Pie Derecho

Boluarte y el monstruoso Estado peruano

“Es una ameba partida en mil pedazos que no se comunican entre sí, fue la metáfora que empleó Leonie Roca, presidenta de AFIN, gremio de infraestructura, para entender al Estado peruano”

Es una ameba partida en mil pedazos que no se comunican entre sí, fue la metáfora que empleó Leonie Roca, presidenta de AFIN, gremio de infraestructura, para entender al Estado peruano. Y que a ello sumó, sin planificación ni criterio, una política de descentralización amorfa e ineficiente. Son amebas partidas en cuatro.

Nada o casi nada funciona bien en el Estado peruano y se ha terminado por convertir en una rémora gigantesca para que la inversión, tanto pública como privada, fluya, en proporción a los ingresos fiscales o mercados crecientes que el Perú ha logrado activar a punta de crecimiento económico las últimas décadas. El Estado peruano se encuentra en una situación precaria, carente de una estructura moderna y eficiente que pueda garantizar el bienestar y el progreso de la nación.

El Estado peruano actualmente padece de una burocracia excesiva y una corrupción rampante que ha infectado las instituciones gubernamentales a todos los niveles. Estas deficiencias no solo son costosas para los ciudadanos y las empresas, sino que también impiden el crecimiento económico y la creación de empleo.

Por ello, es imperativo que se realicen reformas significativas en el Estado peruano para que pueda funcionar como una democracia moderna y efectiva. Estas reformas deberán incluir la reducción de la burocracia, la eliminación de la corrupción y la promoción de la transparencia en todas las áreas del gobierno.

Además, se debe poner en marcha un programa de modernización del Estado que permita la implementación de tecnologías de información y comunicación de última generación en la gestión pública, lo que aumentará la eficiencia y la calidad de los servicios gubernamentales. Asimismo, se deben implementar medidas para promover la participación ciudadana y la rendición de cuentas por parte de los funcionarios públicos.

No podemos seguir tolerando un Estado deficiente que solo sirve para beneficiar a unos pocos en detrimento de los intereses de la mayoría. La reforma del Estado peruano es esencial para garantizar un futuro próspero y justo para todos los peruanos.

Si Dina Boluarte no tiene idea de cómo hacerlo, como seguramente no la tenemos la mayoría de opinantes, pues que convoque a una comisión de expertos -que los hay, y muchos- en la materia y produzca una propuesta de cambios normativos, eventualmente constitucionales, que construyan un Estado capaz de resolver desafíos, un Estado que hoy no puede, siquiera, construir un sistema de alcantarillado moderno en las principales ciudades del país.

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Dina Boluarte, Estado, Perú

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