Cada 28 de julio, un aire de festejo alegra el ambiente peruano: ferias, espectáculos, conciertos, etc. Pero ¿son estas celebraciones el principal propósito de nuestras Fiestas Patrias? Con el transcurrir de los años, se nos ha olvidado que su verdadero sentido radica en vivir la ciudadanía desde el amor patrio. Desafortunadamente, la pandemia dificultó que pudiéramos participar y disfrutar, con absoluta libertad, de actividades propias del Bicentenario, lo cual habría permitido conocer más del Perú y de todos los que lo habitamos. Hoy es un buen momento para ello y podríamos avanzar siguiendo dos caminos: la identidad y las prácticas cívicas.
Ser peruano no significa únicamente ponerse la camiseta cuando juega la selección, asistir a ferias gastronómicas conocidas o cantar canciones criollas a viva voz; ser peruano implica tener la iniciativa de conocer nuestra realidad, su geografía, su historia, sus lenguas, su cultura, su trascendencia. Si bien nosotros, como adolescentes, estamos en todo este proceso de construcción de nuestra identidad, es crucial informarnos y valorar todo aquello que resalta en nuestro país. Reconocer el gran esfuerzo de nuestros héroes nacionales, emocionarse con un poema de Vallejo, admirar nuestro legado cultural, valorar nuestra biodiversidad, son motivos que nos permiten sentir que vivimos en una patria admirable. Y eso nos llena de orgullo.
Otra forma de mostrar nuestro civismo es preservar el orden en nuestra ciudad. Esto es posible, por ejemplo, cuidando nuestros espacios naturales (las calles, los parques, el mar) en donde se observan muchos desechos. Asimismo, es indispensable acatar las órdenes de nuestras distintas autoridades, pues eso garantiza la sana convivencia y el respeto por el otro. Por último, practicar y fomentar valores desde pequeños es una necesidad en un país golpeado por la corrupción. Considero que las buenas prácticas nos permitirán crecer priorizando el bien social sobre el beneficio individual.
Los adolescentes de hoy podemos ser líderes de cambio para contribuir a construir un mejor país. Las Fiestas Patrias deben invitarnos a reconocernos como peruanos y actuar en favor de nuestra querida tierra, ya que si solo nos centramos en lo superficial de las celebraciones, corremos el riesgo de olvidar su verdadero valor.
