Pie Derecho

La derecha uniformada no sirve de consejera

“¿Hay aún caminos de solución que no pasen por la propuesta política maximalista de la protesta? Sí, pero tienen que partir de iniciativas del gobierno para trazar una ruta de diálogo abierta y sincera con todos los actores sociales del conflicto”

Si la derecha tozuda sigue guiando los pasos del gobierno, no se va a resolver el conflicto social desplegado, que ya lleva más de un mes en vigencia. Por el contrario, el terruqueo y minimización sociológica del conflicto (peones de Sendero, de Evo Morales, de las mafias ilegales, etc.) y la consecuente respuesta de exclusiva militarización, van a acrecentar las movilizaciones.

Y el riesgo de que ello ocurra es que no va a haber otro espacio para el diálogo que no sea justamente el que la derecha quiere evitar a toda costa: la renuncia de Boluarte, la anarquía política que ello conllevaría y la puesta en el centro de la negociación del tema de la Constituyente.

El gobierno tiene que entender la complejidad y vastedad de la protesta y debe tener claro que es ingobernable un país con toda la región del sur altoandino soliviantada. Si ello no solo no amaina sino que escala, la única salida política razonable va a ser la renuncia de Boluarte.

¿Hay aún caminos de solución que no pasen por la propuesta política maximalista de la protesta? Sí, pero tienen que partir de iniciativas del gobierno para trazar una ruta de diálogo abierta y sincera con todos los actores sociales del conflicto (que no son solamente las autoridades políticas recientemente elegidas). No hay otra vía y, de lo que se sabe, no ha sido ni siquiera explorada.

El otro camino suena razonable bajo cierta lógica, pero es de desenlace imprevisible: consiste en aguantar la protesta, ejecutar acciones policiales y militares de respuesta, y esperar a que el conflicto por sí solo vaya decreciendo hasta desaparecer y que todo vuelva a la normalidad. ¿Puede ocurrir ello? Sí, va a depender de cuán arraigada esté ya la idea popular del giro copernicano del tabladillo político vigente. Porque si se trata de resistencia, va a aguantar más un pueblo organizado soliviantado que un gobierno frágil y precario como el de Dina Boluarte (que ya ha empezado a mostrar resquebrajaduras por su flanco derecho).

La jornada de hoy, en la que participan gremios citadinos, como la CGTP, puede ser un buen indicador de cuál será el escenario futuro. Ojalá el gobierno sepa leer los signos e indicios de lo que ocurra y no lo interprete facilistamente como la pugna entre vándalos y fuerzas del orden, que la derecha más torpe le susurra al oído.

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Derecha, política peruana

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