no olvidar bagua

No olvidar Bagua

"Espero que la Presidenta no cometa el mismo error que la Ministra del Interior en ese momento y se abra al diálogo. Actualmente la cifra es de 17 fallecidos en enfrentamientos solo en Juliaca y casi 60 a nivel nacional."

Querida Manuela,

Te escribo desde Iquitos, capital de Loreto en la Amazonía peruana. La Amazonía, verde con sus ríos y en especial el Amazonas, la Gran Serpiente, tiene una energía especial. Aquí el tiempo se detiene, el calor te abraza y te llenas de sonidos. Es una región llena de alegría, caos y vida. Por eso, aquí el caos político no se siente. Su lejanía de Lima la hizo parte de lo que tú conocías como la Comandancia General de Maynas en el Virreinato del Perú, para luego ser parte de la Intendencia de Trujillo. Debes recordar la guerra grancolombo-peruana, que fue por estos territorios que alguna vez dependieron de la provincia de Pichincha del Departamento de tu ciudad natal Quito, cuando era el Virreinato de Nueva Granada.

Estoy escribiendo en la biblioteca de una casa de más de 100 años, construida por un acaudalado cauchero en 1913, justo terminando la fiebre del caucho (1887-1912). En tu época solo la Iglesia y algunos exploradores ingresaban a la Amazonía. Fue recién 30 años luego de tu muerte en Paita, víctima de la difteria, que empezó la locura del caucho. Fue en este periodo que Iquitos dejó de ser un puerto de pescadores para convertirse en una ciudad de derroche. Llegaban los caucheros en busca de dinero ya que les generaban riquezas repentinas, pero junto con esa ambición trajeron el abuso, la violencia y el maltrato. Estoy en la casa del Barón del Caucho, quien fue responsable de lo que se considera un holocausto para los pueblos indígenas amazónicos huitotos, boras y andokes. ¿Por qué la muerte, la violencia y el abuso? Todo por el caucho natural de nuestra floresta amazónica, ya que el mercado estadounidense e inglés lo pedían gracias a los productos inventados por Charles Goodyear. Actualmente la semilla de caucho, árbol nativo de nuestro Perú, está muy escasa.  Quedan algunas reservas de árboles de caucho muy alejadas en el norte de Loreto. El boom acabó cuando los ingleses se llevaron las semillas a sus colonias en el África subsahariana y Malasia para plantaciones bajo sus direcciones.

Esta economía fue la que desarrolló Iquitos en Perú, así como Manaos y Belem en Brasil. Fue Manaos la ciudad que llegó a ser la más moderna de la época. El centro histórico de Iquitos aún mantiene las casas estilo europeo con sus azulejos y claro, había tanta riqueza que los caucheros tuvieron la audacia de comprar la primera casa prefabricada de las Américas a Gustav Eiffel en 1860 y traerla desde los talleres belgas Forges d Aiseau. Y así como llegó la elegancia de Europa, la bonanza vino con violencia, muerte, destrucción, abusos y violaciones a las mujeres y niños nativos amazónicos. Fueron esclavizados para así obtener mayores ganancias en las ventas del caucho, mano de obra barata. Es verdad que no podemos juzgar los hechos históricos 100 o 200 años después, pero si podemos aprender y más que nada evitar que vuelvan a pasar.

Hace unos días, el lunes 20 de febrero, las autoridades peruanas solo reportaron bloqueos en la región Puno. El descontento por el nuevo gobierno de la presidenta Dina Boluarte se ha concentrado solo en la región Puno donde 9 vías han sido interrumpidas en 35 puntos diferentes. Los bloqueos han generado grandes pérdidas económicas, en especial en el sector turismo de esta región. Es la única región que, desde diciembre pasado, cuando empezaron las protestas, sigue reclamando. No han parado en sus reclamos y, al contrario, se mantienen. Lo más preocupante es que el 09 de enero, en la ciudad puneña de Juliaca, 17 personas fueron asesinadas en las protestas y hasta la fecha no hay responsables ni se sabe qué fue realmente lo que ocurrió. Estas son las pérdidas más graves y por las que el gobierno debe responder. Los puneños han permanecido en su protesta porque no solo exigen la salida de la presidenta sino mejoras para acceder a derechos de salud, vivienda y educación. 

Manuela, esta situación es preocupante porque Puno es el epicentro de las protestas y es una región muy importante de la sierra sur. A diferencia de la Amazonía, Puno es sierra, montañas elevadas donde el clima es muy frío y seco (más que tu querido Quito). Puno tiene el Lago Titicaca, un tesoro natural que nos separa de Bolivia. Llama la atención que hasta la fecha no se pueda resolver los bloqueos ni las protestas, sino por el contrario la respuesta del Ejecutivo ha sido mandar a personal policial y miembros de las fuerzas armadas cuando históricamente se sabe que eso no resuelve sino genera más confrontación. Que no comenta el gran error que fue Bagua.

¿Qué pasó en Bagua, Manuela? Fue una masacre, el 05 de junio del 2009 hubo un enfrentamiento entre 5,000 ciudadanos de las comunidades nativas aguarunas y huambisas de las provincias de Bagua y Condorcanqui respectivamente con policías llegados desde la base de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (DINOES) de Lima con el apoyo de las Fuerzas Armadas, con la misión de levantar el bloqueo de la Curva del Diablo, en la carretera Fernando Belaunde Terry, en Bagua, Región Amazonas. La carretera había estado bloqueada por 50 días porque ni el Ejecutivo ni el Legislativo escuchaba el pedido de las comunidades nativas de la Amazonía. Ellos pedían ser escuchados, como establecen los tratados internacionales firmados por el Perú, porque se oponían a la promulgación de los Decretos Legislativos 1064 y 1090. Estos famosos decretos habían sido promulgados con el único fin de facilitar la implementación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de Norte América ya que se debían realizar modificaciones acerca del aprovechamiento de las tierras agrícolas, los predios rurales y los predios comunales. No fueron escuchados y se promulgaron las normas que inmediatamente después del conflicto fueron derogadas. Fueron 33 las personas que murieron, en su mayoría policías, y un oficial de la policía aún está desaparecido. No tomaron importancia a los pedidos ciudadanos, mandaron a las fuerzas del orden a hacer un acto represivo cuando se necesita realizar un trabajo político, de negociación, para que todos los peruanos nos beneficiemos. Al final, se derogaron las normas y perdimos 33 vidas de peruanos. Hace unos años conocí a los familiares de los policías fallecidos en un evento institucional en mi calidad de Defensora del Policía. El dolor que demostraban las madres, las esposas, las hermanas, se pudo evitar.

Espero que la Presidenta no cometa el mismo error que la Ministra del Interior en ese momento y se abra al diálogo. Actualmente la cifra es de 17 fallecidos en enfrentamientos solo en Juliaca y casi 60 a nivel nacional. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) acaba de publicar un estudio donde 3 de cada 10 peruanos y peruanas están en pobreza monetaria, siendo Puno la región que encabeza esta estadística. Hay que tomar en cuenta estos factores de pobreza, los factores culturales, para que no se den más muertos en Puno. Que Bagua nos lleve a aprender qué no hacer en momentos de crisis. Esos 33 peruanos muertos no pueden ser en vano. Escuchemos a Puno, a los aimaras y logremos acuerdos.

Tags:

Bagua, INEI

Mas artículos del autor:

"La Amazonía arde"
"Las Mujeres y los Estados de Emergencia"
"Kené extranjero en su propia tierra"
x