Un padre y una hija conectados con los círculos sociales más destacados de Lima han convertido unas carreras de amigos sanisidrinos en un negocio cada vez más rentable, de esos donde compras lo más barato posible y vendes lo más caro que te permiten la codicia y la falta de escrúpulos. Perú Runners -la marca familiar de Gonzalo y de Alejandra Rodríguez Larraín-, gracias a sus amigos de toda la vida, consigue permisos municipales, terceriza los servicios de seguridad y de asistencia médica, disminuye los gastos al mínimo y utiliza el prestigio mundial de Adidas para convocar a miles de deportistas amateurs a unas maratones donde los expone a los riesgos mortales de morir asfixiados y ahogados en sus propios fluidos al no contratar ambulancias equipadas con equipos de resucitación estandarizados. Es más, en sus declaraciones en la Fiscalía, la señora Alejandra Rodríguez Larraín Bustamante declara inexactitudes, porque ella sostiene que su maratón Lima Life 42K había contratado 14 ambulancias totalmente equipadas y en las decenas de minutos grabados por los familiares de los participantes en el evento mortal no se ve ninguna. Y que no se atreva a añadir más dolor a los deudos de Jorge Lezama Yáñez porque su negocio familiar no tiene nada que ver con las maratones de Río, de Boston, de New York o de Ciudad de México. No, en esas ciudades nadie le hubiera dado un permiso municipal a Perú Runners. Por eso, mientras no se realice una investigación imparcial que nos diga por qué murió Jorge Lezama, nuestras autoridades deberían vetar los permisos a Perú Runners.
Al respecto, declara el doctor Luis Fernando Carreras Segura, abogado de la empresa Adidas:
“El tema está en investigación en Indecopi y, tengo entendido, también en el Ministerio Público. (Para eso) se ha presentado toda la información necesaria, así como tengo entendido que Perú Runners, que era la empresa responsable del evento, porque existe un contrato al respecto, el cual ha sido presentado a las autoridades pertinentes. (Dicha empresa) ha tomado contacto con la familia y le ha dado las explicaciones y el soporte necesarios”.
Sobre las responsabilidades de Perú Runners declara Alejandra Rodríguez Larraín, gerente general de Perú Runners:
“Ahorita justo hay diversos procesos que se están llevando a cabo, y, por ahora, yo tengo que coordinar con Adidas para poder dar alguna declaración. Definitivamente no fue un caso de falta de atención, eso está clarísimo y probado; y, (además), hay varios temas de salud de la misma persona, que, bueno, nosotros como organización no vamos a irrumpir en la privacidad de dichos temas.
Poder hablar de las pruebas y de los hechos que hay, más que opiniones (sobre el particular) es poder mostrar lo que la Fiscalía, la Policía y las entidades médicas tienen, que es lo único que nosotros podemos dar, no podemos dar una versión porque no somos los que estuvimos en el momento de los hechos, pero sí podemos dar toda la realidad de las verdades que tienen tanto la Fiscalía como la Policía, así como todos los partes médicos que existen.
Por supuesto que recibió atención, fue llevado en la tolva de una camioneta de la Policía, que es parte de la organización de la carrera, ese es el detalle. La organización de una carrera implica un operativo técnico, médico y de emergencia muy grande, en el cual participan más de novecientas personas, y uno de los vehículos es justamente la camioneta de la Policía; esa camioneta, además, lo traslada a una ambulancia, o sea, que (Jorge Lezama Yáñez) llega a la clínica en una ambulancia de la organización”.
Para saber qué ocurrió en el lugar donde Jorge Lezama Yáñez se desploma, se asfixia por falta de oxígeno y, posteriormente, deja de respirar, recogemos el testimonio de Carlos Yánez, ciudadano venezolano integrante del colectivo Penta Run:
“Jorge estaba aproximadamente en el kilómetro 30, él venía de retorno yo iba subiendo, o sea, veníamos en contra y yo veo que él se cae al suelo, y lo primero que hice fue ayudar porque los demás corredores siguieron de largo porque pensaban que solo (se había tropezado y) se había caído, pero en vista que no reaccionaba yo le digo a un compañero que se había detenido conmigo: ‘sigue tú que yo después te alcanzo’. Entonces, yo me dediqué a socorrer a Jorge, y unos momentos después otros compañeros se sumaron y lo pudimos voltear; Jorge estaba inconsciente pero con vida, y respiraba con dificultad. Con lo poco que sabemos -y sabíamos- de primeros auxilios, tratamos de reanimarlo, pero sin conocimiento alguno (de resucitación) era imposible darle la ayuda que necesitaba. Hicimos todo lo que pudimos, le dimos masajes en el pecho; mientras pasaba más el tiempo, nosotros gritábamos pidiendo que se acercara la ambulancia que estaba a dos cuadras, en una esquina, escondida pero se podía ver desde donde nos encontrábamos Jorge y nosotros. Realmente estaba solamente a unos cinco minutos caminando despacio. En ese momento se acercaron unos policías que se comunicaban por radio entre ellos, porque no podían comunicarse con nadie de la organización y, en consecuencia, no podían llamar a la ambulancia. La ambulancia de la esquina llegó después porque un corredor que pasó le avisó al conductor, mientras tanto, como no llegaba, nosotros subimos a Jorge a la tolva de la camioneta porque había que llevarlo a una clínica porque se moría. Yo me subo a la tolva del patrullero para agarrarle la cabeza a Jorge para que no se golpeara. En ese instante, mientras el patrullero daba la vuelta para enrumbarnos a la clínica llega la ambulancia, pero yo ya sabía que Jorge no tenía signos vitales, no respiraba.
Entonces yo les dije a los de la ambulancia: ‘para que vienen si ya es tarde’. En ese momento me bajo de la tolva y los dejo haciendo su trabajo, me alejo del sitio y me voy hacia la otra calle para encontrarme con mis amigos. Por las fotografías tomadas posteriormente por diferentes personas, me di cuenta que no estaban usando un desfibrilador, solo usaron una bombilla para darle un poco de aire. Desde el momento que Jorge se desvaneció hasta cuando llega la ambulancia debieron haber pasado más de quince minutos, quizá un poco más. Para las dos cuadras que había entre el lugar de la caída de Jorge y la esquina donde estaba la ambulancia es demasiado tiempo. Ahí se ve con claridad la incomunicación que había entre policías, paramédicos y demás personas de la organización”.
Tal como les dimos voz al abogado de Adidas y a la representante de Perú Runners, aquí recogemos los dichos del doctor Julio García, abogado de los deudos de Jorge Lezama Yáñez:
“(Luego de conocer todos los antecedentes) me pregunto si los policías que estuvieron junto a Jorge (una vez que cayera al pavimento y fuera auxiliado por Carlos Yanez) estaban preparados para brindar primeros auxilios y para saber cómo se ayuda a una persona en casos como este. Me parece una locura que la señora Alejandra Rodríguez Larraín diga que la Policía es parte del sistema de atención; yo no digo que en un caso de emergencia la Policía no pueda actuar, pero la atención que debió haberse brindado era por profesionales de la salud, pues no creo que los policías que no son paramédicos estén para brindar las atenciones médicas requeridas. Cuando hay una circunstancia que requiere atención médica, los policías no actúan, lo que hacen es llamar a los bomberos porque ellos sí son paramédicos. Ahora tendrá (la señora Rodríguez Larraín) que demostrar que su sistema de auxilio médico es que a la persona desvanecida en la maratón se le eche en la tolva de una camioneta, porque yo no espero que esa sea la forma de brindar atención médica a un maratonista desmayado y co dificultades respiratorias evidentes. Y aquí hay cosas que no se entienden: desde el momento que la persona empieza a correr hasta el momento que le ocurre el problema es responsabilidad de la persona; una vez que la persona pierde el conocimiento y de ahí para adelante, ¿sigue siendo responsabilidad de la persona? Si ha perdido el conocimiento, entonces ahí viene el deber, la obligación, de cuidarlo. La empresa organizadora del evento debería haber tenido algunas cosas básicas, como, por ejemplo, una ambulancia. Esas son las cosas que dan que pensar y que la Fiscalía debería haber evaluado y no lo hizo. Ese es el punto, ¿por qué la Fiscalía no profundizó la investigación? Lo que más indigna es que para los organizadores es irrelevante que Jorge Lezama Yáñez haya fallecido”.
Luego de conocer todos los puntos de vista, quisiéramos leer lo que nos dice Natalie Montero, esposa de Jorge Lezama Yáñez:
“Mi esposo se cae aproximadamente entre las 10 y las 10 y media de la mañana, de acuerdo a algunos documentos, porque no hay una hora exacta, ya que ningún documento coincide con otro: ni el de la clínica ni el de la ambulancia. Ahí el que debió de entregar una hora con precisión fue Perú Runners, porque la organización hace un seguimiento y, además, hay puntos de control; entonces esos puntos de control captan el recorrido del tag, que es el sensor que todos los corredores tienen en la parte posterior del dorsal que los identifica. El sensor ‘conversa’ con un sistema electrónico que sabe dónde está cada corredor en cada momento y toma fotos cuando hay un incidente. Perú Runners no nos ha brindado esa información, pero de acuerdo al reloj de carrera de Jorge, de acuerdo a la información de la clínica y a la de la ambulancia el desvanecimiento de Jorge ocurrió alrededor de las 10 y 20 de la mañana y llegó a la clínica a las 10:40, aproximadamente.
Tanto en el documento de la ambulancia como en el de la clínica se indica que no se hizo uso de un desfibrilador, más bien por las fotografías aportadas por otros corredores y por sus familiares se ve que los paramédicos usan un respirador manual, porque además está en el documento de Emerlife, que es la empresa subcontratada por Seguros Rímac. Ellos indican que había catorce ambulancias y motos médicas; no hubo motos médicas, solamente motos de Movistar TV que seguían al pelotón de corredores de élite y sobre las catorce ambulancias que sostiene Perú Runners que había en su plan de contingencia, creo que la evidencia de la realidad demuestra todo lo contrario”.
Respuestas al comunicado de Perú Runners
¿Bajo qué evidencia médica Perú Runners asegura que el participante tenía problemas de salud?
Ya que Jorge contaba con exámenes médicos periódicos, los cuales afirman que sí gozaba de buena salud.
Su única solidaridad ha sido la de ofrecer un médico amigo del señor Gonzalo Rodríguez Larraín de Lavalle para que firmara el acta de defunción y además de su constante presión para que no se realice la necropsia.
La organización manipulo la información borrando de su base de datos al corredor, en donde se puede encontrar información valiosa para la investigación, como el recorrido, tiempos y fotos de los participantes. Esta, hasta el momento no ha sido proporcionada ni a los familiares ni a la fiscalía.
¿Por qué borraron de su sistema los datos de Jorge?
Cuando se ingresa su número 2267, figura NO RESULTS FOUND.
Esto evidencia que la organización sí manipula la información. Sin embargo, si se ingresa el número 3803 (como ejemplo) sí figuran todos los datos del corredor.
Link para ver los resultados: https://results.chronotrack.com/event/results/event/event-67038
Aquí se ve los datos que se generan de cada corredor: https://results.chronotrack.com/event/results/event/event-67038
Nos gustaría saber cuál fue el “estándar internacional” que mencionan, en el cual basaron sus medidas de prevención.
En estos videos se puede observar cómo es el nivel de respuesta frente a una emergencia en maratones internacionales:
https://www.clarin.com/sociedad/video-corredor-sufrioparo-cardiaco-carrera-mar-plata-reanimaronllegada_0_q4STbLGZP.html
- Atención oportuna por personal debidamente capacitado.
- Llegada inmediata de la ambulancia al lugar del suceso.
- Aplicación inmediata del protocolo médico correspondiente (maniobra de resucitación).
- Atención en el lugar de acuerdo al protocolo médico para estabilizar al paciente y luego llevarlo al centro de salud más cercano.
Y en estas fotos se puede ver realmente cómo fue atendido Jorge en la Maratón Adidas Lima Life 42K
Cualquier causa natural no deslinda la responsabilidad de atención de los organizadores.
Las condiciones personales tampoco son un tema de reclamo, la atención inadecuada y la nula respuesta a la emergencia del evento organizado por Adidas y Perú Runners (y otros auspiciadores) si es causal del reclamo porque es responsabilidad completa de los
organizadores y auspiciadores como lo especifica el siguiente articulo 45 de la Ley N° 30037
https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/decreto-supremo-que-aprueba-el-reglamento-de-la-ley-n-30037-decreto-supremo-n-007-2016-in-1398360-13/
Las ambulancias tipo II según la norma del MINSA deben contar obligatoriamente con un desfibrilador, un médico, un licenciado en enfermería y un piloto todos entrenados en atención de pacientes críticos.
El equipamiento con el que contó el evento y se utilizó con Jorge solo fue una bombilla manual de oxigenación y solo un médico cirujano sin ninguna especialidad como lo recomienda la norma.
Por medio de la solicitud de información pública a la Municipalidad de Miraflores N°1365, dicha municipalidad entregó la información presentada por los organizadores para la ejecución del evento, dentro de la documentación está el Plan de Contingencia y de dicho plan se evidencia lo siguiente:
La medida preventiva fue un plan de emergencias escueto e incompleto elaborado por el gerente general de una empresa de vigilancia. ¿Qué clase de medidas preventivas en seguridad y salud puede brindar una empresa de vigilancia?
La empresa no cuenta con autorización de brindar servicios de seguridad y salud, solamente tiene autorización para prestar servicios de vigilancia privada. Sin embargo, esta empresa ha sido designada para la elaboración de un plan de contingencia de seguridad y salud para un evento de 15,000 personas, cuando sus competencias son solamente brindar servicios de personal de vigilancia, sin armas.
El que elabora y firma el plan de seguridad del evento no tiene ningún estudio relacionado a seguridad y salud registrado en la SUNEDU.
De acuerdo a la información pública del Sr. Alessio de Bari Canessa, en su perfil de LinkedIn especifica ser Gerente General de la empresa SEC GROUP SERVICE SRL y haber estudiado Sociología.
Nos parece que su calificación es ineficiente para el rol que desempeño en la elaboración del plan de contingencia de seguridad en la prevención de cualquier tipo de emergencia para un evento de 15,000 personas.
La policía Nacional del Perú no pertenece a un equipo de emergencia y no está capacitada para dar auxilio médico ni atender una emergencia médica.
Sino la próxima vez que se desmaye la hija del Sr. Gonzalo Rodríguez Larraín, la Sra. Alejandra Rodríguez Larraín le enviaremos un policía para que la atienda en la tolva de un patrullero con una bombilla manual, si es que le parece que todo estuvo de acuerdo con los estándares internacionales que declaran.
Finalmente, la familia indica que les gustaría tener paz, pero la incompetencia, la improvisación y el valor sólo al dinero la indignan aún más que la pérdida de Jorge haya sido causada por este tipo de improvisaciones burdas y lo peor es que se seguirá poniendo en peligro la vida de muchas personas y seguirá así hasta que no se haga justicia y que empresas como Adidas y Perú Runners asuman su responsabilidad.
El domingo 11 de septiembre del año pasado, en los tramos finales de la maratón organizada por Perú Runners por encargo de Adidas, una de las empresas fabricantes de zapatillas y de ropa deportiva más grande del mundo, un hombre cayó de bruces, comenzó a respirar con dificultad en medio de su inconsciencia y, al no ser auxiliado por paramédicos expertos premunidos con un desfibrilador y un equipo de oxigenación, murió encima de la tolva polvorienta de una camioneta de la Policía Nacional. Esos son los hechos conocidos; los que no se conocen solo los saben Alejandra Rodríguez Larraín y su padre Gonzalo, quienes convirtieron una humorada dominical de los vecinos de la zona del Golf de San Isidro en un negocio sin riesgos. Ahora les toca a las autoridades judiciales definir quiénes deben pagar por la cadena de negligencias que acompañaron la agonía de Jorge Lezama Yáñez y el dolor eterno de su viuda y de su hermana.