Pandemia

La pandemia nos robó, entre muchas otras cosas, los conciertos. Esas masivas congregaciones en estadios o teatros, explanadas o auditorios, en que se producía una mágica comunión entre artista y público. Apretujados en las primeras filas o sentados en la parte más alta de una tribuna, los asistentes a conciertos nos olvidamos de todos los problemas y nos entregamos a esa catarsis colectiva, esa euforia que se desata cuando escuchas, en vivo y en directo, los acordes de tu(s) canciones(s) favorita(s) y das de gritos, así nadie te escuche.

Cuando el coronavirus se instaló en nuestro país, en marzo del 2020, ya tenía compradas mis entradas para la tercera vez de Guns ‘N Roses en Lima. Y se cayeron, como piezas de dominó, algunos otros a los que no pensaba faltar: Pat Metheny -extraordinario guitarrista de jazz, en su primera visita al Perú-, Martin Barre -legendario guitarrista de Jethro Tull, junto a Dee Palmer y Adam Wakeman, hijo de Rick, para celebrar 50 años del grupo-, Kiss -tras 11 años del explosivo concierto que ofreció en el Estadio Nacional. Todos, hasta nuevo aviso, cancelados. Dicho sea de paso, Teleticket aún no anuncia hasta ahora la devolución de lo pagado por GN’R, a pesar de que ya están publicitando algunos conciertos presenciales para la última parte de este año.

Esta semana se cumplen, para mí, 24 meses sin experimentar esa liberadora sensación, combinación de cansancio, satisfacción y deseos de seguir que se produce cuando las luces blancas se encienden y el estruendo de parlantes y destellos de pantallas LED son reemplazados por una tenue música de fondo y el murmullo del público que comienza a salir del recinto. Algunos, haciendo comentarios a grito y lisura pelada. Otros, sin poder hablar. Pero todos, como ocurre pocas veces en la vida, sintiendo y pensando lo mismo. El último concierto presencial en el que estuve fue el 17 de agosto del 2019, hace exactamente dos años y cuatro días.

Tres horas antes de la programada en aquel día soleado, el concierto ya había comenzado en la amplia explanada en las afueras del BB&T Center, un impresionante complejo deportivo y centro comercial en Fort Lauderdale, a 45 kilómetros de Miami. Cientos de fanáticos llegaban, solos o en parejas, grupos y familias completas, muchos con polos alusivos a la banda, esperando que se abran las puertas. Dos estaciones de radio prendían el ambiente desde inmensos parlantes, con las clásicas canciones que, algunas horas después, harían delirar a los enfervorizados seguidores de Queen. Nosotros -mi esposa y yo-, fanáticos y conocedores del grupo, habíamos volado seis horas la noche anterior, desde Lima, un viaje relámpago para hacer realidad, aunque sea de manera parcial, el sueño de ver, en vivo, a esa banda que habíamos escuchado hasta el cansancio, desde niños, por separado y juntos, desde que nos conocimos.

Por la mañana nos cruzamos, en el hotel, con grupos de personas que habían llegado desde distintos lugares del mundo para asistir a la fecha 21, en Norteamérica, de The Rhapsody Tour, gira organizada tras el éxito mundial de la película acerca de la vida de Freddie Mercury, el venerado compositor, pianista, cantante y líder de Queen, fallecido en 1991. La banda entraría en un pequeño receso para luego remecer Japón, Nueva Zelanda y Australia, en enero y febrero del 2020, con su espectacular show, cosa que lograron completar antes de las prohibiciones ocasionadas por el virus de Wuhán.

Afuera del BB&T Center, casa de los Florida Panthers, uno de los equipos de hockey sobre hielo más populares de la zona, el calor abrasador se fundía con la expectativa, que crecía a cada minuto. El puesto de merchandising no se daba abasto para atender los pedidos: polos, gorras, bolsos, tazas y libros con motivos de la gira. Adentro, una gran fiesta estaba por comenzar. A las 8:30pm., una versión orquestal de Innuendo, canto de cisne de la Reina, comenzó a sonar y el sitio se vino abajo cuando Brian May (74) y Roger Taylor (72) saltaron al escenario tocando Now I’m here, poderoso tema rockero del tercer LP, Sheer heart attack, de 1974. Ellos son el principal atractivo de esta nueva etapa de Queen, que se inició en el 2009 tras el intento de cubrir el espacio de Mercury con el legendario vocalista Free y Bad Company, Paul Rodgers (2004-2008).

Durante dos horas y media, más de veinte mil personas se estremecieron con los electrizantes riffs y solos de Brian May, disparados desde su inseparable Red Special. En el fondo, Roger Taylor sostiene el ritmo con contundencia y acompaña con su inconfundible voz, rasposa y aguda, las armonías vocales que hicieron famoso al cuarteto. Ambos han encontrado en Adam Lambert (39) a un talentoso “hermano menor” con estilo y personalidad propia. El joven norteamericano, quien saltó a la palestra tras quedar en segundo lugar en la octava temporada del programa concurso American Idol, es un eficiente intérprete que muestra un profundo respeto por Freddie Mercury, a quien describe como “irreemplazable”, toda una Verdad de Perogrullo. Con amplio dominio del escenario y una actitud natural y extravagante, Lambert supera el desafío de ponerse en los zapatos de Mercury (alcanza las notas más altas sin problema, lo cual no es moco de pavo) y lo hace a su manera, sin caer en la caricaturización o el disfuerzo por imitarlo.

La puesta en escena, un despliegue de elegantes decorados, sonido, luces y pantallas de alta resolución, resume todo lo que siempre fue Queen: teatralidad, sofisticación y energía, pero con los estándares del Siglo XXI. En reemplazo del elusivo John Deacon (70), quien decidió retirarse por completo de la música tras el fallecimiento de Freddie, el bajista Neil Fairclough hizo un trabajo impecable; Tyler Warren acompañó con percusiones y coros; mientras que un viejo conocido, Spike Edney, se encargó de pianos y teclados tal y como lo hizo con Queen en los ochenta. Desde himnos rockeros como Tie your mother down, Fat bottomed girls, I want it all o Hammer to fall hasta las infaltables Don’t stop me now, Somebody to love, Radio Ga Ga, I want to break free o Crazy little thing called love, Queen + Adam Lambert ofrecieron un alucinante setlist, basado en el soundtrack de la taquillera película Bohemian Rhapsody (Bryan Singer, 2018). Un momento especialmente emotivo fue cuando Brian May empuñó la guitarra acústica para entonar, junto al público, la romántica Love of my life, acompañado por la voz e imagen de Freddie Mercury proyectada en fondo negro.

El último show de The Rhapsody Tour fue el 29 de febrero del 2020 en Brisbane, Australia. La porción europea de la gira fue reprogramada, primero para este año –que habría coincidido con el 50 aniversario de la banda- pero, como las complicaciones del COVID-19 aún están lejos de desaparecer, tuvo que volver a posponerse para el 2022, comenzando el mes de mayo con varias fechas en Irlanda, Escocia e Inglaterra. May, Taylor y Lambert esperan con ansias ese momento: “Regresaremos mejor que nunca”, declararon en su página web.

Durante el aislamiento pandémico, Brian May publicó tutoriales de guitarra en sus redes sociales y participó de diversas conferencias científicas y ambientalistas; Roger Taylor lanzó un single, Isolation, y anuncia para este 1 de octubre su sexto disco como solista, Outsider. Por su parte, Lambert publicó, en marzo 2020, su cuarta producción, Velvet, en la onda pop discotequera que sigue como solista. Los tres lanzaron una nueva versión del clásico We are the champions, cuyas ventas fueron donadas a una fundación solidaria con los médicos de primera línea, promovida por la OMS. Y además produjeron el álbum y DVD Live around the world, disponible online, que recoge los mejores momentos de las cuatro giras que han realizado desde el 2009.

Pero volvamos al BB&T Center. Para su acostumbrada guitar stravaganza, el doctor en astrofísica Brian May integró música y astronomía en un espectáculo audiovisual grandioso: Montado en un asteroide lanzó sus fabulosas orquestaciones –que incluyeron extractos de la Sinfonía del Nuevo Mundo del checo Antonín Dvořák (1893)-, rodeado de planetas y estrellas que giraban en torno suyo. Por su parte, Taylor hizo de David Bowie en el clásico Under pressure, interpretó una versión algo contenida de su composición I’m in love with my car y cantó las primeras estrofas de Doing all right, una de las primeras canciones de Queen. Para Bohemian rhapsody, la sección operística sonó, como siempre, en su versión original, mientras la banda en pleno se preparaba para romper todo con el portentoso final. El fin de fiesta llegó, por supuesto, con We will rock you/We are the champions. Una noche inolvidable que aun tengo grabada en mis ojos y oídos.

Quizás nunca vuelva a asistir a aglomeraciones de esta naturaleza pero, de ser así, me siento afortunado de que, el de Queen, haya sido mi último concierto.

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Conciertos, Pandemia, Queen

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 201: Debatimos sobre el regreso a clases con Hugo Ñopo. También hablamos sobre qué se tendría que hacer para que el bono de 350 se entregue bien. ¿Y Canciller Maurtua?

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Colegios, Covid-19, Hugo Ñopo, Pandemia

De acuerdo a Infocorp, la deuda morosa en el 2020 cerró en S/ 33 543 millones, 4.2 % más que el registrado en el 2019. Esto implica importantes cambios en el score crediticio de los peruanos que podría estar alejándolos del acceso a mejores productos y condiciones financieras.

Arturo García Villacorta, docente de la Universidad ESAN, explica que el sistema de evaluación financiera plasmado en el score financiero predice el riesgo de impago de un préstamo por parte del posible cliente, y gestiona el riesgo crediticio pues distingue a los clientes «buenos» de los malos», filtrando así a los clientes con sobreendeudamiento. Este sistema puesto en marcha por centrales de riesgo, permite tomar en tiempo real la decisión de otorgar un crédito o no a una persona, mejorando el tiempo de atención a los clientes, descentralizar la concesión del crédito y desarrollar una mejor relación con el cliente al otorgarle productos que se adecúan a sus posibilidades.

Este sistema financiero es aplicado para la cartera minorista: personas (créditos de consumo y créditos hipotecarios) y mypes (micro y pequeñas empresas). Sin embargo, es importante mencionar que para la cartera no minorista, es decir, empresas medianas, grandes y corporativas, el sistema de calificación de créditos utilizado es el rating.

Aprender a tener un buen historial crediticio

Tener un buen historial crediticio es sumamente importante, sobre todo para los emprendedores y sus negocios, pues esto facilitará que las entidades financieras confíen en su capacidad de pago, permitiendo el acceso a créditos o reprogramaciones con mejores tasas de interés.

Los especialistas de Caja Piura explican cómo mantener saludable el historial crediticio en época de pandemia por el COVID-19:

Investigar: Buscar opciones que permitan sacar adelante el negocio sin sobreendeudarse. En el mercado existen diversos créditos de reactivación económica que impulsan las entidades de microfinanzas.

Buscar asesoría formal: Consultar de manera directa a las empresas financieras información sobre alternativas de créditos e identificar la mejor opción. En caso de tener un crédito y de necesitar facilidades de pago, se puede solicitar información sobre reprogramaciones.

Ajustar los gastos: Reinventar el negocio acorde a la nueva normalidad, analizar si es necesario minimizar gastos innecesarios para ser más eficiente con los ingresos en el corto plazo y afrontar el pago de todas las cuentas a fin de mes.

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Deudas, Historial crediticio, Pandemia

Mientras en el resto del Perú surgen voces que rehúsan vacunarse por no encontrar su marca preferida, Tacna ya casi agota su stock de Sinopharm y está inmunizando a jóvenes de 22 años desde la semana pasada. Hoy la ‘ciudad heroica’ lidera -después de las priorizadas Lima y Callao- la vacunación contra la Covid-19 a nivel nacional, con un 34,6% de su población totalmente protegida. Detrás de este rápido avance existen explicaciones más elaboradas que el simple y equivocado “Tacna es una región con poca gente”. Sudaca conversó con las autoridades responsables del proceso en la región para descubrirlas. 

 

 

Vencer a Willax

En junio, la Dirección Regional de Salud de Tacna notó un importante grado de ausentismo en las jornadas de vacunación. Tras indagar, lo atribuyó a los intentos de desprestigio contra la vacuna china, cuyo primer lote llegó ese mes al país. La Oficina de Relaciones Públicas e Imagen Institucional del Gobierno Regional respondió, entonces, con la campaña “#TusDosDosisSePremian” en alianza con empresas privadas. La iniciativa consiste en que toda persona que tenga su carnet de vacunación completo pueda acceder a descuentos de entre 10% y 50% en establecimientos comerciales afiliados. 

“La campaña se lanza al ver que crecía el ausentismo. El gobernador nos pidió que hagamos una campaña creativa y con los comerciantes nace esta idea de incentivar la vacunación de segundas dosis. Más que castigar a la gente prohibiendoles el ingreso a los establecimientos, se nos ocurrió premiarlos con descuentos. Esto va de la mano con la reactivación económica y ha sido bien aceptado”, explica Vanessa Mercado, comunicadora y directora de esta oficina.

A la estrategia la acompañan mensajes que refuerzan la seguridad de la vacuna china. “No hay mejor ejemplo que el mismo personal de salud que ha sido vacunado con Sinopharm en febrero y marzo. Somos los que más contacto tenemos con pacientes covid y, sin embargo, estamos bien. Eso se lo recalcamos a las personas y han venido a vacunarse”, afirma Óscar Galdós, jefe de la Dirección Regional de Salud (Diresa). 

La campaña de incentivos con descuentos comenzó a inicios de agosto.

Los tacneños reaccionaron a las campañas de comunicación casi agotando el stock de Sinopharm. Hasta el jueves 12 de agosto, según la base de datos del Cenares, Tacna había recibido 45,966 vacunas de esa marca. De ese total, ya han aplicado el 99,83%, lo que la convierte en la región del país con el porcentaje más alto de antídotos chinos utilizados. 

Otro factor importante para que Tacna no se coma el cuento político de Willax y el biólogo Ernesto Bustamante fue el propio peso de la realidad. Como consecuencia del rápido avance de la vacunación, los efectos positivos se hicieron evidentes. 

Nuestros indicadores sanitarios han bajado significativamente. Ahora me reportan 16 camas UCI ocupadas. Hemos llegado a habilitar 40 en la temporada más crítica que fue la quincena de febrero y principios de marzo. Ayer [último martes] tuvimos un fallecido. El fin de semana pasado tuvimos cero después de muchos meses. En los peores momentos teníamos 15 por día”, recuerda Galdós. La aparición en medios digitales y tradicionales de gran alcance en la región es constante para dar a conocer estos números.

Hoy, después de Lima y Callao -que fueron priorizadas respecto al resto del país-, Tacna lidera la lista de regiones con mayor porcentaje de población completamente vacunada, con un 34,6%, según OpenCovid. La semana pasada se empezó a vacunar a los mayores de 22 años. Las otras regiones que están por encima del 20% son Arequipa (25,45%), Moquegua (24,8%), Junín (24,1%), Lima Región (22,7%) y Ancash (22,1%).

El ánimo del sector empresarial también ha sido un importante motor. Buena parte del movimiento comercial de Tacna depende de su relación con Chile, la cual hoy está supeditada al descenso del virus. “Los mismos comerciantes están yendo a vacunarse porque quieren que se abra la frontera y así recibir a los hermanos chilenos. Por eso la población está trabajando unida, no solo el sector público, sino con el privado para potenciar la vacunación”, explica Vanessa Mercado.

De hecho existe un acuerdo con las autoridades chilenas para la reapertura de la frontera. “Tacna vive del comercio, por eso la población está motivada para vacunarse. Esto también se viene trabajando con Arica, Chile. Mientras no tengamos más del 70% de la ciudadanía inmunizada no se evaluará la posibilidad de abrir la frontera. Es uno de los requisitos planteados con ellos”, afirma el director de salud, Óscar Galdós.

 

«Descanso forzoso»

Tal como hemos visto, detrás de este rápido avance existen explicaciones más elaboradas que el simple “Tacna es una región con poca gente”. La región tiene poco más de 286.000 habitantes, pero no es eso lo que le brinda una ventaja frente a otras regiones. Madre de Dios, por ejemplo, cuenta con una población de 141.000 y apenas ha vacunado con dos dosis al 11%. Juan Carbajal, miembro de Open Covid Perú, agrupación de análisis de datos sobre la pandemia, apunta que otro factor que hace la diferencia es la distribución de su gente. 

“Lo que en realidad ha ayudado a su vacunación es que cerca del 90% de su población está dentro de la zona urbana y el resto en la zona rural. Esto facilita el despliegue y la cercanía de la población hacia los centros de vacunación. Algo muy distinto a otras regiones del país”, explica el ingeniero electrónico.

 

En Tacna vacunan a jóvenes de 22 años desde la semana pasada. Es la única región en el país que atiende a este grupo etario a la fecha.

En la región han decidido aprovechar esa característica. Según Óscar Galdós, jefe de la Diresa, su despacho ha instalado nueve puntos de vacunación en toda la región. “En cada locación hay cinco brigadas, dando un total de 45 en funcionamiento”, afirma el doctor.

Pero además hay cinco brigadas ‘volantes’ que acuden a ese 10% que vive en las provincias rurales de Tarata, Candarave y Jorge Basadre. “Para nosotros es bastante fácil cubrir la ciudad y salir para hacer jornadas en las capitales de provincia. Por eso es que hemos logrado avanzar”, destaca Galdós.

Según el jefe de la Diresa de Tacna, el progreso ha sido tal que ya se encuentran casi a la mitad de su meta de 256.000 habitantes mayores de 12 años vacunados. “Ya tenemos en la región más de 106.000 vacunados con dosis completas, totalmente protegidos«, recalca el director de salud. 

Todas las medidas se evalúan y se informan en el Comité Regional de Prevención contra el Coronavirus (Conaprev), implementado a inicios de año y que mantiene reuniones semanales. Este grupo de trabajo está conformado por el gobernador regional y el director de salud, pero además por la fiscalía, los alcaldes, el consejo regional, los directores regionales y los generales de la Policía y Ejército.

A pesar del éxito, la vacunación en Tacna tendrá que detenerse en los próximos días. El pasado 4 de agosto, el ministro de salud, Hernando Cevallos, anunció un retraso en la llegada de los lotes de Sinopharm. Atribuyó la causa al rebrote de la variante delta en China.

“Ahora lo que nos preocupa es que ya no tenemos vacunas. El sábado 7 se nos agotaron las primeras dosis de Sinopharm y Pfizer. Actualmente, el stock que tenemos nos sirve para cubrir solo segundas dosis de Pfizer. Nos faltan 300.000 de Sinopharm para la segunda dosis. Ayer [último martes] hemos tenido reunión con el ministro y viceministros. Hay un compromiso para que nos abastezcan inmediatamente apenas llegue un nuevo lote. Este fin de semana no vamos a tener con qué trabajar. Vamos a tener que replegar nuestras brigadas y darles un descanso forzoso”, reconoce Galdós. 

Para que Tacna siga siendo ‘la ciudad heroica’ de la vacunación, el flujo del antídoto no puede parar. En la región esperan que nada impida la llegada de un lote de un millón de vacunas de Sinopharm al Perú programada para el 15 de este mes.

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Fake news, Pandemia, Sinopharm, Tacna, Vacunación

El Covid19 ha generado diversos cambios en la vida de las personas: desde la manera de socializar entre amigos y familiares; hasta la forma de trabajar. Y si bien poco a poco se están retomando ciertas actividades, los hábitos de consumo han cambiado y nuevos insights han sido creados en la mente del consumidor peruano.

Es así que Claridad Coaching Estratégico, empresa peruana que se expande al mercado europeo, realizó un estudio sobre los nuevos insights del consumidor peruano a raíz del efecto pandemia.

Medios de información: Los nuevos consumidores valoran más la fuente de información para cualquier noticia, esté relacionada o no a la situación del coronavirus en el país. Hoy buscan fuentes con mayor credibilidad, sean medios de comunicación o profesionales especialistas. Según comenta Ximena Vega, CEO de Claridad, un claro ejemplo es el uso de Twitter, que ya dejó de ser considerada como una red social, hoy es usada como un medio de información.

Manejo de su economía: Priorizan “guardar pan para mayo”. Los nuevos consumidores han reajustado la economía del hogar. Con respecto al método de pago, hay un menor uso de efectivo y un incremento en la preferencia por los pagos electrónicos para evitar tener contacto. El e-commerce continúa aumentando su preferencia por parte de los consumidores. A lo largo de la pandemia, empresas de diversos rubros han sabido adaptarse a las circunstancias y crearon su canal de e-commerce. En resumen, “lo bueno de todo esto es que las personas toman las riendas, y quienes quieren, encuentran nuevas formas de poder sobrevivir.”

Nuevas habilidades: Durante la cuarentena, los consumidores desarrollaron nuevos hobbies que, a su vez, se convirtieron en nuevas habilidades. Por ejemplo, cocinar, hacer deporte, entre otros. Sin embargo, la fundadora de Claridad Coaching Estratégico afirma que hoy en día, la principal habilidad que el nuevo consumidor posee y se fortalece es la capacidad de adaptarse y reinventarse para salir adelante.

Estado emocional: Si bien las restricciones no son las mismas de hace un año, los casos de coronavirus y sus variantes continúan siendo un factor estresante para el consumidor peruano. Es así que se han convertido en un usuario mucho más selectivo, desde qué medios consume, qué usuarios sigue en redes sociales e incluso se alejan de amistades que les provocan una carga negativa. No obstante, se destaca el valorar y sentirse agradecidos de lo que se tiene (la familia, el amor, etc.): “Tu casa es tu mayor protección”.

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Consumidor peruano, mente, Pandemia

La pandemia del Covid 19 será, después de los años del terror demencial de Sendero y el MRTA, el evento más traumático que recordaremos peruanos de muchas edades y condiciones. Casualidad o no, recordemos que estos sucesos fueron (y muy probablemente seguirán siendo) disparaderos creativos y artísticos. Las líneas que siguen quiero dedicarlas a Durará este encierro. Escritoras peruanas en cuarentena, una antología realizada por Anahí Barrionuevo, Ana María Vidal y Victoria Guerrero.

Más allá de la evidente (y legítima) marca de género que supone un libro de esta naturaleza, es preciso indicar que los relatos contenidos en el volumen se ubican en el inicio de la pandemia, en los primeros días del encierro obligatorio y todo el abanico de sentimientos provocados por esta situación, un amplio y sensible arco en el que caben el miedo, el desconcierto, la angustia, la soledad y otros ingredientes que juntos le dieron a esa coyuntura un perfil verdaderamente trágico.

Intimidad y cotidianidad limitadas espacialmente, libertades recortadas, el mundo social reducido a unas pocas paredes y a unos umbrales esquivos, la sensación de días que duran lo eterno y el cansancio que invoca esa repetición casi invariable de los días. Todos estos elementos están presentes, en mayor o menor medida en este libro, que más que una antología debía en realidad considerarse un coro: su ambición no es la de constituir un conjunto de relatos autónomos y marcados a fuego por el estilo individual, sino la de mostrar una estructura polifónica: cada voz constituye un plano de conciencia autónomo, es verdad, pero todas las voces se articulan, finalmente, alrededor del patetismo provocado por la peste.

Son 53 escritoras reunidas alrededor de una exploración común: el mundo que ocurre a puerta cerrada. Pero el volumen presenta una estructura que impide el encierro absoluto: ese mundo cerrado e invisible dialoga con textos que provienen del mundo fáctico, especialmente de fuentes periodísticas, que sirven de marco contextual, si se quiere. Hay entonces un tránsito, un ritmo que impulsa a las palabras a trenzarse, metafóricamente hablando, entre lo privado y lo público.

En el prólogo del libro, escrito a tres manos por las antologadoras, se lee: “…era importante ponernos a escribir la urgencia, documentar la incertidumbre de lo que nos estaba sucediendo, captar esos primeros días de encierro, de catástrofe. Anotar y aprender ese nuevo vocabulario que asfixiaba al mundo (…) La escritura nos daba la oportunidad de mostrar una sensibilidad, el pulso de autoras peruanas desde diversos puntos del país y del planeta. Esa condición de miradas perpetuas les daba también tal ventaja: la de ver todo desde distintos frentes” (p.14).

Esto explica con suficiencia el hecho de que se trate de un libro nacido de la urgencia, de la ansiedad por aprehender una realidad nueva y desafiante que era y es capaz de vulnerar la vida de cualquier mortal sobre la tierra. “Sensación de estar en una película apocalíptica cuyo guion está comenzando a escribirse” (p.44), dice Claudia Salazar desde un Manhattan reencarnado en la desolación; “las utopías que nacen en tiempos de crisis no duran” (p.66) anota Christiane Félip Vidal con notorio desencanto; “Recluida, pienso en Sor Juana, en Ana Frank, en mi abuela Inés, en mi gata, en cómo vivir entre cuatro paredes y una ventana abre territorios insospechados en el alma y la imaginación” (p.82) sentencia Grecia Cáceres trazando un puente en el que la literatura y la memoria familiar podrían ofrecer la calma de un conjuro; “conocimiento de mis límites: un gran ventanal,/ una habitación propia, dos manos y un balde. // Lo que sigue no tiene límite” (p.110) anota en un poema Valeria Marroquín con irónica esperanza; “Sueño con Galicia mientras estamos todos encerrados, esperando que el virus nos toque la puerta, mientras afuera los pájaros toan la playa, el mar y el cielo vuelven a ser puros, pero también mientras la gente muere en el mundo” (p.195), escribe la cineasta Rossana Díaz Costa.

Esta ha sido una pequeña muestra de lo que el lector encontrará en lo que dure la lectura de estas páginas: un coro que navega entre una enfermedad que doblega al mundo y la única palabra –presentada además en sus múltiples posibilidades semánticas– que puede hacerle frente: la esperanza. Desde ya, debo contar Durará este encierro en mi lista de mejores libros de 2021.

Durará este encierro. Escritoras peruanas en cuarentena. Anahí Barrionuevo. Ana María Vidal y Victoria Guerrero. Lima: Cocodrilo Ediciones, 2021.

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Durará este encierro, Libro, Pandemia

Después de 16 meses, la mayoría del pueblo peruano ha estado confinada por una pandemia criminal y globalizada. Pero menos mal que no hay mal que dure cien años y se calcula que la disminución efectiva de contagios y que la “inmunidad de rebaño” se lograrán el 2023, en buena medida gracias al proceso de vacunación.

Adelantándose a esa victoria, poco a poco empiezan a organizarse eventos presenciales con la tranquilidad de estar vacunados y de seguir manteniendo los protocolos de rigor, como el uso de mascarillas y el respeto a la distancia física. Esto sin duda, se debe a que el riesgo de contagio es menor así y porque ya estamos todos más que hartos de llevar una vida por Zoom u otra plataforma, con el consiguiente cansancio visual y el estrés que eso conlleva. Simplemente queremos salir de nuestras casas, ver gente y respirar algo de aire libre.

En ese sentido, la Cámara Peruana del Libro ha organizado en formato mayormente presencial la Feria de Libro de Miraflores “Comparte la tradición” del 23 de julio al 4 de agosto. El evento se realiza en un lugar emblemático, el céntrico Parque Kennedy, y tiene como país invitado a Colombia.

En celebración al Bicentenario de nuestra República habrá una presencia importante de autores peruanos y convivios y conversatorios sobre figuras y temas actuales. Por ejemplo, destacan las presentaciones honrosas como la que se hará en homenaje al gran escritor Miguel Gutiérrez de Aníbal Meza Borja (editor), titulado Miguel Gutiérrez (1940-2016). En este caso los comentarios estarán a cargo de Maynor Freyre y Jorge Valenzuela.

Otra actividad que estará a la altura de una mega celebración Bicentenaria es la presentación del libro El zorro y la luna del poeta José Antonio Mazzotti. Los comentarios los harán la poeta y crítica Andrea Cabel y el narrador del Bicentenario y de la migración a los Estados Unidos, el profesor Eduardo González Viaña.

Asimismo, para seguir con el género lírico, tenemos la presencia de Miguel Idelfonso quien comparte la publicación de su nuevo libro, los Comentarios irreales, en clara alusión paródica al Inca Garcilaso. En esta actividad, serán los poetas Paolo de Lima y Paul Forsyth quienes presentarán la obra de Idelfonso.

Esta inspiradora feria también cuenta con invitados especiales de Colombia, como los poetas Jotamario Arbeláez, Andrea Cote Botero, Amparo Osorio, José Luis y Federico Díaz-Granados y Ramón Cote Baraibar.

Será una buena ocasión para ir pulseando el ambiente y disfrutar de novedades editoriales en carne y hueso, o en papel y tinta. Después de casi año y medio de virtualidad, bien nos merecemos un descanso.

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Feria de Libro de Miraflores, Pandemia

La pandemia causada por el covid-19 generó que las empresas tuvieran que adaptarse a una nueva modalidad de trabajo: la virtual. De acuerdo con la última encuesta realizada por EY Perú, el 95% de las empresas peruanas cuentan con colaboradores trabajando mediante el home office.

En este contexto, la comunicación interna ha tomado mayor relevancia y adaptación a través de nuevas formas de relacionamiento, canales y mensajes adecuados para suplir la falta de presencialidad en el trabajo.

Además, viene cumpliendo un rol fundamental en la gestión de riesgos, desarrollando estrategias que permitan a los colaboradores conocer correctamente la amenaza para que se tomen las medidas de protección necesarias en este contexto.

La docente Internacional de la Maestría en Comunicación Estratégica en las Organizaciones de la Universidad de Piura, Patricia Schroeder, detalló los desafíos a los que se enfrenta la comunicación interna en tiempos de pandemia.

El mensaje es la clave. Las organizaciones deberán desarrollar mensajes acordes al contexto de pandemia en el que nos encontramos, lo cual les exige un monitoreo permanente de la situación epidemiológica actual, pero siempre adaptándose a los intereses y necesidades de cada uno de los públicos internos.

Por ello, ante esta situación de crisis, es fundamental promover el diálogo y la capacidad de escucha, más allá de la modalidad presencial o virtual, buscando siempre el modo de comunicar más adecuado.

Adaptarse es fundamental. La pandemia puso a prueba nuestra capacidad de adaptación y, en ocasiones, nuestra capacidad de sobrevivir frente a una situación llena de retos.

Muchos sectores empresariales buscaron hacerlo de forma rápida, otras reorganizaron sus estructuras para cumplir con las normas sanitarias, pero muchas de ellas aún continúan resistiéndose al cambio que esta situación amerita.

Mantener el contacto. La falta de presencialidad implica hacer un mayor esfuerzo por estar en contacto permanente con todos los colaboradores. Esa es la responsabilidad de cada jefe que, además, deberá tener condiciones para liderar un equipo de trabajo.

Por ello, es necesario mantener los lazos entre las personas de la organización y entre los distintos sectores, a pesar de la falta de presencialidad, generando más y variados canales de comunicación que hagan más sencilla la comunicación durante este proceso.

Manejar el estrés. La pandemia trajo consigo incertidumbre y miedo. En ocasiones, parte del equipo se ausenta al enfermarse de covid-19, ya sea de forma leve o grave, mientras que otros vienen enfrentando lo complicado que es tener a un familiar enfermo en casa o algún hospital.

Por eso, contemplar y manejar situaciones de mayor estrés a los que están sometidos los equipos de trabajo es una gran responsabilidad no sólo de los jefes sino de toda la organización.

La credibilidad y la confianza. Estos son los valores que sostienen una comunicación de riesgo. Si bien siempre es importante mantener los niveles de confianza con los colaboradores, en las situaciones de riesgo sanitario esto es realmente imperioso.

Debe haber confianza en el vocero, en el mensaje y en los canales de comunicación. Esta confianza se consigue con una comunicación constante y transparente; hay que aprender a dar las buenas y malas noticias.

Hoy más que nunca la comunicación interna es necesaria ya que responde a la creciente complejidad que enfrentan las organizaciones.

Si bien en una primera etapa, la organización debe garantizar una comunicación en un nivel operativo, lo que significa que exista información suficiente para que cada uno cumpla adecuadamente su trabajo, esta no debería ser su única función. Se debe apuntar a una segunda etapa donde la comunicación debe tener la capacidad de cumplir objetivos motivacionales en la que los colaboradores conozcan porqué hacen su trabajo.

Finalmente, la comunicación interna se podrá instalar en un nivel estratégico donde cumplirá con informar cuál es el rumbo de la organización en el largo plazo. En estos momentos que vivimos debemos generar esa motivación aspiracional: ganas de ir a más.

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Comunicación interna, desafíos, Pandemia

En pocos momentos de la historia se han podido entrecruzar en Latinoamérica, pero en particular en la sociedad peruana, tantos miedos colectivos como ha ocurrido actualmente. El miedo, como lo han dicho desde las ciencias sociales y humanas, nace de la ansiedad provocada por la subversión de diferentes órdenes en los que se asientan nuestras comunidades.

Con la pandemia del 2020, el primer orden en trastocarse fue el social: vimos cómo se podía morir casi de inmediato si es que no se aprendía nuevas formas públicas de caminar, transportarse o no al trabajo, comprar, alimentarse, limpiar, estudiar, relacionarse socialmente. La muerte de trece jóvenes en Thomas bar en Los Olivos el año pasado, nos aterró y un incómodo racismo empezó a manifestarse.

El desorden más profundo, mientras tanto, era el de nuestra salud. Si no usábamos mascarilla podíamos caer fulminantemente muertos, como se asumía cuando aparecían personas desmayadas en las calles de Lima. El miedo produjo que se agotaran los productos en los supermercados. Nadie supo por qué el papel higiénico, pero fue sujeto de bromas que ayudaron a distender un poco ese miedo que se prolongaba mes a mes, cada vez que se anunciaba que continuaría la restricción en nuestras casas, mientras tanto, las dolorosas cifras.

El freno económico fue terrible. Por un momento hasta el mercado internacional se detuvo. El impedimento de viajes clausuró amplios sectores. Empezaron las deudas, los cierres de pequeñas y medianas empresas, el aprovechamiento de los grandes consorcios, el negocio de la salud y el oxígeno, el sálvese quien pueda avalado por un Congreso de la República dedicado enteramente a proteger los intereses económicos de los grupos más corruptos del país.

La educación virtual sólo sirvió en las ciudades del país. El sistema educativo estatal colapsó en las zonas rurales sin cobertura a internet y no logró adaptarse a los requerimientos pedagógicos de la virtualidad. Se discutía el tema cuando salió a la luz la corrupción también en el poder Ejecutivo: el Presidente Martín Vizcarra que había frenado al Congreso con el apoyo de más de la mitad de la población, resultó contar con una red de clientelaje y corrupción venida desde sus tiempos de Gobernador de Moquegua. Él y su entorno estaban tan acostumbrados que hasta mintieron respecto de las vacunas que se habían repartido y aplicado. El contexto de miedo en el que nos hallábamos, hizo ver a Vizcarra como un traidor, pues sus buenos mensajes televisivos, habían ayudado a contener el miedo. Nos había hecho sentir que estábamos ganando la guerra al coronavirus, cuando todo se vino abajo. En ese contexto el Congreso de la República quiso aprovecharse y dar un golpe de Estado. Durante la protesta contra Manuel Merino murieron dos jóvenes. Las universidades tuvieron que suspender las clases durante una semana y buscar estudiantes desaparecidos. El miedo empezó a cundir en la joven generación bicentenario. Pero se logró retirarlo.

La larga elección de Francisco Sagasti logró estabilizar lo aprendido y priorizar el tema de salud. Pero pronto surgió el contexto electoral. ¡Vaya elecciones! Los dos primeros lugares los ocupaban la hija del dictador Alberto Fujimori, denunciada como cabecilla de una organización de lavado de activos, y el maestro rural que ganó protagonismo el año 2017 durante la prolongada huelga magisterial. Un racismo extremo fue la reacción inmediata de miedo contra Pedro Castillo, quien, por ser hijo de padres campesinos de hacienda y rondero, fue presentado como analfabeto, comunista y terrorista. El sector de la población costeña vinculado a las empresas relacionadas con el fujimorismo decidió que debían impedir como fuera que ganara. Sumaron al grupo El Comercio y otras empresas de radio, televisión y publicidad y acordaron no cesar de asustarnos sobre cada vínculo de Castillo con la corrupción y el chavismo venezolano.

Pero Castillo ganó, y ya la campaña de fraude posterior no dio miedo, sino hartazgo. Ha quedado a la luz qué abogados y políticos de alguna u otra forma están vinculados con la organización fujimorista por razones económicas o temor a su futuro encarcelamiento. Que Perú Libre sea investigado parece no haber asustado como lo esperaban. Ningún llamado a golpe de Estado ha sido tomado en serio y las instituciones electorales y judiciales se han logrado mantener firmes.

Ahora que ya aprendimos a convivir con mascarilla, el arribo de las vacunas y su avance a buen ritmo (sin la absurda necesidad de comercializarla) ha ayudado mucho a espantar los miedos. El temor a la vacuna se está disipando y así como nos tomó cambiar el orden social, si queremos regresar a poder abrazarnos, a reír a carcajadas con las amistades en un viaje, a celebrar que finalmente el Perú rural está siendo protagonista del bicentenario, debemos esforzarnos en tener las dosis necesarias para dejar el principal miedo atrás; de los demás miedos, en las calles nos encargaremos.

13 de julio de 2021

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Miedo, Pandemia
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