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Coaching archivos | Página 11 de 19 | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad

Coaching

Esta historia se desarrolla en un pequeño y lejano pueblo, donde existía una casa que había estado abandonada por muchos años. Sin embargo, cierto día, un perrito que estaba buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perrito, comenzó a olfatear todo, moverse por todo el lugar. Finalmente, encontró unas escaleras muy viejas, y a pesar del rechinar de la madera y el susto que le producía, logró subir lentamente.

Cuando por fin consiguió llegar al segundo piso, se topó con una puerta que se encontraba semiabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, al asomar el hocico, se dio cuenta que dentro de ese cuarto, habían mil perritos, que al mismo tiempo asomaban el hocico. Estos perritos, lo estaban observando tan fijamente como él los observaba a ellos. El perrito, que miraba a todos estos con actitud agresiva, vio que al mismo tiempo, a él lo veían también con actitud amenazante, lo cual hizo que se sintiera muy amenazado, porque quizás, no eran más grandes que él, pero si eran muchos y lo estaban viendo de una manera muy agresiva. Entonces, les empezó a gruñir, pero al mismo tiempo, obviamente los mil perritos le comenzaron a gruñir a él en respuesta. Poco a poco, todo fue empeorando porque comenzó a ladrarles ferozmente, a lo que los otros mil perritos le ladraron también a él. El perrito se asustó tanto al escuchar cómo le ladraban todos esos perros, que cuando salió disparado, pensó: “Qué lugar tan desagradable y horrible es éste, que mal me sentí, que mal me trataron, nunca más volveré por aquí”.

Tiempo después, otro perrito callejero entró a la misma casa, la recorrió también hasta que finalmente llegó al mismo cuarto que había entrado el primer perrito. Pero a diferencia del primero, cuando este asomó la cabeza al cuarto, el perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perritos hicieron lo mismo. Posteriormente sonrió y les ladró alegremente a todos y cada uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente a él.

Finalmente, cuando el perrito salió del cuarto, se quedó pensando para sí mismo: “Qué lugar tan agradable, qué experiencia tan feliz, hace tiempo no me sentía tan bien recibido, voy a venir más seguido a visitarlo”. Ambos perritos, que obviamente no sabían leer, no vieron un letrero fuera de la casa que decía: “La Casa de los mil Espejos”.

Y tú ¿qué cara le pones al mundo?, ¿con qué actitud interactúas con las personas, las conozcas o no las conozcas?, ¿con qué actitud te recibe el mundo y tú qué das de vuelta? ¿cómo estás actuando – reaccionando o respondiendo – a los espejos de tú vida?

En la vida, en el mundo, constantemente estamos recibiendo “feedback” – retroalimentación – de lo que estamos entregándole. Sin embargo, en muchos casos no nos hacemos cargo, no queremos ver, no queremos darnos cuenta y más bien echamos las culpas al “mundo”, como que el “mundo” es el que ha hecho que nos comportemos como lo hacemos y reaccionemos como lo hacemos. Nosotros podemos reaccionar e ir en contra de lo que recibimos, o podemos responder y alinear nuestras acciones y actitudes a lo que queremos lograr, conseguir, alcanzar.

Reaccionar te pone en actitud de “efecto” (tú no generas lo que pasa, sólo eres parte del problema o la situación). Pasó algo y tú vas en contra, sin pensar, sin reflexionar si es lo mejor para obtener tus resultados. En realidad, tú no estás decidiendo, la situación decide por ti, y tú reaccionas de acuerdo a patrones preestablecidos aprendidos en tu pasado. Responder en cambio, requiere que estés presente, que estés claro del resultado que quieres lograr, de tener claro tu propósito, y entonces decidir conscientemente cuál es la actitud, cuál es la acción, de qué manera vas a enfrentar la situación y de qué manera te vas a desenvolver y finalmente actuar. Te conviertes en la causa, en el generador del resultado, creador del presente para ti.

Te invitamos entonces a estar presente a los espejos de tú vida, a no reaccionar sino por el contrario a responder, a estar en real control de las situaciones y alinear tu accionar a los resultados que estés comprometido a generar. Como decía Ghandi: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Cada uno de nosotros puede ser ese cambio y crear un mundo donde valga la pena vivir, comenzando por nosotros mismos. Te deseamos una vida abundante y feliz.

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Creciendo entre amigos, Germán Díaz, Recibes

Es normal sentirse fatigados durante esta crisis sanitaria que venimos viviendo a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denominado fatiga pandémica al cansancio que deriva del agotamiento que está creando la hipervigilancia y las consecuencias ante este virus.

A esto se suma el desgaste que los trabajadores experimentan frente a los cambios organizacionales complejos y continuos, que han incluido nuevos procesos, prácticas, actualizaciones de tecnología, entre otros.

El psicólogo clínico Nahum Montagud explica que esta fatiga lleva consigo pérdida de la motivación por mantenernos informados sobre la pandemia e, incluso, puede provocar que dejar de seguir las medidas preventivas para mantenernos sanos, y su principal consecuencia es relativizar el riesgo del COVID-19.

Convertir la fatiga en resiliencia

Si bien durante nuestras vidas hemos venido enfrentándonos a periodos cortos de cambio constante, la incertidumbre debido a las preocupaciones de salud, el aislamiento social prolongado, y las nuevas dinámicas familiares y laborales nos han afectado de sobremanera.

Ana Michelle Concepción, vicepresidenta y directora general de venta empresarial y soluciones de negocio en AT&T México, explica que en estos momentos difíciles, el papel del líder de un equipo es estar cerca de sus trabajadores, en constante comunicación y brindándoles apoyo, pues esto facilitará el proceso de adaptación y el desarrollo de la resiliencia.

Además, para lograr que los equipos se conviertan en resilientes, se deben poner en práctica tres acciones:

Cultivar la confianza: Resulta fundamental hacer saber a los trabajadores que hay preocupación por ellos y se tienen sus intereses en cuenta. Concepción explica que los colaboradores que reportan una confianza alta en sus organizaciones tienen 2.6 veces más capacidad de cambio que aquellos con menor confianza.

Generar unidad: Un equipo unido que comparte un sentido de pertenencia, conexión y metas en común, no tiene límites. La experta indica que los equipos unidos tienen una capacidad de cambio 1.8 veces mayor que los equipos que carecen de cohesión.

Conocer a las personas: Para poder brindar un mejor apoyo como líder, es necesario conocer la historia de los trabajadores. “Analiza a cuántos cambios se han enfrentado y qué efecto han tenido en ellas. Esto permite cultivar empatía y llegar juntos a la resiliencia”, señala Concepción.

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Covid-19, OMS, Resilencia

El Covid19 ha generado diversos cambios en la vida de las personas: desde la manera de socializar entre amigos y familiares; hasta la forma de trabajar. Y si bien poco a poco se están retomando ciertas actividades, los hábitos de consumo han cambiado y nuevos insights han sido creados en la mente del consumidor peruano.

Es así que Claridad Coaching Estratégico, empresa peruana que se expande al mercado europeo, realizó un estudio sobre los nuevos insights del consumidor peruano a raíz del efecto pandemia.

Medios de información: Los nuevos consumidores valoran más la fuente de información para cualquier noticia, esté relacionada o no a la situación del coronavirus en el país. Hoy buscan fuentes con mayor credibilidad, sean medios de comunicación o profesionales especialistas. Según comenta Ximena Vega, CEO de Claridad, un claro ejemplo es el uso de Twitter, que ya dejó de ser considerada como una red social, hoy es usada como un medio de información.

Manejo de su economía: Priorizan “guardar pan para mayo”. Los nuevos consumidores han reajustado la economía del hogar. Con respecto al método de pago, hay un menor uso de efectivo y un incremento en la preferencia por los pagos electrónicos para evitar tener contacto. El e-commerce continúa aumentando su preferencia por parte de los consumidores. A lo largo de la pandemia, empresas de diversos rubros han sabido adaptarse a las circunstancias y crearon su canal de e-commerce. En resumen, “lo bueno de todo esto es que las personas toman las riendas, y quienes quieren, encuentran nuevas formas de poder sobrevivir.”

Nuevas habilidades: Durante la cuarentena, los consumidores desarrollaron nuevos hobbies que, a su vez, se convirtieron en nuevas habilidades. Por ejemplo, cocinar, hacer deporte, entre otros. Sin embargo, la fundadora de Claridad Coaching Estratégico afirma que hoy en día, la principal habilidad que el nuevo consumidor posee y se fortalece es la capacidad de adaptarse y reinventarse para salir adelante.

Estado emocional: Si bien las restricciones no son las mismas de hace un año, los casos de coronavirus y sus variantes continúan siendo un factor estresante para el consumidor peruano. Es así que se han convertido en un usuario mucho más selectivo, desde qué medios consume, qué usuarios sigue en redes sociales e incluso se alejan de amistades que les provocan una carga negativa. No obstante, se destaca el valorar y sentirse agradecidos de lo que se tiene (la familia, el amor, etc.): “Tu casa es tu mayor protección”.

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Consumidor peruano, mente, Pandemia

Hace algún tiempo, un grupo de ranas muy alegres viajaba por el bosque y, de repente, hubo un accidente: dos de las más pequeñas, que estaban distraídas, cayeron en un hoyo profundo. Al instante, todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo para ver qué había sucedido y, ver, si podían ayudarlas. Algunas curiosas, otras con intención real de ver qué posibilidades había de apoyar a sus compañeras. En el momento, en que las ranas se dieron cuenta de lo profundo que era el hoyo, la gran mayoría comenzaron a gritarles, a las dos ranas en el fondo del hoyo, que mejor ni se esforzaran, que por lo pequeñas que ellas eran, y que, por lo profundo del pozo, era mejor que no se esforzaran, porque no había manera que pudieran salir de allí, que era mejor que aceptaran su destino y se dieran por muertas. Ninguna de las dos ranas hizo caso a todo lo que les gritaban las ranas que estaban fuera del pozo y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Al mismo tiempo, las otras ranas, seguían insistiendo que era inútil seguir tratando, que no iban a poder, que eran pequeñas, que el pozo era hondo, y muchos otros argumentos más, y que finalmente sus esfuerzos serían inútiles y que inevitablemente iban a morir. Después de un tiempo, una de las dos ranas, la que les puso atención a las cosas que las demás les gritaban, que al ser ranas mayores, con más conocimiento y experiencia decían, se rindió. Esta rana, cansada y extenuada, se desplomó y murió.

Sin embargo, la otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Al mismo tiempo, la multitud de ranas le gritaba cada vez más y más fuerte, le hacían señas para que dejara de insistir, que dejara de intentar, que era mejor que se detenga, que deje de sufrir y que simplemente se disponga a morir, ya que no había escapatoria, que no tenía caso seguir luchando. A pesar de todos los gritos, la rana no se detenía, seguía y seguía, saltando cada vez con más fuerza, hasta que finalmente, con todas las fuerzas que tenía, dio un salto enorme y logró salir del hoyo. En ese momento, todos los gritos en contra, toda la negatividad, toda la desesperanza se tornó en júbilo, en alegría.

Todas eran palabras en apoyo a la rana que había logrado vencer su destino. Sin embargo, la rana sólo seguía avanzando, como que lo que le decían, no le afectaba. En ese momento, una de las ranas mayores, la de más jerarquía se le acerca y le dice directamente: “Estamos felices y orgullosos, nos da mucho gusto que hayas logrado salir de ese pozo que pudo haber acabado con tú vida, como pasó con tu compañera, y todo eso, a pesar de que te gritábamos que era mejor que no lo siguieran intentando, que no había posibilidad. A pesar de eso, tú insististe y lograste vencer a la muerte”.

La rana, sólo la miraba sonriente, y en un momento, se gira hacia el resto de las ranas, que la veían confundidas, y les explicó que ella era sorda, y que estaba muy agradecida por sus gritos, les agradecía que no se hubieran rendido y que sus gritos de ánimo fueron los que hicieron que ella no se rindiera y que se siguiera esforzando hasta finalmente salir del hoyo.

¿Cuántas veces en tu vida has hecho caso a los que “saben”, en vez de seguir tus instintos?, ¿Cuántas veces has escuchado a la gente decirte: tú no puedes, eso no es para ti, tú no eres capaz, ¿tú no vas a poder?

Hay personas que piensan: “si hasta hoy nadie ha podido, quiere decir que no se puede”. Sin embargo, hay otros que piensan: “si hasta hoy nadie ha podido, yo puedo y voy a ser el primero”. ¿Qué tipo de persona eres tú?

Las palabras pueden construir y al mismo tiempo pueden destruir, tanto las tuyas hacia ti, las de los demás hacia ti o las tuyas a los demás. Por eso es importante que cuides tus palabras porque estas crean tu realidad. Asegúrate que tus palabras estén creando la realidad con la que sueñas, asegúrate que estén construyendo en ti y en otros.

Alguna vez escuché: “Cuida tu café. Si tu peor enemigo pone 10 cucharadas de azúcar en tu café, para hacerte daño, lo peor que puede pasar es que tengas un café muy dulce. Sin embargo, si tu mejor amigo, por descuido, pone una insignificante gota de veneno en tu café, tú podrías estar muerto.”

En la NASA, hay un póster de un abejorro, que dice así: “Aerodinámicamente, el cuerpo de un abejorro no está hecho para volar; lo bueno es que el abejorro no lo sabe.” Te invito a que seas como ese abejorro, y no permitas que la gente te diga qué es posible y qué no es posible, en y para tú vida. Se como esa rana, sorda a las críticas y que, en vez de escucharlas, lo que ella oía eran palabras de aliento. No escuches a nadie que te diga que tus metas y sueños no se pueden hacer realidad, escucha tu propia voz que te dice: “yo sé que vamos a triunfar”.

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Creciendo entre amigos, Germán Díaz

Durante este último año y medio no solo nuestra salud física se ha visto afectada a causa de la pandemia, sino también nuestra salud mental. Desde marzo del 2020 las atenciones en el Servicio de Salud Mental del hospital Edgardo Rebagliati se incrementaron en un 30% y la patología más recurrente ha sido la depresión. Solo por Emergencia, se registran más de 300 casos de depresión y 200 de ansiedad en el hospital Rebagliati.

Además, este año los peruanos hemos estado expuestos a la constante preocupación sobre la crisis política y nuevas elecciones. El psicólogo Luis Martínez-Casasola explica que las personas muy implicadas en la vida política de su país corren el riesgo de sumergirse en una espiral de seguimiento de la actividad e incluso de activismo a favor de uno u otro partido que puede llegar a ser desgastante.

Además, explica que uno de los mayores problemas es el sentimiento de rivalidad que se llega a generar entre las diferentes facciones de pensamiento. “Este estado de activación constante es desgastante a nivel emocional y genera síntomas compatibles con ansiedad y depresión, y una gran irritabilidad que puede desencadenar cambios en el estado de ánimo”, indica.

Cuidar de la salud mental

Frente a este contexto complejo que afecta nuestra estabilidad y armonía personal, estos son algunos aspectos a los que podemos prestar especial atención y generar mayor cuidado sobre nosotros mismos:

1.-Gestión de la ansiedad

La ansiedad es la compañera inseparable tanto de la pandemia como de la inestabilidad política. Las consecuencias de ambas han generado que muchas personas noten que sus vidas se tambalean, y ante esto, es fácil que su sistema nervioso esté siempre en modo “vigilancia”. Aunque como individuos no podemos hacer nada para evitar estas grandes crisis, sí podemos modificar la manera en la que gestionamos nuestras emociones y nuestros patrones de conducta ante esta.

2.-Gestión de la soledad

La tendencia a adoptar hábitos más solitarios sigue presente incluso si ya no se llevan medidas extremas de confinamiento como hace unos meses. El desgaste producido por llevar muchos meses apenas viendo a familiares y amigos puede pasar factura, sobre todo en las personas más extrovertidas y acostumbradas al trato cara a cara. Es importante amistarse con la propia soledad y empezar a tener una buena relación con ella.

3.-El autocuidado

Al perder los referentes de aquello que ya nos habíamos acostumbrado a hacer, como los horarios de trabajo fuera de casa y las rutinas de actividades junto a los amigos, podemos entrar en un estado de pasividad que nos haga interiorizar nuevas costumbres que son fáciles de llevar a cabo. Por ejemplo: quedarnos hasta tarde viendo vídeos en Internet, comer mucho entre horas, o pasarnos horas frente al televisor. Frente a ello es necesario saber seguir una cierta disciplina a la hora de estructurar el día a día y no postergar aquello que de verdad deberíamos hacer por nuestro bien.

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ansiedad, depresión, Salud Mental, soledad

En situaciones complicadas, las organizaciones voltean a sus líderes para buscar alguna certeza en medio de la incertidumbre, y con la pandemia, el temor se ha extendido con fuerza. Según una encuesta global realizada por Mercer, el 90% de trabajadores se encuentran preocupados por el impacto de la Covid-19 en sus trabajos.

Bajo este escenario, Gustavo Giorgi. psicólogo especialista en empresas, aconseja evitar transmitir más incertidumbre. En un artículo para Entrepreneur considera que uno de los principales errores que algunos líderes cometen es hablar sobre cosas de las que no está plenamente seguro. Además, tampoco se debería hablar todo el tiempo de la pandemia.

“Es genial que un líder genere conexiones emocionales con las personas. Pero debe estar atento a no ser un factor multiplicador de angustia y por ende conducir las preocupaciones hacia zonas saludables. No se trata de desviar la atención del problema sino de la habilidad para encuadrarlo y que no desborde”, aseguró.

Lecciones para todas las crisis

El especialista comenta que hay algunos líderes que también cometen el error de aprovechar la coyuntura para hacer recortes y tomar decisiones cuestionadas. “Aprovechar la coyuntura, dramatizándola, permitirá al líder sentir cierto cobijo. Pero cuidado, si una vez superada esta etapa los empleados perciben que se les asustó más de la cuenta, el líder habrá rifado su credibilidad para nada”, advierte.

Para EAE Business School, a raíz de la pandemia, algunos líderes han caído en errores comunes que no deberían de ocurrir ni en esta ni en alguna otra crisis. Por ejemplo, volverse reactivo. Cuando un líder deja de recopilar información y de analizarla con ojo crítico antes de tomar decisiones, es seguro que incurrirá en graves errores. Aún menos se debe volver a soluciones desechadas anteriormente.

“No es recomendable acudir a los mismos consejeros que han acompañado a la empresa en los últimos tiempos. Es necesario adoptar una actitud de apertura hacia las nuevas ideas en lugar de refugiarse en la comodidad de ideas conocidas, que aportan una sensación de seguridad que, ciertamente, es deseada en tiempos de incertidumbre”, explican.

También indican que cualquier recorte de recursos debe hacerse con cuidado puesto que pueden salir muy caros a largo plazo. En muchos casos, es más recomendable preguntar a los propios miembros del equipo cuáles son los ajustes que ellos consideran que podrían llevarse a cabo pues son los que mejor conocen los requerimientos del proceso de producción.

Por último, no se debe caer en el pesimismo ni descuidar aspectos estratégicos a mediano y largo plazo. “Un día todo esto pasará y las empresas que sobrevivan serán aquellas que se adaptaron al presente, pero que desde la crisis construyeron su futuro, que tal vez sea distinto al que habían soñado el año anterior”, refiere Giorgi.

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Crísis, Errores, Líderes Locales

Esos tiempos en que jugar videojuegos se veía como una completa actividad de ocio, sin mayor propósito que la distracción de otras actividades productivas como los estudios van quedando atrás. Diego Regolar Ripoll, neurocientífico de la Universitat Oberta de Catalunya, precisa al portal 20 Minutos que es posible desarrollar varias destrezas a través de los videojuegos.

Asegura que jugar 30 minutos al día videojuegos de acción estimula la materia gris en la corteza prefrontal y el hipocampo derecho, que es la parte del cerebro responsable de la memoria y el cálculo visual. “Juegos como los de conducción mejoran la memoria, la concentración y la capacidad de hacer varias cosas a la vez”, agrega.

En un evento organizado por EAE Business School, Gerard Pous, gamer conocido como ‘StarK’, también refirió que los juegos de roles, como World of Warcraft promueven el liderazgo entre personas habitualmente tímidas o retraídas. “Creo que eso es algo que le ocurre a muchas personas que juegan, porque muchas son personas introvertidas que encuentran una vía para desarrollar sus capacidades sociales”, explica.

Las habilidades del futuro

Para identificar en qué forma esa experiencia “gamer” o del “gaming” es transferible al lugar de trabajo, ManpowerGroup elaboró el estudio “Game To Work”, que entrevistó a jugadores de 44 países y territorios, incluido el Perú. Entre sus hallazgos se destaca que los “gamers” tienen las habilidades del futuro: un mejor pensamiento crítico, creatividad, inteligencia emocional y resolución de problemas complejos.

Según ManpowerGroup, el 43% de los empleadores dice que es más difícil enseñar este tipo de habilidades sociales, que son de las más buscadas a medida que la automatización y las máquinas realizan tareas más rutinarias. Los diferentes géneros de videojuegos (multijugador o de estrategia) permiten a las personas cultivar habilidades distintas.

Por ejemplo, quienes practican juegos de estrategia como StarCraft o League of Legends, desarrollan el pensamiento crítico, creatividad, resolución de problemas y la percepción social. En cambio, quienes se concentran en juegos de acción como World of Warcraft, Assassin’s Creed o Pokémon, desarrollan habilidades como la colaboración, la comunicación, el juicio y toma de decisiones y la resolución de problemas.

De esta manera, con cada juego jugado, la próxima generación de gamers está desarrollando personas con las habilidades más buscadas por los empleadores: un perfil más social, estratégico, competitivo y diverso.

Luca Giovannini, vicepresidente global de Innovación y Analítica de ManpowerGroup, concluye que “los juegos fomentan la habilidad del aprendizaje continuo y esta capacidad es cada vez más crítica a medida que las personas se adaptan al mundo laboral en constante cambio”.

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Gaming, Trabajo, videojuegos

El estrés es uno de los principales males de nuestra era. Según el Ministerio de Salud (MINSA), el 52.2% de la población de Lima Metropolitana sufre de estrés moderado a severo. Esto se debe principalmente al COVID-19 y los problemas de salud, económicos o familiares que trajo consigo la pandemia. Además, la investigación elaborada por el Instituto Nacional de Salud Mental del MINSA reveló que el 54.6% de limeños reportó problemas para dormir.

«El estrés no es una enfermedad, pero puede tornarse en un trastorno mental cuando la persona estresada empieza a desarrollar cuadros de ansiedad y depresión», indicó el doctor Javier Saavedra, director de la Oficina Ejecutiva de Apoyo a la Investigación y Docencia Especializada del INSM.

Alimentos para combatir el estrés

Cuando atravesamos momentos de estrés es importante sostener hábitos saludables para generarnos un propio estado de bienestar. Uno de esos hábitos que más debemos cuidar es nuestra alimentación y ciertos elementos pueden ayudarnos a tener mayor energía y continuar con el día a día. Un informe de ABC Bienestar reveló algunos de los alimentos que pueden ayudarnos durante temporadas de estrés:

Lentejas: Una de las claves para ayudar al cuerpo a reducir el nivel de ansiedad es la sensación de saciedad tras comer. En ese sentido, las menestras son grandes aliadas y las lentejas resultan una gran opción pues son unas legumbres más ligeras y con alto contenido de hierro.

Chocolate amargo: El chocolate ayuda a mejorar el estado de ánimo, debido a que contribuye a elevar los niveles de triptófano y serotonina. Lo ideal es consumir el chocolate más puro posible y con la menor cantidad de ingredientes añadidos como azúcar o leche.

Semillas de linaza: La linaza es uno de los alimentos con mayor cantidad de magnesio 392 miligramos por cada 100 gramos. Esto, su efecto de regulación de la digestión y su aporte proteico hacen de estas semillas un gran aliado contra el estrés.

Salmón: Los pescados, al ser ricos en proteínas, ayudan a sostener una dieta saludable y balanceada, esencial para contar con una buena salud mental. El salmón es rico en Omega 3, lo cual ayuda a mantener un mejor estado de ánimo.

Plátano: Las frutas ayudan a mantener una alimentación sana y bajar nuestros niveles de estrés. El plátano cuenta con 3.4 gramos de fibra por cada 100, lo que ayuda a nuestro tránsito intestinal, muchas veces afectado por la ansiedad.

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alimentación, depresión, Estrés

Un día Ana recibió como regalo dos halcones. Como ella no sabía cómo entrenarlos, decidió llevarlos a un entrenador profesional que le recomendaron, para que él se encargara de adiestrarlos. Sin embargo, al cabo de algunos meses, el entrenador le comunicó a Ana que había logrado un trabajo extraordinario con uno de ellos, y que ya estaba perfectamente amaestrado. Ya había aprendido a volar y también cazaba. Pero también debía aceptar, que con el segundo no había logrado avance alguno. Desde el día que se los entregaron, lo colocó en una rama del jardín y no se había movido. Incluso, para evitar que muriera de hambre, ya que no se movía para nada, él tenía hasta que llevarle la comida.

Ana, que estaba ya muy preocupada por su halcón, busco a cuánto entrenador le recomendaron. Buscó a los mejores entrenadores. Sin embargo, ninguno logró que el halcón volara. La desesperación la llevó, incluso, a colocar avisos en todas sus redes sociales, en busca de alguien que la ayudara con su halcón.

Pero un día cuando se levantó para visitar a sus halcones, vio que el que no volaba, lo estaba haciendo, estaba volando majestuosamente por todo el jardín. Ana, que sentía una mezcla de felicidad, dicha, asombro y agradecimiento, quería saber qué había pasado, quién había logrado “el milagro”, cuando justo en ese momento ve a otra persona, un entrenador, que también contemplaba como volaba su halcón. Luego de la sorpresa, se acerca al entrenador y le pregunta si él había hecho que volara el halcón, cual había sido el método o quizás había utilizado algún tipo de magia. El entrenador le contestó con una sonrisa: “en realidad yo no hice que volara, lo único que hice fue cortarle la rama, cuando estaba cayendo, instintivamente abrió sus alas y voló. Volar estaba en él, sólo que no había necesitado hacerlo”

Pregúntate ¿Cuál o cuáles son las ramas a las que quizás estás atado? ¿Cuál o cuáles son esas cosas que no sueltas de tu pasado? ¿Qué tienes miedo a perder, pero ese mismo miedo a perder… ya te está haciendo pagar precios en tu presente?

Así como ese halcón, muchas veces vivimos aferrados a las ramas que nos mantienen en un estado de confort. Sin embargo, esa costumbre nos hace vivir en una jaula, y aunque tengamos la llave de la puerta o incluso sabiendo que la puerta está abierta, nos quedamos dentro, atrapados, porque creemos que es lo único que existe, que es lo mejor que hay para nosotros.

Es importante que nos atrevamos a enfrentar el riesgo que existe de soltar esa o esas ramas. Obviamente, cuando lo hagas es muy probable que tengas miedo, pero recuerda: no es valiente el que no tiene miedo, valiente es el que, a pesar del miedo, igual enfrenta la situación. Dejar nuestra zona de confort, tiene un miedo inherente, pero cada vez que lo hagas, te darás cuenta que -sin importar el resultado- cada vez que enfrentes la situación y sales de esa zona de confort, te sentirás mejor solo por el simple hecho de haber tomado el reto.

A lo largo de nuestra vida, van a haber situaciones en que seremos como el primer halcón, que no necesitó ayuda, que no necesitó que “alguien” le corte la rama y que simplemente desde el primer día voló. Habrá otras ocasiones en que te tocará a ti mismo “cortar las ramas” para volar y enfrentar la situación. Quizás te puedas preguntar: Pero ¿y cómo me doy cuenta de cuál es o cuales son mis ramas? Al principio es muy probable que no te des cuenta de que estás atado a una rama, porque estás acostumbrado a eso, pero si en tu vida sigues generando los mismos resultados, una y otra vez, si ves que no hay un cambio, es bastante probable que estés atado a una rama.

Para lograr lo que hasta el día de hoy no logras necesitarás hacer las cosas, tomar las decisiones y convertirte en la persona que requieras ser. De esa manera podrás alcanzar las metas que te propongas y lograr los resultados que sean importantes para ti.

Muchas veces nuestras creencias de lo que los demás pensarán de mí es la rama a la que estoy atado, y pienso más en lo que los demás pensarán, que en lo que puedo lograr. Estoy más pendiente del mundo exterior que de mi mundo interior y la opinión que yo tengo de mí.

Descubre nuevas maneras de vivir, sal de tu zona de confort, experimenta siendo la persona que te funcione ser. Recuerda que en esta función de teatro que se llama “vida” no hay ensayos, y la única manera de ser extraordinarios y lograr nuestros sueños es dándonos el permiso de hacer, de crear, de arriesgarnos a ser… esa persona que estamos destinados a ser.

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atado, Creciendo entre amigos, Rama
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