La derecha tenía la oportunidad histórica precisa para replantearse su perspectiva e insertarse nuevamente en el imaginario ciudadano -como lo estuvo casi cerca de 20 años, desde los 90 en adelante, luego del colapso populista de los 80-, a partir de la debacle social, política, económica y moral del castillismo y de la izquierda en pleno que se sumó de comparsa del desastre.

De esa manera, podía asegurar un plazo de vigencia que se prolongase hasta las venideras elecciones presidenciales y permitía vislumbrar que en esa coyuntura, el país se inclinase por una opción capaz de sacarnos de la crisis política permanente y, adicionalmente, darle un renovado impulso a las reformas económicas e institucionales que el Perú demanda a gritos.

Nada de ello, sin embargo, ha ocurrido. La derecha, sobre todo en su expresión congresal, ha dilapidado rápidamente esa tremenda posibilidad de regeneración, ha caído en los peores vicios autoritarios y éticos y ha permitido que la izquierda retome presencia y dinamismo para colocarse nuevamente en el escenario de posibilidades electorales.

Hoy mismo, su tozudez e irresponsabilidad política ponen en riesgo que la nueva Mesa Directiva del Congreso siga siendo manejada por agrupaciones de centro o de derecha, y le brinda a la izquierda -que es minoría- la posibilidad de maniobrar en medio de los desaciertos de la derecha para aspirar a hacerse de un cargo que es crucial para los pronósticos de gobernabilidad del propio Ejecutivo (una presidencia del Congreso de izquierda sería un baldonazo para la estabilidad política del régimen).

Por lo visto, la situación tiene difícil remedio y poco puede esperarse de la derecha actualmente existente. No parece quedar otra esperanza, respecto del surgimiento de una derecha liberal y moderna, que aguardar la consolidación partidaria y electoral de las nuevas agrupaciones que están surgiendo en este lado del espectro ideológico nacional.

La derecha mercantilista, populista, conservadora y autoritaria ha demostrado, con apenas una cuota de poder, que carece de la sindéresis pertinente y, peor aún, de la voluntad reformista que la coyuntura exige. No hay en ella germen posible de mejora de la vida política, social y económica del país. Todo lo contrario, una mayor amplitud de su poder solo conllevaría atraso, conflicto e ingobernabilidad en una nación que ya anda lo suficientemente convulsionada como para echarle más combustible a la hoguera.

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La Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT), con el apoyo del Comité Interamericano contra el Terrorismo de la Organización de los Estados Americanos (CICTE-OEA) y el auspicio del Gobierno de Canadá, organiza el Taller Regional “Mujeres en Fronteras: Experiencias y Desafíos”, que promueve el enfoque de género y destaca el rol de las líderes aduaneras.

En el taller, que fue inaugurado hoy y se desarrollará hasta mañana, participan representantes de 23 Administraciones Aduaneras de las Américas y el Caribe, así como de Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido.

La bienvenida estuvo a cargo del Superintendente Nacional de la SUNAT, Enrique Vera, quien destacó el rol de la mujer en la gestión tributaria y aduanera de nuestro país.

También participaron en la ceremonia, la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Nancy Tolentino; el Secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, Iván Marques; la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA, Alejandra Mora Mora y el Secretario General Adjunto de la OMA, Ricardo Treviño.

Comunidad Regional de Mujeres en Fronteras

Al finalizar el evento, los directores generales de las Administraciones Aduaneras suscribirán el Acta de establecimiento de la Comunidad Regional de Mujeres en Fronteras, equipo de trabajo que promoverá el intercambio de experiencias sobre el enfoque de género y el avance de la participación del rol de las mujeres en todos los niveles de la gestión aduanera, impulsando su liderazgo en las Américas y el Caribe.

Con este taller regional, la SUNAT ratifica el compromiso de la Vicepresidencia Regional de la OMA para las Américas y el Caribe de fomentar la participación transversal de las mujeres en la gestión de las Administraciones Aduaneras, impulsando su acceso equitativo a oportunidades de desarrollo profesional.

 

FOTO: ANDINA

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[TIEMPO DE MILLENNIALS]  El embarazo adolescente en el Perú es un problema de salud pública que va en aumento y que el Estado parece no darle la importancia que amerita. En el 2022, 1,624 niñas y adolescentes menores de 15 años se convirtieron en madres, superando las cifras de años anteriores (Fuente: Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo en Línea). En solo lo que va del 2023, ya hubo 364 nacimientos de madres entre 11 y 14 años. Las principales causas son violencia sexual, falta de educación sexual y desigualdad de género.

¿Qué está haciendo el Estado al respecto? Según estudios del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el presupuesto para prevenir el embarazo adolescente en Perú debería ser de entre S/ 55 y S/ 98 per cápita. Sin embargo, en promedio, las regiones manejan un presupuesto de S/ 9.3 por adolescente, muy por debajo de lo sugerido. Incluso existen regiones como Amazonas y Tacna donde se invierte tan solo S/ 0.70 por adolescente. Justamente en las regiones donde el presupuesto es menor, la taza de embarazo es mayor.

El acceso a anticonceptivos gratuitos también es otro problema, y cuya responsabilidad es del Estado. En las regiones más pobres, a menudo los centros de salud están desabastecidos y, en general, en el país, muchos de ellos no ofrecen métodos anticonceptivos de larga duración que son más idóneos para prevenir los embarazos. Recién hace menos de un año se incluyó en la lista de anticonceptivos gratuitos el dispositivo intrauterino (DIU) liberador de progestágeno, cuando desde años atrás se ofrece en otros países.

Otro problema es el Congreso y el Ejecutivo, que tienen a un gran sector de extrema derecha que pone en riesgo que muchas adolescentes accedan libremente a una educación sexual integral y a servicios de salud sexual y reproductiva seguros y de calidad. Un ejemplo es el caso de la “píldora del día siguiente”. Recién en marzo de este año el Tribunal Constitucional ordenó al Ministerio de Salud distribuir de forma gratuita el anticonceptivo oral de emergencia en todos los centros de salud del Estado a nivel nacional. Previo a ello, ni siquiera los kits de violación incluían esta píldora, ya que un sector de nuestros gobernantes aducía que era abortiva. Asimismo, si bien el aborto terapéutico es legal, según un reporte de la UNFPA, más del 70% de los centros de salud desconocen la existencia de la guía técnica de aborto terapéutico.

Por último, la falta de acceso a la educación sexual integral (ESI) colabora a que el número de embarazos adolescentes vaya en aumento. Según la UNFPA, en el 2017 junto con la Defensoría del Pueblo, se supervisaron 91 establecimientos de salud diferenciados de atención integral a adolescentes, y en 23 de ellos no se les entregaba información sobre salud sexual y reproductiva si no iban acompañados por sus padres a pesar de que la norma señala que desde los 14 años los jóvenes pueden recibir información sobre métodos anticonceptivos sin estar acompañados de un adulto. El problema también está en los colegios ya que a pesar de que existen lineamientos aprobados por el Ministerio de Educación, la implementación de la EDI de calidad aún no se lleva a cabo de manera adecuada ya que no se asignan los recursos necesarios para la capacitación docente y, además, hay mucha controversia sobre lo que se debe enseñar.

Del 2021 al 2022 el embarazo adolescente creció en 22%. El Estado tiene todas las herramientas para abordar este tema, pero aun así no lo hace. Hay sectores que prefieren pasarse años debatiendo sobre la distribución gratuita de la píldora del día siguiente, u agrupaciones como «con mis hijos no te metas» que se oponen a la ESI en los colegios, sin ponerse a pensar en el daño que su inacción les hace a miles de niñas y adolescentes en el Perú. No cabe en estos tiempos ser conservadores, la realidad es que el inicio de las relaciones sexuales se da en promedio entre los 16 y 19 años en Lima, y a los 12 años en la Sierra y Selva, y gritar «con mis hijos no te metas» se simplemente ser ajenos a esa realidad y darle la espalda a un trabajo de prevención que urge en el Perú.

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Defensoría del Pueblo, embarazo adolescente, Tribunal Constitucional, UNFPA

[EN LA ARENA] Qué controversial que el viceministro de interculturalidad, Juan Reátegui Silva, difundiera en las redes sociales su reunión con el grupo La Resistencia. Una violenta organización dedicada a atacar autoridades públicas defensoras de derechos humanos. Si un viceministerio publica una reunión de trabajo con una agrupación que tanto daño causa justo una semana antes de la Toma de Lima, ¿cómo no se va a interpretar como un acto amenazante de parte del actual gobierno? Controversial porque el viceministro es un reconocido funcionario de origen awajún con una vasta experiencia en la defensa de los derechos humanos y territoriales de los pueblos indígenas y ha salido a justificar lo acaecido señalando que se había realizado en el marco de un programa contra el racismo.

Todos los medios le han recordado al viceministro las acciones violentas de La Resistencia, cargadas de odio y difamación. Queda la pregunta de cómo no puede haber sido consciente de ello un funcionario de tan alto rango que sabe que la próxima semana llegarán representantes y activistas de las regiones de otros pueblos originarios. No puede justificar que se trata de admitir a quienes piensan diferente, porque es una agrupación que ha cometido delitos. El reclamo va hacia la falta de un filtro en todas las instituciones estatales que impida que se realicen encuentros con personas y organizaciones dedicadas a dañar a nuestra población.

Una semana antes de la Toma de Lima, todavía quedan rastros del miedo que sembró la Policía Nacional del Perú junto a grupos como este con la avenencia de la presidenta de la República, que no hizo nada para detenerlos. Los miles de limeñas y limeños que participaron de la espontánea marcha contra el Congreso en junio, y el apoteósico desfile de más de cincuenta mil personas el día de la Marcha por el Orgullo han sido señal de que nos estamos recuperando. Cabe sumar que tras los informes de Amnistía Internacional y las Naciones Unidas, la policía se ha sabido portar profesionalmente durante ambas manifestaciones. Cosa que no deja de indignar porque significa entonces que sí podrían haberse evitado las más de 70 personas asesinadas hace pocos meses atrás. El ímpetu por salir a marchar empieza a renacer.

Pero los rastros de aquel miedo los alimenta la prensa que continúa con la estrategia del terruqueo y los discursos de la presidenta, quien ya culpó a los protestantes de una próxima crisis económica, cuando han sido las masacres producidas por el Poder Ejecutivo y avaladas por el Congreso y el Poder Judicial, las que han dejado sin aliento a las fundaciones y organismos internacionales que evalúan la estabilidad política y económica de los países para las grandes inversiones internacionales.

Sea entonces por error o por amenaza, lo cierto es que el actual gobierno sólo destila desconfianza. Quiere que desconfiemos entre nosotros. Pero con su actuar lo que alimentan es la desconfianza entre nosotros y los tres poderes del Estado, tomados por mafias nacionales, siendo la principal, la fujimorista. Es contra estas redes de corrupción y clientelaje por las que nos levantaremos el 19 de julio. Por eso, en medio de tanta desconfianza, dar la contra a este gobierno también implica dar espacio a la solidaridad. Y así será. Como en enero, nos tocará dar la mano a nuestras hermanas y hermanos que vendrán a luchar con la esperanza de que podremos recuperar el mejor sentido de nuestra democracia, confiando en el adelanto de elecciones como el primer paso de una ardua tarea, la de cambiar nuestro sistema político. Es una asunto que se lo debemos a nuestra próxima generación, que tiene derecho a crecer dignamente.

 

 

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¿Cómo entender que el Ministerio de Cultura haya recibido ayer en la tarde, para dialogar sobre la democracia, la tolerancia y la paz social, a los integrantes del grupo violentista, protofascista y delictivo, denominado La Resistencia?

Este grupo se ha hecho conocido como autor de ataques virulentos contra determinados personajes de centro o de izquierda, inclusive de derecha liberal, con incursiones a los propios domicilios de las personas afectadas, profiriendo insultos, amenazas (el presidente del JNE fue amenazado de muerte), y en razón de ello, aunque un poco tarde, la Fiscalía les ha abierto investigación a sus promotores.

¿Cómo puede el ministerio encargado de velar por la diversidad cultural y la tolerancia, recibirlos, muy orondamente, y sentarse con ellos a dialogar, como supuestas víctimas de racismo? ¿Hay alguien caído del palto en el Mincul o estamos ante una estrategia premeditada en la que el gobierno, a través del citado ministerio, avala y promueve?

Luego de las duras críticas recibidas, el Mincul emitió anoche, tarde, un aguachento comunicado, en el que señala: “Es necesario enfatizar que rechazamos de forma enérgica todo tipo de violencia, venga de donde venga, de persona natural u organización, y reafirmamos que la cultura es una vía que nos debe unir como hermanos y hermanas”.

¿No consumen medios de comunicación en el Mincul? ¿No están enterados de que La Resistencia es un grupo violentista? ¿Acaso lo consideran un grupo cultural que organiza performances? Mañana entonces, como bien ha señalado con sarcasmo César Hildebrandt, que se reúna con el Tren de Aragua, organización mafiosa venezolana, que podría argüir que sufre de xenofobia. O que atienda al Movadef, organismo proveniente de Sendero Luminoso, bajo el pretexto de que es marginado legalmente por ser de origen andino.

O el viceministro de Interculturalidad, Juan Reátegui, anfitrión de la cita, es sacado del cargo de inmediato, o se pondría de relieve que el gobierno de Dina Boluarte ve con buenos ojos las acciones delictivas de estos grupos que arremeten contra periodistas, autoridades, jueces, intelectuales y políticos, que tienen en común, la mayoría de ellos, un cierto perfil crítico del régimen.

 

 

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[EN EL PUNTO DE MIRA] Fue muy gratificante, porque salieron excelentes reflexiones sobre el tema. Había escrito, hace algunos meses para la opinión pública, una propuesta de partido político para estos tiempos en los que –aparte de la clásica organización territorial (bases) y funcional (sindicatos, colegios profesionales, entre otros)– se tomara en cuenta también a la organización virtual, así como al trabajo de los colectivos para que complementen el trabajo político que debe realizar toda organización que tenga como fin llegar al gobierno y formar ciudadanos.

Pero, en un tiempo como el que vivimos, el cual es catalogado ahora como la posverdad, donde el titular de un periódico importa más que el contenido y donde los grandes relatos se han fragmentado, ¿qué rol cumpliría un partido político para representar demandas sociales aún insatisfechas?

Esta pregunta nos invita a pensar el sentido que le debemos otorgar a la acción política. Teniendo el contexto mencionado líneas arriba, es importante apostar por un partido ‘light’, que esté entre el gran relato y el fragmento. Vale decir, que tenga como fundamento no el gran programa de transformación de la sociedad, sino algo parecido a un manual de autosuperación personal, pero en colectivo. Porque, hoy por hoy, la gente no quiere racionalizar el cambio en abstracto, quiere expresar el cambio social desde su autosuperación.

Actualmente, los partidos políticos han perdido la capacidad de aglutinar emociones a favor. Lo que podemos apreciar -por ahora- son sentimientos antipartidos. Esto se debe -en parte- a esa capacidad de burocratizar las ideas políticas. En un mundo donde la forma cómo lo dices tiene mucha más importancia que el propio contenido, se debe emocionalizar palabras políticas claves.

¿Qué quiero decir con esto? Se me viene a la cabeza el spot publicitario “Chile, la alegría ya viene”, de la campaña de la ahora Concertación chilena con el que ganó el plebiscito para saber si Pinochet seguía gobernando o no.

Hace tiempo que los partidos han dejado de apelar a valores universales positivos, como la alegría y el amor. Repensémoslo nuevamente.

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“Aquellos que rompen las reglas son escoria. Aquellos que abandonan a sus amigos son peor que la escoria”
Hatake Kakashi (NARUTO)

[MIGRANTE DE PASO] Kakashi Sensei, el personaje más querido dentro del mundo shinobi de Naruto. Este último, pequeño rubio cuyas ganas de ser reconocido lo llevaban a cometer travesuras un poco pasadas de la raya. Divertido y valiente. Cuántos niños y niñas son castigados por travesuras inofensivas. Existe una flojera docente por intentar entender y conocer los motivos en los estudiantes. Pataletas por los dos lados. Un castigo sin más es una muestra de decadencia profesoral.

“No hay camino para ser Hokage (líder de la aldea)”. “Lograré mi sueño y bajo mi propio camino ninja”. “Rendirse no es una opción”. “La idea de ser un genio del esfuerzo”. “La hermosa ilusión de cambiar el mundo a través de un libro”. “La disparatada, pero hermosa idea de luchar para salvar al contrincante de sus demonios”. “Recibir una patada de la verdad”. “El verdadero rey son los niños”. “Intentarlo todos los días es un talento de por sí”. “Nadie tiene enemigos”. “Voy a ser el rey de los piratas”.

Este tipo de enseñanzas son transmitidas en animes. Es un punto de vista, un sistema de valores y forma de pensar que le abre la mente a quienes están dispuestos. Lo mismo sucede con toda fantasía y la ficción. Siendo honesto, prefiero creer en esos mal llamados disparates que en una realidad donde el honor y la sabiduría parecen obsoletas. Vale la pena mencionar que One Piece, el manga de Eichiro Oda, probablemente una de las épicas más valiosas en la historia, logró ser el número 1 en ventas de comics en la historia. Dejó a Superman atrás.

Se suele subestimar la importancia de la ficción o cualquier incentivo de imaginación. Privar a alguien de imaginación equivale a limitar todo pensamiento, comportamiento e identidad de la persona. Probablemente sea lo más importante. Los colegios de mi país se refugian en planes lectores anticuados y muchas veces determinados por argollas literarias que arruinan el desarrollo a cambio de un poco de dinero. Sin quitarle mérito a la obra maestra Don Quijote de la Mancha, que jóvenes de 14 o 15 años lo tengan que leer obligados es demencial.

«De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación.»
Jorge Luis Borges

Durante la etapa escolar exploré empedernidamente las ficciones. Montañas de libros, PlayStation, escritura, óleos de mi hermano, animes, el flamenco y las danzas orientales de mi madre, teatro, música y buenos ejemplares audiovisuales convivían conmigo. Ojalá llegue el día en que todos crezcamos rodeados de conocimiento, arte y cariño.

Muchos dicen erróneamente que el arte no sirve y es lamentable. Probablemente, una mente que se expone a estas actividades tiene un nivel de pensamiento crítico, una autoexploración más compleja y, sobre todo, una mente inclusiva. La sensibilidad, empatía, mente porosa y valores sociales se aprenden más del arte, lecturas y deporte que de las materias académicas, las que parecen volverse nimiedades.

Mi desarrollo físico y emocional fue bastante lento: no me afeité ni una sola vez en el colegio. Cuando mis amigos comenzaron con bares y fiestas, yo los acompañaba con morochas e Inca Kola. Mientras, me tentaban las ganas de regresar para refugiarme en las ficciones que sigo amando. Ante la crueldad infantil mi defensa era que sabía jugar futbol, pelear bien y mis irremplazables amistades incondicionales que cubrían mis espaldas.

Me gusta pensar que soy un buen amigo.  Eso no seria posible sin el tiempo inmenso que pasé entre personajes e historias ficticias. Me acompañan a diario, se impregnan en mi persona y de esa manera son más reales que muchas otras banalidades.

Este desagrado y exclusión por quienes no encajan en la oferta académica es definitivamente el mayor enemigo de la enseñanza. Niñas y jóvenes son convencidos de que el cambio no es una opción. Con la agencia reprimida. Maestros para algunos y jueces para otros. Para estas personas el arte es un aliado.

El mundo académico es de gran ayuda, actualmente se encuentra desfasado respecto de los avances tecnológicos y epistemológicos. La ciencia no puede abarcar todo el conocimiento y esa lucha por la hegemonía lo ha vuelto un mundo limitante bajo la apariencia de dar alas. Sin querer, condenan a innumerables personas a creer que no pueden. Si no adaptan su formato anacrónico me atrevo a decir que la academia está destinada a desaparecer. No te hace ni más inteligente y tampoco mejor persona.

Aun en el colegio, me castigaron por un aviso de bajo rendimiento que le llegó a mis padres. Hasta hoy, con 29 años, sigo pensando que esa calaña de “aviso” es ridícula y absurda. Televisión sacada de mi cuarto, sin videojuegos, sólo libros. Me adentré en las aventuras de Marco Polo con sus diarios. Oscar Wilde me recogió entre fantasías y locuras. Por ultimo, conocí a la comunidad del anillo que Tolkien creó con su brillantez. Me leí sus libros en castellano, inglés y francés, que no hablo.

Hacer un ensayo para física era una acción diminuta y tonta ante semejante castigo productivo Cuando iba al colegio me sentía acompañado por Gandalf, Dorian Gray y Gengis Khan. Con ese grupo me sentía invencible. Así fue gran parte de mi secundaria.

Un profesor de matemáticas, Fernando Martinez, calvo de pelo y alma me enseñó por un año. Aunque un año es mucho decir, ante su falta de inteligencia y actitud matona, por la que no podía lidiar con un niño rebelde. Durante todo un grado no me dejó entrar a clase, tal vez por eso los números no son mi fuerte. Igual fue de mi agrado no ver su cara pervertida ni escuchar sus estupideces. Usaba ese tiempo para alimentar mi plano mágico con libros y buenas conversaciones.

En Buenos Aires, donde vivo, debido al enorme deficit económico la pobreza aumenta cada vez mas. Es usual que pequeños y grandes pidan comida y abrigo en tiempos de invierno. Siempre intento darles de comer: “No les des, haces mal”. “Eso es ser paternalista”. “Estas incentivando la vagancia”. Blah, Blah, Blah, ideologías baratas que no vale la pena mencionar. Si puedo ayudar a un estómago hambriento, así sea solo por un día, lo voy a hacer. Me lo enseño Sanji, el cocinero de los piratas sombrero de paja (One Piece), en este mundo el hambre tiene que dejar de ser un problema.

La vida no es una creación de moldes para cumplir funciones sociales. Las escuelas deben incentivar el desarrollo personal en la medida del individuo y sus inclinaciones. Corregir no es amputar lo diferente para ser uno más. Hay que vivir haciendo lo nuestro, sin dañar a nadie y que no importe la norma común que cada vez es más desagradable. Con sinceridad, lo que digan no es buena guía para nada. Haz lo tuyo y devórate al mundo sin ninguna ideología que adoctrine. No hay que ser chupamedias.

“Lo único que podemos decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado”

-Gandalf (El señor de los anillos)

 

 

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La tesis del fraude electoral, presuntamente cometido en las elecciones del 2021, le ha hecho mucho daño a la convivencia democrática del país. Sustentada en el argumento de que el voto rural andino era amañado, su énfasis solo horadaba la ya alicaída confianza de ese enorme bolsón poblacional en las bondades del statu quo. La tesis del fraude reafirmaba su disidencia.

Hoy el Congreso vuelve a la carga con la misma monserga, al pretender tirarse abajo el tinglado institucional electoral (JNE, ONPE y Reniec), con argumentos jurídicos falaces que, en verdad, se remontan a la peregrina y disparatada hipótesis de que si no fuera por sus autoridades, Keiko Fujimori habría sido electa presidenta constitucional.

No hay un solo informe técnico que avale semejante especulación y los propios voceros del fraude (entre los que lamentablemente participó, en un inicio, hasta Mario Vargas Llosa) fueron silenciándose conforme se comprobaba la insuficiencia de pruebas y el carácter endeble de sus hipótesis.

Hay, como es obvio, una mayoría congresal compuesta por congresistas de derecha e izquierda que parecen dispuestos a unirse para causas pueriles como la reseñada. Sorprende, por cierto, que Perú Libre y sus desagregados se sumen eventualmente a la pretensión de descabezar los organismos electorales, habiendo sido ellos los legítimos ganadores de la jornada electoral que llevó a Pedro Castillo a Palacio. Pero en los vericuetos del poder parecen estar ocurriendo sortilegios que solo parecen factibles de desentrañarse si se entiende que el Congreso se ha convertido en un mercadillo de tomas y dacas, sin signo ideológico de por medio ni visión democrática detrás.

Es hora de esperar que la nueva Mesa Directiva logre asentarse en las instancias de los partidos democráticos -aquellos que se opusieron al despropósito de Castillo- y que, a su vez, entienda que no es hora de venganzas menudas ni de ajustes imaginarios de cuentas, sino de construir una agenda legislativa reformista que saque al Legislativo del hoyo de descrédito en el que se encuentra.

Un Parlamento con 91% de desaprobación, es decir, absoluta carencia de representación, debería entender que su tarea, para remontar esas cifras, no pasa por abusar de su poder sino por ajustar las clavijas del desmadre moral que se despliega al interior de su recinto y por trazar una línea de acciones de largo plazo que pongan a este poder del Estado a la altura del bicentenario.

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El 19 de julio de 1977, cuando la llamada segunda fase del gobierno militar había llegado a un punto en el cual ni los trabajadores ni los estudiantes ni los empresarios daban un centavo por su futuro, los gremios sindicales y las federaciones universitarias convocaron a un paro nacional que hasta hoy, cuarenta y seis años después, no ha sido igualado. Luego del exitosísimo paro, los asesores del régimen militar recomendaron a los miembros de la junta militar que gobernaría el país hasta el 28 de julio de 1980 que convocara a una asamblea para elaborar una nueva constitución y decretara una serie de leyes que sembraran ciertas esperanzas en la golpeada clase trabajadora. Así, el 30 de junio de 1979 -hace 44 largos años-, el Gobierno Revolucionario decreta que, con la finalidad de hacer realidad el sueño de la casa propia para los trabajadores, convoca a los empleadores, a los constructores, a los fabricantes de fierro y cemento y a los propios trabajadores a financiar esa “obra cumbre” del militarismo. Como los medios de comunicación estaban en manos de los propios militares, los aplausos resonaron por meses; y siguieron sonando hasta que otros regímenes y otras urgencias echaran manos (que se sobaban entre sí de tanto gusto) a los fondos del Fondo Nacional de Vivienda, dejándolo seco, como los desiertos costeños en plena sequía.

Los herederos de los fonavistas que fallecieron podrán recibir lo que sus familiares tenían derecho a cobrar.

Preguntémosles, pues a los fonavistas de hoy qué fue de su dinero, por qué los gobiernos sucesivos no han querido devolverles sus aportes y, sobre todo, por qué el ministro Carlos Boloña y los demás creadores de las administradoras de fondos de pensiones (AFP) no pudieron convertir los papeles del Fondo Nacional de Vivienda en un sistema como el de las AFP. Y, para coronar la expoliación, que alguien nos explique por qué el actual Tribunal Constitucional exoneró al Estado de reconocer el monto de sus aportes en la masa monetaria que la ley obliga a devolver. Además, por cierto, que algún tecnócrata iluminado nos explique por qué los aportes de los empleadores se evaporaron, se esfumó, desapareció.

El abogado Raúl Canelo, uno de los procesalistas más destacados del país fue durante mucho tiempo el asesor legal de los cientos de miles de trabajadores que fueron obligados por ley a depositar mes a mes durante 19 largos años un porcentaje de sus haberes para que, según la ley de creación del Fondo Nacional de Vivienda, el Estado los ayudara a construir sus casas. Cuando el periodo de vigencia de la ley concluyó, los sucesivos gobiernos del Estado peruano se ‘hicieron los locos’ con los miles de millones del Fondo. Cuando los fonavistas chocaron una y otra vez con la negativa del Estado, acudieron al estudio jurídico de Raúl Canelo, y él los ayudó a buscar un camino hacia la consecución de la ansiada devolución.

Aquí, narrada por el propio Raúl Canelo, la historia de la lucha de los fonavistas contra la burocracia dorada del Ministerio de Economía.

¿Por qué el Estado no cumple con el pago a los fonavistas?

No hay ni ha habido voluntad política verdadera de los diversos gobiernos por devolver un derecho de propiedad a quienes, por más de 19 años, aportaron a un fondo que les prometió una vivienda propia, y, tampoco, a los empleadores, quienes aportaron para sus empleados, porque esos aportes eran también parte del concepto remunerativo. Recapitulemos, el Tribunal Constitucional ha dicho ya en varias oportunidades que esos aportes constituyen un derecho de propiedad, que cada quien había colocado su dinero en una cuenta personal en estricto; y, por lo tanto, el Tribunal Constitucional decidió en su momento que esas aportaciones no eran tributos, en consecuencia el Estado administraba un recurso que no le pertenecía porque era propiedad de una persona, de un trabajador, y, por extensión, de millones de trabajadores que aportaban al Fonavi. Y, cuando se disuelve el Fondo, el remanente de ese Fondo   tenía que devolverse a las personas propietarias del Fondo. Ese es un razonamiento simple y elemental y que corresponde a un estado de derecho, donde, mínimamente, se respeta el derecho de propiedad. Eso se decidió, aproximadamente, en el año 2007; en el año 2010 se llevó a cabo un referéndum -pese a la oposición del señor Alan García- que fue aprobado mayoritariamente por los peruanos: el Estado debería devolver los dineros (retenidos) del Fondo. A partir de ahí, se ha vivido una época tormentosa, porque el Congreso promulga la Ley de Devolución y el Ministerio de Economía, a través de articulaciones maliciosas, que yo calificaría como delictivas, viene haciendo correr el tiempo y dilatando el momento de la devolución. Lo hace mediante distintas normas, diversos decretos y, sobre todo, utilizando a la comisión ad hoc creada por la Ley de Devolución, en la cual tiene la mayoría de los miembros, utilizándolos para impedir, para evitar, para imposibilitar la devolución. Para eso, el Ministerio de Economía ha organizado una burocracia con una llamada Secretaría Técnica dizque para la devolución, pero lo que todos los fonavistas sabemos es que lo único que han hecho es colocar a funcionarios con grandes sueldos pagados con nuestros recursos, que, además, están ahí desde 2010-2012 y no han devuelto lo que corresponde a cada uno de los aportantes. Están en unas planillas doradas ilegales y a lo único a lo que se dedican es a obstruir y a evitar la devolución.

Durante el gobierno de Ollanta Humala y ante la presión de los fonavistas, el Ministerio de Economía decidió hacer una devolución, pero no en función a lo que le correspondía a cada quien de acuerdo a sus aportes, sino que se inventaron una fórmula para devolver 1,200 soles por persona: una cantidad realmente absurda y abusiva. Ante esa situación, el Congreso promulgó en 2021 la Ley 31173, la cual hace algunas precisiones y dice que tiene que devolverse el monto actualizado, que tiene que devolverse el total de lo aportado: lo que el Estado les retuvo mes a mes durante 19 años a los trabajadores y a los empleadores de estos. Todo eso se dijo en la mencionada ley; y todo lo demás que dijo la ley debe ser cumplido, por lo que la comisión debería ser presidida por un miembro de la Federación de Fonavistas, que es la promotora de esta devolución. El Ministerio de Economía del breve encargo presidencial de Sagasti también incumplió esa ley. Es más, el ministro de ese entonces inició una acción de inconstitucionalidad contra la ley promulgada por el Congreso y, en el colmo de los colmos, le mintió al país y dejó en ridículo a los economistas peruanos, sosteniendo que el monto de la devolución del Fondo equivalía a diez veces el Producto Bruto Interno de la China. Un mentiroso, un economista de la Católica que miente, un profesor de la Pacífico que se burla de los fonavistas, de sus hijos, de sus nietos, y, sobre todo, de los deudos de los fonavistas muertos en la larga espera.

Hay que ser muy claros en decir que el actual Tribunal Constitucional ha cercenado el derecho de los trabajadores a su dinero, declarando la inconstitucionalidad de la Ley 31173, sosteniendo que el dinero aportado por el empleador para su empleado no existe. Entonces, yo me pregunto: ¿de quién es ese dinero aportado por los empleadores? Un comunicador, probablemente a órdenes del MEF, ha dicho que ese dinero fue usado para poner agua y luz en los pueblos jóvenes. Y qué, cuál fue el beneficio de esos pobladores si hasta hoy siguen pagando en sus recibos de luz el Fonavi. Todo es cuento, triquiñuelas del Ministerio de Economía, como cuando citan a sesión de la Comisión. Basta que no vaya un burócrata dorado para que automáticamente se vayan todos los demás, porque no pueden perder la mayoría. Triquiñuelas.

A todo esto, vale preguntar: ¿Señores, en el Perú se respeta el derecho de propiedad o este puede confiscarse sin pagar el justiprecio?

Dígame doctor Canelo, ¿por qué los ahorros pensionarios públicos pudieron transformarse, vía las AFP, en cuentas individuales y bonificadas y los ahorros para las viviendas, vía la Ley del Fondo Nacional de Vivienda de 1979, que tenía las mismas características no recibieron el visto bueno del Estado?

Fue una decisión política, cuyo único propósito era apropiarse de los recursos de la masa trabajadora. Pero como es una propiedad, tan igual a la que tienen las personas que son dueñas de los bancos, uno debe exigir el respeto inalienable a su derecho de propiedad: un trabajador que aportó a un fondo tiene su derecho de propiedad intacto, y el Estado no tiene pretexto alguno para no devolver ese aporte. No hay derecho que ampare al Estado contra el aportante, sobre todo si este es un jubilado. No existe ningún derecho que autorice al Estado a no devolver el aporte del trabajador, incluyendo, por cierto, el aporte íntegro del empleador.

Ahora volvamos al inicio de su pregunta. En los primeros años de los noventa, se creó el sistema de las administradoras de fondos de pensiones porque las entidades financieras necesitaban dinero fresco para iniciar sus actividades en el rubro pensionario, y, qué mejor opción que recibir el dinero de millones de trabajadores sin costo alguno, solo con la promesa de devolverles una cifra equis en el futuro. Además, por cierto, de recibir -antes de iniciar el proceso jubilatorio- un bono de reconocimiento de todo el dinero que el Estado nunca depositó en las cuentas individuales de los trabajadores inscritos en el sistema público de pensiones.

El gobierno de Alberto Fujimori, que fue el creador sistema pensionario privado, lo que hizo fue permitir que funcione el sistema con el dinero que el Estado había recibido de los trabajadores a lo largo del tiempo. Pero, como en el caso del Fonavi muchas empresas no habían abonado los montos que ellas debían aportar y sólo tenían disponibles las retenciones a los trabajadores, hubo y habrá muchísima resistencia a constituir un sistema de construcción de viviendas sociales o, en su defecto, devolver todos los montos contemplados en la ley creada por Francisco Morales Bermúdez en 1979.

Y si alguien quiere pasarse de listo y decir ‘no te devuelvo porque no hay plata’, le pregunto: ¿con qué dinero se hizo Mi Vivienda, con qué dinero se hizo Techo Propio? Escúchenme, en construcciones hechas por Sedapal hay 3 mil millones de soles de los fonavistas. Más aún, ¿con qué dinero se iba a beneficiar la desarrolladora inmobiliaria Sada Goray? Todos esos intereses están detrás del bloqueo a la devolución de los aportes a los fonavistas.

¿Cuántos miles de millones de soles calcula usted que el Estado ha expoliado a los fonavistas?

Hace una buena cantidad de años, cuando los fonavistas eran 5 millones, calculamos que esa cifra llegaba, aproximadamente, 40 mil millones de soles. Ahora, pese a que la ley de devolución dice que los montos aportados son heredables, parece que la maldad de los burócratas dorados apunta a que cada día mueran más y más fonavistas para hacerles la vida imposible a sus herederos cuando la justicia triunfe sobre la maldad.

 Información necesaria

Durante los días en los cuales estructúranos este informe, llamamos a la Secretaría Técnica de la Comisión Ad Hoc. Recién al cierre, la señorita Gisella Pacheco nos informó que el señor Mauricio Gonzáles Ángulo estaba impedido por la Ley a adelantar opiniones a la prensa.

Los últimos hechos en el drama de Fonavi

En abril de 2021, se aprobó la Ley 31173 que disponía la devolución inmediata de los aportes realizados por los fonavistas, quienes vieron la posibilidad de enfrentar con ese ingreso los problemas derivados de la pandemia. Sin embargo, poco después el Ejecutivo observó la ley y presentó una demanda contra ella en el Tribunal Constitucional.

En abril de 2022, el Congreso corrigió las observaciones y, posteriormente, aprobó la Ley 31454, garantizando así los pagos a los aportantes.

En marzo de este 2023, el Tribunal Constitucional en un fallo cuestionado por los fonavistas y por los mayores conocedores de la mayor mezquindad oficial contra quienes aportaron hasta por 228 meses un diez por ciento de sus haberes para obtener una casa propia, decidió que el Estado devuelva solamente los montos aportados por los empleados, más no así los aportados por los empleadores, reduciendo la deuda estatal de 42,000 millones de soles a 6,000 millones de soles. Además, el Ministerio de Economía para dilatar más la devolución, Indica que la ley aprobada sólo permite la emisión de certificados de reconocimiento por el monto total, y no por partes. Entonces, el Congreso corrige ese ‘detalle’ y el 21 de junio pasado aprueba la autógrafa del proyecto de ley 4702 que autoriza la devolución en pagos parciales, lo que no impide que luego se acrediten nuevos pagos hasta completar el íntegro de la deuda estatal reconocida.

Según datos de los miembros de la comisión ad hoc creada por el Estado, en el momento existen únicamente 2,000 millones de los 6,000 millones reconocidos después del fallo del Tribunal Constitucional. Es decir, sólo un tercio de la séptima parte del dinero recibido por el Estado entre 1979 y 1998.

Hay varias palabras en el idioma castellano para describir ese hecho, yo me quedo con una sola frase: es el robo más grande contra el trabajador peruano en la historia republicana.

A manera de epílogo.

Cuando Carlos Boloña fue ministro de Economía y Finanzas, entre 1991 y 1993, los técnicos del sector idearon dos sistemas -que los comentaristas de la época bautizaron como ‘los siameses’- para proteger las pensiones de los trabajadores, el primero, y para devolverles los aportes de esos mismos trabajadores a un fondo de vivienda creado en las postrimerías del gobierno militar por el general Morales Bermúdez. El primero de esos sistemas se creó y consolidó a “imagen y semejanza” de las asociaciones de fondos previsionales chilenas. El segundo, como ha explicado el abogado Raúl Canelo fue boicoteado por diferentes sectores y por diversas razones, siendo los montos aportados en uno y otro caso de la misma envergadura, toda vez que el porcentaje afectado en ambos fondos era casi el mismo. Tan enigmática como la verdad de la existencia de la famosa Página 11, que acabó con el primer belaundismo, la razón final de la destrucción de la posibilidad de darle casa a cada trabajador formal es un misterio sin resolver.

Salvo error u omisión.

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Congreso, FONAVI, MEF
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