Guido bellido

UNO

“Imperdonable que el Canciller renueve el convenio con la USAID, cómplice de todos los golpes de Estado en América Latina…esta política no corresponde a un gobierno de izquierda” – Congresista Bermejo

Pelo crespo y su tez cobriza inconfundible. A cara lavada y con el café al costado, esa mañana, nerviosamente, twitteo su malestar. Pensó: “Me calienta tres carajos que este convenio tenga la venia del Presidente”. Tiene, según él, en todo su derecho de emitir una opinión. No es de extrañar, lo ha hecho desde marzo, e incluso antes: “Y si tomamos el poder, no lo vamos a dejar. Con el respeto que nos merecen Uds. y sus pelotudeces democráticas”.

Si hubiera cursado Ciencias Políticas, no aprobaría las materias “Análisis Político Nacional” y “Liderazgo y Política”.

Tengo 55 años y no conozco que un congresista – siendo del mismo partido – haya manifestado tan abiertamente, su oposición a una designación (la del nuevo Canciller) en el primer mes de gobierno. Insólito. El silencio de Pedro Castillo ya era lastimero.

El personaje de marras responde a la caricatura que se tiene de un izquierdista. Esto es, recalcitrante, obtuso y que parece vivir aun en tiempos pretéritos.

 

DOS

“La revolución no necesita peluqueros y el trabajo los hará hombres. El nuevo hombre no puede ser maricón”. La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones”.

Bellido parafraseando a Castro

El Premier nunca pierde. Jamás. Uso el quechua en forma demagoga. Tentó a los opositores; quienes pisaron el palito, cojudamente. Y los hizo quedar mal ante la opinión pública. Simple nomas. Se floreó en entrevistas televisivas. Es mordaz.

Según su percepción, el caso de Patricia Chirinos no es tal. Hay testigos, aun así, lo niega. Tiene un historial, en las redes, de misoginia y homofobia, difícil de eludir. Ud. es el Premier, no es un ciudadano cualquiera. Debe dar el ejemplo. El destrato a las mujeres ha tenido un historial largo e hiriente en nuestro país. Sus posteriores declaraciones empeoraron su imagen.

Lo que sorprende, o ya no, es que el Presidente, mantenga su mutismo.

“El pueblo votó por un cambio real y profundo, no para administrar la crisis neoliberal” refiriéndose burdamente a Julio Velarde, al frente del BCP. Dando a entender que de economía tiene nimios conocimientos.

Pues bueno, desde la semana pasada, hay una increíble escasez de agua potable en el distrito más populoso de Lima.

¿Dónde están los que iban a gobernar para los excluidos?

 

TRES

“Cualquier disidencia es traición”. “Si el gobierno defrauda las expectativas del pueblo…se convertirá en un segundo humalismo”. Declaraciones de Vladimir Cerrón – Fundador de Perú Libre

Nunca imagino este escenario. Jamás. Y ahora se regodea. Se cree Presidente. El, que, según Pedro Castillo, no sería ni portero de Palacio; pues ahora es una de las cabezas de este Gobierno bicéfalo. Es el hermano mayor, bastardo de Bermejo y Bellido: en actitudes y despropósitos. No lee la realidad, solo la distorsionada.

Siempre he desconfiado de los dogmáticos, tanto en religión, como en política. En pleno siglo XXI, la megalomanía sigue rampante, envolviendo a las personas. Es lo que dijo en una ocasión Sartre: “Tienen chancro de poder”. En igual manera, podemos deducir que su necesidad de reconocimiento es patológica: Sabe que le hace daño a la imagen del gobierno electo, pero no le interesa.

Eso sí, debe odiar a Pedro Francke y Aníbal Torres (las figuras del gobierno, junto con Maúrtua), que están en las antípodas: profesionales y pragmáticos. Los 2 primeros conforman la izquierda moderna, la del siglo XXI.

Antes de las elecciones del 90, mucha gente clamó por nueva gente en la política peruana. De ahí el fenómeno Fujimori. Que de sueño trocó en pesadilla. Desaparecieron los Belaunde, Bedoya, Haya de la Torre, Townsend Escurra, Pease, Barrantes, etc. Emergieron políticos ignotos, ignaros, coprolálicos que con el tiempo han quedado en el túnel del olvido. Que es lo peor que le puede ocurrir a un hombre dedicado al quehacer político; o terminar preso.

¿La solución? Romper lo más pronto con ese lazo umbilical. Mientras no lo haga, la derecha se seguirá frotando las manos: la vacancia está a la vuelta de la esquina.

“La venganza es un plato que se come frio” – Francisco de Quevedo Villegas.

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Guido bellido, Patricia Chirinos, Pedro Castillo, Perú Libre, Vladimir Cerrón

Un escándalo se armó ayer luego que se conociera la visita a la PCM de César Tito Rojas, señalado por la Dircote de haber sido presidente del Comité Electoral del Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso, en el 2010. Sudaca ya había dado cuenta de este personaje en abril, cuando contamos que el presidente Pedro Castillo y otros profesores asistieron, en mayo de 2018, a un encuentro organizado por un líder del Movadef en Bolivia. Tito Rojas fue parte de aquella delegación.

Según el registro de visitas de la PCM, Tito Rojas se reunió con el primer ministro Guido Bellido entre las 09:56 y las 11:08 de la mañana. Aparece como representante del Sindicato Unitario de los Trabajadores de la Educación del Perú (Sutep), 0ero el gremio que lidera Patria Roja ha negado que sea parte de su agrupación. Tito pertenece, en cambio, a un grupo regional homónimo ligado al Fenate-Perú, el sindicato que fundó Pedro Castillo en el año 2017.

La reunión con el jefe del gabinete también fue desmentida en un comunicado de la PCM. El que sí reconoció haber recibido a Tito Rojas fue Braulio Grajeda, viceministro de Gobernanza Territorial de la PCM. El funcionario declaró a la prensa que en ese momento Bellido estaba atendiendo al embajador de Arabia Saudita y que la visita del profesor lo sorprendió.

La oposición ha aprovechado la situación para confrontar al Gabinete. Al cierre de esta edición, el vocero alterno de Renovación Popular, Alejandro Muñante, había presentado un pedido para que Bellido sea citado al pleno de mañana jueves por este caso.

 

La PCM publicó un comunicado hoy [ayer] en el que señala que usted ingresó a sus instalaciones a las 09:56 de la mañana. ¿Cuál es su versión?

Por supuesto. [Estuvieron] diversas organizaciones y sectores de Puno como el Frente de Organización Popular, construcción civil, comerciantes y transportistas. Hemos ido para plantear el problema del hospital regional Manuel Núñez Butrón. Son S/114 millones que se estarían desviando a otros proyectos más pequeños y [de esa manera] quedará desfinanciado el hospital, que está en plena ejecución. Hoy ha entrado en una situación de arbitraje.

¿Sacó una cita previa en la PCM? ¿Llamó al premier Bellido?

No he llamado ni a Guido Bellido ni he sacado ninguna cita, por favor. Este ha sido un trámite que han estado realizando congresistas y autoridades de Puno.

¿Qué congresistas?

Es un conjunto de congresistas.

¿De Perú Libre?

No tengo [el nombre de] quién ha encaminado la gestión. Vengo como parte del grupo. Todos los dirigentes hemos venido como delegación de las organizaciones sociales y populares de Puno para plantear cómo pueden resolver este problema,

Sudaca se comunicó con el congresista puneño de Perú Libre, Wilson Quispe Mamani, quien también es profesor. El parlamentario aceptó haber realizado coordinaciones con dirigentes de su región para conseguirles una reunión con el ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke. Confirma que el tema a tratar es el supuesto desvío de S/ 114 millones del presupuesto del hospital regional Manuel Núñez Butrón. No obstante, precisó que no coordinó con César Tito Rojas sino con dirigentes del Frente de Organizaciones Sociales. Sudaca se contactó con el MEF para confirmar si se produjo esa reunión y si en ella estuvo Tito Rojas. El ministerio se limitó a confirmar que funcionarios de la cartera -no el ministro- se reunieron con representantes de organismos sociales de Puno. 

¿Ustedes fueron a la PCM para reunirse con quién?

A nosotros nos dijieron que ya estaba la cita para que se pueda ir. Y como delegación, hemos pasado, ¿no?

¿Le dijeron que la cita era con el premier o con otro funcionario?

No sabíamos si el premier iba a estar o no, pues tiene una agenda apretada. Y, finalmente, quien nos ha recibido ha sido el viceministro de Gobernanza Territorial de la PCM [Braulio Grajeda].

¿A ustedes les dijeron que la cita iba a ser con el premier?

No hay una citación específica. No veo adónde está direccionando…

¿Por qué en el comunicado de la PCM lo menciona como dirigente del Sutep?

Soy dirigente del Sutep de Puno. Y somos parte de las organizaciones sociales, como organización gremial. Lo que está planteando el pueblo de Puno es que se encamine una paralización regional si el gobierno central no escucha.

Pero el Sutep dice que usted no es de ese sindicato. ¿Qué cargo tiene usted?

Soy secretario de Defensa del Sutep Regional de Puno.

¿El Sutep Regional de Puno está afiliado a la Fenate-Perú?

El Sutep Regional de Puno es parte de la Fenate-Perú.

¿Qué les dijo el viceministro Braulio Grajeda? ¿Salió usted satisfecho de la reunión?

[Nos dijo] que van a intervenir en este desvío del presupuesto del hospital regional Manuel Núñez Butrón. Dijo que va a ver a través de la Contraloría. Son más o menos S/379 millones, que es el presupuesto por toda esta obra. Y el gobierno regional de Puno está desviando S/ 114 millones para 10 obras pequeñas. El gobierno regional ha dicho que el Ministerio de Salud va a reponer ese presupuesto el próximo año, pero sabemos que la crisis económica está golpeando fuertemente y es probable que no se devuelva ese presupuesto. Entonces, ¿qué va hacer el ministerio de Salud y el ministerio de Economía para resolver este problema?

¿Van a pedir que vaya el premier a Puno?

Esperemos que vayan las autoridades. [Veremos] si va el ministro de Salud, el ministro de Economía, el premier. El punto es que resuelvan el problema.

¿Qué tiempo es el razonable para que el premier, el ministro de Salud y las autoridades del gobierno puedan resolver este problema?

Esperemos que entre 15 días a un mes ellos puedan llegar a Puno. No se puede perder un presupuesto de un hospital de nivel 4 y que quede abandonado, desfinanciado y se perjudique todo un pueblo.

¿Usted cree que con el premier hubiera habido una solución más inmediata?

Yo creo que a veces con la cabeza, el que tiene decisión ejecutiva, se podía dar mayor viabilidad.

Hubiera sido más conveniente que lo reciba el premier entonces.

Sí, bueno, seguramente. Claro, como cabeza tiene la facultad, la potestad de resolver.

¿Conoce al premier?

No, nunca he tenido contacto con el señor Bellido.

Pasemos al tema del Movadef. La Dircote lo ha señalado como uno de sus dirigentes. ¿Qué responde?

Mire, esas imputaciones vienen haciendo desde el año 2012. ¿Cuál ha sido el delito? Asumir como dirigente una huelga reivindicativa del magisterio nacional [del Conare-Sutep, que luego, en el 2017, se convierte en Fenate-Perú]. Y de allí, la Dircote nos ha hecho denuncias por apología, por desmanes y disturbios, y ese proceso ha demorado. Y, entre enero y febrero de 2017, lo archiva [la Fiscalía] porque no tenemos nada.

¿Usted es actualmente dirigente del Movadef?

No soy dirigente del Movadef.

¿Ha sido dirigente del Movadef?

No, tampoco he sido dirigente del Movadef.

La Dircote señala que usted ha sido parte del Comité Electoral del Movadef. Hay un documento que lo corrobora.

Deslindo abiertamente. No tengo nada que ver con el Movadef.

¿El documento es falso?

No sé de qué documento me habla.

Sudaca le envío un documento de la Dircote, que dice que fue presidente del Comité Electoral entre los días 27 y 28 de noviembre de 2010 para la elección del Comité Ejecutivo Nacional, pero Tito prefiere no responder.

¿Lo que dice la Dircote de usted es un invento?

La Dircote, después de lo que hemos visto en reportajes en medios de comunicación… ¿Por qué, en ese momento, no nos metieron a la cárcel, no nos sentenciaron? Debería estar, en todo caso, purgando condena.

Usted viajó el 2018 a La Paz, Bolivia,  junto al profesor Pedro Castillo, a un evento organizado por Álex Chamán, quien es líder del Movadef en ese país.

Mire, quienes nos hace la invitación son los maestros rurales de Bolivia porque fue un tema de los distintos países de Sudamérica, porque hay la similitud con Bolivia, Perú, Chile, Argentina. En ese sentido, hemos asistido a participar en el evento pedagógico académico, básicamente.

¿Usted no sabía que Álex Chamán era líder del Movadef-Bolivia?

No sé, mi estimado.

¿Usted ha firmado el planillón del Movadef?

Como muchos partidos que recolectan firmas, nosotros como adherentes, sí [hemos firmado]. En su momento, en el 2009, porque planteaba, por ejemplo, la situación de la democratización de la economía, etcétera. Como adherente lo hemos hecho. Pero eso no significa que seamos militantes ni dirigentes del Movadef, ni una cosa parecida.

¿Se arrepiente de haber firmado el planillón?

Mira, el problema no es arrepentirse. Las cosas como son. Nosotros no somos del Movadef, no somos militantes. En su momento, por la situación de plantear la democratización de la economía…

O sea, usted firmó inocentemente el planillón del Movadef sin saber que reivindicaba el ‘Pensamiento Gonzalo’.

Efectivamente. En ese tiempo había algunas reivindicaciones del pueblo. Apareció como un movimiento nuevo…

¿Respalda el ‘Pensamiento Gonzalo’?

No, nosotros nada que ver con el señor Gonzalo. Nada que ver.

Fotoportada: Darlen Leonardo

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César Tito Rojas, Guido bellido, pcm

En el calor de la segunda vuelta, cuando el ahora presidente Pedro Castillo fue a Cusco, jóvenes feministas salieron a las calles a darle el encuentro en apoyo crítico a su candidatura. Le dijeron fuerte y claro, carteles en mano, pero de manera fraterna: “Profe, sin feminismo no hay revolución”. En el ánimo de esta escena, que grafica claramente que se puede colaborar con el proceso de cambio al tiempo que se apuntan debilidades, me quiero referir a lo ocurrido con el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, en los últimos días.

El primer ministro ha dado un conjunto de declaraciones inaceptables sobre el grave problema de la violencia de género, banalizando la emergencia nacional que vivimos las mujeres todos los días: acoso, violencia física, psicológica y sexual, desapariciones, feminicidios y más.

Cuando Bellido sugiere a las mujeres que antes de denunciar violencia pensemos en los hombres de nuestras familias, y desliza, además, que el tema no es prioritario; revela un profundo desconocimiento e insensibilidad. Peor aún, de confirmarse que le habría dicho a la congresista Chirinos “ahora solo falta que te violen” como ella sostiene, ya estaríamos ante un político que ejerce violencia machista. En cualquier caso, no debería liderar el gabinete de un gobierno de cambio.

Decir esto no significa “hacerle el juego a la derecha”. Cancelar la crítica feminista con esta y otras expresiones redobla la banalización y minorización de la violencia de género y evade la complejidad de las opresiones al jerarquizar un eje de confrontación (izquierda – derecha) por sobre cualquier otro. Más peligroso todavía, exige un bajado de banderas y silenciamiento incluso violento. Hace poco me dijeron “Kaviar infeliz” y “Fujimorista asolapada”, entre otros insultos vía redes sociales, por criticar la homofobia del primer ministro. 

No se puede dejar de lado la instrumentalización de la lucha contra la violencia de género desde los sectores golpistas. Es inverosímil que de pronto el fujimorismo esterilizador de mujeres campesinas y aliado de los anti-derechos muestre tremenda indignación por la actitud misógina y homofóbica de Bellido. Toca también desenmascarar estos intentos como ya se ha venido haciendo desde diversos sectores de los feminismos con trayectoria de lucha y compromiso. Sin embargo, no por ello vamos a dejar de decirle al gobierno lo que está haciendo mal y demandar que rectifique. 

Sin duda, nuestro país es altamente racista y la presencia en las altas esferas del gobierno de políticos que proceden de un sector históricamente marginado levanta resistencias colonialistas. Esto hay que rechazarlo con contundencia, pero también rechazar y desmontar los argumentos culturalistas que pretenden banalizar la violencia de género y la homofobia. La invasión colonial creó la raza y el racismo sí, pero también exacerbó el sexismo y la homofobia desde un binarismo estrecho que bien haríamos en desterrar de nuestra vida social como parte de un proyecto emancipatorio y anticolonial. 

 

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Guido bellido, Pedro Castillo, Violencia de género

El caso del premier Guido Bellido y su comentario impertinente a la congresista Patricia Chirinos ha vuelto a poner sobre el tapete el viejo problema del machismo estructural que corre en nuestras instituciones, incluso las más altas, como el propio Congreso de la República y el Poder Ejecutivo.

Tan condenable es la postura machista de Bellido (de comprobarse que la denuncia de la congresista Chirinos es completamente veraz) como el uso político que se viene haciendo de ella para echarse abajo el actual gabinete. Por mucho que Patricia Chirinos tenga un pasado político y personal cuestionable, eso no justifica en absoluto la prepotencia de un comentario como “solo falta que te violen” que le habría proferido el entonces solo congresista (todavía no premier) Bellido a la parlamentaria. Simplemente, no hay por dónde salvar ese comentario, de pésimo gusto, además.

Varias semanas después, y en el contexto del voto de confianza otorgado al gabinete Bellido, Chirinos lanzó la denuncia, lo cual huele a utilización política de una supuesta dignidad ofendida, muy funcional a la campaña de demolición que los partidos de derecha que votaron en contra de Bellido han emprendido para vacar al presidente Castillo desde el día uno. 

Es una pena que causas nobles y justas como la defensa de los derechos de las mujeres se vean oscurecidas por la disputa política actual. Eso solo desmerece las luchas que por décadas han librado hombres y mujeres por lograr la igualdad de género, aunque bien sabemos que esa igualdad de derechos y espacios solo se logrará con la igualdad económica, no solo de hombres y mujeres, sino de todos los grupos sociales.

El feminismo hegemónico o blanco, como también se le llama (soliviantado hoy por Chirinos y el partido de derecha al que pertenece), pierde esa perspectiva para privilegiar las luchas por puestos y cargos de poder dentro del mismo sistema que oprime a las mujeres, sobre todo a las mujeres indígenas y afrodescendientes.

Ya veremos hasta dónde llega esta nueva arremetida contra el gobierno de Castillo. 

PD sobre dos reacciones a mi columna de la semana pasada:

Parece que sin necesidad de mencionar nombres, dos poetas (uno varón, la otra mujer) del medio local se sintieron ofendidos cuando critiqué la centralista y comercialona lista de 60 invitados que el Ministerio de Cultura del gobierno de Sagasti dejó dispuesta para representar al Perú en la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Uno declaró sentirse “irritado”. La otra, “mezquineada”, según confesaron en largas notas de sus respectivos muros de Facebook. Curiosamente, ambas reacciones apuntan a defender a la última poeta, a quien yo había llamado “novel” y que tenía “un bachillerato en ciernes”, muy a propósito para subrayar su juventud, en contraste con el largo recorrido profesional y de publicaciones de tantos y tantas otras autoras nunca invitadas a una feria de este tipo. Sin embargo, con claras anteojeras, y jalando agua para sus molinos, ambos poetas interpretan que exijo cartones académicos como requisito para ser buen escritor. Solo en una mente estrecha y manipuladora podría caber esa lectura. Asimismo, resaltar el carácter independiente de las editoriales de la poeta y el esfuerzo y dedicación de esta a la escritura creativa parecería ser para ellos un mérito exclusivo, nuevamente en contraste con decenas y decenas de escritores que llevan muchos más años realizando el mismo esfuerzo y publicando con denodado sacrificio. Escribir literatura y crítica, y publicarla, no es nada fácil. Todos lo sabemos bien, pero no es algo único de ningún poeta en particular.

Tal como en el caso de la congresista Chirinos, los poetas quejosos instrumentalizan los lobbys feministas (que sí existen, y no son ninguna fantasía, sino una realidad que algunos machitos de izquierda, muy caballerosos, pretenden ocultar) para defender a rajatabla la lista de Sagasti, coincidiendo con la postura del derechista periódico Perú21, contra cuyas críticas al nuevo ministro Ciro Gálvez mi columna levantó la voz. Curiosa coincidencia de una izquierda oficialista y oenegera –metida hasta el tuétano en el Ministerio de Cultura anterior– con la reacción mediática y golpista. No por nada el poeta quejoso había llamado en abril al entonces candidato Pedro Castillo un “resentido” e “irracional”. Saquen sus conclusiones.

 

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Gabinete Bellido, Guido bellido, Patricia Chirinos

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 210: Moody’s rebajó la nota del Perú: ¿de quién es la culpa? Siguen revelaciones sobre Maraví. ¿Cambios en la alta jefatura de la PNP? Y una inducción en derechos de la mujer para el Gabinete.

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Lima – Perú

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Guido bellido, Iber Maraví, Moody's

En el Consejo de Ministros no existe el principio de autoridad. El ministro de Trabajo, Iber Maraví, no ha sido el único que ha ignorado el pedido de renuncia de Guido Bellido en el Gabinete. El titular de Defensa, Walter Ayala, tampoco le hizo caso al premier cuando le solicitó que dejase el cargo, de acuerdo a fuentes cercanas al jefe de la PCM. Este caos tiene como trasfondo el pulso por el poder entre el presidente Pedro Castillo y el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón. 

La historia se remonta al 16 de agosto. Aquella mañana, la Marina difundió un comunicado rechazando lo dicho por el entonces canciller Héctor Béjar: que “el terrorismo en el Perú lo inició la Marina”. Béjar, en ese momento, estaba en medio de un intenso fuego cruzado por sus declaraciones.

De acuerdo a fuentes cercanas al primer ministro, ese mismo día Bellido le pidió al jefe de Estado cortar la cabeza de Ayala. Consideraba que la Marina se había excedido en sus atribuciones al cuestionar a Béjar, según él, sin coordinar con el sector Defensa. El premier -irónicamente- opinaba que su ministro había perdido autoridad con este episodio. 

El comandante general de la Marina, almirante Alberto Alcalá Luna. El jefe del gabinete ministerial, Guido Bellido, habría pedido su cabeza. Foto: Marina de Guerra del Perú.

Ayala, con la guillotina encima, buscó el respaldo del presidente de la República. Alrededor de las cinco de la tarde de aquel 16 de agosto, el ministro visitó a Castillo en Palacio, tal como consta en el registro de visitas. Lo acompañaron Aníbal Torres (Justicia), Juan Carrasco (Interior) y Pedro Francke (Economía). Todos estos ministros son cercanos al presidente y distantes de Cerrón. 

Ayala, de acuerdo a una fuente cercana al ministro de Defensa, le comentó a Castillo que tuvo conocimiento del comunicado de la Marina antes de su difusión y que daba su respaldo a las Fuerzas Armadas. Las mismas palabras, en la noche de aquel día, las repitió en una entrevista con RPP Noticias. El presidente le dio el espaldarazo. Es, al fin y al cabo, uno de sus ministros de mayor confianza.

Al día siguiente, el 17 de agosto, Ayala continuó jugando sus cartas para quedarse en el puesto. A las 9:30 de la mañana, en la sede del Ministerio de Defensa, recibió a los altos mandos militares. El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Manuel Gómez de la Torre, encabezó la delegación. Lo acompañaron el comandante general de la Marina, Alberto Alcalá; del Ejército, José Vizcarra; y de la Fuerza Aérea del Perú, Jorge Chaparro. 

Una hora después, el ministro y los integrantes de la cúpula castrense fueron a Palacio a entrevistarse con el presidente Pedro Castillo. Así quedó registrado en el portal de Transparencia de la Casa de Pizarro. En la cita, según fuentes palaciegas, los altos mandos militares manifestaron su incomodidad con Héctor Béjar y su apoyo a Ayala. El encuentro duró hasta el mediodía y sirvió para que Castillo se convenciera de la necesidad de sacar a Béjar de Cancillería.

17 de agosto. El registro de visitas de Palacio da cuenta de la reunión del presidente Pedro Castillo con el ministro de Defensa, Walter Ayala, y altos mandos militares, en medio de la polémica por las declaraciones de Héctor Béjar.

Tras la reunión con la cúpula militar, Castillo llamó inmediatamente a Bellido y le pidió la renuncia de Béjar. “Se va Béjar y también Ayala”, habría respondido el primer ministro, según un portavoz suyo. A las 12:14 de la tarde, tras la conversación con el jefe de Estado, Bellido anunció en su cuenta de Twitter: “Tendremos cambios para la marcha del país”. Bellido le pidió a Béjar dejar Torre Tagle y este aceptó la decisión. 

“Yo esperaba hablar en la interpelación y tengo entendido que ellos [los congresistas] han pedido mi renuncia antes para evitar que yo hable ante el Congreso, ha sido una forma de censurarme”, declaró Béjar al portal cubano “Prensa Latina”. 

El exguerrillero, acorralado por la situación, presentó su renuncia cerca de las dos de la tarde de aquel 17 de agosto. Bellido pensó en hacer lo mismo con Ayala. Ese día, entre las 3:21 y 3:36 de la tarde -según el registro de la PCM- el premier se reunió con el titular de Defensa para también pedirle su dimisión, cuentan las fuentes. El jefe del Gabinete le solicitó, además, cortarle la cabeza al comandante general de la Marina, el almirante Alberto Alcalá, por el comunicado contra Béjar. Ayala, previamente respaldado por Castillo, dijo que no iba a renunciar y repitió que no hubo insubordinación de la Marina. 

17 de agosto. El registro de visitas de la Presidencia del Consejo de Ministros consigna el encuentro de quince minutos entre Guido Bellido y Walter Ayala. El primero le pidió la renuncia.

“Bellido le dijo a Ayala que era un asunto grave lo de la Marina y que él era el principal responsable”, dice una fuente cercana al jefe de la PCM. Bellido solicitó la renuncia del titular de Defensa con el aval de Cerrón, pero sin el consentimiento del presidente, en un caso similar al de Iber Maraví. 

Cerrón dejó clara su postura el 19 de agosto, en un tuit. “Artículo 169 CPP (Constitución Política del Perú). Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional no son deliberantes. Están subordinadas al poder constitucional”, escribió, como cuestionamiento al comunicado de la Marina. 

En este juego de tronos Castillo le ganó la pulseada a Cerrón al mantener a Ayala. El ministro de Defensa se ha convertido, además, en uno de los hombres más cercanos del gobernante y lo ha acompañado, incluso, en sus últimas actividades en Tacna y Junín. “A mí no me van a poner la agenda […] No quieren que quitemos la plata a los corruptos porque hoy quieren tumbarse a los ministros para poner a sus aliados”, dijo Castillo en el distrito de Mazamari, Junín. 

La situación pone en evidencia también la falta de autoridad de Guido Bellido, al que no le hacen caso ministros cercanos a Castillo, como Maraví y Ayala, cuando les pide la renuncia. Bellido recordó al presidente el episodio vivido con Ayala –que esta crónica relata– en la reunión que tuvieron en la casa del ministro de Justicia, Aníbal Torres, el sábado 21 de agosto. La pugna sigue abierta en el Gabinete.

Fotoportada: Leyla López.

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Guido bellido, Pedro Castillo, walter ayala

Ver provocación o rompimiento de protocolo en la histórica chacchada de coca que el premier Bellido practicó en el congreso hace una semana es no conocer o desconsiderar la parte infame de la historia del país. Qué ejercicio de libertad no es rebelde en el ninguneo, qué manifestación cultural alterna no rompe protocolos en la homogeneidad provinciana del occidente más conservador. Ciertamente aquí hay un gesto político, que responde a un contenido que no estuvo en el discurso de pedido de confianza – por razones obvias -, pero que ha sido varias veces manifestado como voluntad de la bancada oficialista: eliminar la erradicación de la hoja de coca como eje central de la política antidrogas.

La criminalización de la hoja de coca, y el compromiso de erradicación que el Estado peruano tiene desde la década de 1960, es otro de los asesinatos culturales que occidente le ha infligido al mundo andino-amazónico, un etnocidio a todas luces. La hoja de coca no es droga y no tendría que estar en la lista de estupefacientes ilegales de la ONU, tampoco lo es la cocaína (uno de sus muchos componentes). Sí lo es el clorohidrato de cocaína, porque es psicoactivo, produce adicción y es nocivo, lo que en ningún escenario puede decirse de la hoja de coca. Pero, además, la cocaína es sólo un insumo en medio de muchos productos químicos que conforman la droga. Para producir un gramo de la droga en polvo se necesita extraer cocaína de 100 kg de hoja de coca. Es decir, en un gramo de clorohidrato de cocaína, menos de una centésima parte es cocaína que proviene de hojas de coca. Sin embargo, a éstas se les persigue, no a los otros insumos. Es algo así como prohibir la uvas para evitar la alcoholización con vino. O proscribir el tabaco – planta maestra también – por la alta letalidad de los cigarros. Y pasa todo lo contrario: se venden con publicidad que advierte el crimen. Obviamente, los campesinos de la selva latinoamericana son un perseguido geopolítico mucho más débil y silenciable que los poderosos empresarios cigarreros del mundo.

La gran desgracia de la hoja de coca, en realidad, fue encontrarse con el desarrollo de la ciencia química en la segunda mitad del siglo XIX. Esta estudió el producto, ubicó a la cocaína y la aíslo, para así poder mezclar el activo natural con elementos sintéticos y vender masivamente sus beneficios. Hubo toda una industria de medicamentos, anestésicos locales, golosinas, licores y afines que aprovecharon las virtudes de la hoja de coca, desde el último cuarto del siglo XIX. El hallazgo clorohidrato de cocaína es hijo disfuncional y destructivo de este momento histórica, que es urbano y propia de la segunda revolución industrial, y ajeno al escenario agrícola donde se cultiva y consume la hoja de coca desde miles de años atrás. Así, en el primer cuarto del siglo XX, cuando ya han confirmado el potencial adictivo y destructivo que podía tener la cocaína con ciertas mezclas, empiezan a prohibirla. Y luego terminan obligándonos al suicidio cultural de la erradicación. No reprimen ni desconocen derechos en su territorio, donde está la gran y mayor demanda, sino aquí, en regiones en las que no se tiene responsabilidad frente a su problema social con las adicciones graves.

Y cuando arriba digo que se comete etnocidio con la erradicación, no soy otra cosa que descriptivo . La hoja de coca es central en nuestro mundo andino desde hace más de 4 mil años, y sigue viva en por lo menos la mitad del territorio peruano y entre 6 millones de sus habitantes. Es parte nuclear de rituales y ceremonias – muchas propias del quehacer agrícola cotidiano – pues abre los sentidos, incentiva la meditación y conecta con la naturaleza, a la que se quiere transmitir mensajes y atender, para reforzar su fertilidad. La hoja de coda también es caja chica y moneda de cambio. Y no sólo es el más grande energético natural y sin contraindicaciones que ha descubierto el mundo, sino que es un gran cohesivo social, y un símbolo de apertura y confianza entre quienes la chacchan juntos. Fumigarla indiscriminadamente no es más que otra mecánica aniquilamiento cultural en su contra, aunque esta vez con un pretexto de seguridad. No es la primera vez que la hoja de coca es perseguida, ya sucedió durante la colonia, cuando el mal salvaje que nos subordinó la vinculó con sus propios miedos y culpas, o lo que llamó demonio. Al final terminó consumiéndola y registrándola como especie botánica, pues la cantidad de beneficios que posee es innegable.

Prácticamente todo el siglo XX ha sido testigo de un silenciamiento de las muchas virtudes que posee la hoja de coca, lo que hace muy favorable su eventual masificación. La planta tiene una enorme variedad de cualidades medicinales, inabarcables en este espacio. Es tranquilizante y ligeramente antidepresiva, es desinflamante y cicratizante, es digestiva, es oxigenante para el cerebro (se piensa más y mejor), es regenerativa para la descalcificación ósea, está vinculada a la longevidad saludable, y la lista es larga. Todo esto sin causar ningún efecto negativo: se puede chacchar toda la cantidad de hoja de coca que se desee, no es una adictiva ni hace daño. Al contrario: el país podría dar un importante salto productivo si se hiciera cotidiano el consumo de hoja de coca, porque cada uno de nosotros mejoraría en todo sentido, y tendría más energía e inteligencia para crear soluciones.

El hecho de que todos estos efectos favorables en términos de salud y calidad de vida no tengan consecuencias adversas, hace que la hoja de coca tenga un enorme potencial industrial, que el Estado debería aprovechar muchos más. En este momento, a través de la empresa pública ENACO (que en teoría es el monopolio estatal para la producción y distribución de la hoja de coca), y de un número recudido de micro y medianas empresas, se industrializan decenas de productos cocaleros en territorio peruano (alimentos, bebidas, dulces, otros), pero estamos muy lejos de optimizar todo el potencial a la mano. Bien promovida, podría conformarse una enorme industria peruana – e incluso pan-andina – de la hoja de coca, la que podría conquistar el mundo y conformar un gran mercado interno. Quién no querría comprar productos que mejoren el bienestar biológico y emotivo. ENACO debería ser empoderada para empadronar a los agricultores y evidenciar donde está la siembra ilícita. Y promover patrones de mercado como empresa pública con posición de dominio, por lo menos hasta que la industria florezca plenamente. No se necesita un monopolio estatal en la producción y la distribución de hoja de coca. Este no sólo es permanentemente burlado por los traficantes de estupefacientes (hay mucho mejores estrategias), sino que impide la libre competencia necesaria para conformar una industria a gran escala.

Industrializar la hoja de coca en el Perú también podría ser una oportunidad para empezar a promover un nuevo patrón de industrialización alimentaria, de fuente pre-hispánica, que necesitará el mundo muy pronto: se produce a escala para masificar la calidad de vida, no para reproducir las enfermedades degenerativas. El negocio procede cuando mejora la condición humana y el hábitat comunitario, no cuando los deteriora. Obviamente los imperios del mundo piensan a la inversa: no quieren que tengamos ventajas comparativas y ni que exportemos valor agregado, no quieren que a los consumidores peruanos lleguen valores vinculados a la alimentación inteligente y sostenible. Ya se ha dicho en este espacio que acumulan a partir de nuestro rezago creciente.

Finalmente, es bastante obvio que la política basada en la erradicación de la hoja de coca no es solución para el narcotráfico. El Estado no tiene capacidad para controlar tan complicadas y hasta inaccesibles zonas de la selva donde se cultiva la hoja de coca. Y ésta – siempre generosa – no es exigente en cuanto a la calidad de tierra donde la hacen brotar, además de no tener plagas destructivas y ofrecer varias cosechas al año a partir de una sola siembra. De ahí que hasta hoy la política de erradicación tenga resultados tan pobres frente al tráfico de drogas ilegales. El Perú lleva seis décadas en este camino, y el narcotráfico ha demostrado muchas veces que está en lo más alto del poder político, en operatividad siamesa con la corrupción. De más está decir que el tráfico de estupefacientes agudiza nuestro subdesarrollo y reduce nuestras muy escasas posibilidades de superarlo. En realidad lo necesita, pues el atraso económico es sinónimo de Estado débil y capturable, que es lo que buscan la mafia y el sicariato para apoderarse de regiones enteras por medio de la violencia y el terror.

No creo que la persecución policial y la represión sean un camino viable para solucionar el problema del narcotráfico, que es el de las adicciones graves si lo miramos desde la demanda. La realidad nos dicen que hay cada vez más cultivos ilegales y que el precio del clorohidrato de cocaína para consumo sigue bajando. Creo que hoy sería mucho más potente una permanente campaña informativa mundial, que transparente todo el conocimiento existente sobre esta droga ilegal (y otras), que solucione miedos innecesarios y estigmatizadores, y que advierta con seriedad académica sobre los peligros. Y si esto es así, el problema del narcotráfico tendría como única y más eficiente salida legalizar la producción y el consumo del estupefaciente. Pero ése es un dilema que deben enfrentar los países más poderosos del mundo, porque sólo ellos están en capacidad de generar el consenso internacional necesario que requieren las políticas antidrogas, y porque son los principales afectados por los problemas de adicción. En cuanto al combate al narcotráfico en nuestro país, al que no tenemos por qué dejar de apoyar, se le debe atacar persiguiendo al resto de los insumos de la cadena productiva del clorohidrato de cocaína y la pasta básica (kerosene, trata de personas, armas, sintéticos intermedios, autoridades políticas, servidores públicos, militares), no a la hoja de coca, que es una planta maestra de grandes capacidades energéticas, y que es central en la cosmovisión y el orden social de la cultura andina.

Como siempre, las causas que explican el abuso histórico se mezclan y confunden. Hay mucho de desconocimiento y eurocentrismo aquí, sobre todo entre las autoridades y las élites, pero sin duda gran parte del asunto tiene que ver con las bases militares que el Estado norteamericano posee en las zonas cocaleras peruanas, donde accede a los recursos mundialmente estratégicos que están en nuestra Amazonía (agua, maderas, diversidad e inmensidad genética, conocimientos ancestrales), lo que le da capacidad para construir control geopolítico sobre ellos, a futuro. Todo bajo el pretexto de la ineficiente, y culturalmente criminal, política de erradicación de la hoja de coca. No es excesivo sospechar que el interés yanqui está en dejar que las cosas sigan como hasta hoy en todos sus extremos, se sabe que el Estado norteamericano está penetrado por el narcotráfico. Y tampoco es desproporcionado decir que la chacchada de Guido Bellido en el congreso no fue beligerante, sino justiciera, desarrollista y nacionalista.

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Guido bellido, Hoja de coca

Muchas expresiones de la violencia de género contra las mujeres se encuentran naturalizadas, una de ellas es la violencia verbal, la violencia sexual y sobre todo el acoso. Tras años de luchas intensas de las feministas y de las defensoras de derechos, no se ha logrado subvertir esta situación; sin embargo, si se ha logrado colocar la preocupación en la agenda pública y política.

Ante diferentes episodios de violencia, las feministas y defensoras de derechos siempre hemos expresado nuestro rechazo e indignación, independientemente del matiz político de quiénes fueron agredidas y de los agresores. La violencia de género se ha rechazado de forma permanente, por principio y no dudo que este es el camino correcto y coherente.

Diversas feministas e instituciones se han pronunciado rechazando los hechos de violencia sexista y acoso denunciados en un medio de comunicación por la congresista Patricia Chirinos; se ha exigido investigación y sanción al premier como corresponde, empezando por separarlo inmediatamente del gabinete.

Desde mucho antes se sabe y se ha denunciado la actitud misógina y homofóbica del primer ministro, siendo los hechos narrados por la congresista un suceso inaceptable y que confirma su perfil contrario a los derechos de las mujeres y la igualdad.

De otro lado, no podemos negar el contexto de polarización política que se vive, la oposición al gobierno ha sido permanente, filtrándose discursos autoritarios y manifestaciones racistas cotidianamente. En este contexto, los hechos serán – evidentemente aprovechados por la oposición- pero además por sectores que poco o nada les importa la violencia contra las mujeres, pero que hoy se indignan no porque se han vuelto sensibles a la problemática sino por intereses políticos que van más allá del hecho concreto y del premier.

Creo es importante tener claridad, la conducta, perfil y antecedentes de Guido Bellido lo hacen una persona nefasta para el gabinete, su renuncia debió darse hace mucho. Su actitud misógina, homofóbica, así como su falta de garantías democráticas han sido evidenciadas desde muchas defensoras y – no hay duda- que la actual agresión contra la congresista es repudiable. No obstante, utilizar este contexto en contra del gobierno y de otros ministros/as como la actual Ministra de la Mujer, evidencia que las intenciones son otras y ello desdibuja la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

La violencia machista se rechaza, debe ser sancionada venga de donde venga, en cualquier contexto político, sin importar quién fue la agredida y quién fue el agresor; pues no estamos hablando de un problema individual sino colectivo y estructural. Rechacemos la violencia, si, absolutamente, así también rechacemos la utilización de la misma con fines políticos. Aquellos sectores que hoy se indignan con los hechos, si bien tienen mucha razón, deberán ser coherentes y ojalá defiendan el derecho de las mujeres a no sufrir violencia desde la propuesta y aprobación de normas para la igualdad de género. Finalmente, la coherencia es importante.

 

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Guido bellido, Patricia Chirinos, Violencia de género

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 208: ¿Es una broma sobre una violación nada más que ‘una cosa de progres’? Y el premier que pedía renuncias pero sus ministros no le hacían caso. También Francke y el sueldo mínimo.

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