Este columnista se ha caído de indignación, como lo hiciera alguna vez el legendario Charly García desde el noveno piso del hotel Aconcagua a la piscina, al leer en que se “saborea” el congreso la plata de todos los peruanos con total impunidad. Con más del 70% de la población esperando su cierre (Datum) y con una abrumador 87.6% de desaprobación(CPI), y con un esmero férreo, como lo hiciera Jack, ahora que se ha reestrenado “Titanic”, de amor por la bella Rose, pero estos por el dinero que rebasa del estado. Mientras que aquellos enternecedores personajes encarnaban el amor, estos impresentables personajes encarnan la codicia y el descaro. Con razón tanto desentendimiento y oídos sordos ante el llamado multitudinario de la población por sus salidas inminentes y el adelanto de elecciones. Y no solo parecen padecer de sordera y ceguera, sino también de gula, porque lo que nos cuesta alimentarlos es alrededor de la humillante cifra de ¡¡¡190 soles!!! Y para colmo, una de las máximas vociferadoras, la “Woman” del Callao, Patricia Chirinos, se justifica aduciendo: “Todos los peruanos tenemos derecho a comer rico”. Y todo esta tragicómica obra se da a diestra y siniestra con la venia de la Mesa Directiva que encabeza José Williams Zapata.
Su desayuno de estos 130 holgazanes nos cuesta ¡¡31 soles!!, y su almuerzo, la exorbitante cifra de ¡¡80 soles!! Esta mañosa y perversa adenda realizada desde el 12 de diciembre ha permitido que se eleven 8 veces más el precio del desayuno y 5 veces más el del almuerzo. Al final del día nos cuesta a todos los peruanos alimentarlos en cada “evento”, que en sí son los plenos, la indecorosa suma de ¡¡25 mil soles!!, como si fueran sultanes. Ante esto, para demostrar su notable brutalidad y desfachatez de estos “padres de la patria”, el almirante Montoya, diría ante las preguntas del caso: “¿Qué comen ustedes? Comida de tercera seguramente… lo que uno busca cuando hace un contrato es conseguir lo mejor de lo mejor. Querrán que comamos alfalfa, seguramente”.
Y para darle más papa al caldo, con lo que no solo ensucian más su imagen ya empobrecida, pálida, mediocre y con méritos propios del congreso más nefasto de nuestra historia, sino que también 92 de sus integrantes solicitaron un iphone al parlamento con ¡¡presupuesto del estado!! Entre aquellos “querubines” se encuentran infames personajes de todas las bancadas y posiciones políticas, y donde nadie se salva. Como no podía faltar, miembros de Fuerza Popular, como su vocero Hernando Guerra García, ni aquellos que vanaglorian la bandera del pueblo, el pueblo romantizado cuando su lucha y votos recaen para sus bolsillos, como Waldemar Cerrón o aquella congresista que cierto sector quiere llevarla como presidenta de transición, Susel Paredes. Y esto se habría consagrado el noviembre pasado con la empresa Entel, con un escandaloso monto que supera el ¡¡millón de soles!!
Y lo peor es la indiferencia con la que han sobrellevado las 70 muertes y el caso omiso al llamado popular del adelanto de las elecciones. De parlamentarios que gozan por mes, sumado los bonos y sin contar las gratificaciones de julio y diciembre, de 26 mil soles de plata de todos y que disfrutan de viajes de la misma fuente. Todo este atropello y tropelías y vergonzosos actuares durante estos meses le han llevado a tener un merecido 8% de aprobación. No tienen legitimidad.
Más allá de los lineamientos políticos, qué falta hace en esas curules de ratas, cucarachas y serpientes que pareciera ahora el congreso, a congresistas de antaño, que entregaban debates íntegros, con defensas alturadas e ilustradas, a pesar de las distintas posiciones, como personajes como Luis Bedoya Reyes, Javier Diez Canseco, Luis Alberto Sánchez, etc. Pareciera hasta un cuento de hadas que menos de un siglo atrás estaban sentados, donde estan ahora estos “representantes de la patria” malgastando los asientos, tamañas personas. Este congreso se supera cada vez más en brutalidad e indiferencia. Donde al final todo pareciera ser un penoso circo. En esta casita de cartón, se espera que la población tome muy en cuenta sus futuros votos para no volver a padecer esta pesadilla maquiavélica que pretende alargarse miserablemente unos tres años más.