Venezolanos limpian lunas en las calles con polos de 'No al comunismo'

Las camisetas del miedo: la campaña de los venezolanos contra Pedro Castillo

Luego de la segunda vuelta, migrantes venezolanos iniciaron una campaña en las calles de Lima llevando polos que dicen “No al comunismo”. Según ellos, ningún partido los financia y aseguran que Castillo representa la opción que los haría seguir migrando. Muchos trabajan en las calles. La ONPE y el JNE podrían fiscalizar.

Son cerca de las tres de la tarde de un miércoles y en el cruce de las avenidas Angamos y la Vía Expresa el semáforo cambia a verde. En ese momento, un hombre a bordo de una camioneta vocifera antes de acelerar: «¡Fuera venezolanos de mierda, regresen a su país!».

 

Una docena de ellos, que venden chocolates y limpian lunas en ese punto, voltean, lo ven irse y vuelven a trabajar. Así es un día normal en la vida de estos migrantes, quienes han encontrado en este oficio una oportunidad para sobrevivir.

Según ellos, consiguen entre 30 y 50 soles diarios, y suelen trabajar de lunes a domingo, con algunas excepciones. Haciendo un cálculo simple, el ingreso mensual que perciben es entre 900 y 1.400 soles.

«No me alcanza para vivir cómodo, pero sí para el día a día, me paga el alquiler. Prefiero echar agua antes de robar. A veces me entienden y a veces no. Sé que molesta que tire el agua de frente a los parabrisas, pero si pido permiso, me van a decir que no, porque piensan que les voy a robar. Prefiero que piensen que sí quiero trabajar», dice a Sudaca Tulio Maurera (25), quien en los últimos cuatro años ha estado en Ecuador y Colombia. Siempre huyendo, dice él, de la xenofobia.

Su historia no difiere mucho de las de varios de estos venezolanos que trabajan en la calle. Jóvenes que llegaron ‘muleando’ (viajando en camiones) durante varios días, hasta semanas, para llegar al Perú. Pensando que encontrarían otras oportunidades, se toparon -aseguran- con un insulto cada 3 o 4 días.

Postura

Las últimas semanas ha surgido una iniciativa que hace que estos venezolanos vayan a buscarse el pan uniformados. Ataviados con polos blancos que dicen ‘No al comunismo’, han dividido a los limeños que pueden darles comentarios positivos o seguir con los insultos, aunque esta vez con tintes políticos.

Bryan Castellanos, conocido como ‘huesito’ por su delgadez, tiene 19 años y fue uno de los primeros en vestir una de estas camisetas. La moda que han impuesto empezó hace cerca de dos meses cuando en un auto se les acercaron unos compatriotas para preguntarles si les gustaría llevar estas prendas.

«Nos los regalaron, aunque a veces genera inconvenientes. Un señor vino la semana pasada y nos empezó a insultar. Acá hay varias peleas, mucho racismo que viene de la nada y hasta nos tiran el carro encima», dice Castellanos.

‘Huesito’ piensa que el Perú puede convertirse en el lugar del que él huyó. «Si sale el socialismo, me pongo a pensar adónde voy a emigrar. Yo no quiero ver peruanos por Latinoamérica. No hay nada más bueno que estar con tu familia al lado, es una emoción impresionante cuando te toca vivir lo que a nosotros nos pasó», cuenta.

«Se dice que Castillo quiere sacarnos», añade preocupado.

Pedro Castillo ha hablado de expulsar a los venezolanos que delinquen en nuestro país. Un anuncio nada novedoso, porque ya existen los mecanismos legales para hacerlo. “Que los venezolanos solucionen sus problemas. Le digo al señor Maduro que se lleve a sus compatriotas que han venido a delinquir al pueblo y que se ocupe él de lo que tiene que hacer con ellos, que yo me ocupo de los míos”, apuntó el pasado 26 de abril durante una entrevista en ATV.

Lo que ha generado el temor entre los migrantes es la generalización. «Es inhumano e irresponsable. Entendemos que hay muchos de nosotros que han delinquido, que son de la mala vida, pero generalizar causa el miedo que tiene la comunidad venezolana en el Perú», lamenta Carlos Rivas (34), un venezolano que radica en Perú hace tres años y que tiene un negocio de comida rápida

Rivas dice ser el personaje detrás de la iniciativa de los polos. Él, junto a otros cuatro compatriotas, es parte de los cerca de 800.000 venezolanos que residen en el país, pero que no tienen derecho al voto el próximo 6 de junio.

«Nos reunimos unos cuantos y queríamos dar nuestra opinión. No queremos el comunismo para el Perú. Keiko, pese a todo, representa esta democracia que ha gobernado ya un tiempo y una estabilidad económica», dice a Sudaca.

El ciudadano venezolano afirma que, pese a que tiene conocimiento sobre el fujimorismo y sus golpes a la democracia en el pasado, prefiere a Keiko por ser una opción más factible para la estabilidad económica por encima de Castillo.

Rivas niega que la iniciativa se lleve a cabo por encargo de algún partido político y que el motivo ha sido la solidaridad con la que fueron recibidos en el país. «Hemos entregado polos a los venezolanos que están en las calles y que han decidido ponerse estos por lo que han vivido. No queremos acercarnos a un partido porque nos van a ver como comprados», señala.

El financiamiento de la campaña que ha impulsado, asegura, viene de parte de venezolanos que se van sumando para sacar más ‘franelas’, como le dicen a los polos en su país. En un primer momento, confeccionaron cerca de un millar de polos y ahora han logrado sacar adelante 8.000 más. El objetivo es llegar a más ciudades, además de Lima.

Para Gerardo Távara, exsecretario general de Transparencia, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), así como el JNE, sí pueden fiscalizar este tipo de actividades. El objetivo: determinar si se trata de propaganda electoral o no y, además, para indagar sobre quiénes son los financistas.

Consultados sobre si habían supervisado los polos de «No al comunismo», desde el área de comunicaciones de la ONPE respondieron que «para ello está la fiscalía y el JNE». Agregaron que sí han pedido información a la empresa que ha colocado paneles publicitarios con el mismo mensaje. 

Miedos

Para Nancy Arellano, directora de la asociación sin fines de lucro Veneactiva, que busca apoyar a los migrantes, el miedo que sienten reside en la creación de una Asamblea Constituyente que podría replicar la génesis del modelo dictatorial impuesto por Hugo Chávez en Venezuela. Para ella, es una probabilidad por las relaciones de Vladimir Cerrón con Cuba.

Arellano asegura que no es un tema de derechas o izquierdas. Sino de cómo se percibe la crisis humanitaria en su país. «Es indignante cuando hay personas como Cerrón que dicen que eso [la crisis] no existe en Venezuela», afirma.

Los otros venezolanos menos favorecidos, como Bryan, Tulio y sus compañeros de esquina, aseguran que no apoyan a Keiko, sino que están en contra de lo que representa, para ellos, Castillo: la posibilidad de migrar una vez más sin rumbo conocido.

 

Tags:

Elecciones 2021, Keiko Fujimori, Pedro Castillo, Racismo, venezolanos

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