Juan Carlos Tafur

Malos augurios

“Algo extraordinario tendría que ocurrir para que un gobierno como el de Castillo sea bueno”.

Que voceros del gobierno entrante declaren que se van a dedicar primero a hacer una auditoría del proceso de compra de vacunas, es una pésima señal del ánimo con el que entran a Palacio y que ojalá no sea extensivo a otros predios del quehacer gubernativo.

Quizás lo que mejor ha hecho el gobierno de Sagasti haya sido el proceso de compras de vacunas y la ejecución del plan de vacunación. Y que sin siquiera esperar a que los comités de transferencia sectoriales les informen a los encargados de Perú Libre cómo se ha hecho y se ha planificado el proceso, ya salgan a declarar en plan vindicativo, es un mal augurio del tipo de gestión que se avecina.

Ha tenido tiempo el presidente electo, Pedro Castillo, mientras demoraba su proclamación por las argucias de Fuerza Popular y allegados, para zanjar varios temas. Primero, qué va a hacer con Vladimir Cerrón y el partido que lo cobijó para llegar a Palacio (y que ya se ha visto cómo espera con angurria los cargos públicos). Segundo, qué línea económica va a seguir, si la moderada que prefiguran nombres como los de Pedro Francke o Alonso Segura, o si se ceñirá al mandato original radical del ideario de Perú Libre. Tercero, qué piensa hacer con la Constitución: ¿cambiarla radicalmente con una Constituyente? Si es así, ¿bajo qué modalidad lo piensa hacer (referéndum, reforma del 206, cuestión de confianza, etc.)? Cuarto, quiénes conformarán su gabinete ministerial y el consecuente despeje de dudas de cuán amplia y plural será su convocatoria.

No deben pasar muchos días u horas para que Castillo efectúe anuncios claros respecto de los temas señalados. Arranca con el marcador en contra. Lamentablemente, se han asentado en un sector importante de la población las dudas sobre la legitimidad de su mandato, tiene una derecha en pie de guerra movilizada en su contra y no tiene mayoría congresal propicia.

Lo peor que podría pasar es que Castillo pierda valioso tiempo en supuestamente ajustar cuentas con el gobierno saliente y no dedicarse prontamente a gobernar efectivamente, con toma de decisiones rápidas, anuncios puntuales y despliegue de acciones inmediatas.

Algo extraordinario tendría que ocurrir para que un gobierno como el de Castillo sea bueno. Los astros están alineados en su contra y lo más probable es que la suya sea, en el mejor de los casos, una gestión muy mediocre. Veremos en sus primeros pasos si se cumplen nuestros pronósticos u -ojalá- nos desmiente y sorprende.

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Pedro Castillo, Perú Libre

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