Conversamos con Jose Daniel Anglas, estudiante de Economía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quien participó de dicha movilización del 19 de enero en el distrito de Miraflores. “Nos dirigimos al Parque Kennedy, no pensamos que tendría tanta acogida, pero cuando llegamos al Ovalo de Miraflores había dos grupos marcados”, comentó.
“Se exigía en la protesta porque había muertes (al interior del país) y que Dina renuncie, pero por una cuestión moral. En un Estado de Derecho no pueden estar matando gente y haber represión”, reflexiono el estudiante sanmarquino. A las 8 de la noche, el grupo de protestantes en el distrito sureño tomaron dirección por la Av. Arequipa con rumbo al Centro de Lima de una manera tranquila y respetando los espacios públicos, sin buscar confrontaciones.
“A la altura de Aramburu, había un cordón policial que intentó separarnos”, comentó el estudiante que al igual que los asistentes a la movilización no creyeron que siendo Miraflores un lugar altamente resguardado se iba a dar la situación de lanzar bombas lacrimógenas. “Había menores de edad y adultos mayores. Cuando empezamos a escuchar los disparos, la turba empezó a disolverse. Estábamos muy asustados”, sentenció.
“Los policías empezaron a empujarnos con sus escudos. Nos preocupó que no solamente estábamos los jóvenes; también había padres de familia, menores y adultos mayores que habían salido a protestar”, comentó José mientras recordaba que junto a su familia y varios asistentes intentaron resguardarse y salir de la zona de peligro.
Los comunicadores en acción: Una foto que dice más que mil palabras
Sudaca tuvo la oportunidad de conversar con Ingrid Armas Reyes, comunicadora audiovisual, quien capturo una imagen que ha tenido mucha acogida por parte de los usuarios de las diferentes redes sociales. Dos bomberos luchando arduamente por apagar el fuego, un día después de las manifestaciones, en la Casona Marcionelli. La comunicadora compartió con nosotros lo que se vivía en el lugar de los hechos.
“Mientras yo me acercaba al lugar, más era la tristeza. El ver como poco a poco inconsciente o conscientemente se provocan estos hechos desastrosos”, sentenció Ingrid. Había llegado al día siguiente, pero el calor era sofocante y el humo todavía salía de los escombros del perdido patrimonio cultural. “Los bomberos habían estado trabajando desde la madrugada, cuando tomé la foto eran dos bomberos (un hombre y una mujer)”, agregó.
No lo pensó ni una ni dos veces. “Cuando yo creí que ya estaba todo, no sé cómo doy media vuelta y me encuentro esta historia y la capture. Vi cuando ellos estaban cansados porque ya habían soltado la manguera y yo tenía dos opciones: tomarla con la cámara profesional o con la del celular. Atine en tomarla con mi celular en el momento preciso que yo quería transmitir: El cómo dos bomberos hacían todo lo posible para salvar y apagar el incendio de la casona”, reflexiono la comunicadora.
“Sabía que si levantaba la cámara con ese súper lente iba a ser que ellos voltearan y se malogre la escena. Baje la cámara, agarre el celular y dispare. Logre la escena que a muchos les ha gustado”, agregó con entusiasmo.
“Yo quería capturar la escena y colocarla en mis redes sociales”, confiesa Ingrid mientras se siente asombrada que 72.000 personas han visto su foto a partir de la página “Limatopías”. Aconseja a los futuros profesionales audiovisuales que no se limiten por no tener una cámara profesional y no poder tomar la “gran foto”. “Más importa la historia que quieres contar y lo que quieras capturar en ese momento. Capturen, capturen y ahí estará la historia”, finalizó Ingrid con una sonrisa.