar y ha pedido a los renunciantes a la bancada que regresen a la misma para no desaparecer, pero el problema, en su caso, es de fondo y no de formas.

Ya no debería haber cabida en el Perú para partidos tan amorfos como Acción Popular, sin una ideología definida, sin ubicación topográfica en el espectro ideológico nacional, con aventureros recolectados a última hora para tratar de llegar al poder (Jorge Muñóz, Alfredo Barnechea, que al poco tiempo renuncian al partido).

Se necesitan partidos sólidos, con cuadros tecnocráticos (¿quién es el economista principal de Acción Popular?, ¿quién su experto en seguridad?, ¿quién su gestor de reformas políticas?) y con doctrina algo menos gaseosa que la fórmula ya risible de “El Perú como doctrina”, como si la nación exudará una fórmula ideológica intrínseca, natural e insoslayable.

“Los Niños” son solo un síntoma del proceso de degradación política de un partido que otrora fuera importante y que últimamente pareció reverdecer. No merece otra oportunidad. Ya tiene, además, reemplazo. Hoy Alianza para el Progreso, con su estructura disforme, es el Acción Popular del presente, sin banderías ni principios.

Líderes con solera democrática y gran capacidad política como Víctor Andrés García Belaunde, Mesías Guevara, o predicamento como Jonhy Lescano, deberían buscar otra nave en la cual navegar en las agitadas aguas de la actividad política nacional. El barco acciopopulista se ha infestado de piratas a los cuales es imposible sacar.

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¿Esperaba que la bancada  de Acción Popular cite a algún ministro para dar explicaciones por los fallecidos durante las manifestaciones?

Claro. eso era lo mínimo. Incluso una interpelación al ministro del Interior y citar al ministro de Defensa y al propio Premier. Pero nada de eso ha ocurrido. Se convirtieron en cómplices, porque un gran porcentaje de la bancada a pesar de las matanzas en Ayacucho y Juliaca les dio el voto de confianza. No solamente no tuvieron la capacidad de citar, censurar e interpelar a los ministros sino que además les dieron el voto de confianza. Sin duda se han convertido en cómplices de las matanzas. 

Si con el voto de confianza eran cómplices del gobierno, ¿por qué ayer ignoraron el pedido de la presidenta para aprobar el adelanto de elecciones?

Porque ellos tienen sus propios intereses personales y solamente Dios sabe a quién están respondiendo. Algún día conoceremos quién es el gran titiritero de esta gran actuación macabra.

¿Por qué el adelanto de elecciones para 2023 era la mejor opción y no es suficiente para 2024?

Lo que sucede es que en estos momentos el mandato de Dina Boluarte se ha convertido en una situación insostenible y el Perú necesita pacificarse. Las prioridades que el pueblo peruano ha puesto incluyen la renuncia de Boluarte y el adelanto de elecciones, lo cual se ha convertido en el camino único para la estabilidad y retorno a la democracia. 

¿Por qué el Congreso le da la espalda a un pedido popular como el adelanto de elecciones?

El Congreso está viviendo en una burbuja, en un mundo paralelo. No están tomando en cuenta el clamor popular y, por lo tanto, su actuación solamente busca consolidar sus propios intereses y su permanencia. Por eso hemos sido testigos de diversas propuestas que a la vez constituyen actos irracionales, como pretender que el eventual proceso electoral sea una elección complementaria o plantear que solamente sean elecciones presidenciales y no de congresistas. Esos argumentos son irracionales y atentan contra la pacificación del país. 

¿Por qué cree que Dina Boluarte le dio tanta importancia a las alianzas con un Congreso desprestigiado?

Fue por su inexperiencia política. Podríamos deducir que fue para cumplir por algún pacto firmado. Recordemos que, días antes, ella estaba en el centro de una acusación constitucional por ser presidenta del Club Apurímac. Ella estaba a punto de ser acusada y destituida. Curiosamente la libraron de esa acusación y la hicieron presidenta. Ella podría estar pagando ese acto que le redimieron en la Comisión de Acusaciones Constitucionales. 

Tras la votación de ayer y la posibilidad que el Congreso rechace la iniciativa presentada por el Ejecutivo para adelantar las elecciones, ¿cree que Dina Boluarte renunciará?

Imagino que estará remitiendo sus iniciativas (sobre adelanto de elecciones) al Congreso, aunque este no tiene ninguna obligación de aprobar estas iniciativas legislativas. Por lo tanto, ella solamente está jugando y prolongando la agonía democrática de nuestro país. Si el Congreso rechaza y manda al archivo o alarga el debate, el único camino que le queda es presentar la renuncia.

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