Rafael Lopez Aliaga

Era previsible que su ascenso repentino en las encuestas terminase por marear a Rafael López Aliaga. A la legua se le ve que es una persona inestable, voluble y a la que se le sale la cadena a la primera de bastos.

Tremendamente agresivo e intolerante con periodistas, sin importar si son de casas televisivas que son sus hinchas, gestos políticos altisonantes y frases desafortunadas resumen muy bien su último itinerario político.

Lo que parece va a ser un parteaguas en este romance disfuncional que un sector poco ilustrado de la élite AB del país le venía prodigando ha sido este pacto con el Frente Patriótico que comanda Virgilio Acuña, y que no oculta su antaurismo y ha hecho de la libertad del etnocacerista su objetivo mayor.

¿Qué lo pudo haber llevado a cometer ese grave error, que no se va a lograr disimular con desmentidos pueriles a través de notas de prensa? Quizás su vocación miliciana, propia del Opus Dei, orden religiosa ultraconservadora a la que se adscribe, lo llevo a dejarse seducir por los uniformados radicales de la izquierda antaurista. Quizás el mismo espíritu protofascista lo terminó de encandilar. Vaya uno a saber. Tarea de especialistas.

Lo cierto es que nos revela un rostro político más que cuestionable y una personalidad y carácter poco propicios para conducir los destinos del país. A consecuencia de ello, todo permitiría especular que su crecimiento se va a detener y que su votación explosiva será solo efímera y terminará por recalar a predios menos disparatados.

En la derecha, se sobrellevan dos campañas paralelas a la de Renovación Popular, que son las de Keiko Fujimori y Hernando de Soto, que al costado de la de López Aliaga parecen campañas británicas. El juego de ambos es más racional. Keiko apuesta a un crecimiento lento pero sostenido (que puede dar un salto con el trasvase de los lopezaliaguistas desencantados), y De Soto parece haber colocado todas las balas en el último mes de la campaña, suponemos que con mejores resultados que aquellos que se mostraban con una campaña opaca y silente.

Esperemos que así sea. La derecha del país merece una mejor representación que la de alguien como Rafael López Aliaga, el summum de la derecha bruta y achorada, autoritaria en lo político, mercantilista en lo económico y ultraconservadora en lo moral.

Ojalá sus crasos dislates le pasen factura. Si su rush hubiese sido a dos semanas de la elección, quizás era inquilino fijo en la segunda vuelta. No habría dado tiempo para calibrarlo. Felizmente creció faltando un mes y ese impulso anímico lo ha terminado de mostrar en su horrorosa desnudez.

 

Tags:

Rafael Lopez Aliaga, Renovación popular

George Forsyth: ha detenido aparentemente su caída. Es el candidato antipolítico. La encuesta de Ipsos le da nuevos bríos. La del IEP lo debe haber postrado en la depresión. Puede jalar los votos de quienes están dispuestos a votar por cualquiera con tal de evitar que López Aliaga pase a la segunda vuelta.

Rafael López Aliaga: sigue en crecimiento. Creo que está pronto a llegar a su techo. Si hubiera empezado su rush actual de acá a dos semanas no solo pasaba a la segunda vuelta segundo sino que podía amenazar a Lescano. Lo han empezado a atacar de varios frentes no solo políticos sino también mediáticos. Hay quienes creen que los ataques ayudan porque colocan la marca. No, los ataques hacen daño. Pronto se detendrá su ascenso y probablemente empiece a descender.

Keiko Fujimori: está condenada a no salirse de su eje de campaña y apostar a que el voto duro fujimorista -mucho del cual está escondido- a la hora de acercarse a las urnas se manifieste. Si desciende López Aliaga ese voto se dividirá entre Keiko y De Soto. Para la lideresa de Fuerza Popular es una partida de póker. No puede perder la calma.

Verónika Mendoza: es mala candidata. Lo ha sido y lo es. La izquierda debió buscar otro rostro. Su discurso es inasible, oenegero. Encima, equivocadamente trató de migrar al centro sin percatarse de que ésta era una elección polarizada. Sus huestes se han dedicado a pelear con los morados de Guzmán en lugar de confrontar con Lescano, que es quien los ha pulverizado en sus bastiones históricos.

Daniel Urresti: es un buen candidato, pero debió buscar otro convoy electoral. Ir de la mano con el conspirador Luna Gálvez, el mandamás de la principal universidad trucha del país y además comprometido en procesos judiciales, ha terminado por complicarle vida a quien, corriendo en otro vehículo, pudo y debió haber sido quien ocupase hoy el lugar de Lescano.

Hernando de Soto: reaccionó tarde, pero al final lo hizo. Tendría que duplicar su intención de voto para entrar a la segunda vuelta. Pero crecer cinco o seis puntos en un mes es perfectamente factible. Todo depende de que sepa sostener su campaña y no desaparecerse por temporadas como hizo hasta hace poco. Hace bien en confrontar con López Aliaga: son sus mismos votantes. De taquito, también podría intentar quitarle algo a Keiko.

Tags:

Keiko Fujimori, Rafael Lopez Aliaga, Verónika Mendoza

Es evidente el cambio de estrategia de Hernando de Soto. Ha iniciado una maratón de apariciones mediáticas combinadas con visitas a diversas zonas del país y eso parece estarlo sacando de la modorra en la que se encontraba.

Según la última encuesta de Datum viene creciendo sostenidamente desde hace tres meses. Tuvo 3% en enero, 4% en febrero y ahora 5% en marzo. Si sigue en ese ritmo, en la próxima encuesta puede meterse en eL pelotón de los que disputan el segundo lugar.

Su principal desafío es convencer a los sectores populares. Tiene 16% de intención de voto en el AB, pero tiene apenas 2% en el E. Con igual disfuncionalidad, en términos regionales o de ámbito geográfico tiene 9% en Lima, pero apenas 1% en el oriente.

Esas disparidades son resultado de una mala campaña, de falta de estrategia electoral, de objetivos mal planteados, de equipos de trabajo demasiado complacientes con un candidato evidentemente narcisista a quien debe ser muy difícil convencerlo de sus errores. De seguir en ese plan, el autor de El misterio del capital va a terminar cometiendo los mismos errores de su odiado Mario Vargas Llosa (cuando se le preguntó a uno de los asesores externos de la campaña del Fredemo, Marc Mallow Brown, cuál era el principal problema de la misma, con flema británica dijo que era el propio autor de Conversación en la Catedral).

De Soto ha realizado una jugada audaz y arriesgada al ir a expresarle su respaldo a Rafael López Aliaga cuando éste se hallaba en el trance de ser sancionado por el Jurado Nacional de Elecciones. Quizás pudo haber pensado que si al candidato de Renovación Popular lo sacaban de la contienda se quedaba con todos sus votos, o calculó que igual el gesto le iba a suponer un trasvase electoral, pero lo cierto es que un candidato que venía en las ligas menores, casi desahuciado, apareció de pronto en todas las primeras planas, en las redes sociales y en las abridoras de los programas estelares de televisión. En ese sentido, una buena jugada.

De seguir la tendencia creciente (la siguiente encuesta va a medir recién su gesto), puede terciar en la disputa por la derecha que vienen librando Keiko Fujimori con Rafael López Aliaga. De Soto, con inteligencia, ha decidido golpear al candidato de Renovación Popular. Sabe que su respaldo es más efímero que el sólido bolsón fujimorista, refractario a cualquier tentación ajena.

Tags:

Hernando De Soto, Keiko Fujimori, Rafael Lopez Aliaga

“¿Cómo hacer feliz al esposo?” es el título de uno de los cursos dictados por la pastora Milagros Jáuregui de Aguayo (58), la número 2 por Lima de Renovación Nacional. La clase está grabada en audio, cuesta entre US$10 y US$16 y se marquetea con la siguiente reseña: “En esta serie de enseñanzas, Milagros Aguayo se anima y exhorta a las mujeres a estar atentas a su rol de compañeras de pacto”. Como este hay otros títulos que se ofertan en la iglesia “La Casa del Padre”, una asociación que fundó la candidata, junto a su esposo, el año 2006 y que, a pesar de ser una organización sin fines de lucro, es la matriz de todo un conglomerado de negocios aparentemente exitosos. Cuestión de fe, dirían algunos.

 

Conferencias, libros y cursos evangelizadores son parte de la oferta que ha permitido engrosar las arcas de la asociación. Y los diezmos, claro.

En su declaración de ingresos, Milagros Jáuregui -o Milagros Aguayo, como prefiere darse a conocer- dice haber ganado S/123.196  en el 2019. La holgada vida de la candidata le ha permitido comprar, el 2018 y  junto a su esposo, Guillermo Aguayo, una casa –su actual residencia– en la exclusiva urbanización Club Campestre Las Lagunas. El inmueble está valorizado en S/1.701.400. Cerca, en Santiago de Surco, Guillermo Aguayo posee otra vivienda similar, en la acomodada urbanización Las Gardenias, por la que pagó un valor de S/2.700.000. Desde el 2006, y como consta en su hoja de vida presentada al Jurado Nacional de Elecciones, liderar “La Casa del Padre” ha sido la única ocupación laboral de la pastora.

La iglesia está ubicada en La Molina y es el epicentro económico de la familia Aguayo para todos sus “emprendimientos”. No tiene propiedades a su nombre, pero sí registra una deuda pendiente con EsSalud por S/12.998. “La Casa del Padre” funciona como cualquier otra empresa familiar. Según Registros Públicos, una de las hijas de la candidata es la encargada de manejar las cuentas e ingresos. Y su esposo Guillermo Aguayo y ella han sido presidente y vicepresidenta desde el inicio. Con el paso de los años, la familia ha logrado diversificar sus productos y enriquecerse ofreciendo libros, discos, asesorías familiares y entradas a conferencias grabadas. Todo gracias a la confianza de sus fieles.

“Yo soy una mujer que trabaja, tengo un hogar donde albergo adolescentes embarazadas en abandono, he escrito muchísimos libros, comentarios bíblicos, devocionales. Estoy con mis hijos en un proyecto de una cafetería de autor. Soy una mujer empresaria y pastora”, se presentó la candidata durante un evento llamado “Respiro y Liberación”, realizado en Panamá el año 2019.

Sin estudios universitarios, ni técnicos, la candidata ha echado mano de su fe. Hasta hace unos años los Aguayo tenían una imprenta llamada “Publicaciones y Producciones Way of Life” que dejó títulos como “Mujer única: discernimiento y sabiduría para maximizar tu vida” y “Hombría 101”, pero el negocio fue dado de baja en el año 2012.

Las que sí están activas son dos asociaciones más, registradas a nombre del marido de la candidata: la primera es “Salvemos a la Familia”, una iniciativa religiosa que busca “rescatar y mantener en vigencia a la familia, la única entidad que ha sido el pilar principal para el mantenimiento de sociedades sanas”. ¿Cómo lo hace? A través de masivas conferencias en las que participan expositores extranjeros. El otro proyecto de la marca “Aguayo” es el Centro para el Desarrollo de la Familia, una institución educativa que ofrece una diversidad de productos, entre ellos, justamente, «Cómo hacer feliz al esposo». Pero hay otros títulos más que también le rehúyen al feminismo: “Hombre de Verdad” y “Esposo irresistible”, por ejemplo. Cualquiera puede adquirirse por el módico precio de S/60.

Los diplomados, por su parte, son un poco más caros: entre S/ 65 y S/160 mensuales. Los Aguayo también han incursionado en en la gastronomía: el año 2015, la candidata fundó junto a sus hijas “Botón Lila”, una cafetería situada en pleno corazón de La Molina. Y una de las hijas de Aguayo ha impreso su vena artística con un disco de música que lleva su nombre, “Paz”, y que también se promociona en el sitio web de “La Casa del Padre”. “Paz Aguayo tiene la firme convicción de que esta es una herramienta para seguir extendiendo el Reino”, dice la presentación.

No hace falta navegar mucho tiempo por el sitio web de la iglesia para toparse con las cuentas bancarias a las cuales los fieles pueden transferir los “diezmos”. “Si tú buscas el sistema de los diezmos en la Biblia no lo encuentras. No hay un principio que diga que ofrezcas un porcentaje de tu sueldo. Es una cosa maquiavélica que han exacerbado las iglesias neopentecostales (como “La Casa del Padre”, “Agua Viva”, “Camino de Vida” y otras)”, dice Óscar Amat, sociólogo y protestante luterano que conoció al matrimonio Aguayo antes del 2006, en los años que compartía culto junto a ellos en otra iglesia: “Camino de Vida”.

En aquella época -recuerda Amat- Guillermo Aguayo, el esposo de la candidata, era asistente del pastor principal en aquella iglesia, Robert Barriger. Según Amat, fue en esos años que el matrimonio descubrió su especialidad dentro de la iglesia evangélica: la protección de la familia. “Guillermo se encargó de los hombres y Milagros de las mujeres. Guillermo trataba que los hombres fueran líderes eclesiales, profesionales y familiares. Milagros desarrollaba un curso más tradicional. Su objetivo era recuperar la dimensión de la mujer sujeta al hombre”, explica.

Fue entonces que los Aguayo se sintieron listos para abrirse su propio camino en el mundo evangélico. Su fijación con la familia no se quedaría en el discurso, también incluirían a sus hijos en esa misión. “Eso está legitimado por la doctrina religiosa de Barriger: la iglesia familiar. Así diversifican la capacidad de ingreso. Los hijos heredan las Iglesias con el objetivo de perpetuar el negocio de la fe”, afirma Amat.

Todas estas creencias constituyen lo que Aguayo llama la defensa del “diseño del cielo”, es decir, la responsabilidad que tienen los evangélicos de moldear el mundo. Una misión que borra la separación entre el Estado y la Iglesia. Los motores de su labor pastoral son la oposición al aborto y el rechazo al enfoque de género. Ahora forman parte de su propuesta política.

Si la semana pasada la candidata a vicepresidenta de López Aliaga, Neldy Mendoza, hizo noticia por sus ideas sobre los métodos anticonceptivos y el rol de la mujer en la sociedad, la pastora de la Casa del Padre no se queda atrás. “Tengo que ser responsable como esposa y respetar a Guillermo (Aguayo) como el rey, profeta y sacerdote de mi hogar. Tengo que aprender a caminar en sujeción a su liderazgo. Ninguna mujer debe socavar la autoridad que Dios le entregó al varón. No importa cuán modernas seamos”, dijo durante una conferencia en Panamá en julio del 2019.

 

Milagros Aguayo
Aguayo junto a Rafael López Aliaga en la presentación oficial de su candidatura en noviembre del año pasado.

Parte de su repertorio también es, por ejemplo, una comparación que hizo entre el Holocausto y los abortos. “Nos escandalizamos del Holocausto, ¿por qué no nos escandalizamos de la matanza de los niños en el vientre de las madres? Eso es lo que más me apasiona de entrar a la política y caminar al lado del ingeniero Rafael porque él tiene bien clara la idea de la vida y cómo debemos defenderla”, explicó en esa oportunidad.

Para oponerse a la llamada ideología de género, Aguayo suele presentar un vídeo en sus conferencias que inicia con una advertencia inverosímil: “La espeluznante evidencia de que los niños son el objetivo, según un artículo publicado en Gay Community News”. A continuación, una tétrica voz en off expone un manifiesto de las supuestas intenciones de la comunidad gay con los niños, acompañada de imágenes en blanco y negro. “Sodomizaremos a sus hijos, emblema de su pobre masculinidad”, “los reformaremos a nuestra imagen, vendrán a implorarnos y adorarnos”, “somos capaces de disparar armas de fuego y levantar las barricadas de la revolución final; tiemblen heterosexuales cuando nos presentemos sin nuestras máscaras”, son algunas de las frases que se logran escuchar.

 

 

Esta es la primera incursión de Milagros Aguayo en política. En un informe previo de Sudaca, especialistas de la comunidad evangélica explicaron que la pastora se unió a López Aliaga luego de su separación del movimiento “Con Mis Hijos No Te Metas”, donde compartía la vocería con Beatriz Mejía.

La misma publicación apunta que el matrimonio Aguayo tiene una alta legitimidad dentro de su comunidad gracias al éxito económico que han tenido, algo que los acerca al modelo de “empresario exitoso” que el candidato de Renovación Popular, Rafael López Aliaga, resalta. “La mitad de nuestras listas son pastores o líderes evangélicos. Los números uno en nuestro país”, dijo orgulloso el candidato presidencial en la presentación de sus candidatos para las elecciones generales de abril.

 

Sudaca intentó concretar una entrevista con la candidata, pero no respondió al cierre de esta edición.

Fotoportada por: Leyla López

Tags:

Elecciones 2021, Milagros Aguayo, Rafael Lopez Aliaga, Renovación popular

El sol de Solidaridad Nacional se apagó. El amarillo representativo del antiguo partido de Luis Castañeda Lossio, que en algún momento inundó las calles limeñas, se ha vuelto celeste y ha cambiado de liderazgo. Rafael López Aliaga (RLA) es la nueva cara de lo que ahora se llama Renovación Popular.

RLA es un exitoso empresario. Limeño, pero criado en Pomalca y Chiclayo, le debe su fortuna al grupo de negocios financieros ACRES, del cual es fundador. Además, tiene otras compañías bajo su mando: el operador de trenes turísticos y de carga PeruRail, que incluye al tren Hiram Bingham que va a Machu Picchu; el mall de aparatos tecnológicos CompuPalace; y los lujosos hoteles Belmond Monasterio y Nazarenas de Cusco. También es presidente de la asociación educativa PRODEC, que dirige los colegios Los Álamos y Montealto.

Pero por si el lector aún no lo sabe: una de las principales aristas de López Aliaga es que es católico practicante y miembro del Opus Dei (en latín “Obra de Dios”), una institución religiosa fundada por el santo español Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928. Sus miembros están –por ejemplo– en contra del aborto en todos sus niveles, la legalización de la marihuana y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El empresario también está vinculado a la conservadora Coordinadora Republicana, de cuyos comunicados suele ser asiduo firmante. Por ejemplo, su nombre aparece en el comunicado de respaldo a Ántero Flores Aráoz –miembro destacado de Coordinadora– luego de su breve y sangriento paso como Presidente del Consejo de Ministros. Luego de que Ántero respaldara públicamente la represión policial, murieron víctimas de esta dos jóvenes peruanos.

Tras fracasar en las últimas elecciones congresales –en las que Solidaridad Nacional obtuvo menos del 1% de los votos–, López Aliaga entendió que debía, como secretario general y mecenas, refundar el partido. La idea fue borrar todo rastro del pasado vinculado a figuras como José Luna Gálvez, quien fuera su enemigo interno años atrás, hasta que emigró y fundó su propia agrupación. Ahora, RLA y Luna se volverán a ver las caras: Renovación Popular competirá con Podemos Perú en las elecciones del 2021. “Cuando entró el señor Pepe Luna yo pedí licencia porque no podía estar en ese ambiente”, declaró a Panamericana Televisión.

En las congresales del 2020, el partido todavía llamado Solidaridad Nacional tuvo como principales candidatas a Rosa Bartra, Yeni Vilcatoma y Nelly Cuadros. Todas ex congresistas fujimoristas. Ahora el presidente de Renovación Popular, López Aliaga, ha cambiado el enfoque: ya no usa a las exfujimoristas como puente para apelar al voto religioso y conservador. Ahora su apuesta es más directa y ha convocado a diversos personajes de derecha radical, entre los que resaltan varios miembros de la comunidad evangélica. 

El objetivo de RLA parece ser apelar a un discurso que durante años estuvo amalgamado en el voto fujimorista. Todo ello se traduce en la campaña “pro-vida” y “pro-familia” que maneja el nuevo partido. ¿Es ese el camino para alcanzar la presidencia del Perú y una nutrida bancada en el Congreso? Sudaca conversó con cuatro académicos e investigadores de la comunidad evangélica peruana para descubrirlo.

Los convocados de López Aliaga

Basta seleccionar algunos nombres de la lista de candidatos al Congreso y revisar quiénes apoyan abiertamente la candidatura del empresario de PeruRail para darse cuenta del perfil electoral que busca Renovación Popular. López Aliaga reclutó –por ejemplo– a Milagros Aguayo, quien junto a su esposo Guillermo dirige la asociación evangélica La Casa del Padre. Ella postula al Congreso por el partido con el número dos.

¿Pero quién es Aguayo? Según Luis Alemán, sociólogo especialista en activismo religioso, es una pastora evangélica neopentecostal de clase media alta con mucha legitimidad dentro de su comunidad gracias a su éxito económico. Ella ha sido panelista y organizadora del Congreso Iberoamericano por la Vida y por la Familia. Ahí se toman acuerdos para establecer agendas en sus propias naciones. “Es un rostro, entre comillas, nuevo y fresco para la política”, agrega.

Además, como explica el también sociólogo Oscar Amat, Aguayo es parte de uno de los bloques más fuertes de Con Mis Hijos No Te Metas (CMHNTM), que entró en conflicto con otro sector del mismo movimiento, liderado por Julio Rosas y su hijo Christian, cuando estos compraron un kit electoral. Debido a su condición económica, Amat cree que Aguayo está más “cerca” de López Aliaga.

Vale aclarar que el otro bloque –el de los Rosas– también apoya la candidatura del empresario. Sudaca contactó a Christian Rosas para que explique los motivos de este respaldo. Sin embargo, él se limitó a precisar que a López Aliaga no lo sigue el sector evangélico como tal, sino “los pro vida y pro familia, que son católicos, evangélicos y no confesionales”. Es su candidato, pero no postula de manera oficial como Aguayo.

Para Alemán esto se debe a que mediáticamente Rosas ya ha sido cuestionado, incluso por su propia comunidad. “Cuando empezó a hablar de una forma muy ofensiva sobre temas como el sexo anal y demás, ellos empezaron a deslindar. Para CMHNTM eso era ir muy lejos y ser muy confrontacional con el Estado”, explica.

Pero no todo el armado del equipo de Renovación Popular ha ido viento en popa. Vale recordar aquí que hace dos meses López Aliaga tuvo un desacuerdo con Beatriz Mejía, abogada y vocera de CMHNTM. Ella es recordada por formar parte del colectivo “Padres en Acción”. Este grupo presentó una demanda frente a la Corte Suprema contra el enfoque de género del Currículo Nacional de Educación Básica. La demanda fue declarada infundada. En las últimas elecciones congresales postuló con el partido Avanza País.

Mejía había sido invitada a formar parte de la plancha presidencial de RLA como primera vicepresidenta y también a postular al Congreso. Luego de cuestionar que no le permitieran hablar sobre sus propuestas en la presentación oficial del partido (el último 7 de octubre) fue separada de todos sus chats. Entonces renunció.

“No nos merecemos ese maltrato. Sacaron a todos los candidatos cristianos que yo había invitado, no solo a mí, sin ninguna explicación. Nunca había visto una cosa así, no se nos permitió conversar sobre el tema para llegar a un acuerdo”, comentó Mejía en el programa que tiene para el Diario Expreso.

Para Amat, más allá de los motivos, este episodio es un primer descrédito importante para López Aliaga en el grupo de electores a los que apunta. “No solo ha significado una división antes de empezar la carrera electoral. Su relevancia como líder positivo ha decaído. No puede convocar a una persona y luego deshacerse de ella en menos de 15 días”, asegura.

Alemán comparte esta opinión. Para él, hay desacuerdos ideológicos entre ambos personajes. “Mejía no comparte la visión de derecha popular que tiene RLA. Es probable que le hayan dicho que se puede ‘quemar’ con ella por sus posturas conservadoras”, explica.

Mejía fue reemplazada en la plancha presidencial por Neldy Mendoza Flores. Ella es una de las principales impulsoras de la Marcha Por La Vida en Arequipa: un movimiento opositor del aborto y los métodos anticonceptivos. Como segundo vicepresidente quedó el almirante Jorge Montoya.

Una mención honrosa merecen los siguientes personajes: Frank Krklec y Alejandro Muñante. Krklec fue asesor del pastor Julio Rosas durante su paso por el Congreso disuelto. Además, es recordado por dirigir el blog “Catarsis y Harakiri”, un espacio que es extremadamente crítico con quienes no comparten su opinión, por decir lo menos.

En ese blog y sus redes personales Krklec difundió un vídeo anunciando su candidatura al Congreso por Renovación Popular. “Emprendimos una lucha desde el Poder Legislativo en contra de todos estos movimiento globalistas que pretender imponer la muerte de seres inocentes a través del aborto y uniones ajenas a los valores de la mayoría de peruanos como la unión civil, el matrimonio gay y la ideología de género”, menciona.

Por su parte, el abogado conservador Alejandro Muñante es vocero de la Red Nacional de Abogados por la Defensa de la Familia (RENAFAM). Para Luis Alemán, Muñante es “un activista legal que tiene redes de contacto, no solo dentro de la Iglesia, sino también en el Congreso. Es una figura pública reconocida dentro del mundo evangélico más conservador”.

Esta es solo una pequeña selección del perfil de algunos candidatos que buscan llegar al poder junto a RLA en el 2021. ¿Realmente serán competencia para los demás partidos? Los especialistas consultados por Sudaca lo dudan seriamente.

¿La búsqueda de un voto fragmentado?

El Censo Nacional del 2017 fue claro: el 14% de la población peruana profesa la religión evangélica. En un país de más de 25 millones de electores hábiles esto no es suficiente para ganar unas elecciones generales. Es por eso que para Guillermo Flores, evangélico e investigador de la Universidad del Pacífico, López Aliaga apunta a un público mayor. “Está buscando el voto conservador con justificación cristiana. Lo que ellos tendrían que hacer, siendo prácticos, es apelar a un discurso cristiano genérico que apunte a las agendas pro-vida y pro-familia”, afirma.

Luis Alemán, concuerda con Flores sobre el interés de RLA en un voto conservador que pueda unir a católicos y evangélicos detrás de su partido. Para él, todo eso se ve reflejado en el contenido de su discurso. “Él es clarísimo con lo que dice sobre temas como el aborto o la unión civil. Es pro-patria, pro-vida, pro-familia. Articula una agenda que ya se ha posicionado gracias a Con Mis Hijos No Te Metas (CMHNTM)”, asegura.

Oscar Amat lo resume: todo esto corresponde a la ideología política llamada derecha cristiana. “Lo que ocurre frecuentemente es que conservadores y liberales que quieren llamar la atención del electorado católico invocan la doctrina cristiana para argumentar en favor de su propia postura y auto erigirse como representantes políticos válidos. Lo hace el Opus Dei”, explica.

“No existe el voto evangélico”, afirma tajantemente José Luis Pérez Guadalupe, ex Ministro del Interior, teólogo y sociólogo. Dice que el mejor ejemplo de ello es la carrera política de Humberto Lay, pastor evangélico que postuló a la presidencia y alcaldía de Lima en varias oportunidades con su partido Restauración Nacional. “En el 2006 cuando sacó un 4% de los votos todos dijeron que era un éxito, pero yo sostuve que era un fracaso. Los evangélicos eran el 12% en ese momento. Ni la tercera parte votó por él”, explica.

¿Cómo explicar esos resultados? La respuesta está en la composición de la población evangélica, según Flores. No son un grupo homogéneo. Existen cuatro grandes grupos de iglesias. Las Históricas, que son las que llegaron en la primera ola protestante al Perú, como la Luterana, Presbiteriana y los Bautistas. Luego están las Evangelicales, como la Alianza Cristiana Misionera; las Pentecostales, que son las más conservadoras, como las Asambleas de Dios del Perú; y las Neopentecostales, que no pertenecen a una denominación y centran su fe en la figura del pastor líder. A este último grupo pertenecen iglesias como Aposento Alto, de Alberto Santana, recordados por invadir el estadio de Alianza Lima hace algunos años.

CMHNTM ni siquiera tuvo el apoyo total de la comunidad evangélica. Según Flores, “en el grupo de las Históricas tienen oposición porque creen que se trata de aprovechamiento político de la fe. Somos hijos de la reforma protestante y uno de los principios de la reforma fue la separación Iglesia y Estado”, explica.

Con este panorama, es claro que López Aliaga no puede sostener su candidatura buscando solamente votos evangélicos. De hecho, ni siquiera los tiene asegurados, como explican los expertos. Por eso se entiende que su discurso apunte a puntos comunes entre los evangélicos y católicos conservadores. Valores como la “vida” y la “familia”, por ejemplo. Es mucho más realista seducir a un electorado católico conservador, que apenas el sector evangélico peruano.

Pero López Aliaga por sí solo no puede sostener dicha postura. Se trata de un empresario que, si bien pertenecía a Solidaridad Nacional hace dos décadas, no tuvo luces mediáticas hasta el año pasado. Por eso ha necesitado juntarse con diversos voceros que puedan acercarlo a dichas comunidades y hacer creíble su alianza, coinciden los expertos.

El verdadero objetivo

Pero incluso con el mayor optimismo resulta poco creíble que en menos de tres años Renovación Popular pase de 1% en votos a tentar la presidencia. “Hay que evaluar el éxito en la medida de los objetivos de la campaña. No siempre se trata de llegar a Palacio”, asegura Oscar Amat. Para el sociólogo, López Aliaga no puede ser tan iluso de pensar que con votos evangélicos y católico conservadores podrá ser el presidente del Bicentenario.

Amat cree que sus aspiraciones en las elecciones generales del 2021 son otras. “Lo que está tratando es conseguir algunos escaños en el Congreso, o por lo menos, la capacidad de ser un interlocutor pro-vida y pro-familia tan válido como CMHNM y Restauración Nacional en su momento”, afirma. En otras palabras, fortalecer el movimiento ante la opinión pública antes que obtener logros personales.

Flores cree que el discurso de Renovación Popular podría pegar en el sector que busca seducir, pero que ello dependerá de propuestas concretas. “Si bien el partido ha tomado una serie de simbolismos, no tiene un discurso construido aún. Por esa razón no creo que sepan cómo emplear ese discurso en campaña. Tendrían que comunicar esas ideas de una forma bien carismática”, explica.

Además, cree que esos problemas son propios de la imagen que proyecta López Aliaga. “No ha hecho su vida pública de la religión como Christian Rosas, que utiliza herramientas bíblicas en su discurso. Donald Trump, por ejemplo, tuvo que “vestirse” con eso”, agrega. Trump es un ejemplo del tipo de líder laico que apela a valores religiosos y tiene éxito en la política. Otro es el brasileño Jair Bolsonaro, de quien RLA dijo a principios de año que quería ser su versión peruana.

El razonamiento de Flores se enmarca en lo que la comunidad académica entiende como la figura del ‘guerrero cultural cristiano’: una especie de paladín defensor de todo lo que el pensamiento conservador dice respaldar. Se le aceptan exabruptos por eso. Sin embargo, una figura de ese tipo no puede erigirse sobre un discurso netamente religioso. Para acumular un capital político que le dé posibilidades reales de ser presidente –para ser el Trump o el Bolsonaro peruano–, López Aliaga necesita vestir su discurso con propuestas económicas de derecha popular que lleguen al pueblo. También crear una base política más allá del círculo conservador. Eso, solo para empezar.

El pronóstico para Renovación Popular es incierto. Al menos, lo es hoy. Si López Aliaga puede completar su plataforma pro-vida y pro-familia con otro tipo de propuestas, quizás este análisis pueda rehacerse. Amat recuerda que Solidaridad Nacional ya fue incubadora de políticos conservadores en las últimas elecciones congresales. Fracasaron rotundamente, pese a todos sus aspavientos. ¿Tendrán éxito ahora? Todo indica que no.

Tags:

Elecciones 2021, Rafael Lopez Aliaga
Página 6 de 6 1 2 3 4 5 6
x