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Ricardo Letts

Por sus frutos los conoceréis

En el Evangelio según San Mateo 7, 15-20, podemos leer este versículo:

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.” 

Reflexionemos un momento al respecto.

No voté por Pedro Castillo porque las ideas que estaban en su plan de gobierno me parecían desastrosas para el país. Sin embargo, cuando salió elegido y la derecha lo acuso de fraude lo defendí porque consideraba que su triunfo era legitimo a pesar del escaso margen. La derecha estaba utilizando las mismas tácticas que Trump en las elecciones norteamericanas del 2020.

A pesar de que tenía muchos reparos respecto del gobierno de Castillo, por su ideología, por su cercanía a condenados por corrupción y a organizaciones cercanas a sendero, pensé que, si eran militantes de izquierda, a pesar de sus ideas equivocadas, su intención seria ayudar a los más necesitados, al pueblo.

Castillo dijo que quería aprender a gobernar y si este era un llamado de ayuda, parecía valido. Si no tenía la preparación necesaria podía al menos tomar medidas básicas de sentido común, como por ejemplo designar funcionarios competentes y honestos.

El primer desengaño lo genero las pésimas designaciones de funcionarios, lo cual contribuyo a que cayera un gabinete tras otro. En ese proceso, algunas de las propuestas más trasnochadas comenzaron a perder prioridad y la orientación economica fue acercándose al centro. La selección de funcionarios siguió siendo desastrosa, pero en lo económico se mantenía a Julio Velarde en el BCR y se designaba a Oscar Graham en el MEF. 

Uno podría pensar que las malas designaciones eran fruto de la inexperiencia de Castillo y la incapacidad de los cuadros de su entorno, pero cada reincidencia iba dejando más claro que su problema es distinto, necesita atender los intereses de sus socios y eso implica beneficiarlos con puestos públicos sin prestar atención a su competencia, trayectoria u honestidad.

Ahora estamos viendo como estas designaciones han generado un rapido deterioro de la gestión pública con los consiguientes perjuicios para el país: incapacidad para prevenir conflictos sociales, escasez de pasaportes y brevetes, reducción del ritmo de vacunación, retroceso en las reformas, reducción de la inversión privada, entre otros problemas. 

Sin embargo, lo más grave de todo esto es la corrupción. Tanto en el caso del Puente Tarata, como en el de las compras de combustible por Petroperu se observan clarísimos indicios de corrupción en el entorno cercano al presidente. Siendo lo más probable que estos solo sean la punta del iceberg.

La pregunta que uno se hace es: ¿Qué es lo que realmente son nuestros gobernantes? ¿Comunistas? No. ¿Socialistas? Tampoco. ¿Populistas de izquierda? Algunos dicen que sí. Yo creo que hay que diferenciar la forma del fondo. Como dice el versículo: “Por sus frutos los conoceréis”.

Si bien Castillo y Peru Libre, este matrimonio disfuncional que nos gobierna, puede utilizar simbología y lenguaje de la izquierda, a lo que debemos prestar atención es a sus actos. 

Este gobierno se parece a una malagua que va en la direccion de la corriente. Es la informalidad apoderada del Estado. Es, creo yo, una variante del capitalismo salvaje, ese que está representado por los transportistas informales, la minería ilegal, las universidades bamba, los constructores coimeros y por todos aquellos que quieren hacer grandes negocios fuera del orden regulatorio y aprovecharse del presupuesto del Estado.

Al gobierno lo único que le interesa es que ellos y sus allegados se beneficien, sin importarle como afecta eso al país. Quienes los acusan de comunistas, en realidad les están haciendo un favor, porque les están asignando principios, ideología y direccion a un grupo que no lo merece. Con esas acusaciones lo único que logran es alienar a los izquierdistas que se dan por ofendidos y en vez de unirse con la oposición para luchar contra la corrupción, terminan identificándose con el gobierno o manteniéndose pasivos.

La reciente propuesta del gobierno de consultar si se desea una nueva constitución es una contraofensiva con el objetivo de distraer la atención. El mensaje es: déjennos tranquilos porque si no vamos a insistir con la nueva constitución.

Lamentablemente el Congreso no está haciendo el papel de control que le corresponde, porque, creo esta parcialmente capturado por los mismos intereses que el gobierno.

La situación es intolerable y para enfrentarla es necesario que los políticos de izquierda y derecha que estén a favor de un Estado competente y honesto se unan más allá de sus diferencias ideológicas y errores del pasado. En este momento la prioridad es salvar al país del caos en el que está sumido y eso significa dejar atrás rencillas y concentrarse en recuperar al país y salvarle la vida a la democracia. 

Este frente unificado de oposición debe trabajar con el Congreso para que haga el control debido y viabilizar la protesta ciudadana organizada y respetuosa de la ley. Está claro contra que hay que luchar y porque hay que hacerlo.

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Gobierno, Pedro Castillo

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