fapjunk.com teensexonline.com
Minsa archivos | Página 2 de 4 | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad

Minsa

“Lo que ha pasado debilita la confianza de la población en la vacunación. Esto no es un problema de seguridad de vacunas, sino en la decisión de cómo aplicar las dosis. Me preocupa que esto sea aprovechado por los antivacunas para irse en contra de la campaña de vacunación. La vacunación era una de las pocas islas de excelencias dentro del Minsa. Desde que entró Condori, ha venido cuesta abajo” opina al respecto Percy Mayta Tristán.

Tags:

covid, Minsa, moderna, Vacunación

ROCES PREVIOS

El día en que entregó el cargo como coordinadora del programa, el 21 de marzo, Liliana La Rosa que había asumido la jefatura el 18 de octubre de 2021 informó al entonces ministro Hernán Condori que ya se habían publicado convocatorias de licitaciones y expresiones de interés para ejecutar las responsabilidades del PCRIS.

Luis Hospinal Moori asumió ese mismo día. Hospinal es un médico cirujano titulado en 2010 en la Universidad Peruana de los Andes. El 13 de febrero de este año, llegó al Minsa designado por su amigo Condori, en su primera semana en la cartera, para ocupar un cargo de confianza: Director Ejecutivo II.

En ese cargo ya había tenido un accidentado episodio con La Rosa. Y es que, en su paso por el Minsa, el censurado Condori había mandado a Hospinal a hacer una inspección sin previo aviso a la sede del programa. “[El PCRIS] tiene 3 años de desarrollo, sin ningún resultado”, aseguró el exministro en un video del 7 de marzo.

Liliana La Rosa luego le enviaría una carta a Condori detallando el accionar de su funcionario de confianza durante la visita. Según indica el documento, Hospinal llegó a las instalaciones sin acreditación, se negó a conversar con La Rosa debido a “no ser de su interés y contar con poco tiempo para la recolección de información” y se retiró luego de instalar la laptop para que sus colegas se queden redactando el informe de la inspección.

En este documento, firmado por Hospinal, se afirmó que el PCRIS estaba gestionando consultorías de US$300.000 con el BID. Este dato, decía el documento, estaba basado en una supuesta información brindada por La Rosa. Pero ella lo desmintió en su carta enviada a Condori, junto con otras imprecisiones. 

El conflicto, sin embargo, ha persistido hasta hoy. La semana pasada, luego de que La Rosa acusara a Hospital públicamente de estar paralizando el PCRIS, este le escribió por WhatsApp para “pedirle que mida sus palabras en redes sociales, no deseo tomar acciones legales contra usted”. 

4. Mensaje de WhatsApp
«El mensaje de WhatsApp que Hospinal le envió a La Rosa, ‘en forma respetuosa’, a partir de sus publicaciones en Twitter»

Sudaca pudo comuncarse con Hospinal para este informe. El funcionario reconoció la reunión en el patio y aseguró que fue para anunciar la resolución de algunos contratos. “Se había contratado personal para proyectos de inversión que no fueron aprobados. Considerando los 6 proyectos aprobados, muchos de los consultores no tienen productos para generar la finalidad pública”, agregó al respecto, pese a que los consultores afectados señalan que sus labores no dependen de la cantidad de proyectos en el PCRIS. 

Hospinal también dijo desconocer sobre los retrasos en los pagos. Afirmó que la reasignación de computadoras se debió a que hay personas que no tienen una y que “sí cumplen con la finalidad pública”, a diferencia del equipo de comunicaciones. 

Acerca del correo del BID y del Banco Mundial, respondió que ambas entidades están preocupadas porque no se ha avanzado en los últimos tres años y no por la paralización durante su gestión. Aunque eso no es realmente lo que se lee en el escrito. 

“Los bancos han venido advirtiendo eso en diferentes momentos a los ministros de salud. Esto es un hito más. Están preocupados, al igual que nosotros. Estamos reorientando y reimpulsando el programa. En algo que ha estado parado por tres años, no pretendamos hacer obras públicas en tres semanas”, concluyó. Al funcionario no le entran balas. 

Tags:

Gobierno, Hernán Condori, Minsa

 

El flamante ministro de salud Hernán Condori ha defendido repetidas veces los beneficios del ‘agua arracimada’. Los que proponen esta teoría se basan en un hecho real, a saber, que es posible que las moléculas de agua se arreglen en clusters (racimos) debido a la formación de puentes de hidrógeno. Sin embargo, se sabe que estos arreglos son bastante inestables, y por esa razón sus propiedades aún no se conocen bien.

Los promotores de agua arracimada sostienen que han conseguido estabilizar estas estructuras. Según ellos, el agua que venden contiene racimos compuestos de 3 a 5 moléculas de agua, y cuando uno toma esta agua ‘arracimada’ consigue hidratarse más rápido que tomando agua normal, ya que, al ser los racimos tan pequeños, consiguen filtrarse con mayor facilidad por nuestro organismo. Según los impulsores de este producto, hidratarse de esa manera tendría grandes beneficios para la salud. Conceptualmente, esta teoría es confusa. Y en términos de evidencia empírica, todo lo que se ha recabado hasta ahora muestra que la teoría es falsa.

Se ha dicho que los que promueven este producto promueven la pseudociencia, pero qué es exactamente la pseudociencia no es algo que se haya discutido mucho en este contexto. Tanto los científicos serios como el público en general suelen definir como pseudocientíficas a las disciplinas que carecen de evidencia científica, y que no realizan afirmaciones falsificables. A pesar de ser muy populares, estas no son buenas definiciones.

En primer lugar, carecer de evidencia no es una buena razón para catalogar a una disciplina como pseudocientífica. Después de todo, existen muchas teorías científicas que actualmente no cuentan con evidencia. Por ejemplo, la física de Newton describe de manera incorrecta la trayectoria de varios objetos astronómicos. A pesar de ello, nadie diría que la física de Newton es pseudocientífica. Además, en su origen muchas teorías no poseen evidencia suficiente, y sin embargo suelen recibir financiamiento por parte de instituciones científicas justamente para recoger dicha evidencia. Por otro lado, es posible que una teoría pseudocientífica cuente con algún nivel de evidencia, como podría ser el caso de una predicción astrológica que resulte ser verdadera por casualidad. Tal como señalaba el filósofo Karl Popper, “la ciencia suele errar, y pseudociencia puede tropezar con la verdad”. Es cierto que las afirmaciones de los que defienden el agua arracimada carecen de evidencia científica, pero esta no es la razón por la cual esta práctica es pseudocientífica.

Otro criterio que suele usarse para definir pseudociencia es el de la falsifiabilidad, propuesto por el mismo Popper. De acuerdo a Popper, las afirmaciones científicas son falsificables. Para Popper, cuando se hace una predicción en base a una teoría realmente científica, es posible definir de antemano qué tipo de resultados observables corroborarían la teoría, y cuáles la refutarían. Esto es lo que Popper llamaba ‘falsifiabilidad’, la idea de que es posible concebir una situación en la que la evidencia observable pruebe que la teoría es falsa. En ese sentido, las predicciones científicas de alguna manera ponen en riesgo a la teoría. Ejemplos de afirmaciones no falsificables serían “si rezas todo va a salir bien”, o “todo lo que sucede es la voluntad de Dios”, o “el universo ha sido creado hace 5 minutos”. En estos casos, es imposible concebir una situación que pruebe que dichas afirmaciones son falsas. Por ejemplo: si rezo y me muero, se podría argumentar que igual todo salió bien porque me fui al cielo; si abro mi computadora y leo un texto escrito hace dos días, se podría argumentar que tanto el texto como mi memoria de haberlo escrito fueron creados hace 5 minutos; etc.

El criterio de Popper es tal vez una de las ideas filosóficas más aceptadas por científicos profesionales. Sin embargo, a pesar de sus méritos, presenta varios problemas que han sido señalados desde hace décadas por muchos filósofos. Para comenzar, la unión (conjunción) de una afirmación falsificable con una no falsificable da como resultado una afirmación falsificable. Por lo tanto, cualquier afirmación no falsificable podría entrar en el conjunto de afirmaciones científicas siempre y cuando se le una a una afirmación falsificable, lo cual niega el propósito de distinguir entre ciencia y pseudociencia. Otro problema es que muchas pseudociencias también emiten afirmaciones falsificables. En ese sentido, Popper puso una valla demasiado baja. Por ejemplo, la afirmación de que la supuesta agua arracimada se metabolice más rápido que el agua normal puede testearse fácilmente, y de hecho ha sido testeada y probada falsa. Pero según Popper, la teoría del agua arracimada sería científica.

Es importante destacar que el criterio de la evidencia y el criterio de la falsibilidad pueden jugar en contra el uno del otro. Así, si se demuestra que una afirmación es falsa, significa que era falsificable. Sin embargo, ser probada falsa significa que carece de evidencia. En ese sentido, la falta de evidencia prueba que había falsifiabilidad. Si se usan estos dos criterios a la vez, la teoría del agua arracimada sería y no sería científica.

Para entender bien por qué una determinada teoría, disciplina o práctica es pseudocientífica nos tenemos que enfocar no solo en las afirmaciones que se producen alrededor de la misma sino en la estructura social en la que están inscritas. La ciencia real cuenta con un aparato institucional que de alguna manera intenta bloquear los errores típicos del razonamiento humano, tales como los sesgos, la falta de objetividad, etc., y a la vez fomenta la colaboración y la claridad conceptual. Las pseudociencias hacen todo lo contrario: son disciplinas que están aisladas, que no incentivan la colaboración, que están llenas de confusiones conceptuales que ni siquiera buscan aclarar, y que ignoran aquello que las refuta. Básicamente, son teorías cuyos defensores hacen exactamente lo que está haciendo nuestro ministro de salud: en ninguna entrevista ha intentado dar detalles de la plausibilidad científica de lo que propone y más bien intenta confundir a su audiencia usando términos científicos sacados de contexto. Además, ignora completamente todas las objeciones posibles, tales como los estudios que han fallado en demostrar la efectividad del producto. Para entender por qué estamos frente a un caso de pseudociencia hay que mirar los detalles del producto, sí, pero también debemos observar cómo se comportan los charlatanes que los promueven.

[Nota: la información sobre el agua arracimada la saqué del siguiente artículo compartido en twitter por el doctor Elmer Huerta. https://www.molecularhydrogeninstitute.com/microclustering-the-making-of-a-myth-part-1-facts-claims-and-history]

 

* Manuel Barrantes es profesor de filosofía en California State University Sacramento. Su área de especialización es la filosofía de la ciencia, y sus áreas de competencia incluyen la ética de la tecnología y la filosofía de las matemáticas.

 

 

 

Tags:

Hernán Condor, Minsa
Página 2 de 4 1 2 3 4
x