Juan Carlos Tafur

Nuevos disruptivos gracias a una derecha zonza

“La derecha tiene que cambiar de narrativa. La tesis del comunismo gobernando el Perú, el golpismo agazapado, la obsesión con la vacancia exprés, no generan adhesión ciudadana”

La situación social que va a generar en el país el colapso del Estado en la provisión de sus servicios básicos (salud, educación, seguridad y justicia) o en la facilitación, con el sector privado, de construcción de infraestructura (agua, desague, luz, internet, caminos rurales, carreteras, etc.), es un caldo de cultivo perfecto para que vuelva a aparecer en la venidera coyuntura electoral, un candidato antiestablishment.

Muchos en la derecha se arrellanan, confiados en que el desprestigio de la izquierda como gestora de políticas públicas y que el mal paso de este gobierno, bastarán para dar por sentado que el 2026 -o antes si Castillo, tan desprolijo como es, se ve involucrado en actos de corrupción- el triunfo va a caer por su propio peso en favor de una candidatura de derecha o de centro. No va a ser así, lamentablemente, por más que sociológicamente hablando, la mayoría del país sea de centroderecha.

 

Existe, por debajo, casi geológicamente hablando, una falla estructural en la política peruana, que es la disidencia del Estado, expresada por ejemplo en la pasmosa informalidad que reina en todas las actividades económicas, que en lugar de generar protoliberales, por decirlo de alguna manera, genera un ánimo contestatario (es el caso de regiones como Puno o Junín, eminentemente comerciales y empresariales, pero que, sin embargo, históricamente votan por la izquierda).

La crisis estatal va a generar mayor malestar, la crisis económica va producir irritación ciudadana, la corrupción va a generar asco y cólera, la ineficiencia hartazgo, pero no necesariamente ello va a derivar en un voto a favor de la derecha. Mucho cuidado con confiarse al respecto. El ánimo antiestablishment crecerá y, en consecuencia, puede terminar derivando nuevamente en favor de un candidato outsider o radical.

La derecha tiene que cambiar de narrativa. La tesis del comunismo gobernando el Perú, el golpismo agazapado, la obsesión con la vacancia exprés, no generan adhesión ciudadana sino todo lo contrario, como se ve en las encuestas, que muestran claramente que la desaprobación del Congreso opositor es mayor que la del gobierno.

De lo mismo que adoleció la campaña de Keiko Fujimori -de un discurso de cambio- adolece la estrategia de la oposición derechista en el país. Si tercamente insiste en no percatarse de ello, se va a pegar un contrasuelazo en la próxima justa electoral.

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Gobierno, Pedro Castillo, Vacancia

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