Pie Derecho

¿Segunda vuelta de izquierdas?

“Restan casi tres años para la campaña electoral, pero si la centroderecha no reacciona a tiempo, le dejará la mesa servida a la izquierda, que con gran injusticia histórica, saboreará nuevamente las mieles del poder y se abocará, como siempre ha ocurrido, a destruir el país”

Al paso que anda la centroderecha en el Perú, no es improbable que el 2026 o antes (no está descartado un proceso de vacancia de Dina Boluarte), la definición de la segunda vuelta se produzca entre dos candidatos de la izquierda.

La centroderecha va a presentar alrededor de veinte candidatos, ninguno hace campaña con tiempo, esperan a la última hora electoral para activarse, no recorren el país, no plantean propuestas atractivas y disruptivas.

La izquierda, si bien va a mostrar una baraja más amplia de lo normal (seis o siete candidatos), tiene algunas ventajas que corren a su favor. Lo más probable es que el sur andino vote en primera vuelta como votó en la segunda vuelta del 2021, es decir 80% o más a favor de alguien de izquierda radical. Solo con eso ya tiene asegurado el pase a la segunda vuelta. Y alcanza para que sean dos los que lo hagan si sumamos el bolsón de votos del resto del país, que identifica la desaprobación altísima al gobierno actual con una descalificación de la derecha, la misma que no marca distancias del régimen, y anda feliz, e irresponsable, porque ello sirvió para que saliera Castillo del poder.

A la izquierda le cayó del cielo la salida abrupta del poder del nefasto Castillo, porque, tanto en su vertiente radical como moderada, se estaba achicharrando por su punible complicidad con los latrocinios administrativos, políticos, económicos y, sobre todo, corruptos que el régimen del Atila chotano estaba desplegando.

Hoy se viste de virginal oposición a Dina Boluarte, construye la narrativa de que se enfrenta a un gobierno genocida y autoritario de derecha, y lamentablemente no halla respuesta polémica de una derecha que también debería, pero desde otra perspectiva, marcar distancia de este gobierno mediocre y precario que nos ha tocado en suerte bajo el mando de la dupla Boluarte-Otárola.

Restan casi tres años para la campaña electoral, pero si la centroderecha no reacciona a tiempo, le dejará la mesa servida a la izquierda, que con gran injusticia histórica, saboreará nuevamente las mieles del poder y se abocará, como siempre ha ocurrido, a destruir el país.

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Boluarte-Otárola, Castillo, centroderecha, Izquierda

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