Nuevamente el Ministerio de Salud parece haber cometido un error en las compras que perjudica la salud de los peruanos. En esta oportunidad, los afectados son aquellos que reciben tratamiento para el VIH y ahora se encuentran bajo un riesgo innecesario.
La gestión de César Vásquez en el Ministerio de Salud sigue escribiendo lamentables capítulos caracterizados por errores tan insólitos que hasta parecen a propósito. En esta oportunidad, Sudaca pudo conocer el alarmante presente que están atravesando las personas que son VIH positivos y dependen de este ministerio para recibir tratamiento.
Cabe señalar que, tal como está establecido en la norma técnica de salud de atención integral del adulto con infección por el VIH, tanto el diagnóstico como tratamiento para las personas con VIH debe ser gratuito en los establecimientos de salud de todo el país y el Estado es el responsable de garantizar este derecho.
Si bien esto ha ocurrido sin grandes inconvenientes durante muchos años y ha mejorado a calidad de vida de quienes reciben el tratamiento, en los últimos meses se ha registrado una situación que pone en riesgo a quienes son VIH positivos debido a un nuevo error del Ministerio de Salud al momento de realizar compras.
CAMBIO POR INCOMPETENCIA
Según la norma técnica vigente, los medicamentos que se entregan como parte del esquema de primera línea son Tenofovir, Lamivudina y Dolutegravir, y que se combinan en una sola pastilla. Tras la realización de una prueba rápida y exámenes preliminares, los cuales constan de hemogramas y estudios que buscan conocer los niveles de linfocitos, hemoglobina, leucocitos y plaquetas, el Ministerio de Salud se debería encargar de entregar el tratamiento correspondiente para el periodo de tres meses.
Sin embargo, durante los últimos meses, las personas VIH positivos advirtieron un cambio que encendió las alarmas. “Desde febrero hubo un desabastecimiento desde Essalud. Ellos tampoco hicieron una compra debida para abastecer a los pacientes asegurados y habían muchos reportes que estaban cambiando el esquema a los pacientes sin avisarles”, comentó Joel Aranibar Castillo, quien se ha encargado de exponer la situación que están atravesando quienes requieren de dicho tratamiento.
“En paralelo había algunos registros que en los hospitales Loayza e Hipólito Unanue se registraban cambios de esquemas. Sin avisarle al paciente”, relata Aranibar en declaraciones para Sudaca con respecto a esta situación que se empezó a replicar en diversos centros de salud que entregaban el tratamiento mencionado.
El cambio que se estaba realizando consistía en el uso de Abacavir, un nucleósido inhibidor de la transcriptasa inversa, en reemplazo del fármaco Tenofovir. Si bien una lectura superficial podría invitar a creer que sólo es un cambio que sigue teniendo como objetivo brindar un tratamiento eficiente, el uso de Abacavir no sólo representaría un retroceso sino un riesgo innecesario para quienes lo consumen.
Para ello se debe tener en cuenta que, si bien en la norma técnica se contempla el uso de Abacavir, esto recién ocurre cuando el Tenofovir está contraindicado. Esta precisión se debe a que los efectos secundarios del uso de Abacavir puede generar en el paciente una reacción de hipersensibilidad y causarle nauseas, dolor abdominal, fiebre e incluso la muerte, tal como se advierte en la norma técnica sobre el tratamiento para personas con VIH.
A ello se le suma que en este documento se especifica queel uso de Abacavir requiere que la persona tenga una cara viral determinada. “Se recomienda contar con resultados de pruebas para saber si el fármaco no va a ser tan invasivo y el número de defensas va a poder sobrellevar esto”, explica Joel Aranibar al respecto.
Aranibar también advierte con respecto a estos cambios basados en desabastecimiento que “no se puede cambiar a cada rato los esquemas, porque va a pasar que la personas se van a volver resistentes al tratamiento. Entonces,cuando quieras volver al tratamiento anterior, quizá tu cuerpo ya no sea adherente”.
No obstante, el cambio en el tratamiento se llevó a cabo sin tener en cuenta esta información y estuvo motivada porque, una vez más, el Ministerio de Salud no realizó una compra adecuada de medicamentos. Esto ha sido reconocido por Carlos Benites, Director Ejecutivo de Prevención y Control de VIH-SIDA, quien declaró a la prensa que el uso del tratamiento “está excediendo lo programado”.
¿CUÁL ES LA VERDAD?
Ante este panorama, diversas organizaciones convocaron a una manifestación en los exteriores del Ministerio de Salud para exigir que no se hagan estos cambios. Según la información que brindó el ministerio tras este plantón que tuvo lugar durante los últimos días de agosto, se iban a realizar las compras necesarias para que, desde septiembre, vuelva a estar disponible el tratamiento que corresponde según la norma técnica.
“Ese mismo día dicen que van a hacer las compra de dos millones para abastecerse y que al siguiente mes van a llegar los cinco millones restantes para completar el tratamiento de este año”, relata Joel Aranibar sobre los compromisos a los que el Minsa habría llegado tras la mesa de diálogo luego del plantón del 27 de agosto.
Sin embargo, tan sólo algunos días después, los centros de salud recibieron un correo en el cual anunciaban que se cambiaría el esquema del tratamiento antiretroviral y que para el cuarto trimestre se entregaría el tratamiento que contiene Abacavir pese a que el propio Ministerio de Salud había señalado que iban a abastecerse para completar el tratamiento que incluía al último trimestre del 2024.
“También dijeron que se hizo el pedido de compra para el próximo año”, comenta Joel preocupado y desconfiadoante la posibilidad que ese anuncio sobre las compras que les dijeron en agosto también sea incumplido y queden obligados a continuar con un tratamiento que no es el idóneo.
Sudaca conversó con el médico e investigador Antonio Quispe Gutiérrez, quien ha cuestionado severamente la decisión del Ministerio de Salud con respecto al tratamiento para el VIH. “Están retrocediendo casi veinte años en terapia. Están dando el tratamiento con mayor cantidad de efectos adversos”, señaló.
Quispe Gutiérrez explica que el Minsa está utilizando fármacos que “habían caído en desuso” y agrega que “no hay ninguna ley o normal que permita el retroceso en el avance de las vías del tratamiento de los pacientes” por lo que califica como criminal la decisión que ha tomado el ministerio encabezado por César Vásquez.
Es importante señalar que quienes son VIH positivos no deben abandonar el tratamiento. No obstante, que el Ministerio de Salud no esté en capacidad de adquirir los fármacos más avanzados pese a que no existe una situación de escasez en su producción y venta a nivel mundial debería llevar a una revisión de un sector que, una vez más, falla en la compra de medicamentos y termina improvisando con la salud.