Estas semanas, el país ha estado viviendo severas lluvias e inundaciones provocados por el ciclón “Yaku”. Casi todo el norte del país se vio afectado por esta calamidad natural, que –según algunos estudios- no estaba previsto. Muchas familias peruanas perdieron lo que tenían. Carreteras, puentes y cosechas también se perdieron.
Pero no nos quedemos solo en lo negativo del asunto, que –claro está- es grave. El gobierno está actuando. Tardía reacción, pero al fin y al cabo, está actuando. En estos momentos, en nuestro rol como generadores de opinión, estamos en el deber de brindar más que un análisis, un mensaje para el espíritu de peruanos y peruanas afectados por esta situación que no se preveía con exactitud. El mensaje al ser leído se multiplica en un aliento personal y colectivo.
Winston Churchill, ante la inminente entrada a Inglaterra de tropas nazis en plena segunda guerra mundial y con poca capacidad logística para esa defensa, lanzó una titánica consigna de solidaridad y esperanza al pueblo inglés. Dijo: “nunca nos rendiremos”. Y así fue, lucharon contra lo que se venía.
Cito a esta frase para reconocer el espíritu solidario y de esperanza que están mostrando tanto ciudadanos peruanos, como extranjeros, con ayuda de diverso tipo. Ayuda que no hace más que resaltar el espíritu de lucha de la humanidad desde tiempos inmemoriales. No se lucha contra un enemigo, pero sí contra los embates de la naturaleza, que nos da un mensaje en estos momentos, como cuidarla.
Cuidándola nos beneficiamos. Cuidándola valoramos más nuestra vida y –por extensión- la vida de los demás. Solo así podemos darnos cuenta que nosotros también somos responsables de lo que está sucediendo actualmente.
Afrontemos este momento con mucha solidaridad, esperanza y cuidado para poder tener luego un mejor destino. La naturaleza nos está declarando a nosotros también una situación de emergencia que debemos tomarla con mucho valor y responsabilidad.
¡Ese es el mensaje!
