El Ministerio de Salud y el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES) vuelven a poner en riesgo la salud de los peruanos con las compras de pruebas rápidas para VIH y sífilis. Un inesperado reclamo entre postores expuso esta insólita situación que no detectaron los responsables de la costosa compra.
El pasado mes de mayo, el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES) convocó a una licitación pública que tenía como propósito la adquisición de pruebas rápidas para VIH y sífilis. Dichas pruebas, acorde a la descripción que se puede encontrar en los sitios web donde se venden, son un inmunoensayo cromatográfico para la detección de anticuerpos contra el VIH tipo 1 y tipo 2 y los anticuerpos de sífilis.
En este punto de la historia es preciso señalas que el Ministerio de Salud, tal como está establecido en la norma técnica, tanto el diagnostico como el tratamiento deben ser gratuitos en los establecimientos de salud de todo el país y, por lo tanto, estas pruebas rápidas son de gran importancia.
Para agosto de este año, el proceso de licitación había concluido con la entrega de la buena pro en favor del postor CIA Importadora Americana S.A. y su oferta por S/. 2’844,270.00 para adquirir las pruebas rápidas. Sin embargo, pese a haber pasado los filtros supuestamente rigurosos por parte de quienes se encargan de adquirir estos insumos para el sector salud, días después se conoció que otro de los postores que había sido parte del proceso de licitación solicitó que se revoque el otorgamiento de la buena pro y expuso diferencias entre el producto ofrecido por CIA Importadora Americana S.A. y lo que iban a entregar.
LO QUE PIDES / LO QUE TE LLEGA
Como si se tratase de un comprador compulsivo, e irresponsable, que pone poca atención en los detalles del producto que está comprando para luego sorprenderse al recibirlo, el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud parece haber pasado por alto detalles que, especialmente cuando está en juego la salud de los peruanos, no se deberían tomar con tanta ligereza.
Esto es lo que se ha podido evidenciar en este caso que Sudaca pudo conocer y que llegó a manos del Tribunal de Contrataciones del Estado para que este sea el encargado de poner un freno a lo que iba a ser la adquisición de un producto que no cumplía con los requisitos que se habían establecido.
Uno de los puntos cuestionados fue lo que ha sido calificado como información incongruente entre el instructivo de uso de estas pruebas rápidas y la declaración del fabricante. Tal como se puede observar en las bases del proceso de selección, el producto debía incluir una banda para lectura de reacción de VIH-1 y VIH-2, otra banda para la lectura de reacción de Treponema pallidium (la bacteria que causa sífilis) y una tercera banda para control de la prueba.
En el instructivo de uso se puede apreciar que se cumple con las tres bandas requeridas, se utilizan acrónimos para cada una y es en base a estos que se explica la manera en que el personal médico deberá interpretar los resultados cuando hagan uso de estas pruebas rápidas para el VIH y sífilis.
El problema que fue detectado por otros de los postores y que el Tribunal de Contrataciones del Estado les dio la razón se encontró en la diferencia entre lo mostrado hasta ahora y la declaración del fabricante en la cual se observaban pruebas que contenían pruebas distintas que inicialmente había presentado CIA Importadora Americana S.A. cuando entregó los documentos para el proceso de selección.
Por ello, en la Resolución Nº 3496-2024-TCE-S2 del Tribunal de Contrataciones del Estado señaló que “no se trata de un error material o formal en un formato o anexo, sino que se advierte información contradictoria e incongruente en la documentación que el Adjudicatario presentó para acreditar el cumplimiento de las especificaciones técnicas” y decidió revocar la admisión de la oferta de CIA Importadora Americana S.A. y la buena pro obtenida posteriormente.
EL OTRO “CALIFICADO”
Sin embargo, esta no fue la única sorpresa que se encontró en este proceso de selección. El otro postor, Multimidecal Supplies SAC, que había participado en este proceso de selección para la compra de pruebas rápidas no estuvo exento de irregularidades en el producto ofrecido y, pese a ello, había sido catalogado como calificado.
En el caso de Multimidecal Supplies SAC la irregularidad no se encontraba en una incongruencia entre lo ofrecido y lo que se pretendía entregar sino que era mucho más grave debido a que comprometía seriamente la calidad del producto al no poder garantizar la condición de estéril del instrumento conocido como lanceta, el cual se utiliza para la muestra de sangre.
Según se explica en la propia resolución, “el proceso de validación de esterilidad es un procedimiento riguroso y estandarizado que garantiza que los dispositivos médicos no presenten riesgo de contaminación microbiológica” y acorde a la USP (United States Pharmacopeia), quien se encarga de describir los estándares de calidad para los medicamentos, “la condición de estéril de la lanceta es determinada conforme a lo dispuesto en el Capítulo 71 de la USP VIGENTE (USP NF2023), que establece un tiempo de incubación de no menos de 14 días”.
Pero este periodo de tiempo no se habría cumplido según la información que entregó el propio postor. Según de documento entregado, la fecha de fabricación fue el 19 de julio y el documento que garantiza la esterilidad de la lanceta tiene como fecha el 2 de agosto del mismo año.
Con estas fechas se ha podido determinar que no se ha cumplido con este proceso que incluye la incubación de los productos en condiciones controladas durante un período de catorce días, para determinar si hay presencia de microorganismos.
Según se explica en la resolución, “este plazo es el tiempo mínimo necesario para garantizar que cualquier contaminación que pudiera haberse introducido en el producto durante su fabricación o empaquetado se detecte antes de que el dispositivo sea autorizado para su uso” y el instrumento ofrecido por Multimidecal Supplies SAC no lo cumple.
Si bien esta resolución del Tribunal de Contrataciones del Estado ha frenado una operación que le iba a costar millones al sector salud, resulta alarmante que las irregularidades y falencias de los productos se advirtiesen producto de los reclamos de los propios postores y no como resultado de un riguroso proceso de selección por parte del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES) y un sector salud que vuelve a mostrar una innegable irresponsabilidad en sus compras.