Pie Derecho

Congreso entre bufets y Iphones

“En todas partes del mundo los Parlamentos no gozan de la mayor de las simpatías, pero el descrédito del que adolece el Congreso peruano es de antología (alguna vez un congresista dijo que ya al día siguiente de haber juramentado, lo insultaban en las calles)”

Al parecer, vista la nula intención del Congreso por adelantar las elecciones, lo más probable es que tengamos a Dina Boluarte y al Legislativo actual hasta el 2026, más aun cuando la protesta social muestra signos de debilitamiento y de focalización regional acotada (Puno como reducto aun beligerante).

Es hora, pues, de pensar seriamente en reformas constitucionales importantes al tinglado institucional que estructura al poder del Estado más desprestigiado del país y cuya calidad técnica empeora año a año. Ya el tema de los pasajes aéreos de Año Nuevo, el bufet suculento, los Iphone 14 –para hacer mención a las últimas denuncias-, son signos de desvergüenza que solo coronan la mediocridad de un Congreso incompetente.

Se requiere una reforma profunda que pase por discutir asuntos como la reelección, la bicameralidad, los distritos electorales múltiples, uninominales, renovación por tercios o mitades, la composición representativa de las regiones, la acotación de las cuestiones de confianza y la vacancia por incapacidad moral (armas nucleares que solo han traído consecutivas crisis políticas), la “silla vacía” para limitar el transfuguismo, etc., etc.

Lo importante, sin embargo, es que esas reformas provengan del propio Parlamento, no de una comisión ad hoc creada por el Ejecutivo, como sucedió con la comisión Tuesta. Que la comisión respectiva designe, con el mayor consenso posible, a un grupo de expertos en la materia, que en breve plazo discutan y propongan un conjunto de reformas constitucionales, que luego el Legislativo discuta.

Es verdad que en todas partes del mundo los Parlamentos no gozan de la mayor de las simpatías, pero el descrédito del que adolece el Congreso peruano es de antología (alguna vez un congresista dijo que ya al día siguiente de haber juramentado, lo insultaban en las calles).

Mientras eso no cambie, las crisis políticas perdurarán en el tiempo, sin visos de solución. Necesitamos un Congreso representativo los cinco años de su vigencia, dinámico, eficaz, reactivo, reflexivo. Y eso, con el diseño legal que actualmente lo instituye, es imposible de lograr. Todo parece haber sido hecho para lograr el desprestigio inmediato y profundo.

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Congreso de la República

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