DE TARAPOTO A HAMBURGO
Mientras agentes de inteligencia hacían seguimiento a los albaneses en Trujillo, otro grupo de la Dirandro recibía información de un sujeto al que bautizó como ‘Loco Aldo’. En abril, este contó que “una organización criminal con vínculos internacionales estaba acopiando ingentes cantidades de droga” que luego serían distribuidas a ciudades como Tumbes, Piura o Lima.
Añadió que el presunto líder de esta mafia era un sujeto conocido como ‘Goleador’ y que este “vendría realizando llamadas a personas que laboran en zonas de control, parqueo y vigilancia en el interior de Terminales Portuarios Euroandinos de Paita [la empresa que administra el terminal] con la finalidad de que les permita pasar paquetes de drogas o realizar preñados, así como dejar los precintos de seguridad no asegurados en los turnos o horarios que realizan”. A cambio, dijo, ‘Goleador’ les daba “fuertes sumas de dinero, aprovechando y conociendo sobre la difícil situación económica que, en muchos casos, presentan estos trabajadores”.
El testimonio era valioso para los detectives, porque revelaba, además, que la seguridad del terminal de Paita había sido vulnerada en más de una ocasión por esta mafia. No siempre pudieron, sin embargo, eludir la fiscalización de los países adonde iba la droga. “‘Goleador’ habría dirigido en dos ocasiones el preñado de contenedores que salieron del terminal portuario de Paita y que fueron intervenidos por personal aduanero y policial en Rotterdam (Holanda) y en el puerto de Panamá, lográndose decomisar en las dos ocasiones paquetes que contenían en su interior clorhidrato de cocaína”, dijo el informante.
El último envío de esta mafia iba a ser hacia fines de mayo. Esta vez habían escogido el puerto del Callao como punto de salida. Pero el 23 de ese mes la Dirandro se enteró que la remesa de droga iba a ser trasladada desde San Martín hacia Lima.
Los dueños del cargamento, según documentación fiscal a la que accedió en exclusiva Sudaca, era la empresa Multiservis Valles SAC, principalmente dedicada a la exportación de madera. La gerenta de esta compañía es Mitzi García Puma, natal de Tarapoto y con estudios secundarios apenas completados, según sus datos en el Reniec.
Según las pesquisas, fue la misma García quien adquirió, a nombre de la empresa, 22 toneladas de pulpa de mango que luego fueron enviadas a la empresa Invest Negocios Andinos, de Noemí Cueva Quispitongo, para su exportación. De acuerdo a ‘Hildebrandt en sus Trece’, en abril del 2021 esta última compañía exportó, vía el puerto del Callao, 21 toneladas de pulpa de mango congelada y 2,8 toneladas de pulpa de arándano a España. En enero de este año, además, enviaron 19,5 toneladas de pulpa de mango congeladas y 2,9 toneladas de pulpa de piña a España.
La suerte se les acabó el pasado 25 de mayo, cuando la Dirandro encontró en un almacén del Parque Industrial de Villa El Salvador 1,1 toneladas de cocaína camuflada en empaques de pulpa de mango. De ahí había salido un camión rumbo a las instalaciones de Invest Negocios Andino, en el mismo distrito. Allí se incautaron 3,1 toneladas más de droga.
La cocaína, según las pesquisas de la fiscalía contra el crimen organizado, vino desde el Alto Huallaga. “Se está demostrando la importancia de la erradicación de la hoja de coca, que ha estado concentrada principalmente en el Alto Huallaga. Esto suponía hacer labores de interdicción, es decir, la destrucción de laboratorios. Así, se ponía una valla bastante alta a la inversión del narcotráfico. Pero ahora la erradicación en el Alto Huallaga se da en zonas de muy baja densidad de cultivos de hoja de coca, sin importancia para el narcotráfico”, dice Rubén Vargas.
El exministro da zarpazo contra las políticas del actual gobierno: “Los factores que ponían en riesgo la inversión en la coca y el narcotráfico desaparecieron. Ahora, más que nunca, es muy fácil ser narcotraficante en el Perú”.
*Fotoportada por Darlen Leonardo