La pregunta con que inicio la columna de hoy quiere –de manera breve- dar a conocer qué tipo de sociedad es la que se ha formado, a partir de los años noventa, durante el gobierno autoritario de Fujimori.
En los noventa, Alberto Fujimori realizó una serie de ajustes estructurales al modelo económico que imperaba en ese entonces, como era el exceso de Estado. Ejecutó –para tal caso- medidas importantes que transformaron el Estado en un ente regulador de la economía del país. En lo político, realizó una serie de reformas que paralizaron la descentralización y sus avances; también incentivó la proliferación desmedida de agrupaciones políticas para desprestigiar a los partidos políticos existentes hasta ese entonces.
Dichas medidas, entre otros procesos que venían de la crisis de los años ochenta y de la caída del muro de Berlín, generaron en la sociedad peruana una ética que –hasta la fecha- es muy poco analizada y debatida. El psicólogo social Carlos Franco en su brillante texto “la otra modernidad” (Cedep, 1991) señala que los migrantes al llegar a Lima se transformaron en una plebe urbana que generaron un estilo de urbanización espontánea, un estilo de hacer economía y una cultura chola.
¿A qué cultura chola se refería que influye en el comportamiento de la plebe urbana? Pues a esa capacidad que había adquirido el migrante en Lima (y por extensión a todas las zonas del norte del Perú e Ica) de confrontar con lo establecido, pero sin transformarlo y sin generar una burguesía o un proyecto político que los represente, condescendiente con vicios como la corrupción, el arribismo, el clasismo y la marginación. Que no vive del Estado y de la política, pero que eventualmente se beneficia de él. Que aprovecha también las bondades del mercado, pero que le repele su formalidad.
A toda esta situación, se suma -durante dos décadas y media- un crecimiento económico sin precedente que generó un nuevo rico venido desde abajo, cuya expresión máxima es César Acuña. Pragmático y que se jacta de no leer libros. El que hizo dinero lucrando con la educación superior sin importar la importancia del egresado de la que universidad a la que él representa.
Así es, estimado lector, sobre este panorama social es que se hace actualmente política.
