En estos tiempos de incertidumbre generalizada y de identidades precarias, ¿cómo pensar la política? Para ser más puntuales, ¿cómo conectamos, dentro del variado panorama actual, causa colectiva con reconocimiento individual?
Es una pregunta que tiene una respuesta muy compleja, porque implica –desde el punto de vista sociológico- ubicar los elementos sociales por las cuales está intermediado el sentido común de las personas en un contexto de predominio de las tecnologías de la información y de la comunicación.
Partamos desde dos premisas que pueden servirnos como marco referencial para ensayar algunas breves respuestas: Partidos/Globalización y Partidos/Sociedad. Sobre el primer punto, hay que tener en cuenta que con la globalización reinante -desde los noventa en adelante- los medios de comunicación han cobrado un protagonismo importante para otorgar información a las personas.
Si antes los partidos políticos -mediante sus diarios- eran los que otorgaban la información a sus militantes y a los ciudadanos en general, pues ahora los medios de comunicación –como la televisión y la radio-, así como el internet –desde un computador o desde un teléfono celular- otorgan la información sin ningún tipo de intermediación política partidaria.
En lo que respecta al segundo punto, podemos apreciar que –desde los noventa en adelante- los partidos políticos no han sabido leer adecuadamente (en términos flexibles y no burocráticos) lo que representa la migración del campo a la ciudad (léase propiedad, educación e informalidad).
De acuerdo con este panorama presentado, es necesario ensayar –desde los partidos políticos- incentivos de participación, como programas televisivos educativos, que engarce con la problemática de los jóvenes, de la propiedad, de la educación y de la informalidad.
Existen programas televisivos alternativos como Fort Apache en España que han logrado mediatizar sus propuestas políticas desafiando la convencionalidad del otorgamiento de la información “despolitizada” por parte de los medios de comunicaciones tradicionales. Otro punto a tomar en cuenta es el trabajo con los colectivos, que si bien no han reemplazado a los diversos gremios, tienen un protagonismo social en las calles. ¡Ojo!
