Este punto inicial tiene ver con la informalidad en la que nos encontramos. Informalidad que tiene una lógica de hacer sociedad, economía y política. Lógica que ha logrado -a través de décadas- generar redes y contactos que le ha permitido sobrevivir a diversos regímenes políticos.
La movilización social ocurrida en el sur del país expresa ello, además de una serie de intereses que se cruzan en ese camino, como es la lógica senderista. ¿Qué expresa la informalidad? Expresa el modo de hacer economía a través del contrabando, la minería ilegal y el narcotráfico, entre otras actividades. Es a través de ella que podemos entender las razones y manifestaciones de lo ocurrido desde la salida de Pedro Castillo del gobierno.
¿Qué han hecho el gobierno regional sobre el tema para solucionarlo? Pues nada. Hasta la fecha, los gobiernos regionales de Puno, Ayacucho y Arequipa -por ejemplo- ejecutan su presupuesto a menos del 70%. Eso quiere decir que -gran parte del problema- tiene que ver con la poca capacidad de los gobiernos regionales de planificar y ejecutar obras y servicios en bien de la gente de las regiones.
En ese sentido, se necesita darle un segundo reimpulso a la descentralización como respuesta política a lo que vive el país. Respuesta que pasa por hablar y diseñar una serie de reformas en la que la ciudadanía y el empresariado, en las provincias del país, tengan protagonismo a través de obras por impuestos, servicios por impuestos, canon comunal, entre otras propuestas que podrían servir de eje articulador para la movilización que se vive en esa parte del país.
Solo así podríamos darle calma momentánea a un país fracturado y polarizado producto de no entender las lógicas informales que se han formado a través de décadas.
*Fotografía perteneciente a un tercero
