Sinfín de temas vienen aconteciendo en el país y la primera mandataria guarda silencio sepulcral. Ello explica, en gran medida, por qué su desaprobación se mantiene tan alta.
1.- El ministro de Educación ha arremetido arbitrariamente contra la Sunedu y la reforma universitaria, trayéndose abajo lo mejor que se ha hecho en el país, en materia institucional, en las últimas décadas, y Dina Boluarte no se compra el pleito.
2.- Luego de las protestas sociales y los muertos, no ha habido de parte del Ejecutivo una real asunción de responsabilidades penales y políticas. Un par de disculpas no bastan. La presidenta parece creer que el tiempo que pase es el mejor remedio.
3.- Reconstrucción del norte. Un par de visitas a la zona caminado en el agua no reemplazan una actitud decidida de establecer comandos de acción o el despliegue de respuestas rápidas. Está bien que se reemplace la Autoridad de Reconstrucción con Cambios, que ha sido un fracaso, pero eso es para más adelante. Ahora, la emergencia exige una presencia activa de la gobernante.
4.- Crisis diplomática con México y Colombia. Muy bien hecho el retiro de nuestros embajadores, pero no es suficiente una respuesta de la cancillería. El ataque político de López Obrador y Petro es a Dina Boluarte. Es ella la que debe responder con acritud las majaderías de los presidentes, sus pares.
5.- Denuncias de financiamiento ilegal de su campaña. Podrá ser un refrito periodístico, pero hay tema en el asador como para tornar necesaria una respuesta clara y contundente de la presidenta. Su precariedad política es tal que no puede dejar flancos abiertos.
6.- Medidas populistas del Congreso. Sinfín de medidas económicas de corte populista se vienen desplegando en el Congreso y la presidenta de la república ni se pronuncia ni llama a la cordura al Legislativo, siendo normas que van a afectar la marcha del Ejecutivo. Su pánico respecto de que el centro o la derecha congresal se le volteen no la puede llevar a la inacción.
7.- Medidas contra la libertad de prensa. Por lo menos tres iniciativas legislativas constituyen un ataque directo a la libertad de prensa y Dina Boluarte, como si con ella no fuera. Supuestamente, su gobierno es demócrata y debería plantarle cara a temas que la golpean en su línea de flotación.
8.- LUM. Su caprichosa clausura debe merecer una manifestación enérgica del Ejecutivo en defensa del Lugar de la Memoria, museo que forma parte de la red del Ministerio de Cultura. ¿Tanto temor tiene de enquistarse con Renovación Popular? No podemos tener una presidenta rehén de sus aliados de turno, o incapaz de disentir de ellos con firmeza.
