Hans Behr - emprende

Ser mi propio jefe: ¿en lo rural?

“No perdamos de vista al sector llamado rural, pues ahí se sienta las bases para que comenzar a gestar emprendimientos innovadores que se convertirán más adelante, en propulsores de una economía que genere grandes procesos de cambio, y de esta forma pase a ser determinante en la generación de riqueza y empleo”.

Existe actualmente en la mayoría de jóvenes peruanos y quizás en el mundo, (no lo sé), la idea de “ser sus propios jefes”. El mercado ha calado de tal manera en las mentalidades de los jóvenes, sobre todo, que hace que les resulte atractivo emprender con los entusiasmos propios de la edad, negocios que busquen ser innovadores, competitivos, y que en el corto tiempo les permita la holgura de vida de un empresario exitoso. El filtro de la realidad es fuerte y solo los más preparados y consientes de las dificultades podrían comenzar la estabilidad deseada de un negocio que se emprende con fe y dedicación. 

En el mundo urbano, la competitividad es muy fuerte y los emprendimientos son más focalizados a necesidades ya estandarizadas, pues los servicios y las atenciones son ya parte del normal consumismo de la sociedad actual. Los jóvenes comienzan a madurar la idea de fortalecerse con las oportunidades comerciales que van identificando, creando sólidas bases para su desarrollo y crecimiento económico; Las redes económicas y sociales siguen funcionando en la ciudad y es muy importante canalizar los esfuerzos de muchos jóvenes con necesidades económicas o con visiones de oportunidad empresariales, para consolidar sus emprendimientos. Es el momento de los emprendedores y el Estado ha dejado de verlo como una realidad palpable, minimizando su importancia. Hay muchos ejemplos que confirman esta afirmación, las familias emprendedoras, o los jóvenes emprendedores dejados de lado.

Sin embargo, yo sigo insistiendo en que además del mundo urbano que emprende, sin dejar de ser importante, no perdamos de vista al sector llamado rural, pues ahí se sienta las bases para que se comiencen a gestar emprendimientos innovadores que se convertirán más adelante, en propulsores de una economía que genere grandes procesos de cambio, y de esta forma pase a ser determinante en la generación de riqueza y empleo. Esto es clave pues, para impulsar dinamismo en cualquier economía. Es allí donde comienza a ser muy importante el interés por analizar las dinámicas de los emprendimientos y sus implicaciones, tomando en cuenta las estructuras que generan la producción y su desarrollo, dando pase a la innovación y el crecimiento de cualquier ciudad.

Si del mundo rural se trata, el Perú que con su diversa geografía es lugar de, en todo sentido, muchas particularidades, se alimenta de un fuerte componente que solo es entendido con el estudio de los componentes culturales y que en jóvenes rurales van asociados a la fuerza de la edad y a los entusiasmos regionales. Por ende, corresponde destacar como en las regiones se releva la importancia de identificar y considerar emprendimientos individuales, asociados o comunales, que valiéndose de las redes sociales estampan fuerza en los espacios que se van generando a nivel económico, y donde la competitividad es un elemento determinante para el desarrollo. Se abre así, camino a una alternativa propia donde se comienza a acuñar el termino de emprendimiento rural como una posibilidad latente y casi nueva, los llevados a liderarlo son los jóvenes rurales, quienes son hijos de la mentalidad del retorno, del ida y vuelta, del campo y ciudad, son los elegidos. 

Las alternativas que se generan desde los emprendimientos rurales son muchas y van de la mano con el interés de muchos emprendedores que comienzan a identificar oportunidades de negocio en entornos alejados de las ciudades, y son los espacios rurales los que persiguen este fin, para ir adecuando su entorno a los cambios que el mercado presenta. No es una generalidad, pero son las mujeres rurales las que generan mayores posibilidades para emprender un negocio, vale decirlo rural. Es una tendencia no solo en el país sino en Latinoamérica o quizás el mundo. 

Habría mucho que decir, cuando se piensa en emprendimientos rurales, ya en muchos artículos lo he mencionado, se generaría cambios sociales, se afinaría las apuestas innovadoras, la competitividad regional sería saludable, en fin, los jóvenes rurales deben emprender, sabiendo que tienen como base su propia geografía y la diversidad de recursos que ello origina. Mercado hay, solo se espera que la mentalidad de ser sus propios jefes se consolide y se fortalezca en el campo con la m irada madura de emprender. Para ello, es necesario ir al campo para fortalecer esas capacidades innatas que la historia ha demostrado es real, sobre todo en los jóvenes del campo.

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