manipulación

[CASITA DE CARTÓN]  Esta casita de cartón abre sus puertas leyendo el libro ‘China’, del ex secretario de Estado de Estados Unidos, personaje recientemente fallecido a una centena de edad, Henry Kissinger. Libro que ilustra el crecimiento del ‘Dragón Rojo’, que lo ha llevado al día de hoy a posicionarse como una de las economías más grandes del mundo. Si alguien quiere conocerse por qué China es lo que es hoy, tiene que leer este libro imprescindiblemente. Premio nobel de la paz, impulsador de dictaduras y artífice de múltiples guerras, entre ellas aquellas que llevaron a derrocamientos de gobiernos de la región, como pasó con Salvador Allende, o que se impusieron, como lo que pasó con el conocido Plan Cóndor y entre ellos dictaduras sangrientas. Geopolítico y geoestratega superlativo, amado por unos y odiado por otros.

Pero en este caso hablaremos de aquel nefasto día para nuestra selección nacional, que recibirían la visita en el vestuario de Kissinger y de Videla. Un 21 de Junio de 1978 en Rosario, partido que Argentina necesitaba ganar como mínimo por 4-0 para poder pasar de ronda. Perú ya estaba eliminado, pero eso no eximiría del pobrísimo papel que hicieran los seleccionados. De este hecho polémico, José Velásquez diría: ‘Videla entró al vestuario con el secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, supuestamente a desearnos suerte. ¿Qué tenían que hacer ahí? Fue una manera de presionarnos y ver a los que se habían vendido’. Añadiendo que los directivos de la federación recibieron también parte de esa ‘presión’ y ese ‘sentido de bienvenida’, como diría Chumpitaz, por parte de estos siniestros personajes. Otro futbolista que denunciarían aquel acontecer sería Roberto Mosquera: ‘Lo vi en el vestuario y me dio asco. Tenía 20 años y no le di la mano. Cuando un presidente entra con esa prepotencia en el vestuario, están abusando de ti, porque no puedes hacer nada. Está usando su poder para someterte psicológicamente. Te sientes agredido, abusado’.

Entre otras ‘peculiaridades’ del encuentro, el entrenador de la selección sacaría a los 10 minutos del segundo tiempo al ‘Patrón’, jugador imprescindible de nuestro medio campo, cuando el resultado ya nos era adverso, con un 2-0 abajo. Al final quedaríamos con el humillante 6-0. Ante los testimonios por ese hecho, Kissinger negaría los hechos. En una ahora clásica apreciación: ‘Si no me acuerdo, no pasó’. Al final terminaría el equipo del ‘Flaco’ Menotti llevándose la máxima presea, ganando una electrizante final a Holanda.

Por aquel entonces, ante el mundo llegaban ecos de los hechos de violaciones de derechos humanos como muertes, pero después del mundial, el lavado de esa ‘imagen’, revertiría esa apreciación internacional. Esto nos muestra que la política y el fútbol no siempre miran para otra esquina. Y que esta mente maquiavélica sabía tan perfectamente eso y por esa razón estaba metido en todas las piezas del tablero político y del poder real internacional. Jugando a los dados no solamente con los presidentes republicanos o demócratas, sino también con otros importantes protagonistas de la historia como Mao Zedong, Xi Jinping o Putin. De los cuales, de estos últimos, recomendaba no provocar a Rusia y aprender a convivir con China para sobrellevar el mundo. La mano derecha de Rockefeller se fue sin pagar las millones de muertes causados. Pereciendo en su limosina, antes de dirigirse a una convención demócrata, con 100 años de vida.

Esta Casita de Cartón, cierra sus puertas afligido al releer la historia y de la impunidad con la cual los dueños de la guerra manejan las vidas de los habitantes sin el más mínimo escrúpulo, en aras de poder. Se dice que la totalidad de muertes que provocó son un aproximado de 9 millones de víctimas. Si existe un Dios, no creo que lo reciba.

 

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[CIUDADANO DE A PIE] La opinión pública o el porqué las mayorías se dejan gobernar por minorías.

Fue el filósofo escocés David Hume el primero en preguntarse cuál es la razón por la que las mayorías sociales se someten voluntariamente al gobierno de ciertas minorías. Su respuesta fue que esto sucede únicamente gracias a la capacidad de persuasión de los gobernantes sobre los gobernados: “Solo en la opinión es donde se funda el gobierno” escribió en 1754. Pocos años después, en “El Contrato Social o los principios del derecho político” de 1762, Jean-Jacques Rousseau defiende la idea de que la “opinión pública” -término que el mismo acuñó- determina en gran medida la legitimidad de los gobiernos democráticos. Así lo reconoció tempranamente la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776, al proclamar que para garantizar los derechos inalienables de los hombres “se establecen gobiernos, los cuales adoptan sus justos poderes del consenso de los gobernados.” Su ejemplo no tardaría en ser seguido por otras declaraciones similares en América y Europa. Finalmente, y tras una accidentada evolución histórica, se impuso en Occidente el modelo de democracia liberal representativa, en el que, mediante elecciones libres y periódicas, se eligen gobernantes cuya legitimidad se sustenta precisamente, en la opinión pública consensuada denominada “Voluntad Popular”.

La democracia representativa es una ficción peligrosa.     

Dejando de lado la crítica de Marx a la “democracia burguesa”, a la que consideraba una superestructura político-ideológica destinada a asegurar la explotación del proletariado, muchos autores contemporáneos como Ellen Meiksins Wood, Nancy Burns, Jason Brennan, Charles Tilly y Domenico Losurdo han cuestionado la validez de la democracia liberal representativa como medio para asegurar una real participación de los ciudadanos en las decisiones de los gobiernos. Algunos han ido incluso hasta calificarla como una mera ficción. Pero entre todos los detractores, destaca uno que critica la democracia representativa desde una óptica radicalmente diferente, pues ya no señala los riesgos de una limitada participación popular en la gobernanza, sino todo lo contrario. Ludwig von Mises, uno de los padres del neoliberalismo, señala que el gran peligro del sistema representativo, en el que el voto de cada ciudadano cuenta, es que el resentimiento de los pobres (siempre en mayoría numérica) contra los ricos, puede ser aprovechado por “demagogos” que invocando la “justicia social”, llegan al poder con la intención de poner trabas al libre mercado. La democracia representativa no solo sería entonces una ficción, sino una ficción peligrosa para los grupos de poder económico.

Manipulando la opinión pública

Un sobrino de Sigmund Freud, el austriaco-norteamericano Edward Bernays, considerado un pionero de la propaganda moderna, escribió en los años 20 del siglo pasado: “La manipulación deliberada e inteligente de los hábitos y de las opiniones de las masas, es un elemento importante en las sociedades democráticas, y aquellos que manipulan este oculto mecanismo de la sociedad, constituyen el verdadero poder dirigente de nuestro país.” Más recientemente el economista y especialista en medios de comunicación, Edward S. Herman, conjuntamente con el célebre lingüista e intelectual Noam Chomsky, demostraron mediante un modelo teórico cómo las élites económicas, a través de los grandes medios de comunicación, “fabrican el consentimiento de la opinión pública” con el claro objetivo de mantener el statu quo que les es favorable. ¿Afiebradas teorías conspirativas? Martin Wolf, nada menos que editor en jefe de Economía del Financial Times, ha escrito en su muy reciente libro “La crisis del capitalismo democrático” lo siguiente: “La plutocracia (poder político ejercido por los ricos) es el resultado natural de una forma de capitalismo depredador que genera enormes desigualdades de ingresos y riqueza. A medida que la riqueza y el poder económico se concentran cada vez más, es inevitable que la democracia liberal se vea amenazada (…) Más que nada, buena parte de lo que ha ido mal es (…) la tendencia de los poderosos a amañar los sistemas económicos y políticos en contra del resto de la sociedad.” La manipulación de la opinión pública por parte de los grupos de poder, es un ataque directo contra el corazón mismo de la democracia representativa, y esto viene ocurriendo no solo en el mayor exponente de la democracia y la economía de mercado, sino en nuestro propio país, como lo han señalado autores tales como Francisco Durand.

¡No una, sino tres ficciones!

En un libro con el provocativo título de “La invención del pueblo”, el eminente historiador norteamericano Edmund Morgan, afirma que el éxito de los gobiernos democráticos depende de la aceptación popular de tres ficciones: que los representantes del pueblo son el pueblo, que los gobernantes están al servicio del pueblo, y que todos los hombres son iguales. Para que estas ficciones puedan funcionar adecuadamente, la realidad debe asemejarlas el máximo posible pues, de no ser el caso, la incredulidad y el descontento se apoderarían de los ciudadanos, produciéndose el desmoronamiento del sistema.

Esta democracia ya no es democracia

En estos difíciles tiempos de nuestra vida política y económica, todo apunta a que la mayoría de peruanos no creería más en las ficciones de la democracia representativa, o al menos eso es lo que muestran importantes encuestas realizadas recientemente en nuestro país (OXFAM/IEP, Latinobarómetro, INEI). Así, en lo que concierne a cuatro aspectos fundamentales de la igualdad ciudadana, el 94% de peruanos piensa que somos desiguales en el acceso a la salud, 92% a la educación, 94% al trabajo y un impresionante 83% considera que en nuestro país el acceso a la justicia es muy desigual. En lo concerniente al aspecto económico, la percepción del 72% de compatriotas es que la desigualdad entre pobres y ricos es muy grave, y que dicha desigualdad va en aumento. ¿El gobierno y los políticos trabajan en nuestro beneficio? El 66% pensamos que somos gobernados por unos cuantos grupos poderosos que buscan su propio beneficio. No es de extrañar que apenas el 8% de nuestra población este satisfecho con la democracia (el único país latinoamericano con un solo dígito), que el 73.1% piense que nuestra democracia funciona mal o muy mal y que el 87.7% culpe de ello a los políticos.

Un análisis objetivo de esta realidad, nos permite apreciar que el país se ha deslizado  rápidamente, desde lo que Guillermo O’Donnell califica como una clásica “democracia delegativa” latinoamericana -esto es con una muy pobre participación ciudadana tras el voto, instituciones débiles que simulan tener las características de una democracia consolidada y una resultante inestabilidad- hasta lo que Heinz Dieterich denomina una “democracia sustitutiva”, un sistema en el que los políticos elegidos por voluntad popular, lejos de desempeñarse como representantes y servidores de la ciudadanía, actúan sirviendo en primer lugar a los intereses de las élites dominantes y, en segundo lugar, a sí mismos. Los hechos hablan por sí mismos…

¿Encontraremos una salida a esta situación? ¿Podremos construir todos juntos una verdadera democracia al servicio de los peruanos? Difícil decirlo, pero estamos totalmente de acuerdo con Jorge Frisancho cuando escribió con motivo de las recientes movilizaciones sociales en nuestro país: “cualquier nuevo pacto que se forje, como en los años 90, entre el poder congresal, facciones del empresariado, sectores de las FF. AA y la Policía, solo podrá ser una forma de la misma crisis, la crisis del régimen neoliberal, sin ninguna posibilidad de resolverla.”

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[LA COLUMNA DECA(N)DENTE] “El Príncipe”, la obra más conocida de Nicolás Maquiavelo, fue publicada en 1532. El libro ofrece consejos y observaciones sobre cómo un líder debe gobernar y mantener su poder en un contexto político convulso. Maquiavelo explora temas como la naturaleza humana, el realismo político, la manipulación y las tácticas de consolidación y mantenimiento del poder. Su texto se ha interpretado de diversas formas a lo largo de la historia y ha sido objeto de debate y discusión en el ámbito académico y político. Algunos lo ven como un manual cínico y pragmático para los políticos que buscan mantener el poder a cualquier costo, mientras que otros lo consideran una exploración profunda de las complejidades del liderazgo y la política.

Algunas de las recomendaciones y puntos de vista expresados por Maquiavelo pueden considerarse políticamente incorrectos o controvertidos hoy. Pero para la presidenta Boluarte y alguno que otro diligente asesor pareciera que no lo son. Maquiavelo sostiene que el uso de la crueldad y el engaño puede ser una respuesta necesaria a situaciones en las que el poder está en juego y la estabilidad del Estado está amenazada. ¿Qué mayor crueldad que la ejecución extrajudicial de 49 personas durante las manifestaciones antigubernamentales? ¿Qué mayor engaño afirmar que murieron producto de una “avalancha de cinco mil personas” o que “la mayoría de ellos [fallecidos] es por impacto de un arma artesanal denominado dum dum” como sostuvo Boluarte?

Asimismo, aconseja a los líderes políticos que controlen la opinión pública y manipulen la percepción de la realidad para consolidar su poder. Sugiere que creen una narrativa que los beneficie y busque el apoyo de los ciudadanos. En nuestro caso, esa narrativa no fue otra que el “terruqueo”, es decir, acusar de “terrorista” a todo aquel que protestaba contra el gobierno de Boluarte. Narrativa que fue condenada por Stuardo Ralón, vicepresidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “hacemos un llamado a que se detengan este tipo de expresiones porque más que pacificar, alimentan conflictos y son una conducta totalmente condenable”.

De igual modo, Maquiavelo argumenta que un líder político debe priorizar el poder y la estabilidad sobre consideraciones morales. Es decir, debe estar dispuesto a tomar medidas pragmáticas, incluso si son moralmente cuestionables, con el fin de mantener el control y asegurar la supervivencia de su gobierno. Razón por la cual, el gobierno de Boluarte no dudó en violar los derechos humanos de decenas de manifestantes. En suma, quien nos gobierna hoy es una dilecta aprendiz de Maquiavelo.

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[EL DEDO EN LA LLAGA]  «Convocamos, en primer lugar, a personas de reconocida trayectoria en la sociedad peruana para formar la Comisión de Ética para la Justicia y la Reconciliación. Se les encomendó la tarea de acoger a las víctimas de diversas formas de abusos y maltrato generados en su relación con el Sodalicio, y ofrecerles un primer paso en su camino de reparación, sin exigir un rigor de prueba o escrutinio de sus testimonios, sino procurando ofrecerles la escucha y acogida que su sufrimiento requería. Al finalizar su trabajo, la Comisión presentó su informe, y un conjunto de recomendaciones, sobre las cuales hemos venido trabajando.

Como parte de ese mismo proceso recurrimos al Sr. Ian Elliott, cuya experiencia de más de 40 años trabajando con víctimas de abuso en diversas partes del mundo permitió que un número significativo de personas pudieran presentarse para ofrecer sus testimonios».

Sin embargo, esto último no parece ajustarse a la verdad, pues la misma Kathleen McChesney, en un video publicado el 18 de febrero de 2017 por el mismo Sodalicio en su canal de YouTube (Canal S), afirmaba que tanto ella como Monica Applewhite y Ian Elliott recién fueron contactados por el Sodalicio en marzo de 2016, cuando la primera comisión ya tenía prácticamente listo su informe final, que fue finalmente publicado en abril de 2016. Más aún, no hay ningún indicio que demuestre que el Sodalicio habría tenido el plan de establecer dos comisiones desde un principio, sino más bien todo lo contrario. La convocación de una segunda comisión habría sido un plan alternativo para neutralizar las conclusiones a que había llegado la primera, tanto a nivel general como a nivel de informes personales.

Además, ninguno de los tres expertos contratados había trabajado jamás como representante de víctimas de abusos, sino más bien para organizaciones donde se habían cometido abusos, a fin de implementar programas de prevención y reparación, respetando por supuesto los intereses de la organización. Dicho de otro modo, eran profesionales de “control de daños” y “lavada de cara”.

La afirmación de que en el informe de la primera comisión hay «un conjunto de recomendaciones, sobre las cuales hemos venido trabajando» es ambigua. Puede entenderse como que están buscando cumplir esas recomendaciones, pero lo que el Sodalicio estaba haciendo en realidad era ver la manera de incumplirlas. De estas recomendaciones solo cinco eran para ser cumplidas por el Sodalicio, las otras eran para ser cumplidas por la misma Comisión de Ética o o simplemente eran recomendaciones a tener en cuenta por la Santa Sede.

Respecto a la primera recomendación, si bien el Sodalicio declaró a Figari “persona non grata”, no adoptó para él «la mayor sanción moral e institucional», que era la expulsión y tomar las medidas para que que se someta a la justicia civil. Al contrario, se le protegió y se le pagó incluso el abogado, Armando Lengua, uno de los más caros de Lima.

Respecto a la segunda recomendación, que «las víctimas de los abusos deben ser resarcidas», hay que decir que el Sodalicio no reconoció como víctimas a todas aquellas personas que la primera comisión había reconocido como tales, alrededor de un centenar, sino sólo parcialmente. Y las reparaciones ofrecidas estuvieron lejos de ser justas y proporcionales al daño sufrido. Igualmente respecto a «una solicitud de perdón y desagravio, de manera personal y escrita, por parte del Superior General a cada una de las víctimas», éstas aún siguen esperando que esto ocurra.

La tercera recomendación era ésta: «Compensación por los daños personales sufridos por quienes fueron privados de un adecuado discernimiento vocacional, y en esa medida, obligados a prestar servicios no remunerados, incluso en condición de “servidumbre”». Fue incumplida, o cumplida muy mezquinamente sólo con unos cuantos.

Las otras dos recomendaciones fueron incumplidas en su totalidad:

«El SCV deberá proceder a la devolución inmediata de toda la documentación correspondiente a cada una de las personas que forma o formó parte de la institución, que así lo solicite».

«Las personas que ejercieron algún cargo en la organización del SCV, durante los años en que se permitieron los abusos denunciados, deben ser impedidas de ejercer algún cargo representativo al interior de la organización».

Regresando al informe de los expertos internacionales, el mismo señala que «este informe fue originalmente preparado en inglés». Sin embargo, hay indicios para suponer que esto no es verdad.

En el mismo texto del informe se señala que fueron preparados «después de una extensa revisión de documentos públicos, registros del SCV y entrevistas de más de 245 personas», es decir, fuentes de información todas ellas en español, salvo algunas entrevistas que pudieron ser realizadas en inglés sólo gracias a que los entrevistados manejaban mal que bien este idioma.

Por otra parte, al traducir algunas partes del informe al alemán, me di con la sorpresa de que las traducciones del español eran más precisas que las traducciones del inglés. Por poner algunos ejemplos, la palabra “apostolado” aparece en la versión inglesa del informe como “ministry”, lo cual a grandes rasgos se puede considerar como correcto si la traducción es del español inglés. Pero en sentido contrario la cosa no funciona. “Ministry” (servicio de carácter religioso) no puede traducirse correctamente como “apostolado”.

De Jeffery Daniels se dice que era tildado de ser “payaso” —característica que le cae al pelo, según el testimonio de quienes lo conocimos personalmente—. En la versión inglesa dice “goofy” (bobalicón, ridículo o gracioso en sentido cómico), lo cual resulta aceptable con cierta flexibilidad si se trata de una traducción del español al inglés. Pero “goofy” no podría traducirse correctamente como “payaso”.

Además, el informe presenta alguna características inaceptables tratándose de un documento que debería cumplir con estándares académicos. Entre los abusadores sexuales, sólo se mencionan los nombres de Luis Fernando Figari —quien fue separado de la comunidad pero nunca expulsado del Sodalicio—, de Germán Doig —fallecido en el año 2001— y de otros tres, que ya no forman parte de la institución: Virgilio Levaggi, Jeffery Daniels y Daniel Murguía. Sin embargo, hay otros tres abusadores sexuales que seguirían perteneciendo al Sodalicio, cuyos nombres no se mencionan. Asimismo, no se menciona el nombre de ninguno de los once abusadores físicos y psicológicos que identificó la comisión de expertos, nueve de los cuales seguirían perteneciendo al Sodalicio.

En una parte se mencionan «actos de abuso sexual que se han reportado como perpetrados por cuatro exsodálites, de quienes se ha reportado que han abusado sexualmente de un total de dieciocho varones menores de edad y una joven menor de edad». Para enterarnos de la edad de cada una de las víctimas, los nombres de sus abusadores y los detalles de los abusos tendríamos que esperar al Informe de la Comisión De Belaúnde (julio de 2019) —lamentablemente aún no difundido públicamente—, donde aparece toda esta información.

El informe de los expertos internacionales, además de ser fragmentario y demasiado breve para la cantidad de fuentes disponibles y el tiempo de un año dedicado a la investigación, cae en una que otra contradicción. En su carta de presentación, Alessandro Moroni, decía que «los expertos identificaron ciertos elementos dentro de la cultura del Sodalicio que, de alguna manera, permitieron que estos reprobables hechos hayan podido ocurrir». El informe dice más o menos lo mismo refiriéndose a una «cultura pasada del SCV», pero también señala que «no fue, entonces, la cultura del SCV la que causó que los agresores cometieran actos de abuso, pero hubo autoridades o sodálites mayores que permitieron o alentaron abusos físicos y psicológicos». ¿En qué quedamos?

De hecho, la versión en español del informe de los expertos internacionales se lee con más naturalidad y no tiene la pinta de ser una traducción, lo cual no ocurre con la versión en inglés, que parece más bien una traducción del español.

Si esto es así, nos hallamos ante una premisa grave, considerando que los expertos no dominaban el español al punto de poder escribir un informe profesional en esta lengua. ¿Quién redactó entonces el informe?

La primera hipótesis es que fueron sodálites encargados por la institución para apoyar a los expertos quienes estuvieron encargados de redactar y supervisar el informe final. Que el Sodalicio tenía en control de los procedimientos se manifiesta en el hecho de que ni Ian Elliott, ni mucho menos las otras dos “expertas”, decidían a quién se le podía considerar como víctima y acreedor de una reparación, sino que eso lo hacía un Comité de Reparaciones integrado por los sodálites José Ambrozic y Fernando Vidal; Claudio Cajina, abogado del Sodalicio, y Scott Browning, abogado estadounidense contratado por el Sodalicio, según lo declarado por Alessandro Moroni en el Congreso de la República. En otras palabras, ante las víctimas el Sodalicio fue juez y parte.

La otra hipótesis es que efectivamente hubo un extenso informe en inglés preparado por los expertos, pero que no es el mismo que se dio a conocer a la opinión pública, el cual sería más bien una especie de resumen o versión editada, preparada por el mismo Sodalicio a fin de apuntalar su propia narrativa de los hechos, donde —por ejemplo— se omite totalmente el papel que jugaron Rocío Figueroa, Pedro Salinas y Paola Ugaz en develar los abusos del Sodalicio. Alessandro Moroni dice en su carta de presentación que «los expertos no han encontrado indicios de complicidad ni conspiración entre los presuntos abusadores». La pregunta es dónde leyó esto, porque esta información no aparece en el informe publicado. ¿Lo habrá leído en el informe en inglés que efectivamente habrían preparado los expertos y que nunca fue publicado?

Queda claro que lo que se buscaba era cargar el peso de los abusos sobre un puñado de abusadores (Figari, Doig, Levaggi, Daniels y Murguía), de los cuales —con la excepción de Figari— ninguno forma actualmente parte del Sodalicio, y limpiar al Sodalicio institucionalmente de cualquier culpabilidad o responsabilidad en los abusos. Y el informe, curiosamente, no aborda en ningún momento el tema de los encubridores, de aquellos que fueron testigos de abusos y que sabían de lo que ocurría, pero prefirieron guardar silencio y proteger a los abusadores con el fin de salvaguardar a toda costa la imagen institucional. Y esos encubridores siguen en la institución, manteniendo en pie el sistema que permitió los abusos de poder y de conciencia que constituyeron la base y fueron una puerta abierta para los demás abusos.

Creer que el Sodalicio puso todo de su parte para que se conociera la verdad de los hechos es una quimera, una fantasía para ingenuos. Toda su estrategia sólo tuvo como objetivo engañar a la opinión pública.

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Despidos irregulares y cancelación de programas en TV Perú confirman las medidas adoptadas por el gobierno de Dina Boluarte de controlar el Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP) por un intento de mejorar su imagen en medio de las movilizaciones inminentes en la capital.

Los detractores de Dina Boluarte ya no se encuentran solo en estas manifestaciones, ahora están en las instituciones públicas, y es que desde el IRTP, cuya institución se encarga del funcionamiento de TV Perú, se ha vuelto el foco de críticas del gobierno de turno y no ha sido del agrado de la primera mandataria del país.

El mensaje que está intentando implementar el gobierno es que los medios estatales (Radio Nacional y TV Perú) manejen la imagen presidencial; en pocas palabras, que se convierta en un órgano de publicidad y no un órgano de información. La libertad de prensa se ve golpeada por un gobierno que poco a poco sigue causando indignación e inestabilidad en la situación social y  política del Perú.

Comunicado del IRTP tras la salida de Carlos Cornejo

La lista de despidos en el canal del Estado suma más de 10 trabajadores, sin embargo, a pesar de esta problemática, recién la opinión pública ha tomado consideración del caso desde la repentina salida del periodista Carlos Cornejo. Jesús Solari, en ese entonces presidente del IRTP, no se pronunció sobre esta cuestionada salida del periodista. Su silencio se cubrió en un comunicado que publicó la institución justificando que se había tomado esta decisión tras el cumplimiento de su contrato; mientras tanto, en conversaciones con el periodista esto sería solo una de las tantas mentiras que venían presionadas desde el Ejecutivo.

“Cuando Solari me saca de TV Perú y ponen en un comunicado que mi contrato había finalizado, lo cierto es lo que han contado hoy día todas las personas que han sido expectoradas de TV Perú: Nuestros contratos son mensuales, por lo tanto, no había ningún final de contrato. Lo que había es una irregularidad absoluta en términos de contratación laboral”

Carlos Cornejo para Sudaca

Carlos Cornejo fue respaldado por la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) que consideró incausado, arbitrario e injustificado su salida del Instituto Nacional de Radio y Televisión (IRTP). “No contesto las necedades que suelen decirme en twitter o las provocaciones de algunos fachos -respecto a mí, por muy agraviantes que sean- que son auténticas insolencias y difamaciones”, manifestó el periodista mientras recordaba los ataques que recibió por las redes sociales por simpatizantes de Pedro Castillo que habían mostrado su disconformidad por las declaraciones de Cornejo sobre la represión que realizó la PNP en la Toma de Lima.

En reflexiones con el periodista, tras la salida de Jesus Solari, se intuye que se pudo evitar, ya que debió tener mejor manejo y soporte para construir mejores alianzas para poder sostenerse en la presidencia del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú, sin embargo, esto no se dio. Más bien se ha dado una amplia fragilidad personal y que ha influido en lo profesional mientras tenía el cargo y que lo llevó a su inminente renuncia.

Ahora bien, este accionar de manipular el IRTP no es novedad actual. Estas intenciones de Boluarte son heredadas de su antecesor, y es que desde el gobierno de Pedro Castillo se ha evidenciado notablemente esta manipulación de información, ya que dispuso la designación de Fernando Aliaga como presidente del IRTP para producir cuatro programas que intentaban beneficiar al expresidente, compitiendo con los programas dominicales de Latina, Panamericana y América.

Hasta ahora, contando desde Castillo a Boluarte, han sido tres intentos fallidos del Ejecutivo para controlar el IRTP; primero con Aliaga, después con Jesús Solari y ahora con Ninoska Chandia, pero estos dos primeros terminaron con su renuncia por escándalos en la institución. Solari renunció sin mencionar palabra alguna por la salida de Cornejo, a su vez, alegó que, como institución, se debe garantizar la independencia editorial y que se debe priorizar la veracidad, imparcialidad y completa información que se transmite a la ciudadanía, ¿Eso se cumplió en su gestión?

“Cuando es nombrada Bettsy Chávez se percibe un intento del Gobierno de manejar el canal y por supuesto hay fricciones y oposiciones hasta que finalmente terminó saliendo al poco tiempo de que asumió el premierato, ya que mi nombramiento es de confianza”.

Joseph Dager para Sudaca

Carta de renuncia de Jesús Solari a la presidencia del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú

Este gobierno no solo quiere un trato amable, sino también, servil”, mencionó el expresidente del IRTP, Joseph Dager para Sudaca sobre las cuestionadas salidas de Carlos Cornejo y Francisco Belaunde que no fueron bien explicadas.

La nueva del IRTP

Ninoska Chandia es licenciada en Ciencias de la Comunicación y actualmente es la sucesora de Jesús Solari en la presidencia del IRTP. “Es significativo que quien han puesto como nuevo presidente del IRTP es la persona que manejó prensa e imagen de Boluarte cuando era ministra en el Midis. Después ocupó la Secretaría de prensa en Palacio de Gobierno. El mensaje es terrible”, mencionó Dager sobre la nueva presidenta del IRTP que nos da la triste interpretación que el Gobierno está intentando colocar personal de su entera confianza que los beneficie a diestra y siniestra de la población.

Nombramiento de Ninoska Chandia a la presidencia del IRTP

Mira lo poco que ha durado Mónica Vargas como gerente de prensa. Ella que era la gerente de confianza o la gerente que propuso Solari y su cuerpo directivo”, cuestionó Carlos Cornejo. Y es que todas estas anomalías que no han tenido una justificación válida por el despido y el rechazo que varios trabajadores tienen dentro del IRTP, respondería a temas políticos e intereses personales del Ejecutivo por fortalecer su imagen

Pero, ¿Para qué el gobierno está interesado en manipular el IRTP?

Las críticas de Cornejo fueron por las disposiciones de Dina Boluarte por utilizar la represión para solucionar y terminar las manifestaciones en la capital. Esto ha sido criticado por la opinión pública e internacional. Sin embargo, los intentos del gobierno por callar a un sector de la población han sido en vano.

Para este miércoles 19 de julio se ha programado una masiva marcha que la han nombrado como la Segunda Toma de Lima. Recordemos que la última marcha que tuvo este nombre terminó con varias edificaciones del Centro Histórico de Lima destruidas y con una muerte por perdigón de bala proveniente de la Policía Nacional del Perú (PNP). No sería mera coincidencia que esta estrategia de manipular este medio de comunicación con el fin de fortalecer la imagen presidencial tenga como consecuencia un declive en el interés de la ciudadanía de participar en esta próxima marcha.

Mientras los esfuerzos del gobierno siguen adelante. Es importante ver las soluciones que deberían de darse para evitar toda esta problemática que vive el medio de comunicación del Estado:

El financiamiento del IRTP. “No podemos seguir con la figura de que el financiamiento depende de lo que le dé el MEF en el presupuesto, así como hace con otros organismos públicos”, mencionó Dager. Cree conveniente que para financiar a los medios estatales se debe utilizar la publicidad estatal. Las instituciones estatales podrán seguir publicitando en los medios privados, pero considera  que ninguno de los medios privados tiene el alcance y la llegada que tiene TV Perú.

“Queda plenamente justificado pensar que aquellas acciones que quiera el Gobierno, el Congreso y el Poder Judicial o cualquier entidad estatal que quiera que la población conozca tiene que pagar por su publicidad y no invadir la línea editorial, no que haga publi-reportajes, sino que pague publicidad y que esa publicidad le permita al canal sostenerse”, expresó el expresidente del IRTP.

Al cierre del informe, y en medio de la inestabilidad del IRTP, Joseph Dager recomienda que, para evitar nuevamente estas irregularidades, el Consejo Directivo del IRTP no debe ser elegido por el gobierno de turno, sino más bien, se debe de llevar a concurso público y con un tiempo determinado. Con esto, si es que un ministro o presidente culmina su periodo o es destituido, no afecta al IRTP ni a su mesa directiva.

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El último domingo, Facebook, Twitter, WhatsApp, TikTok, etc. explotaban a la expectativa de posibles audios que revelarían la corrupción del presidente Pedro Castillo. Sin embargo, en su lugar, Cuarto Poder presentó la grabación de la conversación de su productor con el dueño de la casa donde el presidente suele llegar a cenar la comida de su región. 

Esta burda manipulación refleja en lo que se ha convertido el periodismo peruano: bamba, aburrido y mediocre. Nuevamente los y las televidentes fueron víctimas del fake news de la prensa peruana, dejando a la apuesta golpista con los crespos hechos.

Tras la caída del Muro de Berlín, se dio una ofensiva político-ideológica que preconizaba el fin de la historia (F. Fukuyama) que desencadenó en un impulso global para la implementación de políticas neoliberales. Esto significó el abandono del rol regulador del estado y la paulatina captura del estado por parte del sector privado y corporativo. Esa nueva realidad incluye a la prensa, que desde entonces se constituye en un instrumento del neoliberalismo, renunciando a su rol informativo e investigador. Todo se compra y vende como pudimos apreciar en los vladivideos, donde la prensa peruana (y sus dueños) se evidenciaron bastante caros.  

En esta agenda “periodística” no hay lugar para discusión alguna sobre el fracaso de las políticas neoliberales, a pesar de la precariedad del país expuesta durante la pandemia. Su labor es de manipular a la opinión pública con teorías conspirativas sobre el resurgimiento del terrorismo y acusaciones de corrupción, cebándose principalmente con los líderes de Perú Libre, para desprestigiar al partido que ganó las elecciones. De esa manera se evita discutir los problemas reales que afectan a las mayorías como la falta de acceso a educación y salud, la recuperación y ampliación de derechos laborales y/o el avance del proceso constituyente.

Pero ¿dónde se cocinan estas mentiras? Este aparato no funciona aisladamente. Se trata de una industria millonaria financiada por patrocinadores y anunciantes de los grupos económicos, que constituyen el verdadero poder en el país. Este aparato ha logrado reunir a la prensa junto a operadores políticos, opinólogos y trolls que pululan en las redes sociales. El poder político y económico suma a periodistas considerados «serios» como RMP para propalar varias de las mentiras que fabrican y darle alguna “veracidad” a sus «noticias».

La prensa peruana se alquila convirtiéndose en un aparato hostil que tiene como objetivo erradicar la confianza de la ciudadanía en el gobierno de Castillo. Se necesita mucha integridad para asumir un rol periodístico contra la agenda fascista, y mucho más para asumir una posición periodística libre del racismo y clasismo. No tenemos pues un periodismo forjado en valores, principios, mucha lectura ni pensamiento propio.

La prensa empodera la ignorancia y el miedo de nuestra sociedad. La mayor parte de la clase media fueron víctimas ingenuas del fake news sobre “la conspiración de sendero” durante la segunda vuelta electoral. Era casi conmovedor leer en las redes comentarios temerosos creyendo que Castillo les quitaría su casa, carro, y hasta mascotas porque “Sendero estaba a un paso del poder”. Sin remordimientos y orgullosos creyentes de esa “verdad” profesionales egresados de prestigiosas universidades privadas, junto a una parte de la iglesia católica, se sumaban fervorosamente al coro fascista. El “terruqueo” sin duda es el fake news más eficiente del fascismo peruano. 

Nos enfrentamos a una dictadura mediática que ha creado un cerco informativo para sostener al sistema capitalista que, en algunos países como el Perú, son casi un monopolio (Grupo El Comercio) de un representante de la clase dominante del país, la cual subordina a las otras clases, instituciones y otros poderes del estado (Congreso) para sus intereses económicos.                               

Por el bien del país debemos erradicar los fake news. El gobierno de Castillo tiene la obligación de cumplir con una de sus promesas electorales y distribuir equitativamente el presupuesto del estado en publicidad en favor de la prensa y medios fuera de Lima, y regular la acción de la prensa fascista que utiliza los recursos del estado para difamar y sabotear impunemente al gobierno. 

La ola fascista también se frenará resolviendo los problemas del país junto al pueblo, y no tratando de caerle bien a la derecha. Recuerde su slogan de campaña, presidente Castillo: “Solo el pueblo salva al pueblo».

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