Una de las tantas razones que explican el éxito en la gestión administrativa del fujimorismo de los 90, fue la convocatoria por parte de Alberto Fujimori de operadores políticos, capaces de cruzar transversalmente las divisiones normativas del Estado peruano, entonces mil veces más endiablado que el de hoy.

Así, contó con un tándem de operadores de primer nivel: Santiago Fujimori, encargado de la convocatoria de cuadros tecnocráticos, Jaime Yoshiyama de las reformas económicas, y Absalón Vásquez de la microobra popular y el populismo asistencial.

De otra manera hubiera sido imposible derrotar al Estado elefantiásico heredado de los 80, que ni Belaunde ni García se atrevieron a desmontar de la herencia militar. No se movía un alfiler del Estado sin veinte cartas selladas. Sin estos operadores, que movilizaban recursos logísticos, que cruzaban transversalmente el Estado y además tenían cuadros trabajando a nivel del Congreso, gran parte de las reformas o actos de gobierno positivos de los 90 hubieran sido imposibles de llevarse a cabo.

Lamentablemente, Fujimori se dejó llevar de las narices por Montesinos y terminaron todos ellos apartados de mala manera del ejercicio gubernativo en el segundo mandato de Fujimori y allí se halla una de las tantas razones de la parálisis reformista de ese segundo lustro.

Pero a lo que íbamos. Hoy también se va a necesitar que quien gobierne el país, del 2026 en adelante, cuente con operadores semejantes. El Estado intervencionista y empresario de los 80 ya no existe más, pero desde el gobierno de Ollanta Humala, el modelo de libre mercado consagrado en la Constitución del 93 ha ido poco a poco desmontándose, llegándose hoy a una situación de sobrerregulación que traba de manera superlativa el flujo de inversiones privadas.

Y a ello se le suma el empeoramiento de un mal proceso de regionalización emprendido con Toledo y que ha construido una trama corrupta e intervencionista que coadyuva, aún más, a la ralentización del crecimiento económico. Estos poderes regionales, que no existían en los 90, deberán sumarse a la red de influencia que los operadores políticos deberán añadir a su cartera de poderes a ser gestionados.

[Migrante al paso] 

¿CÓMO QUIERES MORIR?

No lo sé, pero quiero poder decidir eso. Me gustaría parado y con los ojos abiertos. Con los hombros relajados. Erguido. La cabeza en alto. Con eso me basta. Que no exista peso que me venza. El día que mi mirada pierda el fuego, es porque ya morí. Sólo los cobardes no pueden mirar a los ojos a sus propios errores y lamentos. Los valientes mueren sonriendo. Los libres le escogen a carcajadas. Un último partido. El último día de la juventud es la muerte. Tengan claro esto, estaremos solos. La mejor compañía, en el mejor de los casos. Encuéntrame sonriendo por lo sorprendente de un paisaje o mirando a los seres que amo o amaré. Como tu amigo. Un viejo conocido. Que tus palabras me acaricien hasta quedarme dormido. 

Noche de tormenta. Rayos y lluvia intensa. Piso 26. Buenos Aires. Aburrido hasta el cansancio. Insomnio diario. Uno que otro pan. Sumergía mis pies en el agua helada. La pileta, como le dicen, tenía olas por el viento. El cielo rugía. Nada me dice que no, salvo lo obvio. 28 años. 3 de la madrugada. La vista era espectacular. Sentía a la inmensidad dando martillazos contra el diminuto yunque que somos nosotros, Después de semanas de sentirme muerto, estuve más vivo que nunca. Sin polo, sumergido. Flotando. La oscuridad iluminada por grietas eléctricas. Podía caerme a mí. No importaba. Estaba vivo, más que nunca, estaba volando. 

No había sustancias de por medio, solo un poco de locura por no dormir.

Ojeras hasta el suelo.

Mojadas. 

Después de todo, igual va a morir.

No estoy preparado. 

2 veces por semana. 6 años. A distancia y en cercanía.

Se volvió mi amigo.

Ya no está. 

Ahora estaba abandonado y desatado. Un animal acorralado por la muerte de alguien que fue un desconocido. Un profesional, cuya asistencia pagaba mi familia. Mis enormes manos y brazos parecían tener la capacidad de destruirlo de un abrazo, uno que deseaba con toda mi alma dar. Intenta hacerlo sonriendo, le dije cuando me preguntó. Me temblaban las piernas. Manos sudadas. Quien metió la mano al abismo para sacarme ahora solo podía sostenerse con esfuerzo y yo no podía hacer nada. Nunca hablaré de esa última conversación. Lo que ya dije es suficiente. Poner esto en palabras me ha costado meses y aún lo siento precipitado. 

Le debo vivir plenamente.

Le debo disfrutar.

Le debo la sorpresa.

Muchos dicen que un psicoanalista es como un espejo, pero no es del todo verdad. Es otra persona, con sus propios problemas y traumas. Entre tantas conversaciones se filtra información privada que tal vez no debería recibir, pero es imposible que no suceda en una relación de dos personas. Después de una primera despedida no sabía cómo reaccionar. Recibí un mensaje. El malestar que lo agobiaba se había desacelerado, pero no detenido. Sabiendo que el final era inminente, decidí tener unos cuantos meses más de sesiones. Nunca me mostró miedo. Su preocupación por mi bienestar continuaba y la mía por la suya aumentaba.  Hace poco en un avión, como de costumbre, me pongo a revisar todas las fotos y videos de mi teléfono para entretenerme. Apareció su rostro, sano y con cachetes, hablándome. Me contaba que se había ido el internet y una sesión de hace mucho no pudo continuar. Sonreí, siempre va a ser un lindo recuerdo, pero trágico y triste. La hoz del encapuchado no discrimina entre el bueno y el malo, el que se lo merece y el que no. Me parecía injusto que le haya sucedido, pero no hay justicia en la muerte. Me salían lágrimas, imposibles de detener, las ocultaba viendo por la ventana. Aun soy un debilucho que le da vergüenza mostrar su tristeza. 

Francisco Tafur 

Después de meses por videollamada, regresé a mi ciudad y lo vi por última vez. Una semana antes de que se presencia se desvaneciera. Me abrió la puerta y tuve que contener la impresión. Los pómulos hundidos, probablemente 20 kilos menos, tuve que medir mi fuerza al darnos la mano. Nos despedimos con un abrazo incómodo, lo sentía pequeño y en esa incomodidad quería que por una vez él apoye su cabeza sobre mis hombros y se deje llevar. Algo que no ocurrió ya que nunca rompió el código de su profesión. Hasta el último día su mirada se mantuvo curiosa, con ganas de aprender más. Al salir me detuve a mirar su bien cuidado jardín por una última vez. Abrí la reja y me trepé a mi carro sin mirar atrás. Me estacioné donde pude, las manos me temblaban y no podía prestarle atención al camino. Retomé el camino escuchando soundtracks épicos, recordando a mis perros que ya no están, la infancia que ya dejé y el futuro no ocupaba espacio en mis pensamientos. Mi mente lo bloqueó. Recién después de algunas semanas sus palabras y rostro invadían mis sueños. Me despertaba en la madrugada y me prendía un cigarro en el silencio de esas horas. A veces volvía a dormir, en otras esperaba el amanecer. 

He querido contactar a su familia para agradecerle, pero no sé si sea lo correcto. Tal vez sólo es una excusa por el miedo que me da hacerlo. No sé dónde está enterrado, ni siquiera si lo está. Me gustaría visitarlo y tomarme una coca cola a su costado, pero siento que no tengo la fuerza. Solo sé que ya no puedo darme el lujo de deprimirme, se lo debo. El me enseñó a que esos bajones sean mas cortos y llevaderos. Me enseñó a pedir ayuda. Me enseñó a caminar solo. A pelear por mis sueños y defender el de los demás. Soy yo gracias a él. La diferencia entre vivir y sobrevivir la entendí con su muerte. Una crónica queda corta para escribir lo que siento, sólo me nació intentarlo. Se me cayó el traje de poeta moribundo y ahora tengo ganas de salvar al mundo. En lo que puedo. Los mil senderos que se abrieron frente a mí están ahí inmóviles, sólo falta recorrerlos. Se fue un gran amigo, mi guía, al único que puedo llamar profesor. Pero me dejó un mensaje y planeo tenerlo siempre en mente y vivir bajo esa brújula. Muchas gracias, prometo devolver el favor con mi esfuerzo poco pulido y mi ambición utópica. 

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[Migrante al paso]

¿CÓMO QUIERES MORIR?

No lo sé, pero quiero poder decidir eso. Me gustaría parado y con los ojos abiertos. Con los hombros relajados. Erguido. La cabeza en alto. Con eso me basta. Que no exista peso que me venza. El día que mi mirada pierda el fuego, es porque ya morí. Sólo los cobardes no pueden mirar a los ojos a sus propios errores y lamentos. Los valientes mueren sonriendo. Los libres le escogen a carcajadas. Un últimopartido. El último día de la juventud es la muerte. Tengan claro esto, estaremos solos. La mejor compañía, en el mejor de los casos. Encuéntrame sonriendo por lo sorprendente de un paisaje o mirando a los seres que amo o amaré. Como tu amigo. Un viejo conocido. Que tus palabras me acaricien hasta quedarme dormido.

Noche de tormenta. Rayos y lluvia intensa. Piso 26. Buenos Aires. Aburrido hasta el cansancio. Insomnio diario. Uno que otro pan. Sumergía mis pies en el agua helada. La pileta, como le dicen, tenía olas por el viento. El cielo rugía. Nada me dice que no, salvo lo obvio. 28 años. 3 de la madrugada. La vista era espectacular. Sentía a la inmensidad dando martillazos contra el diminuto yunque que somos nosotros, Después de semanas de sentirme muerto, estuve más vivo que nunca. Sin polo, sumergido. Flotando. La oscuridad iluminada por grietas eléctricas. Podía caerme a mí. No importaba. Estaba vivo, más que nunca, estaba volando.

No había sustancias de por medio, solo un poco de locura por no dormir.

Ojeras hasta el suelo.

Mojadas.

Después de todo, igual va a morir.

No estoy preparado.

2 veces por semana. 6 años. A distancia y en cercanía.

Se volvió mi amigo.

Ya no está.

Ahora estaba abandonado y desatado. Un animal acorralado por la muerte de alguien que fue un desconocido. Un profesional, cuya asistencia pagaba mi familia. Mis enormes manos y brazos parecían tener la capacidad de destruirlo de un abrazo, uno que deseaba con toda mi alma dar. Intenta hacerlo sonriendo, le dije cuando me preguntó. Me temblaban las piernas. Manos sudadas. Quien metió la mano al abismo para sacarme ahora solo podía sostenerse con esfuerzo y yo no podía hacer nada. Nunca hablaré de esa última conversación. Lo que ya dije es suficiente. Poner esto en palabras me ha costado meses y aún lo siento precipitado.

Le debo vivir plenamente.

Le debo disfrutar.

Le debo la sorpresa.

Muchos dicen que un psicoanalista es como un espejo, pero no es del todo verdad. Es otra persona, con sus propios problemas y traumas. Entre tantas conversaciones se filtra información privada que tal vez no debería recibir, pero es imposible que no suceda en una relación de dos personas. Después de una primera despedida no sabía cómo reaccionar. Recibí un mensaje. El malestar que lo agobiaba se había desacelerado, pero no detenido. Sabiendo que el final era inminente, decidí tener unos cuantos meses más de sesiones. Nunca me mostró miedo. Su preocupación por mi bienestar continuaba y la mía por la suya aumentaba.  Hace poco en un avión, como de costumbre, me pongo a revisar todas las fotos y videos de mi teléfono para entretenerme. Apareció su rostro, sano y con cachetes, hablándome. Me contaba que se había ido el internet y una sesión de hace mucho no pudo continuar. Sonreí, siempre va a ser un lindo recuerdo, pero trágico y triste. La hoz del encapuchado no discrimina entre el bueno y el malo, el que se lo merece y el que no. Me parecía injusto que le haya sucedido, pero no hay justicia en la muerte. Me salían lágrimas, imposibles de detener, las ocultaba viendo por la ventana. Aun soy un debilucho que le da vergüenza mostrar su tristeza.

Después de meses por videollamada, regresé a mi ciudad y lo vi por última vez. Una semana antes de que se presencia se desvaneciera. Me abrió la puerta y tuve que contener la impresión. Los pómulos hundidos, probablemente 20 kilos menos, tuve que medir mi fuerza al darnos la mano. Nos despedimos con un abrazo incómodo, lo sentía pequeño y en esa incomodidad quería que por una vez él apoye su cabeza sobre mis hombros y se deje llevar. Algo que no ocurrió ya que nunca rompió el código de su profesión. Hasta el último día su mirada se mantuvo curiosa, con ganas de aprender más. Al salir me detuve a mirar su bien cuidado jardín por una últimavez. Abrí la reja y me trepé a mi carro sin mirar atrás. Me estacioné donde pude, las manos me temblaban y no podía prestarle atención al camino. Retomé el camino escuchando soundtracks épicos, recordando a mis perros que ya no están, la infancia que ya dejé y el futuro no ocupaba espacio en mis pensamientos. Mi mente lo bloqueó. Recién después de algunas semanas sus palabras y rostro invadían mis sueños. Me despertaba en la madrugada y me prendía un cigarro en el silencio de esas horas. A veces volvía a dormir, en otras esperaba el amanecer.

He querido contactar a su familia para agradecerle, pero no sé si sea lo correcto. Tal vez sólo es una excusa por el miedo que me da hacerlo. No sé dónde está enterrado, ni siquiera si lo está. Me gustaría visitarlo y tomarme una coca cola a su costado, pero siento que no tengo la fuerza. Solo sé que ya no puedo darme el lujo de deprimirme, se lo debo. El me enseñó a que esos bajones sean mas cortos y llevaderos. Me enseñó a pedir ayuda. Me enseñó a caminar solo. A pelear por mis sueños y defender el de los demás. Soy yo gracias a él. La diferencia entre vivir y sobrevivir la entendí con su muerte. Una crónica queda corta para escribir lo que siento, sólo me nació intentarlo. Se me cayó el traje de poeta moribundo y ahora tengo ganas de salvar al mundo. En lo que puedo. Los mil senderos que se abrieron frente a mí están ahí inmóviles, sólo falta recorrerlos. Se fue un gran amigo, mi guía, al único que puedo llamar profesor. Pero me dejó un mensaje y planeo tenerlo siempre en mente y vivir bajo esa brújula. Muchas gracias, prometo devolver el favor con mi esfuerzo poco pulido y mi ambición utópica.

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[Música Maestro] Para un mundo cada vez más desinteresado en el pasado, el fallecimiento de las estrellas legendarias de la música popular, de cuando esta era entendida como una manifestación de elegancia y talento en lugar de ser vehículo validador de conductas zafias y combinaciones de elementos que son cada uno más vulgar que el anterior, pasa oprobiosamente desapercibido.

Me cruzó esa idea por la cabeza cuando vi la noticia de la muerte deSérgio Mendes relegada a espacios extremadamente pequeños en los medios de comunicación masiva. Y me refiero específicamente a los escritos, porque en la televisión ni siquiera apareció, por lo menos en la local, más preocupada en las correrías sórdidas y corruptas de ese esperpento llamado “Chibolín”, sus bailes ridículos y sus hijas destalentadas. Únicamente internet y sus alternativas para enfrentar las degradadas escalas de valores que tienen actualmente las masas, permiten la creación de un oasis en medio de ese fango farandulero y político cuya banda sonora se equipara a la que usan los sicarios, corruptos y proxenetas para musicalizar sus publicaciones en TikTok e Instagram.

Sérgio Mendes nació artísticamente junto a las personalidades más importantes del bossa nova, como Antonio Carlos Jobim (1927-1994), João Gilberto (1931-2019) o Edu Lobo (81) -de hecho, Mendes produjo el álbum debut del autor de la samba Upa neguinho y la balada Pra dizer adios, en 1967- pero, a diferencia de ellos, decidió fijar su residencia en los Estados Unidos cuando se instaló el golpe militar de 1964. Mendes decidió hacer patria desde lejos, introduciendo en las cadenciosas armonías de la música de Brasil las texturas orquestales de Burt Bacharach (EE.UU., 1928-2023), James Last (Alemania, 1929-2015) o Percy Faith (Canadá, 1908-1976), con un trabajo que de inmediato se posicionó como una de las primeras vertientes de lo que hoy suele rotularse como “crossover”.

Con elencos de vocalistas mixtos y bilingües, el pianista y arreglista puso los ritmos brasileños en las radios pop gringas. Su presencia en las primeras ligas de la música mundial se mantuvo inalterable durante toda la segunda mitad de los años sesenta y gran parte de los setenta, merced de una cadena de álbumes en los que no tuvo temores para combinar el repertorio clásico del Brasil -A. C. Jobim, Jorge Ben Jor, Baden Powell, Luiz Bonfá, Vinicius de Moraes- con los Beatles, Cole Porter, Rodgers & Hammerstein, con arreglos preciosistas en los que se sentían tanto violãos y pandeiros como cornos franceses y violines.

Habría que comenzar recordando que Sérgio Mendes pertenece a esa categoría especial de artistas cuyo pronóstico no era tan auspicioso a causa de la discapacidad. En ese sentido, haber superado la osteomielitis infantil que padeció para convertirse en uno de los directores de conjunto más importantes de toda una época debería ser suficiente para admirarlo.

En el quinquenio comprendido entre 1961 y 1965, Sérgio Mendes paseó sus ideas integracionistas por varios sellos discográficos -Philips, Atlantic Records, Capitol-, con discos como Você ainda não ouviu nada! (1963, que contiene uno de los primeros covers de Garota de Ipanema) o Cannonball’s Bossa Nova (1962), que grabó liderando su Bossa Rio Sextet of Brazil para acompañar al célebre saxofonista Julian “Cannonball” Adderley (1928-1975). Una curiosidad que conecta a esta primera etapa de Mendes con el universo salsero. En su sexto disco The great arrival (1965), incluyó una composición de Edu Lobo, Boranda, que una década más tarde fue grabada por La Sonora Ponceña, con arreglos del pianista Papo Lucca, para su álbum El gigante del sur (1977).

El punto de quiebre llegó cuando fue contratado por Jerry Moss y Herb Alpert para el sello discográfico A&M Records. Alpert (89), es un productor y trompetista californiano de origen judío que también fue fundamental para la fusión entre sonidos latinos y norteamericanos, a través de su propio grupo The Tijuana Brass. Para ese momento, Sérgio Mendes armó la banda que se convertiría en la base de su periodo más exitoso, Brasil ’66. Durante los siguientes tres años, Sérgio Mendes & Brasil ’66 comenzó a construir el repertorio que le daría fama y prestigio.

En su debut para A&M Records encontramos temas como Berimbau(Baden Powell) o One note samba (Antonio Carlos Jobim), que ya habían sido publicados en discos previos; y varios covers. Pero, definitivamente, el tema Mas que nada, composición que el cantante Jorge Ben Jor había estrenado en 1963 en su primer disco, Samba esquema novo, fue el que atrajo más la atención por sus percusiones profundas y asincopadas, sus densas capas de coros entre lo psicodélico y lo bahiano y ese piano que propulsa el ritmo a mitad de camino de lo que normalmente es la samba, dándole un toque de sofisticación y particularidad únicos. Hasta hoy, Mas que nada es la canción más representativa y reproducida de Sérgio Mendes & Brasil ’66. Imposible no conocerla.

Posteriormente, entre 1966 y 1969, Sérgio Mendes & Brasil ’66 lanzaron un total de siete álbumes, siempre bajo el manto de A&M Records. Aunque tuvo sucesivos cambios en su personal, la alineación de Mendes alcanzó cierta estabilidad con los percusionistas SebastiãoNeto y Dom Um Romão -que después se uniría al combo de jazz-rock Weather Report- el norteamericano John Pisano y el brasileño Oscar Castro-Neves en guitarras, y las vocalistas Karen Philipp y Lani Hall. Para los arreglos orquestales, Mendes contó con la colaboración del pianista Dave Grusin (90), quien años más tarde fundó el sello discográfico GRP Records, especializado en jazz contemporáneo y fusión.

Esta mixtura entre lo brasileño y lo norteamericano se aprecia escuchando clásicos de su catálogo como Bim Bom (Equinox, 1967), The look of love (Look around, 1967); Masquerade (Ye-Me-Lé, 1969) o Manha de carnaval (Quiet nights, 1967), Pais tropical (Sérgio Mendes & Brasil ’77, 1971, otra composición de Jorge Ben) o Scarborough fair (Fool on the hill, 1968); que confirman el estatus de Sérgio Mendes como un arreglista con vuelos exóticos pero sin caer en la parodia y, a la vez, conocedor del repertorio anglosajón en todos sus extremos, desde los tiempos dorados del musical de Broadway hasta artistas del momento como The Mamas & The Papas (Monday morning, The great arrival, 1966), Otis Redding (Sitting on the dock of the bay, Crystal illusions, 1969) o My favorite things (John Coltrane, Sérgio Mendes favorite things, 1968). Pero si hubo un artista del pop-rock que inspiraba al músico carioca fue el grupo británico The Beatles.

Prueba de ello es el quinto LP de Sérgio Mendes & Brasil ’66 -el décimo segundo de su discografía total-, titulado Fool on the hill (1968), que contiene una versión alucinante de esa canción que lanzaran un año antes los hijos ilustres de Liverpool en su disco Magical Mystery Tour. Paul McCartney, compositor del tema, le envió una nota de agradecimiento a Mendes por el simpático arreglo. Otros himnos beatlescos que recibieron el tratamiento de Mendes y su conjunto fueron With a little help from my friends (Look around, 1967), Day tripper (Herb Alpert presents Sérgio Mendes & Brasil ’66, 1966) y Norwegian wood (Ye-Me-Lé, 1969). En todos los casos, los conocimientos musicales de Mendes le permitieron darle un girooriginal a cada tema sin caer en la extravagancia desmedida o la predictibilidad de una fusión débil.

Entre 1969 y 1970 hubo dos grandes modificaciones en la banda. Por un lado, cambió de nombre a Brasil ’77, una proyección hacia la década que recién comenzaba. Y por el otro, tuvo que superar la deserción de Lani Hall, su vocalista principal, quien le fue arrebatada del grupo por su amigo Herb Alpert, algo que al comienzo no le gustó mucho -de hecho, en 1973, Alpert y Hall se casaron-. Lani Hall (78) se hizo conocida para el público latino en los ochenta, con una serie de duetos con estrellas de la balada en nuestro idioma como De repente el amor con el brasileño Roberto Carlos y Un amor así con el portorriqueño José Feliciano (Es fácil amar, 1985), junto al mexicano José José (1948-2019) registró el éxito Te quiero así (Lani, 1982) y, especialmente, Corazón encadenado, acompañando al español Camilo Sesto (1946-2019), una de las canciones románticas más populares de 1984, de su LP Lani Hall. Su lugar en Brasil ’77 fue cubierto por Gracinha Leporace, esposa y compañera de Sérgio Mendes, desde 1969 hasta el final de sus días.

Sérgio Mendes & Brasil ’77 también tuvo momentos de puro brillo musical como los discos Sérgio Mendes (1975, que incluye otro cover de los Beatles, Here comes the sun), el ecléctico Stillness (1970, con covers de Gilberto Gil, Buffalo Springfield y Joni Mitchell) y el experimental Primal roots (1972). En este álbum destaca un temainstrumental, Promise of a fisherman (Promessa de pescador), recuperado de la década de los años treinta, escrito por Dorival Caymmi (1914-2008), legendario cantautor de Bahía, con un sonido misterioso y tribal que se alejaba momentáneamente del estilo pop que lo caracterizaba hasta entonces. Del mismo modo, la suite The circle game (Jogo de roda), una composición de Edu Lobo y Ruy Guerra que supera los dieciocho minutos, permite ampliar las posibilidades expresivas de su conjunto, con voces, percusiones y ritmos oriundos del Brasil a cargo de sus compatriotas Flora Purim y Airto Moreira (integrantes de Return To Forever).

Para 1977, Sérgio Mendes trabajó en el que sería probablemente su último gran trabajo de esa década, la banda sonora del documental Le Roi Pelé (François Reichenbach, Francia) dedicado a la vida de Edson Arantes do Nascimento, “El Rey del Fútbol” (1940-2022). En esta producción, en la que Mendes se rodeó de extraordinarios músicos como su compatriota Oscar Castro-Neves, el saxofonista de jazz Gerry Mulligan, el baterista Jim Keltner, famoso por trabajar con astros del rock como Joe Cocker, John Lennon, George Harrison, entre otros, o el percusionista de la banda Chicago, Laudir de Oliveira, también brasileño, lo más saltante es la participación del mismo Pelé, como compositor y cantante de dos temas, Meu mundo é uma bola y Cidade grande. Por supuesto, Pelé ya había mostrado anteriormente su talento musical, en los singles que grabó en 1970 con la cantante Elis Regina (1945-1982), Perdão, não tem y Vexamão, y volvió a hacerlo con otras canciones en años posteriores.

En los años ochenta, el artista volvió a reinventarse, ingresando al mercado del soft-rock y la música adulto-contemporánea con álbumes como Sérgio Mendes (1983) y Confetti (1984), con la participación de los mejores músicos de sesión de la época como Jeff Porcaro (batería), Peter Wolf (teclados), Michael Sembello (guitarra), Nathan Watts (bajo), entre otros. La balada Never gonna let you go, cantada por el dúo Joe Pizzulo y Leeza Miller, de alta rotación en radios de todo el mundo; y el tema usado como himno de las Olimpiadas Los Angeles 1984, fueron dos de sus mayores logros artísticos en esos años.

Cuando uno escucha Olympia -también con la poderosa voz de Pizzulo-, la inspiradora composición de Barry Mann y Cynthia Weil y ve su recordado videoclip en que se evoca el espíritu deportivo y la ilusión que podía despertar en niños y adultos, y la compara con las paparruchadas que hoy utilizan para eventos deportivos similares, nuevamente aparece esa estupefaciente sensación de derrota ante la grisura de las múltiples vulgaridades que actualmente las masas consideran “elegante” o “cool”. Su último éxito masivo llegaría con el tema Magalenha, batucada escrita por Carlinhos Brown, incluida enBrasileiro (1992), su trigésimo sexto álbum, en el que se reencontró además con los ritmos de su país, con participaciones estelares como el guitarrista João Bosco y el inclasificable multi-instrumentista e investigador Hermeto Pascoal.

Mendes se convirtió, durante el Siglo XXI, en una figura reverenciada a ambos lados del espectro musical. Desde compatriotas suyos como Milton Nascimento o Gilberto Gil, camaradas en la difusión de la cultura del Brasil desde distintos géneros; hasta estrellas del pop como The Black Eyed Peas o Justin Timberlake, han trabajado con él en distintos momentos. En el documental In the key of joy (HBO, 2020), aparecen varios personajes de la industria discográfica reconociendo su talento e influencia a lo largo de cinco décadas. En el CD Timeless (2006), Mendes reactivó su presencia en el panorama musical, actualizando sus éxitos del pasado con ritmos modernos como hip-hop, música electrónica y hasta reggaetón. Real in Rio, tema central de la película animada Rio (2012), obtuvo una nominación al Oscar.  

Sérgio Mendes se encargó de internacionalizar el bossa nova y la samba con una lectura fresca y colorida de sus ritmos y significados. A diferencia de Jobim, que mantuvo la identidad de la MPB aferrado a sus formas básicas o de los revolucionarios tropicalistas como Caetano Veloso, Gilberto Gil o Chico Buarque, Mendes le agregó glamour y cosmopolitismo a su folklore. Aunque en algún momento se le catalogó de superficial y de producir “música para ascensores”, a la distancia uno reescucha sus álbumes y refuerza el asombro de ver cuán bajo han caído las capacidades apreciativas y los gustos musicales de las masas en el mundo entero.

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Bossa Nova, MPB, Olimpiadas, Sérgio Mendes, Soft-Pop

El gobierno aliancista que nos gobierna, entre el Ejecutivo y el Legislativo, va a dejar un legado destructivo que va a costar tiempo remediar y desde ya debería ser plan de gobierno de la centroderecha liberal, si quiere marcar una postura antiestablishment que le permita competir con relativo éxito frente a las izquierdas radicales y el revitalizado keikismo.

Es de horror el plan destructivo de la institucionalidad democrática, comparable solo a la que desplegó el fujimorismo en los 90. La ventaja es que vivimos en una relativa democracia y el Poder Judicial y el Ministerio Público resisten la embestida, pero no se puede saber si al final lograrán su cometido con la complicidad de un Tribunal Constitucional dócil y solícito.

En materia económica el régimen nos deja un brulote indigerible con la operación Petroperú, que la oposición, por supuesto, dejará pasar por agua tibia a cambio de prebendas y favores. Y lo que es más grave, ha aprobado una reforma del sistema de pensiones que empeora el sistema que ya existía desde los 90 porque ahora incluye en la extracción de rentas a favor de los grupos de poder a la masa de ciudadanos independientes (favores que se pagan por las millonarias donaciones de campaña, sin duda).

Y la situación se va agravar porque al Ejecutivo y al Congreso les importa un comino el repudio popular del que son justificadas víctimas. No registran o no quieren hacerlo, el nivel creciente de furia popular que solo busca un detonante para estallar.

Allí está, en todo caso, el guión para los sectores moderados de la izquierda y la derecha. Dar inicio a una oposición radical al pacto Ejecutivo-Legislativo, al statu quo, al orden vigente. Que la ciudadanía sienta a plenitud la disconformidad de este sector ideológico con el estado de cosas.

De otra manera, serán desbordados por la narrativa radical de las izquierdas, la inercia que ya coloca a Keiko Fujimori en la segunda vuelta, y el pasivo de la fragmentación punible de la centroderecha.

-La del estribo: una maravillosa experiencia leer El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, escritor polaco británico. Gracias nuevamente a Alonso Cueto y su club del libro. Las páginas de Conrad, debe decirse, inspiraron a Francis Ford Coppola a filmar la grandiosa Apocalypse Now. Conrad fue admirado por Borges y, sobre todo, por Mario Vargas Llosa. Un escritor notable.

[La Tana Zurda]  Hablar de José Antonio es hablar de generosidad y de éxito, de inspiración, de constancia, de disciplina y entereza, de lealtad y de amor hacia la humanidad, hacia lo correcto y no solamente lo justo, hacia la oportunidad ofrecida a cualquiera que de alguna manera lo alcanzaba.

Su liderazgo no solamente a nivel intelectual y académico, sino como gestor cultural, como representante de no sólo una generación sino la referencia emblemática de conocer desde el  Inca Garcilaso tan bien como si lo hubiera conocido en persona, hasta poetas que daban sus pininos y que él apadrinaba.  Su conocimiento de lo colonial trascendía a todo nivel y esfera, podía estar hablando de la última teoría literaria o corriente filosófica y conocer la lengua que estaba en peligro de desaparición en el último rincón de nuestra Amazonas.

Su iniciativa para organizar eventos y congresos era inagotable, nos motivaba y nosotros por supuesto íbamos: Cuánto aprendizaje, cuánta pasión, cuánto amor por las letras.  Su activismo era contagiante y seguíamos en la batalla por una descolonización de pensamiento, y siempre buscando la manera para que hubiera más equidad.

Su poesía estaba llena de erotismo, de imágenes globales que evocan temas universales, imágenes que dialogaban con diferentes padres literarios desde la gran influencia de Vallejo, hasta el mismo Arguedas, de quien los mitos los adaptaba y creaba mundo llenos de magia.  

Esa dedicación por la cultura peruana, esa entrega por llevarla a todo el mundo -América, Europa, Asía, en fin-  Inalcanzable en cuanto a su ritmo por culminar proyectos y por seguir ofreciendo una imagen mucho más rica de nuestro Perú.  Su labor no solamente como padre intelectual, sino como gran poeta y por supuesto por su activismo y gestión cultural, José Antonio Mazzotti fue un gran embajador. 

Escribió más de 100 artículos académicos, libros de crítica que lo pusieron a él como una eminencia del Inca Garcilaso y de todo lo que lo podía relacionarse con la Colonia. Hizo documentales y llevó al Inca a todos lados. En cuanto a la crítica sobre poesía realizó los estudios más agudos y referentes que existen en la actualidad.  

Asimismo, como poeta, perteneció a la Generación del 80.  Obtuvo reconocimiento nacional e internacional desde muy temprana edad.  Con sus 11 poemarios publicados: Poemas no recogidos en libro (1981),  Fierro curvo (órbita poética) (1985), Castillo de popa (1988),  El libro de las auroras boreales (1994), Señora de la Noche (1998),  Declinaciones latinas (1999), Sakra Boccata, 28 poemas (2006), Las flores del Mall (2009), Apu Kalypso / palabras de la bruma (2015), Nawa Isko Iki / cantos amazónicos (2020) y Poemas posthumanos (2020-2021); Mazzotti nos deja una vasta obra lírica para poder ahondar en una realidad áspera e indigente que busca desunir a la humanidad.  Mazzotti mediante sus poemas, trata de hacernos pensar en un mundo idílico donde la humanidad se protege en lugar de vivir en un ámbito hostil. Su obra trasciende temas universales y profundiza en la humanidad. Impregnada su lírica, bajo un halo erótico, crea imágenes sugerentes que rompen barreras y cuestionan presupuestos establecidos.

Su profesionalismo y sobre todo su personalidad, su manera de llegar a tantas personas y de poder hacer conexiones con tantas personalidades, hicieron que las redes sociales se inunden de agradecimiento y solidaridad.  José Antonio nos empoderó de tal manera, que le haremos un homenaje este sábado 14 de setiembre a las 8pm. a través de la página de La Huaca es poesía en vivo.  Más de cuarenta voces se juntarán y compartirán los poemas de nuestro Mazzotti para que haya una maratón de su poesía y se escuche su voz en todos los confines del universo.

José Antonio Mazzotti, –¡Presente!

José Antonio Mazzotti, –¡Presente!

José Antonio Mazzotti, –¡Presente!

 

 

[Agenda País] Hasta el cierre de esta edición, los ciudadanos y la clase política continúan esperando la propuesta de fusión de “dos pares de ministerios”, a lo que se suma la incertidumbre creada por la renuncia de todo el directorio de PetroPerú.

Si bien estas ideas de fusionar ministerios y juntar en una sola institución toda la inversión en infraestructura no son nuevas, la pregunta que nace es si no sería mejor preparar un proyecto integral de la reforma del ejecutivo, que este gobierno deje como legado para la próxima contienda electoral.

Por otro lado, fusionar ministerios a menos de dos años que la presidenta termine su mandato, no parece una idea que atraiga confianza y más bien, distrae al propio ejecutivo cuando en estos últimos meses debería dedicarse a cumplir pocos, pero decisivos objetivos. Uno de ellos debería ser la reducción de la pobreza multidimensional, lo cual sería, eso sí, un gran legado de la presidenta Dina Boluarte que ya ha mostrado su emoción al expresar que es la pobreza lo que más le preocupa.

Es por ello que una propuesta para entregar a la presidenta y a su consejo de ministros es que tomen el fondo de la idea de fusionar ministerios, en un trabajo transversal que culmine con una propuesta de reforma integral del ejecutivo.

Este trascendental proyecto lo puede liderar el CEPLAN que es, y cito, ‘ … un organismo técnico especializado que ejerce la rectoría efectiva del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico, conduciéndolo de manera participativa, transparente y concertada, contribuyendo así al mejoramiento de la calidad de vida de la población y al desarrollo sostenible del país”.

El Perú de ahora no será el mismo de aquí a 10 o 20 años. La cuarta revolución industrial, aquella que mezcla técnicas de producción avanzadas con sistemas inteligentes que se integran con las organizaciones y las personas, está cambiando nuestra manera de interactuar e incluso, nuestras prioridades de vida.

El estado tiene la necesidad, e incluso la responsabilidad, de percibir estos cambios, tener la visión de hacia dónde está yendo la sociedad y organizarse para otorgar los servicios en común que esta nueva sociedad está requiriendo.

El CEPLAN junto a representantes de la academia, sociedad civil organizada, partidos políticos, gobierno y personalidades invitadas, tiene el conocimiento como para traer desde el futuro la visión de hacia dónde vamos y proponer una estructura ministerial, con sus respectivas instituciones, que se adapten a estos tiempos y por los próximos 20 años.

De esta manera también, el ejecutivo se concentra en dar resultados tangibles en la lucha contra la inseguridad, y mejorar ostensiblemente los servicios de educación y salud, componentes del índice de pobreza multidimensional.

Imagine Usted presidenta Boluarte, terminar su mandato reduciendo la pobreza multidimensional porque su gabinete se enfocó en dar resultados, y en paralelo, dejar a la ciudadanía el proyecto de reforma del ejecutivo con visión 2040 donde prevalezca la meritocracia, que articule al Estado, pero al mismo tiempo, que evite duplicaciones y que se enfoque en el servicio al ciudadano.

Dos grandes legados que nadie le podrá negar.

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Ceplan, Ejecutivo, Estado, fusión, Futuro, Gabinete, Gobierno, ministerios, Reforma

Dos grandes desafíos tendrán al frente los movimientos moderados de la derecha y la izquierda. Por el lado derechista, la revitalización del fujimorismo, fruto del fallecimiento del líder histórico, Alberto Fujimori. La centroderecha liberal va a tener que aguzar el ingenio para lanzar propuestas divergentes que la diferencien del fujimorismo y le hagan entender a la población del desastre que supondría una elección de Keiko Fujimori.

El mercantilismo, autoritarismo y devaneos con la corrupción de Fuerza Popular lo tornan inaceptable como opción de desarrollo. Baste ver el mamarracho mercantilista que ha supuesto la reforma del sistema de pensiones que nos han endilgado y que solo beneficia a los grupos de poder que las manejan. Y si a ese combo le sumamos el conservadurismo que Keiko le ha agregado al movimiento, se entenderá que lo suyo no constituye una apuesta por la modernidad.

Por el lado de la izquierda, la centroizquierda democrática tiene frente a sí a propuestas radicales hasta el desquiciamiento, que se encaraman en la furia popular existente contra el statu quo y a la que será muy difícil combatir, si no se pliegan de alguna manera a lanzar propuestas disruptivas. Y claro que hay un arsenal ideológico capaz de movilizar los afectos negativos de la población sin caer en el delusivo plan de un Antauro, Bellido o Bermejo.

Una izquierda democrática, que entienda que la economía de mercado es el motor de la inversión, pero que debe ser ecualizada por un Estado presente, y que además haga de la democracia formal un valor supremo, inviolable, podría tener éxito si logra romper los parámetros de la “normalidad” discursiva o narrativa.

El desastre gubernativo de Dina Boluarte hace difícil que las propuestas moderadas se impongan sobre las que prometen patear el tablero, pero tendrán que hallar la forma de distinguirse del statu quo y a la vez marcar distancia de los radicalismos que de ambas orillas van a surgir.

Nuevamente el Ministerio de Salud parece haber cometido un error en las compras que perjudica la salud de los peruanos. En esta oportunidad, los afectados son aquellos que reciben tratamiento para el VIH y  ahora se encuentran bajo un riesgo innecesario.

La gestión de César Vásquez en el Ministerio de Salud sigue escribiendo lamentables capítulos caracterizados por errores tan insólitos que hasta parecen a propósito. En esta oportunidad, Sudaca pudo conocer el alarmante presente que están atravesando las personas que son VIH positivos y dependen de este ministerio para recibir tratamiento.

Cabe señalar que, tal como está establecido en la norma técnica de salud de atención integral del adulto con infección por el VIH, tanto el diagnóstico como tratamiento para las personas con VIH debe ser gratuito en los establecimientos de salud de todo el país y el Estado es el responsable de garantizar este derecho.

Cristian RebosioSi bien esto ha ocurrido sin grandes inconvenientes durante muchos años y ha mejorado a calidad de vida de quienes reciben el tratamiento, en los últimos meses se ha registrado una situación que pone en riesgo a quienes son VIH positivos debido a un nuevo error del Ministerio de Salud al momento de realizar compras.

CAMBIO POR INCOMPETENCIA

Según la norma técnica vigente, los medicamentos que se entregan como parte del esquema de primera línea son Tenofovir, Lamivudina y Dolutegravir, y que se combinan en una sola pastilla. Tras la realización de una prueba rápida y exámenes preliminares, los cuales constan de hemogramas y estudios que buscan conocer los niveles de linfocitos, hemoglobina, leucocitos y plaquetas, el Ministerio de Salud se debería encargar de entregar el tratamiento correspondiente para el periodo de tres meses.

Cristian RebosioSin embargo, durante los últimos meses, las personas VIH positivos advirtieron un cambio que encendió las alarmas. “Desde febrero hubo un desabastecimiento desde Essalud. Ellos tampoco hicieron una compra debida para abastecer a los pacientes asegurados y habían muchos reportes que estaban cambiando el esquema a los pacientes sin avisarles”, comentó Joel Aranibar Castillo, quien se ha encargado de exponer la situación que están atravesando quienes requieren de dicho tratamiento.

“En paralelo había algunos registros que en los hospitales Loayza e Hipólito Unanue se registraban cambios de esquemas. Sin avisarle al paciente”, relata Aranibar en declaraciones para Sudaca con respecto a esta situación que se empezó a replicar en diversos centros de salud que entregaban el tratamiento mencionado.

El cambio que se estaba realizando consistía en el uso de Abacavir, un nucleósido inhibidor de la transcriptasa inversa, en reemplazo del fármaco Tenofovir. Si bien una lectura superficial podría invitar a creer que sólo es un cambio que sigue teniendo como objetivo brindar un tratamiento eficiente, el uso de Abacavir no sólo representaría un retroceso sino un riesgo innecesario para quienes lo consumen.

Para ello se debe tener en cuenta que, si bien en la norma técnica se contempla el uso de Abacavir, esto recién ocurre cuando el Tenofovir está contraindicado. Esta precisión se debe a que los efectos secundarios del uso de Abacavir puede generar en el paciente una reacción de hipersensibilidad y causarle nauseas, dolor abdominal, fiebre e incluso la muerte, tal como se advierte en la norma técnica sobre el tratamiento para personas con VIH.

Cristian RebosioA ello se le suma que en este documento se especifica queel uso de Abacavir requiere que la persona tenga una cara viral determinada. “Se recomienda contar con resultados de pruebas para saber si el fármaco no va a ser tan invasivo y el número de defensas va a poder sobrellevar esto”, explica Joel Aranibar al respecto.

Cristian Rebosio

Aranibar también advierte con respecto a estos cambios basados en desabastecimiento que “no se puede cambiar a cada rato los esquemas, porque va a pasar que la personas se van a volver resistentes al tratamiento. Entonces,cuando quieras volver al tratamiento anterior, quizá tu cuerpo ya no sea adherente”.

No obstante, el cambio en el tratamiento se llevó a cabo sin tener en cuenta esta información y estuvo motivada porque, una vez más, el Ministerio de Salud no realizó una compra adecuada de medicamentos. Esto ha sido reconocido por Carlos Benites, Director Ejecutivo de Prevención y Control de VIH-SIDA, quien declaró a la prensa que el uso del tratamiento “está excediendo lo programado”.

¿CUÁL ES LA VERDAD?

Ante este panorama, diversas organizaciones convocaron a una manifestación en los exteriores del Ministerio de Salud para exigir que no se hagan estos cambios. Según la información que brindó el ministerio tras este plantón que tuvo lugar durante los últimos días de agosto, se iban a realizar las compras necesarias para que, desde septiembre, vuelva a estar disponible el tratamiento que corresponde según la norma técnica.

“Ese mismo día dicen que van a hacer las compra de dos millones para abastecerse y que al siguiente mes van a llegar los cinco millones restantes para completar el tratamiento de este año”, relata Joel Aranibar sobre los compromisos a los que el Minsa habría llegado tras la mesa de diálogo luego del plantón del 27 de agosto.

Sin embargo, tan sólo algunos días después, los centros de salud recibieron un correo en el cual anunciaban que se cambiaría el esquema del tratamiento antiretroviral y que para el cuarto trimestre se entregaría el tratamiento que contiene Abacavir pese a que el propio Ministerio de Salud había señalado que iban a abastecerse para completar el tratamiento que incluía al último trimestre del 2024.

Cristian Rebosio
“También dijeron que se hizo el pedido de compra para el próximo año”, comenta Joel preocupado y desconfiadoante la posibilidad que ese anuncio sobre las compras que les dijeron en agosto también sea incumplido y queden obligados a continuar con un tratamiento que no es el idóneo.

Sudaca conversó con  el médico e investigador Antonio Quispe Gutiérrez, quien ha cuestionado severamente la decisión del Ministerio de Salud con respecto al tratamiento para el VIH. “Están retrocediendo casi veinte años en terapia. Están dando el tratamiento con mayor cantidad de efectos adversos”, señaló.

Quispe Gutiérrez explica que el Minsa está utilizando fármacos que “habían caído en desuso” y agrega que “no hay ninguna ley o normal que permita el retroceso en el avance de las vías del tratamiento de los pacientes” por lo que califica como criminal la decisión que ha tomado el ministerio encabezado por César Vásquez.

Es importante señalar que quienes son VIH positivos no deben abandonar el tratamiento. No obstante, que el Ministerio de Salud no esté en capacidad de adquirir los fármacos más avanzados pese a que no existe una situación de escasez en su producción y venta a nivel mundial debería llevar a una revisión de un sector que, una vez más, falla en la compra de medicamentos y termina improvisando con la salud.

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Minsa, salud, vih
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