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[Agenda País] Pocas veces se ha sentido tanto desconcierto en el país como en los tiempos que estamos viviendo. Y no es solamente culpa de quienes nos gobiernan.

Nosotros, los ciudadanos, nos hemos acostumbrado a celebrar la pendejada, a cambiar los programas de entretenimiento o culturales por cojudeces faranduleras y a mostrar un desinterés en participar activamente en política, pero valgan verdades, también miramos a la política como farándula. 

El escándalo de Andrés Hurtado “Chibolín” se veía venir. Decenas de políticos y personalidades pasaron por su programa, de ostentosa huachafería, y se sentaron en los tronos de la indiferencia siendo partícipes del desdén hacia los más pobres. Pero como nadie habla o habla poco, y con tanto poderoso metido en la cochinada, quizá todo quede allí, con Chibolín haciéndose el desmemoriado y la fiscalía peleándose con el poder judicial. 

Ya de Mauricio Fernandini no escuchamos ni pío, pero aún tenemos a nuestro “Bebito fiú fiú” que nos entretiene con su cinismo y si nos falta más morbo, Magaly sigue rompiendo ratings.

Mientras el país entra en caos permanente, el gobierno sigue despilfarrando centenas de millones de dólares en la quebrada PetroPerú y deja a la Policía Nacional del Perú sin recursos para luchar efectivamente contra la delincuencia y el sicariato que cada día aumentan con más insania en todo nuestro país.

El anunciado paro de transportistas para protestar, justificadamente, ante el incremento de la extorsión que no solamente se ensaña contra ellos sino contra todos los comerciantes que honradamente se ganan el pan de cada día, ha demostrado que el gobierno no actúa planificadamente.

Recién el mismo día del paro, el Minedu saca un comunicado a las 6:50 a.m. diciendo que las clases pasan a virtual cuando a esa hora, la mayoría de los estudiantes ya están camino a sus centros escolares, aumentando la sensación de caos y poniendo en peligro la integridad física de profesores, estudiantes, administrativos y padres de familia.

También, el mismo día hacia principios de la tarde, el gobierno declara en emergencia a varios distritos de la capital, ¡Nunca es tarde! dirán los optimistas, ¡Demasiado tarde! los realistas, ¡Ya para qué! expresarán los pesimistas. 

Da la sensación que el Premier Adrianzén cree que su rol es ser reactivo con los problemas, como en el tema de los incendios forestales que ya venían empezando hace semanas, pero que recién con el infortunio de compatriotas fallecidos, se empieza a reaccionar. Y es tal la soberbia que ni ayuda internacional pedimos mientras se quema medio país, se culpa a la tradición de quemar para sembrar y a algunos malos peruanos. Bueno, ya lloverá y crecerá algo… 

Otra impresión es que no se coordina entre ministerios, que es uno de los roles principales de la PCM. Ante el extemporáneo comunicado del Minedu y la tardía declaración de emergencia, se suma que el MTC no tuvo un plan de contingencia para movilizar a la población. Tarde, muy tarde, la PNP puso unos buses a disposición. “Control de daños” es la frasecita que más se usa cuando la incompetencia arrecia.

El gobierno de la presidenta Dina Boluarte tiene que reaccionar de manera radical. Ella tiene que reaccionar.

Que su gobierno llegue al 2026 es un objetivo que muchos peruanos, como yo, deseamos. Pero si la sensación de caos e indiferencia sigue aumentando, las voces de vacancia volverán al ruedo, como ya se empiezan a escuchar.

Aún es tiempo de corregir y comienza, primero, con un cambio de chip en la presidenta para que asuma que lo que queda de su gobierno es asegurar la transición democrática y poner un mínimo de orden en el país. 

Lo segundo, recomponiendo su gabinete con un premier con voz propia, que ejerza liderazgo y una efectiva coordinación transversal, así como designar ministros competentes que prioricen el trabajo en equipo.

No podemos seguir viviendo de la farándula y la indiferencia. 

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[Agenda País] Hasta el cierre de esta edición, los ciudadanos y la clase política continúan esperando la propuesta de fusión de “dos pares de ministerios”, a lo que se suma la incertidumbre creada por la renuncia de todo el directorio de PetroPerú.

Si bien estas ideas de fusionar ministerios y juntar en una sola institución toda la inversión en infraestructura no son nuevas, la pregunta que nace es si no sería mejor preparar un proyecto integral de la reforma del ejecutivo, que este gobierno deje como legado para la próxima contienda electoral.

Por otro lado, fusionar ministerios a menos de dos años que la presidenta termine su mandato, no parece una idea que atraiga confianza y más bien, distrae al propio ejecutivo cuando en estos últimos meses debería dedicarse a cumplir pocos, pero decisivos objetivos. Uno de ellos debería ser la reducción de la pobreza multidimensional, lo cual sería, eso sí, un gran legado de la presidenta Dina Boluarte que ya ha mostrado su emoción al expresar que es la pobreza lo que más le preocupa.

Es por ello que una propuesta para entregar a la presidenta y a su consejo de ministros es que tomen el fondo de la idea de fusionar ministerios, en un trabajo transversal que culmine con una propuesta de reforma integral del ejecutivo.

Este trascendental proyecto lo puede liderar el CEPLAN que es, y cito, ‘ … un organismo técnico especializado que ejerce la rectoría efectiva del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico, conduciéndolo de manera participativa, transparente y concertada, contribuyendo así al mejoramiento de la calidad de vida de la población y al desarrollo sostenible del país”.

El Perú de ahora no será el mismo de aquí a 10 o 20 años. La cuarta revolución industrial, aquella que mezcla técnicas de producción avanzadas con sistemas inteligentes que se integran con las organizaciones y las personas, está cambiando nuestra manera de interactuar e incluso, nuestras prioridades de vida.

El estado tiene la necesidad, e incluso la responsabilidad, de percibir estos cambios, tener la visión de hacia dónde está yendo la sociedad y organizarse para otorgar los servicios en común que esta nueva sociedad está requiriendo.

El CEPLAN junto a representantes de la academia, sociedad civil organizada, partidos políticos, gobierno y personalidades invitadas, tiene el conocimiento como para traer desde el futuro la visión de hacia dónde vamos y proponer una estructura ministerial, con sus respectivas instituciones, que se adapten a estos tiempos y por los próximos 20 años.

De esta manera también, el ejecutivo se concentra en dar resultados tangibles en la lucha contra la inseguridad, y mejorar ostensiblemente los servicios de educación y salud, componentes del índice de pobreza multidimensional.

Imagine Usted presidenta Boluarte, terminar su mandato reduciendo la pobreza multidimensional porque su gabinete se enfocó en dar resultados, y en paralelo, dejar a la ciudadanía el proyecto de reforma del ejecutivo con visión 2040 donde prevalezca la meritocracia, que articule al Estado, pero al mismo tiempo, que evite duplicaciones y que se enfoque en el servicio al ciudadano.

Dos grandes legados que nadie le podrá negar.

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Ceplan, Ejecutivo, Estado, fusión, Futuro, Gabinete, Gobierno, ministerios, Reforma

Desde el 28 de julio, Pedro Castillo ha propuesto al Perú tiempos de confrontación política. Si bien la opinión pública y la oposición política exigían moderación y políticas de convocatoria nacional, el Ejecutivo -en diversos tramos de estos meses del año- ha propuesto razones de tener cuidado con la estrategia que tienen en mente, que es llevar adelante la Asamblea Constituyente. 

Una primera prueba de esta atmósfera de confrontación que ha generado Pedro Castillo fue la designación de Guido Bellido como premier. Durante su gestión, hemos podido apreciar discursos que generaban incertidumbre en las inversiones nacionales e internacionales. Otra prueba de dicha atmósfera es el discurso radical que presenta el presidente en regiones (léase continuar con los planes de campaña electoral, de intentar estatizar el gas de Camisea y de -en reiteradas ocasiones- polarizar contra el Congreso) para legitimar políticamente las estrategias que viene llevando adelante: como dividir a Lima y las provincias. 

Por otro lado, podemos apreciar que los cambios que se han realizado en las Fuerzas Armadas -vinculados para el caso del Ejercito a su aliado Antauro Humala- no es más que otro indicio que nos tiene que poner en alerta. Los golpes de estado siempre han venido de la mano, o teniendo como aliado, al Ejército. A esto agregamos que -desde el lunes pasado- se ha puesto en estado de emergencia a Lima y el Callao (bastión de la oposición al gobierno) por razones de “seguridad ciudadana”. ¡Qué tal coincidencia!

Podemos apreciar también que las designaciones de Pedro Castillo de personas vinculadas a Sendero Luminoso y el narcotráfico en carteras ministeriales de vital importancia para el país, como Trabajo, Interior y Educación son señales que nos tienen que poner en alerta. En dichos sectores, la entrada de estos personajes cuestionables (Maraví, Barranzuela y Gallardo respectivamente) han puesto bombas de tiempo que -en cuestión de meses o años- tardaremos en ver los resultados desastrosos para la estabilidad del país. 

Dicho esto, la oposición política debe quitarse la venda de los ojos y tener en cuenta que lo que estamos viviendo no son tiempos de normalidad política. Que al otro lado de la orilla no perciben adversarios sino enemigos políticos. Que al otro lado de la orilla tenemos un proyecto político que no busca consensos para reactivar la economía de nuestro país, que ha sido puesto críticamente durante la gestión de Martín Vizcarra. Y que al otro lado de la orilla tienen en mente la premisa: “salvo el poder, todo es ilusión”.

Necesitamos más Churhills que Chamberlains; en otras palabras, necesitamos más generales políticos estos tiempos de confrontación que estamos viviendo.

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