Pie Derecho

La difícil baraja de la izquierda electoral

“Contra lo pensado, luego del escandalosamente malo gobierno de Castillo y la complicidad de toda la izquierda con ese desastre, hay un sector de la población que aún comulga con esas ideas y apoyará cualquier iniciativa partidaria que vaya en esa línea”

Muchos en el centro y la derecha respiran con cierto alivio, pensando que el caos violentista de la protesta social instalada desde hace un mes en el país, va a hacer que la mayoría del electorado se termine por inclinar por una opción del orden, es decir de sus canteras, como una respuesta a la anarquía que identificaría a los portavoces políticos de la protesta, básicamente la izquierda en cualquiera de sus variantes.

No necesariamente va a ser así. Veamos lo sucedido en Chile y Colombia para constatar que los pueblos no votan por reflejos pavlovianos. Luego de las masivas y violentas protestas en ambos países se alzaron con el triunfo dos opciones radicales de izquierda: Gabriel Boric y Gustavo Petro. La protesta se siguió expresando, pero ya en las urnas, tiempo después de haber ya amainado.

Va a depender en mucho qué ocurre con la fecha de las elecciones, si se adelantan o son el 2026, para poder determinar con alguna probabilidad la ocurrencia de ese mismo fenómeno en el Perú, y, de otro lado, la manutención o no de la protesta, que hasta el momento no ceja en el sur altoandino.

Contra lo pensado, luego del escandalosamente malo gobierno de Castillo y la complicidad de toda la izquierda con ese desastre, hay un sector de la población que aún comulga con esas ideas y apoyará cualquier iniciativa partidaria que vaya en esa línea. Ya tienen, además, la narrativa regalada a su disposición: la Asamblea Constituyente.

Lo que va a atormentar a la izquierda es cuál será su representación política, en quién va a encarnar la vocería electoral. Seguramente participará Verónika Mendoza en algún carro alquilado, ya que Nuevo Perú es incapaz, al parecer, de inscribir su partido, y probablemente la acompañará la misma mala suerte que en campañas anteriores (es la Lourdes Flores de la izquierda nacional); Antauro Humala de cajón, aunque su discurso se ha desgastado rápido y ha perdido impacto; Guido Bellido o Guillermo Bermejo podrían recoger el castillismo superviviente; Indira Huillca puede asomar como el rostro nuevo, pero adolece de lo mismo que Mendoza:  no tiene partido, pero con la ventaja de que es más probable que Juntos por el Perú la lance a ella antes que a Mendoza.

La del estribo: notable Willaq Pirqa, el cine de mi pueblo, película peruano-boliviana, que mezcla el drama y la comedia, íntegramente hablada en quechua. No recomiendo proveedor conocido. Vayan a verla al cine, que es donde se aprecia mejor su magnitud visual. Aún está en cartelera, reducida, pero está.

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