Ayer se conmemoró un año más de la existencia de Lima, nuestra capital, 487 años de su fundación. Pensar en la capital es hacer un recuento de historia republicana, criolla y muy urbana, pero también pensar en la capital es darse cuenta de un espacio que es crisol de culturas y manifestaciones muy particulares. Este detalle es la realidad misma de la nueva Lima.

Pensar en Lima es también darse cuenta que es el resultado de un encuentro cultural que muchos investigadores sociales lo han trabajado hasta el cansancio, y que es motivado por las conocidas migraciones internas que se dieron del campo a la ciudad el siglo pasado, aquellas que motivaron ese “desborde popular” que generó la construcción de hecho y no planeado de un singular territorio cuyas características pueden observarse y analizarse desde diversos enfoques o teorías, la economía, la sociología, la antropología y otras tantas ciencias que toman como eje singular el fenómeno de las migraciones.

Conviniendo que aquellas causas y también por qué no consecuencias de la migración “se dan por situaciones políticas, sociales, económicas o culturales que impulsan la salida del lugar de origen o la llegada al lugar de destino. Por lo general, se trata de factores que restan calidad de vida y que el migrante trata de solucionar desplazándose de su ciudad o país”. Teoría pura y que calza muy bien en el caso limeño, con una sola discrepancia, en Lima, las muchas culturas que existen, podrían marcar la pauta para construir una gran cultura y convertir la capital como piloto natural de este planteamiento.

Quizás también en algún momento esta situación generó problemas de integración, de adaptación, de aceptación, de discriminación y quizás hasta de xenofobia, y puso el marco para la discusión de los detalles de la interculturalidad. Sin embargo, lo cierto es que la Lima migrante, andina, campesina se instaló en Lima, conquistó Lima, y cambió Lima. Le dio un tinte nacional, general y de convivencia cultural, que comienza a vencer desde hace unas décadas los embates de la disociación y construye esa nueva ciudad, que ya muy poco tiene de migrante en tiempo real, sino que es de nuevos limeños o reales limeños, condensados en varias culturas que de hecho se han convertido en una sola. Las diferencias culturales se acortan en la capital, se mezclan y van generando una nueva cultura. El mundo urbano es rural y el mundo rural es urbano. Es un ida y vuelta mental y recae construyendo una nueva cultura.

Una cultura que trae nuevas particularidades, y que genera, considerando la lectura emprendedora la construcción de nuevas estrategias, el fortalecimiento de redes sociales, la optimización de una nueva interculturalidad, nuevos aires de competencia, es decir, esta nueva Lima es la fuerza de la creación y fortalecimiento de las nuevas empresas populares, emprendedoras, generadoras de empleo, el surgimiento de un sui generis mercado interno a veces llamado informal, de necesidades, fuerte y original y de innovación constante, de lucha ante la crisis, de afrenta contra la pandemia, es decir, esta es la nueva Lima.

Lima ya no es una ciudad de migrantes, Lima es una ciudad que sale adelante, una ciudad original, donde las culturas se encontraron y van construyendo sin darse cuenta esa gran cultura popular. Esa es la nueva mirada que hay que tener de Lima, como ciudad, como capital.

No es que se obvie las culturas matrices en todas sus expresiones, es importante mantenerlas vivas, norte, centro y sur, eso es innegable, sin embargo, si seguimos pensando que la capital es un lugar de llegada solamente, y de manera egoísta se piensa que es solo un espacio de salida de crisis, estamos contribuyendo a la disociación, a la falta de identidad, y como dije en artículos anteriores, estamos empezando a perder las batallas, si actuamos así, ante las culturas consolidadas que están entrando nuestro mercado.

Entonces, la intención de este artículo es iniciar una nueva lectura de Lima, quebrar la imagen egoísta de una Lima criolla o desterrar la imagen de una Lima migrante, eso ya pasó, mucho se trabajó sobre eso, ahora ya no, nuestra capital, es un territorio en el que se comienzan a construir semejanzas y se están venciendo las diferencias, aquellas diferencias culturales que alejaban y disociaban, ahora se construyen en base a las semejanzas culturales. La coyuntura ha individualizado a las poblaciones y la cultura es una base para el cambio muy fuerte. Construyamos o para los debatientes, fortalezcamos esa nueva cultura limeña. Ahí va mi homenaje a esta ciudad.

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En el tema de mercado, para ser parte de la interculturalidad,
debemos ser fuertes en identidad”


Comienzo este nuevo año, esperando que sea diferente, que las condiciones estén dadas para el crecimiento y desarrollo de nuestras potencialidades en todo sentido, y sobre todo para enfrentar los retos que se presentan al momento de emprender algo.

Y en ese sentido es recurrente, nuevamente para las ciencias sociales, considerar para el debate el concepto de interculturalidad, un modelo social en construcción y que atañe mucho también para el análisis, cuando lo enfocamos desde el punto de vista de mercado y de empresa, donde los empresarios populares o los ahora llamados emprendedores, tienen que darse cuenta que, al definir este concepto, tienen una herramienta más que les permita encontrar una alternativa más de éxito.

Siempre se ha dicho, que hay dos formas de interculturalidad, una que es la interculturalidad deseada, o sea, aquella que es construida desde la academia y que adorna muy bien la definición donde destaca la tolerancia, la interacción entre culturas, de una forma respetuosa, donde se concibe que ningún grupo cultural esté por encima del otro, y que favorezca  la integración y convivencia entre culturas, propiciando al mismo tiempo el fortalecimiento de las identidades culturales, la autoestima como punta de lanza del crecimiento personal, el respeto y la comprensión de culturas distintas y  por otro lado la interculturalidad de hecho, que es aquella que se da cotidianamente en la sociedad y que los procesos migratorios de décadas en el Perú han permitido su multiplicación cultural y los encuentros entre culturas han propiciado algo nuevo y popular y sui generis que será motivo de otro análisis, pero que en la realidad esa interacción social se da todos los días, y más aún, cuando tenemos culturas nuevas que están introduciendo su presencia y fortaleciendo cada vez más rápido sus redes sociales, culturales y económicas en nuestro país, no es un secreto ver restaurantes o tiendas importadoras que son dirigidas por nativos de otros países, ahí la importancia de considerar este concepto para fortalecernos desde la cultura nuestra, la popular urbana, o la nueva cultura llamada peruana (que se debe construir).

Pues este modelo social que se basa en el respeto a la diversidad cultural y promueve una convivencia entre las culturas presentes en un determinado contexto, implica también que estas relaciones se den de manera horizontal y equitativa. El hecho de poder relacionarse de manera simétrica con otras personas cuyas culturas son distintas, con saberes distintos y practicas distintas, requiere de un muy logrado autoconocimiento de uno mismo, de una fuerte identidad que sepa destacar lo propio de lo diferente. Por eso es innegable, que el sentido de identidad este muy asociado al concepto de interculturalidad.

Para la UNESCO, la interculturalidad “se refiere a la presencia e interacción equitativa de diversas culturas y a la posibilidad de generar expresiones culturales compartidas, a través del diálogo y del respeto mutuo”.

Para ser equitativo en el Perú es muy necesario considerar la construcción o fortalecimiento de una cultura nueva que propicie la nueva identidad, solo así, nuestras relaciones podrían ser horizontales y equitativas, y cuando nos referimos a la empresa o a las empresas populares, esta falta de sentido de pertenencia o de identidad a una cultura propia, nos resta o nos podría restar puntos en nuestro recorrido por el mercado interno en construcción.

En el tema de emprendedores se habla mucho de innovación, de estrategias, de formas de pago, de delivery, pero no nos ponemos a pensar que existen bloques culturales que se ven fortalecidos por sus redes y que no generan equidad, sino que su potencial es su identidad, y poco a poco escalan y se posicionan en nuestro mercado. No es malo, ojo, es parte del juego de mercado y es válido, pero otra sería la historia si comenzamos a darnos cuenta que nuestro mercado interno, que es intercultural de hecho, necesita estar más cohesionado y con características más firmes, categorizando una suerte de marca Perú en todos los rubros. Es un trabajo arduo, les toca a las asociaciones de comerciantes, a los mercados itinerantes, a los mercados de emprendedores y a los emprendedores establecidos, ir fortaleciendo esta posible nueva mirada, que parte de la Interculturalidad, que siendo cotidiana, necesita fortalecerse desde la base territorial que es nuestro país, no puede haber una interacción cultural que ayude a la inserción del mercado, cuando la cultura receptora, cual crisol de culturas no define una identidad y pretende horizontalizar las relaciones sin una base identitaria, que si tienen muchas poblaciones de otras partes  que nos acompañan en el Perú y que saben que su fuerza esta en su red cultural.

En resumen, también en el tema de mercado, para ser parte de la interculturalidad, debemos ser fuertes en identidad, construir, fortalecer y solo de esa forma, se puede equilibrar la interacción que desea la academia cuando define.

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Hans Behr, Interculturalidad, mercado popular

“Si lo formal cae en la informalidad por necesidad
o por presión exógena, entonces revisemos las causas”

No es mi intención en este artículo entrar a las definiciones o tecnicismos teóricos acerca de la Caología o la llamada “teoría del caos”, sin embargo, considero oportuno intentar un análisis tomándola como base y así lograr aproximarnos y poder entender, lo que se está viviendo en nuestro país, echando un vistazo a nuestra coyuntura comercial, sobretodo en estas fiestas que se dicen navideñas pero que a la larga son fiestas de recurseo, ventas y mil estrategias de venta, sobre todo  para aquellas empresas populares o emprendedores iniciales o antiguos con respecto al día a día.

Según esta teoría, no existe un orden definitivo en los sistemas sociales de cualquier parte, muy por el contrario, existe un desorden que es inherente al orden y amenaza permanente a su desarrollo. Debemos identificar las causas por las cuales el orden deviene en un desorden. Y eso es un tema a desarrollar por parte de los investigadores. De plano cuando se estudia el desorden y se explican los procesos del cambio, se identifican también los procesos que estructuran y desestructuran el mundo y en este caso los espacios generados, por eso que este enfoque nos abre una mirada distinta, creo que ese es el objetivo.  El desorden crea un nuevo orden.

En las calles que son las representativas en ventas ambulatorias y están llenas de comercios, muy conocidas y visitadas, se dan permanentemente cambios en las condiciones iniciales, una formalidad lograda seguro con sacrificios y sensibilidades de muchos emprendedores conscientes de lo correcto, pero la necesidad va creando grandes diferencias respecto a lo esperado al final, y la competencia obliga a generar sucesos comerciales en franca competencia. Otro punto tratado por la teoría del caos, claro que a niveles macro, pero es un indicador que va gestándose en este ejemplo. Pues se convierte en una cadena de cambios que no solo va a lo económico, sino a lo cultural, social y quizás hasta político, porque se comienza a condicionar una nueva mirada a lo que ocurre cotidianamente. Si lo formal cae en la informalidad por necesidad o por presión exógena, vale decir, por las personas compradoras, entonces algo está mal y quizás todo está mal, desde la sociedad cuya percepción es condicionante muy fuerte para los cambios y a veces para la generación del caos. Pero ahora nos abocaremos al tema de empresas populares.

No es predecible en un primer instante, saber que muchos comerciantes, empresarios populares repito, formales ven la necesidad de salir a las calles a competir con la informalidad y contribuyen a la generación del caos y la inseguridad, creando el desorden y auto aniquilando su progreso formal. No lo es, porque es difícil imaginar que algún comercio compita consigo mismo, sin embargo, se da en la práctica, el juego de mercado y las condiciones de oferta y demanda es controlado por el llamado pueblo, las personas informales por naturaleza y en una situación de incoherencia económica, entra al juego económico y condiciona las compras, manipulando el sistema de venta. Es decir, compro lo que quiero y no solamente lo que puedo. ¿Acá me hago una pregunta, quién genera el cambio?, quien genera el desorden? ¿los informales?, ¿los ilegales?, los auto empleados que venden en las calles a destajo? O la misma población que condiciona y se aprovecha del desorden que se crea y que crea un orden legitimado y aceptado por casi todos.

Lo expresé en anteriores artículos, los negocios individuales ven la necesidad de crecimiento y de ubicación, en un espacio que la gran empresa por historia siempre ha dominado, pero que, esta nueva convivencia, le permite tener estas oportunidades y no las están desaprovechando, están abarcando cada vez más espacios comerciales a punta de esfuerzo. La percepción frente a los nuevos emprendedores va cambiando, los negocios van cambiando, sin embargo, hay que considerar, que todos dependen del que compra y hacia ellos hay que apuntar. Generar y fortalecer un orden que cual sistema involucre a la sociedad en su conjunto, motivando un buen flujo.

El emprendedor debe valorar su servicio, su innovación, sus estrategias y no condicionarse a la presión de la necesidad. Trabajo difícil pero no imposible, sino siempre tendremos un rezago de informalidad en nuestro esperado crecimiento de nuestro mercado interno. Juego fuerte que necesita de mucha ayuda del Estado. El caos puede identificarse latente desde este enfoque también.

La conclusión que podemos sacar de todo esto es que si aplicamos esta teoría en las ciencias sociales podríamos explicar por qué los cambios cuantitativos, vale decir, el crecimiento de oferta en el mercado, puede generar resultados cualitativamente distintos. Tenemos la posibilidad de explicarnos los cambios abruptos y las discontinuidades que el mercado peruano genera. ¿Interesante no?

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Formalidad, Hans Behr, Informalidad

“El quiebre del sistema productivo o financiero, está motivando una reconfiguración social y económica

En las Ciencias Sociales y mayormente en la sociología, se utiliza el concepto de Cambio Social, para tratar de entender y luego poder explicar aquellos procesos que alteran los componentes de una determinada y a veces estática estructura social de un país o nación o comunidad urbana o rural. Cambios que son significativos y notorios en la simbología cultural, en el sistema de valores, en la misma organización social con sus reglas de conducta, y también y no menos importantes las reglas que un nuevo juego de mercado emprendedor y una nueva convivencia social obliga.

Este concepto es muy utilizado también, en los estudios de historia económica, en economía misma y en política, y que están vinculados con los cambios de los “paradigmas” en la sociedad humana que muchas veces están validados con la idea de “progreso”, y los cuales están determinados por factores de diversa naturaleza.

En la actualidad podemos considerarlo como un proceso histórico que puede ser estudiado desde diversas perspectivas. La escuela marxista por mencionar alguna, entendió el cambio social, no como algo pasivo sino como el resultado de una constante lucha por dominar y manejarse dentro de una estructura económica y subsistir, y este tratamiento teórico, abre de plano una nueva mirada para comprender nuestra coyuntura post pandemia en el Perú.

Pues dentro de las categorías de los cambios sociales, entre las pugnas sociales, la evolución o actualización social, las revoluciones, yo prefiero considerar en este artículo aquella categoría de cambio que es originada por una crisis y poder avistar los cambios derivados de ella, que motivan lentamente el mismo cambio. Es una realidad donde se percibe una restructuración económica, la cual motiva un gran cambio coyuntural en la economía, y no desde el Estado, ojo, sino desde la base social misma, el quiebre del sistema productivo o financiero, está motivando una reconfiguración, está abriendo una puerta a los paralelos económicos y sociales, peruanos y extranjeros ayudan al sistema a reacomodarse para enfrentar los nuevos retos. Esta lucha por reacomodarse no es una solución, pero es un paso importante para general el cambio.

Cambios en la percepción social de la población a su entorno, por ejemplo, el market llega a zonas impensadas, los cafés de “conversa” son más y nos son exclusivos de un distrito, las motos delivery son parte de la ciudad, y la mirada comercial desde un enfoque distinto cambia las zonas, la competencia internacional en el tema de mercado ya comenzó, las culturas modernas, tradicionales, están luchando, están compitiendo y eso origina o está originando un gran cambio social. Desde que comenzó el gusto por las arepas o las hallacas, y la venta en los veranos de tisana, ahora tenemos pollo a la brasa no peruano que es distinto al acostumbrado y a veces más barato y con un toque distinto.

Es decir, en un artículo anterior y en otros he mencionado, sobre la importancia de las redes sociales, donde decía que las redes sociales, bien articuladas se convierten en fuertes redes económicas de intercambio y ayuda en el crecimiento y desarrollo de quienes las ponen en funcionamiento, y en el Perú esto es algo muy recurrente y de mucho valer, pero quizás desapercibido, por la mayoría. Como fenómeno social, nos acerca a un desarrollo fructífero en lo económico a mediano plazo. Y sobre todo cuando comienza a verse en paralelo y de gran forma una gran competencia de redes sociales que van caminando en paralelo y motivan cambios en nuestra sociedad.

Se están observando a diario, prácticas comerciales y hasta empresariales peruanas, que se generan tomando bases ancestrales, café, miel de abeja, y productos milenarios que ya entraron a un mercado incluso internacional y ha originado una cascada comunicativa entre estos negocios y es muy importante que se masifiquen. La población nacional debería considerarlo comunalmente, pues repito es el comienzo de un nuevo y diferenciado mercado interno para el Perú. Pero, por otro lado, las redes sociales, económicas, migrantes están haciendo su trabajo, y culturalmente está comenzando otra cascada de negocios que con el halo de “moderno” o “extranjero” está captando mercado. No es malo, es el comienzo de una competencia de mercado, donde curiosamente, el componente cultural tiene un privilegiado lugar de análisis, enfoque y definición para la comprensión futura.

Espero que te haya interesado este articulo Papá, lo seguiremos discutiendo en mis sueños, un abrazo eterno viejo!!!!!

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Cambio social, Emprende, Hans Behr

“La asociatividad es una característica clave para el desarrollo”

En el Perú, un alto porcentaje realiza trabajo independiente de manera autónoma, artesanos, productores, comerciantes, en general personas que prestan un servicio diario y no están asentados mayormente en las estadísticas; por lo general a ellos se les llama informales, y como en artículos anteriores yo los califico como autoempleados por necesidad, situación que se ha visto agudizada por este nuevo orden social y económico en un contexto de crisis en el que estamos viviendo actualmente producto de la pandemia mundial COVID-19.

 

Si sumamos a los que si están registrados en las micro y pequeñas empresas se incrementa sustancialmente el número de agentes que tienen el mismo rumbo económico; afirmándose de esta manera una suerte de incertidumbre sobre los efectos socioeconómicos en los ciudadanos, en este contexto de posible recesión global y un posible devastador efecto en el empleo.

Este trabajador independiente informal (autónomo o trabajador por cuenta propia) es más vulnerable a las situaciones de pobreza, por lo que requiere recuperar sus iniciativas y reactivar su negocio, ya sea en una reinvención o en un fortalecimiento del mismo, todo esto asociado a un bagaje actitudinal y competencial que siempre va a ser más atractivo para lo que se emprende. Entonces el trasfondo nos llevaría a adentrarnos en el mundo del marketing personal o grupal y de cómo poder ser capaces de competir mejor para lograr el objetivo, no decaer y hasta no desaparecer.

En artículos precedentes he enfatizado en características que tienen que ver mucho con los condicionantes culturales, con las experiencias comunales, con los sentidos de adaptación o el enfoque de la utilización de las redes sociales como una clave muy utilizada y aprovechada. Y esto último va cobrando bastante relevancia en la actualidad.

No es difícil darse cuenta de que este fenómeno de las redes sociales, articuladas y necesarias para salir adelante en esta nueva convivencia socioeconómica, se convierten en fuertes redes económicas de intercambio y ayuda en el crecimiento y desarrollo de quienes las ponen en funcionamiento, y en el Perú esto es algo muy recurrente y de mucho valer, pero quizás desapercibido, por la mayoría. Como fenómeno social, nos acerca a un desarrollo fructífero en lo económico a mediano plazo.

La muestra de lo que expongo, se da, por ejemplo, en la mayoría de los distritos de Lima, donde estamos siendo testigos de inauguraciones de markets o tiendas bien acondicionadas que prestan el servicio que antes eran de exclusividad de grandes cadenas comerciales, y que por asociatividad se permiten entrar en franca competencia comercial y de servicios, pequeñas tiendas se juntan, cruzan capitales y crecen, “modernizan” su atención y le da otro aire al barrio, las farmacias y/o boticas se han multiplicado, y con ya experiencia anterior han encontrado en la obvia situación que vivimos, la sociedades que requieren para hacer frente a las grandes cadenas, y los cafés a modo de relax post pandémico están causando furor, existen restaurantes que van convirtiéndose en pequeñas cadenas. En un análisis rápido social, consideraríamos el cambio de rostro de los barrios y todo lo que conlleva este pequeño cambio. Tema interesante para otro análisis.

Los negocios individuales ven la necesidad de crecimiento y de ubicación, en un espacio que la gran empresa por historia siempre ha dominado, pero que, esta nueva convivencia, le permite tener estas oportunidades y no las están desaprovechando.

Existe todo un cambio perceptivo, en la población, la comodidad obligada del trabajo remoto genera oportunidades al emprendedor, a aquel individuo que ve la oportunidad mayor en la asociatividad para crecer.

La pequeña empresa también, luego de ser golpeada está surgiendo rápidamente, se va transformando, va dando oportunidades, va generando redes socioeconómicas y va brindando las condiciones necesarias para que surjan nuevas pequeñas empresas, pues se va incidiendo en los negocios grupales y por ende en el espíritu asociativo.

Este es un tema, que debe ser analizado a profundidad, al margen de ver lo informal o no, el surgimiento de estas nuevas empresas populares, con un reflejo de espíritu comunal y con un sentido competitivo con códigos distintos, están convirtiéndose en una interesante fuente de empleo, que ayuda a sobrellevar los avatares propios de una crisis tendiente a generalizarse.

He allí, nuevamente la importancia de las Ciencias Sociales en general, con ella se pueden advertir estos cambios y conllevar a que la mirada de nuestro entorno no solo se dé por investigaciones tomadas prestadas de otras sociedades, sino de nuestro mismo campo de estudio. Nuestra sociedad.

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Emprende, Hans Behr, Opinión

En una lógica de aplicación de emprendimientos sociales,
el Perú tiene una base de experiencia social sólida para aplicar.

 

En el artículo anterior puse énfasis en considerar las capacidades que tienen los hombres para adaptarse a las diferentes circunstancias originadas de forma diaria, y el componente que la historia lo sustenta también ha sido trabajado anteriormente. Estos enfoques y análisis parten de una perspectiva económica, social, cultural o en general bajo distintas perspectivas científicas, que apuestan por el desarrollo de una sociedad y sus cambios, el ya reconocido cambio social, pero que al final, como base de comprensión el tema de las adaptabilidades termina siendo igual una parte esencial en toda conclusión, por ser una particularidad muy humana.

Y estas características de adaptación explican de alguna manera, la tácita forma de cambiar una necesidad, para transformarla en oportunidad, es decir, validar un autoempleo y construir un emprendimiento, construyéndose espacios de fortalecimiento, recuperación y apuesta por un resurgimiento económico individual frente a una crisis mundial vivida, permitiendo la consolidación y sostenibilidad de estas apuestas.

Apuestas que, por un tema condicionado desde el enfoque cultural, nos permite darle un lugar importante a las redes sociales, que bien articuladas se convierten en fuertes redes económicas de intercambio y ayuda en el crecimiento y desarrollo de quienes las ponen en funcionamiento, y que como fenómeno social, nos acerca a un desarrollo fructífero en lo económico a mediano plazo. Es decir, el individuo en su interacción cotidiana y cultura viva utiliza la red social y cultural y desarrolla un nuevo enfoque para los emprendimientos futuros sirviendo como base, para una reciente lógica no estatal, que está cobrando relevancia en estos últimos años, que es el de promover Emprendimientos Sociales. Y el Perú, otra vez tiene las condiciones para que esto funcione.

El emprendimiento social tome nota, lo definen como “la habilidad de reconocer oportunidades para resolver problemas sociales”. Los emprendimientos sociales con modelos empresariales son una nueva apuesta para solucionar problemas sociales y considerar efectividades, eficiencias, sustentabilidad, persiguiendo crear valor social.

En una lógica de aplicación de emprendimientos sociales, el Perú tiene una base de experiencia social sólida para aplicar, por la experiencia que la cultura propia le otorga. Con todo esto, es claro que el emprendimiento social se utiliza para frenar las exclusiones, y desde lo privado se busca encontrar oportunidades frente a las adversidades, considerando la masa social, las redes sociales o en algunos casos el trabajo comunal, generando situaciones y facilidades, para que la población misma entre a producir en masa y valide un futuro cambio social. Estos emprendimientos sociales liderados por la red privada están considerando y poniendo en práctica, características que han estado en los hombres de nuestro territorio por años. Artículos precedentes lo dicen. Y es bueno, es bueno considerarlos como un avance en la construcción de la nueva mirada emprendedora en el Perú.

En los últimos años, muchas empresas que promueven los emprendimientos no solo buscan una rentabilidad generada para satisfacer demanda económica, sino que están en la búsqueda de proyectos que generen beneficios a las comunidades que son involucradas en su totalidad, y esta mirada se está incrementando como lógica de superación dándoles el sentido social a la economía que mueve el mercado. Pues, el desarrollo de un emprendimiento comunal permite un crecimiento económico y a la larga, sienta las bases para el comienzo de un cambio social. La comunidad cambia, y surgen las asociaciones, grupos económicos comunales, que conllevan intereses particulares y van reestructurando los conceptos comunales, con nuevas miradas, pero sin perder las esencias históricas muy reconocidas desde su concepto propio.

Entonces no es novedad que el auge de este tipo de emprendimiento social tome como base la activación de las redes de trabajo comunitario buscando solucionar problemas sociales y sobre todo en aquellos espacios donde el estado aún no ha llegado y las pautas de crecimiento son desarrolladas por la misma población involucrada, cambiando completamente esquemas urbanos y resaltando los rurales históricos.

En resumen, es importante tomar en cuenta, que esta lógica de emprendimiento con enfoque social va a ir determinando el desarrollo de algunas comunidades, o grupos sociales que verán en esta apuesta una magnífica oportunidad de cambio, repito, frente a una crisis que parece inminente o en algunos casos constantes en ciertas regiones, pero es necesario recordar que las características que harían posible el buen desarrollo de esta promoción de cambio, ya tiene una vasta experiencia en el poblador peruano. Las redes, la adaptabilidad, el enfrentar retos comunales, cuestión cotidiana, fertiliza el éxito. Ojo empresa privada, es la hora de promover y masificar los emprendimientos sociales, los resultados de seguro apuntan a los grados mas óptimos. Emprendedores comunales, apuesta valida.

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Emprendimientos sociales, empresa privada

“La experiencia de adaptarte a tu entorno geográfico
te da la fortaleza para adaptarte al mercado”

La capacidad que tienen los hombres para adaptarse a las diferentes circunstancias originadas de forma diaria es realmente sorprendente, hacer frente a las adversidades es una tarea que ya se convierte en un tema recurrente y muchas veces condiciona sus actividades y la supervivencia diaria. Esta situación vivida por las poblaciones son objeto de diferentes análisis y/o enfoques académicos, que van desde los puntos de vista de la escuela económica, social, cultural o en general bajo distintas perspectivas científicas, pero que al final, como base de comprensión el tema de las adaptabilidades forma parte esencial en toda conclusión, por ser una particularidad muy humana.

Tomando en cuenta esta reflexión inicial, siempre es interesante y necesario considerar, para la actualidad, el valioso aporte del gran sabio peruano Javier Pulgar Vidal, quien con su análisis certero sobre las ocho regiones naturales en el Perú, nuevamente abre un camino para la investigación y para el descubrimiento o fortalecimiento de oportunidades para el ansiado desarrollo autosostenido, sobre todo para nuestras comunidades andinas y amazónicas y también para las que se encuentran en el litoral peruano, desarrollo social y crecimiento económico significarían un cambio sustantivo y generaría una nueva mirada de los espacios geográficos a nivel comercial y de mercado.

La adaptación del hombre a su entorno geográfico es una característica que se ha dado a través de la historia, esta situación genera particularidades en las poblaciones, estas particularidades son definidas como la cultura misma. Y esta cultura misma, bien desarrollada es una tremenda fortaleza para la generación de emprendimientos, de empresas que toman como base la experiencia de su adaptabilidad generada por el conocimiento adquirido y ese conocimiento es un elemento para poder desarrollar empresa y diferenciarse de lo cotidiano y urbano.

Cada región en particular cuenta con una gran diversidad ecológica, la geografía es variada, los climas son muchos y todo esto genera una vasta gama de particularidades, que el hombre asume y domina, convirtiendo desde ya su supervivencia en un elemento a considerar como fortaleza para muchos sentidos y apuestas a futuro. Una de ellas el inicio de la oportunidad de generar empresa.

Si esta realidad es tomada en cuenta y aprovechada a nivel de la población involucrada y se consideran las vastas diferencias existentes a nivel de las 8 regiones naturales, los sistemas de adaptabilidad realizadas por el poblador van a lograr el fortalecimiento de un mercado nacional muy diferenciado, y los emprendimientos comunales van a cobrar relevancia.

Emprendimientos comunales que, vistos desde el punto de vista de la asociatividad histórica, marcaría el comienzo de un desarrollo conjunto y particular de las regiones. Gran tema por considerar como base para políticas de apoyo a los emprendimientos con estas características.

Características que permiten percibir también en el lado urbano, algo similar en concepción, pues son rasgos que se convierten en culturales y por la obligada experiencia a la adaptación a situaciones y entornos, (muy propias del ser humano) y en el caso peruano muy propios de nuestros hermanos andinos y amazónicos, se vean reflejadas y ya transformadas en los diversos rubros comerciales que disfrazados de temporadas describen el empuje de las empresas populares. Por esta razón es que vemos en los mercados temporadas de carnavales, de colegio, de navidad, de Halloween, etc., un mismo comerciante se adapta a las circunstancias del tiempo y de lo establecido por el mercado.

El punto esencial en estos artículos es llevar a la reflexión de cuán importante llega a ser la mirada social y el enfoque cultural al tema de los emprendimientos, existe toda una base que nos abre un camino de investigación y de planteamientos para la innovación y/o el fortalecimiento de estas empresas populares que están pugnando por salir adelante.

Los autoempleos, son necesidades que desde un enfoque de raíz cultural se pueden medir como oportunidades y luego se convierten en empresas en potencia, las redes sociales, económicas y culturales tienen un lado interesante a considerar, la versatilidad para adaptarse a los entornos son la base para buenos resultados en el mercado y así, se comienza a abrir una gama de temas, que la práctica pone sobre el tapete y la teoría se puede comenzar a construir. El Perú es un país de emprendedores, y las fortalezas que se tiene como país están por descubrirse, y ese es el aporte en esta ocasión.

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adaptación, Emprende, Hans Behr

Es casi una constante en todo Lima, ver a muchos extranjeros que se van constituyendo en una original fuerza motora, que ayuda a los comercios nacionales de distintos “mercaditos” o negocios emprendedores, a ofrecer un mejor servicio, el cual parece amable, rápido y efectivo. Son estos extranjeros los que están marcando la pauta de un nuevo modelo de atención al cliente y que no deberá sorprendernos, comienza a ser el inicio, sino ya el proceso en sí, de la construcción de una red social y económica que la categoría de extranjeros les permite, pues, generar la asociación natural de las personas y grupos humanos con las mismas identidades y la misma cultura. Esto ya pasó en el Perú y creo que no nos dimos cuenta.

Pues, una situación similar fue la que los peruanos vivimos en la década de los setenta y ochenta y quizás noventas, aproximadamente, a raíz de las fuertes y grandes migraciones internas ocurridas en el país y que significaron una original forma de entender lo bien que funcionan las redes sociales y económicas cuando la necesidad obliga y la mirada puesta en las oportunidades se hacen efectivas. Claro está que la diferencia con los mencionados extranjeros, se da en que, ante el conocido divorcio histórico de la ruralidad y la ciudad, las redes funcionaron de una mejor manera acá en el Perú y de alguna forma, consciente o inconscientemente fue aprovechado por los pobladores migrantes con una visión clara y efectiva del paso del autoempleo al emprendimiento. Muchas personas despedidas de las fabricas en crisis, vieron una oportunidad en el autoempleo por una humana necesidad, y transformaron su visión en una oportunidad para emprender, en distintos rubros, tomando como base los oficios aprendidos en la ciudad, ya sea el oficio de textiles, de metalmecánica o de zapatería, y apuntaron a ganador. Y aquí es necesario mencionar nuevamente, como en artículos anteriores, la fuerza de los condicionantes culturales y el fuerte respeto por las redes sociales, que no solo son sociales, o sea de personas, sino que son particularidades muy enraizadas y mentalizadas que es lo normal y se articulan a nivel histórico y cultural propiamente.

Por lo general y en muchos casos, un migrante autoempleado, con visión emprendedora y en pleno crecimiento en los ochenta y parte de los noventa tenía claro que su capitalización y su éxito dependía de la fuerza de trabajo y los costos de su producción, y condicionaba esa situación a un modelo social que permitía dar opciones a los familiares, paisanos de la misma región, para ser parte de un proceso de apoyo laboral, con aprendizaje técnico empírico  incluido, es decir, una inversión conjunta, “me ayudas y yo te enseño”, clave que potenciaba un ahorro en sueldos a veces y una inversión a futuro, pues al generar competencia, ampliaba mercado, pues el aprendiz, era un potencial competidor paisano o familia que podría permitir la asociación y crecimiento futuro. Dicha capitalización fue recurrente en muchos espacios socioeconómicos de nuestro país y se constituyó en una fuerza que generaría años más adelante, pequeños circuitos económicos donde la competencia comercial, iba fortaleciendo el tan deseado mercado interno necesario en el Perú. Competencia que se origina de un precepto muy propio, la ayuda mutua o el trabajo comunal, siempre presente en el imaginario campesino y su descendencia. Esta particularidad, es otro elemento que fortalece los espíritus emprendedores y ahora asociativos del poblador peruano.

Es una historia que muchos investigadores desde la sociología y la antropología y las ciencias sociales en general han recogido en diversos trabajos, identificando y entendiendo como elementos fuertes de capitalización, el espíritu de ahorro campesino, la austeridad que obliga el trabajar y vivir de la “tierra”, el ser parte de una red social de trabajo compartido,  todo ello confluye en un paquete de condicionantes que permitieron trabajar con redes sociales al momento de sentir la necesidad de fortalecer las empresas que recién comenzaban. Esto refleja un fenómeno claro y curioso, que aporta al crecimiento y desarrollo. Y cada uno de ellos por sectores económicos que ven reflejados en la actualidad fuerte presencia comercial 

Condicionantes culturales a retomar y considerar para este contexto de pandemia y post pandemia, por los emprendedores peruanos, pues no es novedad esta característica propia detallada líneas arriba y como estrategia natural y necesaria ha sido tomada por nuestros visitantes extranjeros del norte, que no es malo, pero que pone como tema a considerar por nuestra historia comercial, durante el paso campo-ciudad.

En resumen, las redes sociales, bien articuladas se convierten en fuertes redes económicas de intercambio y ayuda en el crecimiento y desarrollo de quienes las ponen en funcionamiento, y en el Perú esto es algo muy recurrente y de mucho valer pero quizás desapercibido, por la mayoría. Como fenómeno social, nos acerca a un desarrollo fructífero en lo económico a mediano plazo. 

Este tema es muy amplio a desarrollar, solo es una muestra de lo importante que es percibir la cultura como base interesante de un desarrollo comercial futuro. No es que haya pasado esta característica, al contrario, hay la tendencia de que sea un fenómeno de ida y venida.

 

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Redes sociales

“Emprender, apostar tiene una historia ancestral muy
vasta y por ende una fuerza para sacar provecho”.

Hablar de folklore en el Perú es encontrarse con uno de los más vastos y perdurables nexos de los pueblos con la cultura ancestral que no desaparece, es encontrarse con los mitos, con las tradiciones, con las leyendas o con las danzas, con los bailes o las canciones que se enraízan y van caracterizando la cultura popular urbana, que siendo nueva es propia de nuestro país.

Esta cultura, popular y tradicional, se adquiere y tiende a su difusión mediante la experiencia; se hace colectiva y logra su vigencia a través de generaciones, y escondiendo su origen tras el anonimato de sus creadores. Como dirían los expertos en el tema del folklore, éste siempre es popular y tiene vigencia en la sociedad, por lo general es empírico, localizado, anónimo y tradicional.

Por otra parte, es necesario recordar que la geografía peruana es una de las más variadas del mundo y la diversidad cultural que se origina de esta característica es grande. La forja de identidad en nuestros pueblos, se van condicionando con sus hábitats, sus economías y todo aspecto social y cultural del país.

Luego de estas reflexiones o afirmaciones, es importante recordar también, algo más, y es que los calendarios festivos en cada región dependen mucho de los climas, la tierra, o el trabajo netamente rural, o sea la producción, sin embargo, es muy difícil identificarlas por separado, puesto que muchas fiestas urbanas de vírgenes o santos, fueron consideradas en fechas de festividades netamente regionales y quizás ancestrales, dando lugar a un interesante mestizaje en lo que a ceremonias se refieren, además no debemos olvidarnos de los Raymis, que eran fiestas organizadas mensualmente en los andes, por diversos motivos o los Taki, que eran eventos integrales del arte en general, donde confluían la danza, la poesía o la representación de mitos o hechos históricos. Todo eso parecería haber desaparecido. Otra historia.

En la línea de los artículos precedentes, seguimos en la cruzada de entender el tema de emprender, no solo en la definición técnica del término, que te dice “tener la iniciativa de llevar a la práctica una idea de negocio, es decir, crear una empresa y llevar a cabo la producción del bien o prestación del servicio, sin que esto quede en una mera intención”, sino en la identificación de oportunidades, que permitan mirar a tu entorno y encontrar en estos detalles expuestos, por ejemplo la danza o la música, la fuerza para empezar una empresa, se trata de no perder de vista esa historia viva del hombre rural andino y amazónico en toda su extensión.

Y es por eso, que con este artículo trato de sumar a la definición tradicional y económica del término, otra que de manera general conlleve con importancia el aspecto social y cultural al tema de emprender, que no es más que empezar a hacer una cosa determinada, en especial cuando exige esfuerzo o trabajo o cuando tiene cierta importancia o envergadura, eso también es emprender y cuando está el esfuerzo y lo consideramos importante es que rescato la existencia de jóvenes que emprenden con la música, la danza y todo tipo de expresión artística y folklórica, conozco y admiro a muchos, porque eso también es emprender, apostar y generar un mercado que como dijimos líneas arriba tiene una historia ancestral muy vasta y por ende una fuerza para emprender y sacar provecho.

Es admirable ver jóvenes llenos de espíritu de danzas y cantos con un fuerte componente histórico y regional, es allí entonces donde se encuentra otra alternativa para poder apostar o emprender, identificando oportunidades en la historia, en la cultura o en el folklore peruano tan vasto, oportunidad que tienen, puesto que se mantiene en la población peruana, ese sentido de pertenencia telúrica que fuera de pandemia llena locales y espacios donde se generan estas representaciones del folklore. Casi casi un taki.

Dejando atrás la idea de un hermetismo cultural, es bueno también considerar las fusiones que el mundo globalizado genera en música y baile, y eso está bien, sin embargo, un mercado interno, debe fortalecerse y el componente expuesto líneas antes tiene un potencial a tomar en cuenta. Ese es tema para un siguiente aporte.

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