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Alberto Otárola, emulo de cayo mierda

"Infinita cantidad de videos muestran los excesos de la policía con los manifestantes. Los arrean, golpean y arrestan sin motivo alguno. No les permiten acceso a los abogados. Siendo patética la actuación de la fiscalía. Se les niegan todos los derechos. Días después los liberan."

UNO

La policía en estos momentos está fuera de control, no tenemos ministro que responda políticamente ni oriente el operativo en el Centro de Lima. Se están produciendo detenciones arbitrarias y represión pura y dura contra legítima protesta ciudadana. ¿Quién se hace cargo?

Alberto Otálora – noviembre de 2020

En aquellos tiempos pretéritos, el actual Premier, estaba en la vereda de enfrente. Era oposición. Pasaron 2 años para que el político trocara y encabezara un gabinete duro e inflexible, con muchas semejanzas a gobiernos dictatoriales del pasado. Donde el Ministro de Gobierno era quien manejaba toda una red de investigaciones, espiando y controlando a los enemigos del régimen, incluido rabanitos, apristas y demás políticos o civiles de gran poder económico. El régimen odriísta no toleraba las manifestaciones, encarcelaba a todos los disidentes. 

Mucha gente se preguntaba –con lógica curiosidad– ante el gobierno pusilánime y corrupto de Pedro Castillo.

  • ¿Cómo hubiera sido el gobierno de Keiko? 

Ciertamente muy parecido al que tenemos. El cual tiene -en la palma de la mano– a la derecha recalcitrante; que odiaba a Castillo. Esto, no solo por sus desatinos e improbidad, sino por lo que representaba. 

  • Un serrano en el poder.

La actual Presidenta –cual personaje camaleónico– ha negado sus convicciones (¿alguna vez las tuvo?) y dejó el mando a un émulo de Cayo Mierda. No tenía opción. Apenas renuncie, será procesada por las más de 60 muertes.

Un oscuro abogado, egresado de la San Martin de Porres, antes izquierdista. Que acompañó a Humala en su gobierno. Bien rojito era el compadrito. Fue Ministro de Defensa el 2011. Ante el escándalo y fracaso de la Operación Libertad, dimitió. 

  • ¿Entonces porque la derecha no lo defenestra, como lo hizo con el resto de Ministros izquierdistas?

Porque representa la mano dura. Dina lo conocía, sabía que podía ser su salvación. Temporal, pero la podía sostener. Y eso sí, debía darle todo el poder.

Infinita cantidad de videos muestran los excesos de la policía con los manifestantes. Los arrean, golpean y arrestan sin motivo alguno. No les permiten acceso a los abogados. Siendo patética la actuación de la fiscalía. Se les niegan todos los derechos. Días después los liberan. 

  • ¿Porqué? Porque no existen pruebas pues. 

En tanto, el gobierno declaró estado de emergencia en siete regiones del país.

Esa es la propuesta de Paz y Diálogo que promete Otárola. 

  • Te mando al Ejército y luego hablamos. 

DOS

Respaldamos totalmente a nuestras fuerzas policiales, que están a cargo del control del orden público durante el estado de emergencia, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, y declaramos que el Gobierno sigue sólido, enfocado en su plan de acción política para pacificar el país

Premier Otárola

Vestido – impecablemente -con traje oscuro, encabeza la conferencia de prensa. Dueño de una retórica bicéfala se dirige –con aplomo– a los presentes, ahondando en la demagogia. El resto acompaña. Incluido el Presidente del Congreso – ex militar – José Williams Zapata.

  • Para otorgarle el bono especial a nuestra heroica policía nacional, exclamó –cojudamente- el hombre que toma las decisiones importantes.

Mientras tanto, la policía se ensañaba con los periodistas que cubrían las manifestaciones. Incluido mujeres. Esta el testimonio de Paola Ugaz.

  • La gente empieza a correr de los gases lacrimógenos y yo me pongo en una esquina. Saco mi credencial, y para qué saqué mi credencial. El tipo me ha empujado contra la pared, me ha golpeado la cabeza, el lado izquierdo del pecho y la espalda. Han pateado a otros colegas que no los conozco, pero estaban identificados como periodistas. Dos señoras me han jalado y me han salvado.
  • ¿A esa policía hay que premiarla?

Entre tanto, el bípedo implume –hecho Primer Ministro– continua con la falacia.

  • Hace pocos días se hablaba de una supuesta toma de Lima. Hoy podemos decir que esa acción ya ha sido superada gracias al profesionalismo de la Policía Nacional y hemos visto y seguimos viendo, porque todavía quedan algunas movilizaciones que se inician en las tardes, podemos observar cómo nuestra gloriosa Policía Nacional se encarga con profesionalismo de cuidar el orden interno

Por último, la periodista añade.

  • No vi actos de violencia. Vi personas manifestándose en calma, haciendo música. Yo cubría la marcha entre bombos y banderas, gente bailando y arengando. De pronto, se disparó una bomba lacrimógena y desde ahí empezó una represión incomprensible. Esto es antidemocrático. Es una Policía enajenada buscando un enemigo. Parecieran estar en guerra contra un enemigo imaginario. Pero ¿cuál?

Ante la brutalidad policial muchos peruanos están cambiando de opinión. Otros, refuerzan sus dislates o su racismo soterrado. Como el estólido cojudo que –ante el reclamo de la manifestante– pidió risueñamente. 

  • Métele bala.

Días después –ante la indignación– obligado, tuvo que ofrecer disculpas. El tipo no tiene 18 años, es ya un adulto. No es de clase alta, sino un clasemediero más. Pero que muy dentro no considera a esos campesinos como iguales. 

  • Eso jamás.

TRES

Lo único que ha pasado aquí, en todos los casos, se ha producido es que miles de personas han querido tomar los aeropuertos. O sea, la Policía no ha reprimido a la gente en las calles, la Policía se ha defendido y ha defendido a los aeropuertos. En ese contexto se ha producido estas lamentables muertes. 

Premier Otárola

Mario Vargas Llosa retrata –magistralmente– a Cayo Mierda, personaje paradigmático de la novela Conversación en la Catedral y de la política peruana.

—Me olvidaba de un detalle —dijo el Mayor Paredes—. Espina ha estado viendo mucho a tu amigo Zavala.

—No tiene importancia —dijo él—. Son amigos desde hace años. Espina le consiguió la concesión para que su laboratorio abasteciera los bazares del Ejército.

—Hay cosas de ese señorón que no me gustan —dijo el mayor Paredes—. Le sigo los pasos, de cuando en cuando. Se reúne con apristones, a veces.

—Gracias a esos apristones se entera de muchas cosas y gracias a él me entero yo —dijo él—. Zavala no es problema. Con él si pierdes el tiempo.

—La lealtad de ese señorón nunca me ha convencido —dijo el mayor Paredes—. Esta con el régimen para hacer negocios. Por pura conveniencia.

—Todos estamos con el régimen por conveniencia; lo importante es que la conveniencia de tipos como Zavala sea estar con el régimen —sonríe él—.

El mayor Paredes asintió. Descolgó uno de los tres teléfonos y dio una orden. Quedó un momento pensativo.

—Al principio creí que posabas de cínico —dijo luego—. Ahora estoy seguro que lo eres. No crees en nada ni en nadie, Cayo.

—No me pagan para creer, sino para hacer un trabajo —sonrió él, de nuevo

—. Y lo hago bien ¿no?

  • ¿Igual que Alberto Otárola?

 

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Alberto Otárola, PNP

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