Aunque la vida en el planeta ha estado en constante cambio desde sus orígenes, el ser humano todavía se muestra cauteloso, y hasta temeroso en algunos casos, cuando se ve obligado a enfrentarse a los cambios. Sin embargo, el desarrollo de la tecnología ha permitido que estos cambios en la naturaleza puedan tener una explicación que no sólo ayuda a perder el miedo sino que brinda información para poder interactuar con esta nueva realidad.

Este parece ser el caso de la anchoveta que durante varias décadas se ha pescado en la costa peruana y que hoy se presenta en una forma inusual en lo que respecta a su talla. Sudaca pudo conversar con Luis Icochea, profesor de la Universidad Nacional Agraria de La Molina, para conocer las razones que han llevado a que la anchoveta presente nuevas características y cómo estas impactarán en la actividad pesquera.

TIEMPO DE ADAPTACIÓN

Tal como lo ha informado Sudaca en otros informes periodísticos, la anchoveta que se encuentra en el mar peruano ha presentado una serie de cambios entre los que se encuentra un tamaño diferente al que registraba décadas atrás. Sin embargo, lejos de encender las alarmas, estos cambios parecen tener una explicación que desarma cualquier teoría apocalíptica sobre el futuro de este recurso.

Luis Icochea señala que, si bien la reducción en la talla de una especie puede ser un signo de alarma, en este caso la explicación para que el tamaño de la anchoveta se haya reducido está dentro de lo previsible.  “Cuando está el recurso virgen siempre va a tener un promedio más alto. Ha sucedido con la merluza, el jurel y la pota. Lo comienzas a explotarla y se va a reducir”, explica.

Aunque en los resultados de una reciente evaluación del Instituto del Mar del Perú (IMARPE) se observa que la biomasa es menor al promedio que solía registrarse, la explicación a estos inusuales números se encuentra en un cambio en la distribución del recurso que fue provocado por las anomalías en la temperatura superficial del mar. Este escenario provocó que la anchoveta profundice a más de ciento cincuenta metros y sea imposible que el IMARPE la pueda estimar en sus evaluaciones.

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Para el especialista en oceanografía pesquera, no existen motivos para alegar que existiría sobrepesca en este momento y agrega que “si de una especie se pueden extraer dos, cuatro o cinco millones de toneladas durante años, eso significa que esa especie está bien. Si se sigue extrayendo, eso quiere decir que el recurso no está perjudicado”. 

A esto se le suma que Perú ha dispuesto una serie de regulaciones enfocadas en evitar una pesca sin control que ponga en riesgo la sostenibilidad del recurso. Un ejemplo de estas regulaciones en que sólo se puede pescar hasta el 35% de la biomasa que representa el volumen de peses de una misma especie.

Además, entre los factores que impactan en las nuevas tallas que alcanza la anchoveta, según explica Icochea, están las condiciones cálidas. “Lo que más afecta es que vienen por corrientes y hay un alimento distinto al que la anchoveta prefiere. Eso la obliga a la anchoveta a migrar e impacta en su crecimiento”, señaló en declaraciones a Sudaca.

CAMBIOS EN TIERRA

Pero no sólo la anchoveta ha mostrado cambios. En tierra, las autoridades responsables también parecen entender que es momento de adaptarse a una nueva realidad y evitar que las regulaciones se conviertan en un obstáculo para la actividad pesquera. Esta situación es la que ocurre en Chile, donde no existe la talla mínima de captura de doce centímetros para la anchoveta debido a que estudios recientes les indicaron que esta especie alcanza la madurez sexual desde los 10 o 10.5 centímetros.

Por ello, Luis Icochea coincide con la necesidad de cambios en las regulaciones vigentes en Perú para que se saque un mayor beneficio y señala lo siguiente:  “¿Qué pasa si no hay anchoveta fuera de las cinco millas? Ese stock lo está pescando en Chile. Nosotros no lo aprovechamos como es debido”. 

En los informes científicos realizados por el IMARPE durante la última década previo al inicio de las temporadas de pesca, el porcentaje de tallas menores a los doce centímetros ha registrado un aumento sostenido que en el año 2023 registró uno de sus números más altos con un 82%.

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“Si ves que el 90% es menor de doce centímetros, es imposible que vayas a pescar y encuentres un ochenta o noventa por ciento de anchoveta grande. Tiene que haber un poco de coherencia”, cuestiona el docente universitario sobre las restricciones actuales para la pesca de anchoveta.

Ante el escenario actual, Luis Icochea considera que hay factores indispensables al momento de establecer las cuotas de pesca. “Lo importante es dar la cuota con un porcentaje de adecuado de especímenes menores a la talla mínima permitida. Ojo que no es juvenil , porque menores de doce no significa que sea juvenil. Hay anchovetas que alcanzan su adultez a los diez u once centímetros”, comenta.

En un contexto crítico para la pesca peruana en regiones como el sur, la anchoveta representa una oportunidad que podría generar innumerables puestos de trabajo para diferentes sectores. Por ello, mantener regulaciones que dejan de lado la evidencia científica, que hasta ahora ha sido contundente, podría condenar al sector pesquero a una catástrofe histórica.

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Sudaca accedió en exclusiva a la resolución que le ordena a Diego Uceda, alcalde de La Molina, a someterse a terapia psicológica tras los comentarios violentos contra la teniente alcalde de este distrito.

En apenas un año y dos meses de gestión, el paso de Diego Uceda por la Municipalidad de La Molina ha estado plagado de escándalos. Desde una guerra inexplicable contra un centro comercial hasta el insólito poder que ostentaba su esposa en dicho distrito, el accionar del político que ganó las elecciones de la mano de Renovación Popular en octubre del 2022 lo ha convertido en un alcalde casi tan cuestionado como su líder Rafael López Aliaga.

Sin embargo, las críticas no son producto de una guerra provocada por adversarios políticos sino que hasta los propios funcionarios de la municipalidad han empezado a cuestionar los controversiales manejos y actitudes del alcalde de turno. Lejos de mostrar una postura receptiva a las críticas constructivas, Diego Uceda parece haber elegido la confrontación y hasta la violencia psicológica.

EL AUDIO DEL ESCÁNDALO

Una de estas voces incómodas al poder de Uceda ha sido la teniente alcalde Milagritos Esther Quintana Mogollón. Desde su cargo, no ha dudado en cuestionar las decisiones polémicas y sin fundamentos que se tomaban en la Municipalidad de La Molina. No obstante, Quintana Mogollón nunca habría imaginado el costo que tendría alzar su voz en contra de lo que consideraba incorrecto.

En un audio que se difundió en los últimos días en diferentes redes sociales, todo el país pudo escuchar una conversación que el alcalde Uceda mantenía con otros funcionarios de la municipalidad en la cual denigraba a su teniente alcalde en medio de risas propias y también de sus funcionarios aliados. 

 

Pero este desagradable episodio no sería precisamente un caso aislado. En declaraciones que Quintana Mogollón brindó al Décimo Juzgado de Familia se puede observar que estos episodios ocurrían desde el año pasado cuando la gestión actual asumió el mando de este distrito.

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Tras los detalles que brindó la teniente alcalde, el juzgado concluyó que existen indicios de violencia, más precisamente del tipo psicológico, en contra de Quintana y, según el informe social realizado por una profesional, se indicó que es un caso de riesgo moderado debido a que existen factores de riesgo.

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Por ello, este martes 27 de febrero se resolvió dictar medidas de protección en favor de Milagritos Quintana contra Esteban Diego Guerra García. Una de ella ha sido la orden para que el actual alcalde de La Molina deba recibir terapia psicológica en forma obligatoria. En el documento se puede leer que esto tiene como propósito que Uceda “aprenda a controlar sus impulsos y erradique conductas violentas”.

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Además, entre las otras medidas de protección otorgadas, se le prohibió al burgomaestre ejercer cualquiera tipo de represalia o cualquier acto de violencia psicológica que pueda repercutir en el desarrollo de sus actividades diarias. Cabe señalar que, pese a la gravedad del caso, Uceda Guerra García decidió no asistir a la audiencia.

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En estos documentos a los que accedió Sudaca también se señala que el alcalde de La Molina podría recibir una pena privativa de la libertad de entre cinco y ocho años en caso no cumpla con las medias de protección que incluyen la terapia psicológica para Diego Uceda.

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UN ESTILO DE VIDA

Sin embargo, este no es el primer episodio violento que se reporta en la Municipalidad de La Molina. Tal como informó Sudaca en el informe titulado LA VENGANZA DE LIZZI, la esposa del alcalde Uceda también ha mostrado conductas agresivas contra trabajadores de este distrito a los que pretendía tener bajo su mando pese a no tener ningún puesto en esta municipalidad.

Lejos de aceptar la responsabilidad y pedir disculpas, el alcalde Uceda se pronunció en las redes sociales de la municipalidad para señalar, usando una captura del informe publicado por Sudaca, que estaba siendo víctima de una campaña difamatoria que busca desprestigiarlos y hasta se ampara en que los audios difundidos son manipulados.

 

La Municipalidad de La Molina vuelve a estar en el centro de las polémicas debido a las inexplicables y cuestionables actitudes del alcalde Uceda que con sus propias acciones parece competirle al líder de su partido, Rafael López Aliaga, como uno de los burgomaestres con más críticas en su contra.

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¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el sector pesquero?

Tengo cincuenta y cinco años y empecé a trabajar como tripulante de pesca hace más de veinte años. Comencé como tripulante allá por el año 1999.

¿El sector pesquero está atravesando un momento crítico?

Sí, hay una crisis. Porque, lamentablemente, con la corriente del Niño van dos temporadas que han sido malas. Esto debido a que la anchoveta está muy chica y no está en la medida que se puede pescar. Hay una crisis en el sector industrial que ojalá se mejore en la temporada de mayo, junio y julio. 

¿Recuerda alguna crisis similar?

Recuerdo que fue por 1983 cuando mi padre era pescador y lamentablemente hubo huelgas y no se podía pescar. Pero después se ha estado pescando regularmente cuando no había cuotas que ahora regula el Ministerio de la Producción. Después de mucho tiempo estamos viendo que la corriente del Niño está afectando bastante. Hace tres o cuatro años también hubo y cuando pasó tuvimos bastante pesca. Esperamos que ahora se repita lo mismo para que haya buena producción en bien de todos nosotros.

¿Deberían existir regulaciones distintas para la pesca en la zona norte y sur?

Claro. Tuve la oportunidad de hablar con ministros y viceministros porque en el norte y sur las condiciones son diferentes porque la anchoveta se pega a la costa. En el norte no hay tanta profundidad como en la zona de pesca que está en el sur. Por eso se propuso una solución al viceministro Javier Atkins y también con la exministra Gladys Triveño. Nosotros le pedíamos una zona de frontera para la zona sur para hacer un plan piloto y ver si había alguna incidencia de pesca de consumo. Actualmente no se llega ni al 40% de cuota de pesca. Incluso en algunas temporadas sólo llegan al 10% o 15%.

¿Por qué estas propuestas no son tomadas en cuenta?

Hay personas que están en contra de la pesca en el sur y no conocen la realidad. Hay ONG que están opinando que no se debe dar la pesca y no conocen. Pero ello influye en las decisiones políticas y acá se ha hecho un lobby bastante fuerte. Acá está perjudicando mucho el no poder pescar y de siete fábricas han cerrado cinco. 

¿No hay autoridades atentas a estos reclamos?

Todo es Lima. Todos los reclamos se han hecho en Lima y los tomaban bien. Pero apenas nos íbamos parecía que se olvidaban del tema. Acá en el sur no hay autoridad que vigile. Como le digo, me he reunido con ministros y les he explicado lo mismo de siempre, pero lamentablemente no hay una decisión política. Parece que hay un miedo a una convulsión social y que los pescadores artesanales salgan a protestar por medidas que podría dar el gobierno de pescar en una zona de trabajo de ellos. Aunque en su momento se dio y estuvo bien. Se les apoyó con beneficios, porque se usó su zona de pesca. Pero ahora todos estamos mal y no hay pesca de consumo ni industria.

¿Qué tanto ayudaría la reducción de talla mínima de captura anchoveta?

Se puede decir que la anchoveta ya no crece más. Hace años sigue con ese mismo tamaño y creo que podría ser una buena solución. Se debería realizar una pesca exploratoria de unos quince días y ver si esa talla va de 10.5 u 11 centímetros. Podría ser una solución que aliviaría nuestra situación. 

¿Este desinterés por parte de las autoridades ha beneficiado a Chile?

Chile, en su último informe, ha pescado muy bien en la frontera de Arica. Esa anchoveta ha tenido que pasar por Perú y allá lo pescan. Ellos pescan a la milla y milla y media. Las leyes allá favorecen para que pueda producir Chile. En esta temporada han pescado casi treinta mil toneladas. Nosotros estamos dejando pasar la oportunidad de pescar esa anchoveta y Chile lo está aprovechando. Parece que nadie ve la zona sur como algo que debe resolverse a corto o largo plazo. 

¿Hay razones para creer que una reducción en la talla mínima de captura de la anchoveta pondría en peligro la sostenibilidad del recurso?

Escucho hace tiempo la palabra depredar, pero la anchoveta sigue ahí. Hubo una campaña fuerte en contra de la pesca industrial y ha logrado su cometido. Nos han satanizado y miren ahora cómo están las plantas pesqueras oxidadas y abandonadas. Además, aquí trabajan taxistas, canillitas, mecánicos, mercados, comerciantes, etc. Es una cadena generada por la anchoveta que es una fuente de trabajo.

¿Qué le pediría al gobierno?

La pesca industrial en el sur está en emergencia. Ojalá el gobierno mire para acá y cambie sus políticas para pesca en el sur que en su momento fue lo primero y ahora es casi nada. 

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Sudaca conversó en exclusiva con uno de los trabajadores de la Municipalidad de La Molina que fueron despedidos luego que se dieran a conocer las influencias de la esposa del alcalde.

La gestión de Diego Uceda en la Municipalidad de La Molina se vuelve a ver involucrada en un nuevo episodio de manejos irregulares. Como ha venido reportando Sudaca en una serie de informes, el alcalde que llegó al poder en enero del 2023 ha sido seriamente cuestionado en más de una oportunidad por decisiones inexplicables y polémicas, como lo fue su oposición a la apertura de un centro comercial o el pago excesivamente alto por asesorías que no cumplían los requisitos.

Sin embargo, en esta oportunidad las luces no apuntan a Uceda por contratar a aliados del partido político que integra ni por obstaculizar a los negocios de su distrito sino por el inapropiado rol que ha empezado a desempeñar su esposa, Lizzi del Rocío Sueldo Matos, en la municipalidad que está a su cargo.

¿UNA DICTADORA EN LA MOLINA?

Durante los últimos días, una serie de videos en los cuales se observaba a la esposa del alcalde de La Molina empezaron a circular en diversas redes sociales. En estas grabaciones, se podía observar y escuchar a Lizzi del Rocío Sueldo decir frases como “El tema social lo veo sólo yo” y “¿Quién está sobre mí? Para botarlo” delante de trabajadores de la municipalidad de este distrito  que escuchaban atentos sus instrucciones.

En otro de los audios se escucha que a la esposa de Diego Uceda coordinar con funcionarios de la Municipalidad de La Molina desde la lista de embajadores de debían ser invitados a eventos organizados por la municipalidad de dicho distrito hasta las diferentes bebidas alcohólicas que iban a ofrecer.

 

Tras la exposición de estos audio y videos en el programa “Ocurre Ahora” de ATV, se esperaba que la Municipalidad de La Molina tome acciones al respecto y brinde alguna explicación. Sin embargo, lo que ocurrió en las siguientes horas parece estar más cerca de una venganza que de un intento de justificación a estos manejos irregulares.

Sudaca conversó con Humberto Quesquén Pérez, quien desde febrero de este año se desempeñaba como maestro de ceremonias y asistentes de protocolo. Humberto cuenta que tiene más de veinte años de experiencia trabajando en municipios, pero que nunca vio una situación como la que le ha tocado observar en La Molina.

“Han empezado a sacar a las personas que ellos creen que pudieron grabar a la esposa del alcalde”, relata Humberto. Quesquén aclara que las represalias por la filtración de los audios empezaron días antes y agrega que entre los afectados estuvo su jefa Ana María Gotuzzo, la cual se habría ido llorando tras su despido según cuenta Humberto.

AQUÍ MANDO YO

Sin embargo, los maltratos en la Municipalidad de La Molina no serían algo inusual para quienes trabajar en este distrito. “Le grita a los gerentes. Ella decide quién entra y sale. Por ella se han ido desde el año pasado hasta ahora más de cuarenta funcionarios”, comenta Humberto sobre la actitud de Lizzi Sueldo en la municipalidad que parecía estar manejando como si fuese la alcaldesa.

“A uno de los últimos gerentes municipales lo sacaron porque ella (Lizzi Sueldo) decía que estaba pintado. Ella decide todo”, explica Humberto sobre el poder de la esposa de Diego Uceda en La Molina. Sudaca pudo revisar las últimas designaciones de este municipio y se comprobó que el en octubre designan a Jorge Luis Rey De Castro Mesa como gerente municipal y el 29 de noviembre hacen un nuevo cambio en este cargo para dejarlo en manos de Liliana Antonieta Loayza Manrique de Romero.

En las últimas horas, Humberto fue otra de víctimas de la venganza que ha emprendido la gestión de Diego Uceda contra todo aquel que considera como sospechoso de haber grabado a la esposa del alcalde tomando un poder que no tenía. En el documento se puede observar que le solicitaban acercarse a brindar declaraciones en calidad de testigo. Sin embargo, antes que pueda tomar una decisión al respecto le dijeron “te tienes que ir”.

“Ella va de lunes a viernes y hace que trabajen los sábados de ocho de la mañana a cinco de la tarde”, dice Humberto sobre la presencia constante de Lizzi Sueldo en la Municipalidad de La Molina y explica que son muchos los trabajadores que han sido testigos de sus actitudes pero callan.

Tras la difusión de audios y videos, la Municipalidad de La Molina optó por responder escudándose en que son víctimas de una campaña de desinformación y acusó a quienes dieron a conocer este material de ser personas que “evidencian su escasa catadura moral”. No obstante, el Comité de Apoyo Social que, según el comunicado de la municipalidad, preside la esposa de Diego Uceda no figura en la web del municipio y los vecinos no han tardado en usar las redes sociales para manifestar que desconocen la labor de dicho comité.

“No cobraré mi mes completo”, cuenta un Humberto muy angustiado tras un despido que más parece una venganza por una irregularidad que, además, no fue él quien la expuso y agrega “aún no llego a mi casa porque no sé cómo decirle esto a mis hijos. Estoy totalmente afectado”.

Quesquén Pérez es padre de dos hijos de ocho y diez años que pronto iniciarán el año escolar, tal como lo contó Humberto en sus declaraciones a Sudaca, y lo que parecía un trabajo que le brindaría estabilidad económica ahora hoy lo deja en total incertidumbre como consecuencia de un nuevo manejo irregular de una gestión municipal que en poco más de un año sólo ha ganado titulares por sus malas decisiones a la que parece sólo poder responder con victimización y venganza.

Tal como lo ha informado Sudaca en las últimas semanas, la situación de la industria pesquera en el Perú, especialmente en la zona sur, ha entrado en un periodo de crisis que el tiempo sólo ha empeorado y parece entrar en una etapa decisiva. Sin embargo, a diferencia de aquellas que golpean a un país como efecto rebote de alguna crisis internacional, en esta oportunidad quienes la han causado, y también quienes la podrían detener, son las propias autoridades peruanas encargadas del sector pesquero.

Esta crisis que tiene como actor principal a la anchoveta no se debe a la escasez del recurso ni a una posibilidad, aunque sea mínima, de un caso de pesca irresponsable que ponga el riesgo la supervivencia de la especie. Lejos de cualquier escenario de esa índole, la anchoveta parece mostrarse abundante en la costa peruana, aunque el gran beneficiado con su captura es Chile.

CRISIS Y MALAS DECISIONES

José Huiza es tripulante de una embarcación con capacidad para doscientas veinte toneladas y, con respecto al presente de la pesca de anchoveta en el sur, señala que “la anchoveta en el sur se pega a la costa y no se encuentra fuera de las cinco millas”. Huiza y sus colegas respetan las regulaciones vigentes para la pesca de esta especie, pero son estas mismas las que hoy ponen en riesgo su futuro laboral.

“En esta primera temporada no se ha pescado nada y se ha suspendido hasta nuevo aviso”, comenta y agrega que la situación ha sido similar en los últimos años. “Tanto el año pasado como este, la pesca no está muy buena y por lo menos cinco empresas han cerrado”, contó José en declaraciones para Sudaca.

No obstante, José señala que esta crisis se podría remediar si existiese voluntad por parte de las autoridades peruanas. Tanto para él como para muchas personas que se dedican a la pesca en la zona sur, resulta desconcertante ver el desinterés que existe en los responsables de las regulaciones para la pesca peruana mientras que Chile aprovecha el recurso que Perú desperdicia. “Con Chile compartimos stock y ellos son los que pescan. Esa pesca pasa por nuestra costa y ellos la pescan porque tienen normas favorables a los pescadores”, explica Huiza.

De acuerdo a la información correspondiente a los últimos dieciséis años, el desembarque de anchoveta en el norte chileno ha crecido considerablemente mientras que los números de esta actividad en el sur peruano muestran una reducción constante que no ha tardado en reflejarse en los cierres de empresas que se dedican a este rubro.

Informe - Cristian Rebosio

 

“Llevamos varios golpes a nivel nacional, como El Niño Costero y la pandemia del Covid. Como resultado de estos golpes al sector pesquero, el 70% de los negocios están en riesgo”, explica Germán Orozco, quien es armador de la flota de madera, y explica que la mala temporada del 2023 ha generado costos de operación inesperados para el sector.

“El costo operativo se ha duplicado porque todas esas embarcaciones normalmente hacían una faena de dos o tres calas (lance de la red) para completar las toneladas que tienen permitidas y, en la segunda temporada de pesca del 2023 han salido ocho o diez veces”, comenta sobre el panorama que enfrentaron durante el último año.

Orozco señala que esta crisis afecta a diferentes rubros en la zona sur que normalmente tenían más trabajo gracias a la pesca. “Hablamos del sector ferretero, carpinteros, soldadores y mecánicos. Si no hay liquidez, no se puede contratar la mano de obra”, cuenta Germán y advierte que, en caso no se tomen medidas pronto, “no vaya a ser que cuando tomen la decisión muchas empresas tengamos problemas de quiebra”.

Para Germán, la reducción de la talla de captura de la anchoveta podría aliviar los problemas del sector pesquero en el sur. Sin embargo, también denuncia que “falta factor de decisión para salvar a la clase empresarial formal. Vemos que se está favoreciendo a los informales y prueba de ello es la harina de anchoveta que están haciendo las fábricas de harina residual con tallas menores”.

UN MIEDO IRREAL

Tal como lo señalan Germán Orozco y José Huiza, la reducción de la talla mínima de captura de la anchoveta podría aplacar los efectos de una crisis que por ahora amenaza con arrasar un sinnúmero de empleos, pero para ello sería necesario que se cambie una disposición que, según sus defensores, busca asegurar la sostenibilidad del recurso. Sin embargo, estos temores a una depredación irresponsable de la anchoveta podrían ser un miedo irreal más que una posibilidad científicamente respaldada.

“La anchoveta es una de las especies más abundantes del mundo en los últimos sesenta años”, comenta Luis Icochea, profesor de oceanografía de la Universidad Nacional Agraria La Molina, y le señaló a Sudaca que también “es una de las especies que mejor manejo tiene en el mundo. Todas las embarcaciones de anchoveta tienen control satelital, control de pesos exactos e inspectores abordo”.

“En Japón y China hay cuotas de anchoveta de uno y cuatro centímetros para las 80 a 100 mil toneladas, porque ellos lo usan para un producto seco o refrigerado. En otros países ocurre eso y nadie dice que están depredando”, agrega Icochea y cuestiona que “ahora hay políticas y dirigentes que están detrás de suspender las temporadas”.

Luis Icochea considera que, entre las soluciones que se debería adoptar para la pesca peruana de anchoveta, se podría tener en cuenta un aumento del porcentaje de tallas menores. “Si tienes una población donde predominan entre diez y doce centímetros, entonces tendrías que fijar una cuota en base a la abundancia estimada como se hace en muchas partes del mundo”, comenta sobre esta posibilidad.

“Chile se está favoreciendo. Están pescando muy bien y hasta pueden salir dos veces a hacer faena entre la milla uno y dos”, señala Icochea sobre las diferencias entre las regulaciones de los dos países que hoy afrontan un presente radicalmente opuesto en lo que respecta a su industria pesquera.

“Aquí había predominado la de 11.5 centímetros y decían que es juvenil, pero no lo es porque ya maduró sexualmente”, cuestiona Icochea y compara esta situación con lo que ocurre en Chile. “En Chile no hay talla mínima legal y la anchoveta que sacan en Arica es de once centímetros”, agregó.

Tanto Perú como Chile parecen gozar en la actualidad de una abundante cantidad de anchovetas en sus costas. Sin embargo, los testimonios y los datos de los últimos años demuestran que, mientras Chile ha implementado políticas que los mantienen protagonistas en la pesca de esta especie, Perú se ha resignado a ser un espectador que no actúa mientras miles de peruanos ven una crisis que parece empujarlos al peor desenlace posible.

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¿Qué situación observó que lo llevó a realizar un estudio sobre las variaciones en la talla de la anchoveta en Perú?

El fenómeno que se observó era que, con frecuencia, las tallas que se presentaban en una cantidad significativa organismos eran muy pequeñas con respecto a la talla mínima de captura. Se dio un evento significativo en el volumen de estos organismos en las capturas y quisimos saber cuáles eran las consecuencias que podían ocasionar esto.

¿Desde cuándo empiezan a notar estos cambios?

Se empezaron a observar desde inicios del año 2000 y no un caso puntual sino repetitivo. Había un tipo de secuenciación que en algunos años aumentaban estos organismos pequeños, luego se daba un receso en la población e incrementaban nuevamente las tallas. Algo que encontramos muy interesante a nivel oceanográfico fueron algunos cambios de régimen ambiental y, a partir del año 2000 y 2012 o 2013, se dio un cambio de régimen no muy abrupto pero que sí se ve un pequeño cambio que podría estar relacionado en la abundancia de organismos de tallas menores. Eso es un fenómeno que afecta el crecimiento de la población en términos de talla y no de abundancia. Había más organismos, pero de tallas más chicas y eso se debe a una sobrepoblación. Son tantos que no caben y lo que hacen es crecer menos. Se están reproduciendo a tallas más chicas por el efecto de sobrepoblación.

De acuerdo a la situación actual de alta variabilidad ambiental, ¿cómo esto estaría influenciando en los ecosistemas marinos?

Podemos decir que, cuando encontramos condiciones de La Niña o ambiente frio, observamos que había fuertes condiciones de anomalías en la temperatura superficial del mar y, cuando estas anomalías pasaban el más o menos negativo, había consecuencias sobre todo a nivel de poblaciones. Encontramos que condiciones heladas generan sistemas de afloramientos, que en ese momento eran muy fuertes porque se pasaban el negativo, entonces la parte de crianza donde el stock se encontraba creciendo y alimentándose para alcanzar esas tallas para la pesca se veía fragmentada y se descomponía en dos secciones. Esa agua que salía del fondo del mar rica en nutrientes fragmentaba el área de crianza y, como estos organismos dependían mucho de las corrientes, esa parte que se había aislado regresaba a su área de crianza natural y se mezclaba en el trayecto. Si un fenómeno del Niño era muy fuerte, las aguas frías se iban al fondo y eso no permitía que los organismos tengan acceso a los alimentos, crecían más lento y, como consecuencia, se quedaban en tallas chicas. Cuando hay una condición ambiental que no favorece, su energía la usan para sobrevivir. 

¿Estos cambios en el ecosistema están afectando la abundancia y calidad del alimento para la anchoveta en el Perú?

Sí, podríamos decir que la calidad de alimento cambia y también disponibilidad. Lo que ingiere ya no manda los mismos nutrientes necesarios para crecer y alcanzar la reproducción.

En una época de constantes cambios en el clima, mucho de ellos hasta inéditos, ¿podría ocurrir que la anchoveta esté también en un constante cambio de su estructura?

Sí, los organismos van a estar respondiendo a los cambios especialmente si son intensos. Si no son tan intensos podrían encontrar un equilibrio. Estos cambios pueden tener un periodo dependiendo de la intensidad. Aun cuando sabemos que por condiciones ambientales no se ha definido un ciclo como tal, podríamos estar asociando que la población va a estar respondiendo a estos cambios en especial si son intentos y van a estar respondiendo porque el ambiente es dinámico. Si encuentro condiciones adversas, me refugio. Ahorita lo que está sucediendo es que estamos acelerando los cambios sin que la población tenga tiempo para adaptarse y eso podría estar ocurriendo con las tallas chicas. El cambio es tan rápido que con más frecuencia hay tallas chicas. Generalmente le afectan más las anomalías positivas, lo cálido. Podría darse incluso una talla más chica de reproducción. Pero es consecuencia del cambio que se está dando, no de una actividad de aprovechamiento. Porque, si fuese así, también veríamos una reducción del stock.

¿Cada cuánto tiempo se ven estas reducciones de talla?

Si la población se mantiene en un tamaño estable de stock, la talla chica que se determine para captura en ese momento no perjudica a la población. Porque lo que estamos haciendo es predecir la talla en que podemos aprovechar el recurso con respecto a las condiciones que imperan en ese momento. No podríamos determinar qué tanto en el futuro puede mantenerse una talla porque el cambio podría ser aleatorio y no se dan de manera consecutiva un año tras otro. Tendríamos que hacer un aprovechamiento adaptativo del recurso de manera anual.

En el estudio que realizó sobre la zona sur del Perú, ¿cuál fue su principal hallazgo?

Lo más interesante que encontramos fue la fragmentación del hábitat. Los fenómenos de surgencias intensos podían fragmentar las áreas de crianzas y, en primera instancia, se podía pensar que se estuviera aprovechando el uso de un recurso de manera descuidada cuando en realidad no se estaba haciendo. Porque esa fragmentación de hábitat origina dos áreas de crianza. Una distante de la que se encuentra normalmente en la costa y el regreso de esa nueva área de crianza de manera natural estaba generando esa problemática de anchovetas chicas. Eso para nosotros fue sorprendente porque no lo teníamos contemplado. Veíamos nada más que la mezcla de los organismos se daba y había organismos pequeños en las capturas, pero cuando íbamos al área de crianza no se estaban encontrando los organismos chicos y los resultados de los informes decían que no estaban ahí. Esto era la consecuencia de fenómenos de surgencia intensos y que, independientemente de que fuesen intensos, la población se mantenía saludable creciendo como si estuviesen en su área natural.

¿Conoce el caso de otras especies que, al igual que la anchoveta en Perú, presenten variaciones biológicas que tengan relación con los cambios en el ecosistema?

Nosotros trabajamos en el noroeste de México y encontramos un cambio en las tallas mínimas de captura de la sardina crinuda asociados a la talla de reproducción. Dentro de esos estudios que hicimos encontramos que la talla mínima de madurez era dinámica, no se mantenía estática a través del tiempo y eso podría implementarse en el manejo de recurso pesquero que es adaptativo. Se exploraron algunas estrategias de manejo ya que previamente se mantenía una talla mínima de captura para todo el recurso. También encontramos que había dos unidades biológicas y cada una tenía diferentes parámetros poblacionales. Es la misma especie, pero está dividida en dos stocks. 

¿Qué le recomendaría al manejo pesquero peruano ante estas variaciones en las tallas de primera madurez de la anchoveta?

Lo que tenemos que analizar es como está estructurada la población. Tenemos que definir bien los periodos de muestreo, cuánto tiempo hay entre los muestreos y donde están tomando la muestra. Tendríamos que ver ese crecimiento y esos indicadores reproductivos.

Entonces, ¿se podría reducir la talla mínima de captura sin que esto afecte la sostenibilidad del recurso?

Un manejo adaptativo ayuda a aprovechar de manera responsable un recurso garantizando que se mantenga a través del tiempo. En una época también se dio ese fenómeno de tallas chicas en las capturas, por allá por 2008, y hubo mayor abundancia del stock y teníamos esa característica de una gran cantidad de organismos de tallas chicas. Va a depender de que tengan la disposición de analizar información. 

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Inviernos que registran temperaturas que no se habían alcanzado en muchas décadas y veranos que pueden durar muchos más meses de lo que nos tenían acostumbrados, estas han sido las noticias sobre el clima a las que nos hemos empezado a acostumbrar en el último tiempo a nivel mundial. 

Como consecuencia del cambio climático o por otras razones, lo cierto es que el clima en todo el mundo está mostrando cambios inesperados y esto no solo trae consecuencias en la sensación térmica con la cual tiene que lidiar la población en su vida diaria, sino que también afecta a ciertas actividades como es el caso de la pesca.

LA “NUEVA” ANCHOVETA

Perú, por supuesto, no es ajeno a esta situación y, más precisamente, el ecosistema marino nacional tampoco ha permanecido inmutable ante estos cambios drásticos en la temperatura que se vienen registrando. Estos cambios en las condiciones ambientales habrían dejado, entre sus muchas consecuencias, una modificación en las características biológicas de la anchoveta.

En uno de los proyectos del Instituto Humboldt de Investigación Marina y Acuícola se hace referencia a algunos de estos cambios que se han observado en los últimos años y demuestran que en la última década, con respecto a la anchoveta, hay una proporción más alta de peces por debajo de la talla mínima legal en comparación a los peces por encima de esta y resalta que esta situación ha llevado a una disminución de capturas que está generando un impacto considerable en la economía del sector pesquero a pesar de que la biomasa se mantiene estable y saludable.

El investigador Jorge Payán Alejo, quien realizó un análisis de la distribución de frecuencia de tallas de la anchoveta en el sur peruano, señala que, durante el fenómeno del Niño, “las aguas frías se iban al fondo y eso no permitía que los organismos tengan acceso a los alimentos. Por lo tanto, crecen más lento y, como consecuencia, se quedaban en tallas chicas”.

Según Payán Alejo, durante el estudio que realizó en el mar peruano pudo observar que este fenómeno no afecta a la población de anchovetas en términos de abundancia sino únicamente en lo que respecta a la talla. “Cuando hay una condición ambiental que no favorece, como lo es no tener suficientes alimentos, lo primero que hacen es sobrevivir”, agrega el docente sobre el cambio en la talla de la anchoveta y explica que estos pueden continuar en el futuro. “La población va a estar respondiendo a estos cambios, especialmente si son intensos. Van a  estar respondiendo porque el ambiente es dinámico”, comenta Payán.

Para entender mejor esta situación, resulta imprescindible tener en cuenta que la actividad pesquera en el Perú está sujeta a una serie de regulaciones que buscan un desarrollo sostenible de esta actividad y, tal como se señala en la Ley General de Pesca, es el Ministerio de la Producción el responsable de establecer aspectos como la zona de pesca o cuotas de captura.

Cristian Rebosio

Sin embargo, tal como lo establece el propio Artículo 9 de la Ley General de Pesca, las regulaciones se deben sustentar en evidencias científicas, con respaldo de los datos que puede conseguir el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), y es este punto el que actualmente se encuentra bajo cuestionamientos debido a que las evidencias actuales estarían mostrando que los factores climáticos han modificado la estructura de la anchoveta y se podría realizar una modificación del tamaño mínimo de su captura que en la actualidad está fijado en doce centímetros de longitud.

Cristian Rebosio

LA RUTA DEL LENGUADO

Estas variaciones del tamaño mínimo legal de su captura, que al parecer no reflejaría el mínimo biológico real, no representarían un cambio inédito en la pesca peruana. En septiembre del 2022, el Ministerio de la Producción utilizó evidencia científica de un informe realizado por IMARPE para modificar la talla mínima de captura del lenguado que, a partir de esta fecha, pasó a ser de treinta y ocho centímetros de longitud luego de varios años en los que la medida era cincuenta centímetros.

Cristian Rebosio

No obstante, este no es el único ejemplo de cambios en la talla mínima de captura. En 2019, el Ministerio de la Producción estableció en cuarenta y seis centímetros la talla mínima para el bonito y, en octubre de ese mismo año, también se hizo una modificación similar para la cabinza que pasó a ser de diecinueve centímetros de longitud como talla mínima.

“La anchoveta peruana, como cualquier otra especie de pez pelágico, es altamente sensible a la variabilidad del clima oceánico”, se menciona en el proyecto de investigación del Instituto Humboldt de Investigación Marina y Acuícola sobre las variaciones de la abundancia, distribución y estructura de las tallas de la anchoveta peruana. 

Teniendo en cuenta esta descripción, así como los cambios en la temperatura del mar frecuentes en esta zona del Pacífico y motivados por el Fenómeno El Niño, el ingreso de ondas Kelvin cálidas y el debilitamiento del Anticiclón del Pacífico Sur, se podría afirmar que sería pertinente que el Ministerio de Producción junto al IMARPE realicen investigaciones sobre la anchoveta peruana y determine si hay cambios que se deban realizar en las regulaciones de la pesca de esta especie.

Tal como lo reportó Sudaca en el informe titulado PESCA EN EL SUR: LA OPORTUNIDAD PERDIDA, la pesca de anchoveta atraviesa un presente crítico que ha derivado en pérdidas millonarias y el cierre de por lo menos una decena plantas que tenían a la anchoveta como su principal insumo. Pero, paradójicamente, esta crisis no se debe a la escasez del recurso sino a regulaciones aplicadas sin un adecuado sustento técnico.

Con respecto al tamaño mínimo para la captura de la anchoveta, el Ministerio de la Producción podría estar cometiendo un nuevo error que repercute negativamente en la industria pesquera al ignorar el gran impacto que podrían tener algunos centímetros de diferencia en la talla mínima de captura en el presente de la pesca que, por ahora, parece estar dejando pasar una oportunidad envidiable.

Entre todos los sectores imprescindibles para el funcionamiento de una sociedad, uno de los más descuidados en el Perú es, sin lugar a dudas, el de educación. Lejos de causar preocupación y una respuesta inmediata, los pésimos resultados de los estudiantes peruanos en cuanta evaluación para medir la calidad del aprendizaje parecen no motivar ningún cambio en la educación nacional.

Ante un panorama tan crítico, la vocación de los profesores se muestra como la única esperanza de alcanzar un nivel decente que les permita a los estudiantes terminar su etapa escolar con los conocimientos básicos para ingresar a la educación superior. Sin embargo, el desinterés por parte de quienes manejan la educación peruana podría terminar por ahuyentar a estos profesores que aman su profesión. Este es el caso de Regina Pereira que Sudaca pudo conocer en detalle.

SUEÑO FRUSTRADO

En 2022, Regina Pereira Pizarro, una profesora de inglés natural de la provincia de Ilo, participó del concurso público de ingreso a la carrera pública magisterial. Luego de superar las distintas evaluaciones, como rendir exámenes y dar una clase modelo, la profesora Pereira recibió uno de los puntajes más altos entre los profesores de inglés que se presentaron en el sector correspondiente a la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) N° 7.

Con 244 puntos, Regina había sido uno de los mejores puntajes entre los profesores de inglés que se presentaron en el sector correspondiente a la UGEL N°7. Al igual que todos los profesores aprobados, Regina Pereira había presentado una lista con veinte instituciones educativas a las que les gustaría ser designados y, como recompensa por su mérito académico, ella iba a tener la posibilidad de trabajar en el colegio que eligió como primera opción.

Para Regina, que tenía planificado abandonar Ilo para mudarse a Lima, poder trabajar en la I.E. Ricardo Palma de Surquillo iba a facilitar su adaptación debido a que su hermana vivía en este distrito. Sin embargo, cuando todo parecía encaminado para que Regina Pereira llegue a su trabajo soñado, una noticia desmoronó sus expectativas.

“El 29 de diciembre recibo un correo electrónico en el que me dicen que no cumplo con un requisito”, cuenta Regina a Sudaca. Según la información publicada por la propia UGEL N°7, el impedimento para que Pereira ocupe la plaza que se había ganado era tener un título extranjero que no estaba revalidado.

Informe Cristian Rebosio

“Me extraña porque yo presenté en mi expediente virtual legalizado ante notario todos mis documentos y mi título yo anexé una hoja con mis títulos registrados”, explica Regina con respecto a este inesperado impedimento y agrega que la razón que le daban era que “mi título no dice Sunedu sino Asamble Nacional de Rectores (ANR), pero yo hice la regularización en la Sunedu”.

Informe Cristian Rebosio

Sin embargo, en los documentos que tiene registrados Sunedu se puede encontrar que sí figura el título de Regina Pereira que la UGEL N°7 le señalaba como impedimento para que ocupe el puesto que se había ganado en el concurso público de 2022. 

Informe Cristian Rebosio

RECLAMO EN ESPERA

Si bien esto podía representar un contratiempo en el sueño de Regina, por tratarse de un malentendido que no era culpa de la profesora sino de la UGEL, la solución de este impedimento parecía cuestión de tiempo debido a que se podía resolver con rapidez ante la evidencia contundente.

Sin embargo, mientras pasaban los días crecía la incertidumbre para Regina. “El 3 de enero presento una carta en la que solicito revisión de mi expediente”, cuenta y agrega que, en las semanas siguientes, tanto su hermana como su cuñado, que viven en Lima, se acercaron a la UGEL N°7 en búsqueda de novedades sobre su reclamo, pero la única respuesta que obtenían era que debía esperar treinta días hábiles.

“Todo es virtual. No se puede hablar con los especialistas ni con nadie”, explica Regina sobre el reclamo que presentó y relata que, usando el número de seguimiento que le brindaron cuando lo presentó, lo único que veía era que se lo iban pasando de una oficina a otra sin que ninguno le de algún tipo de solución a un problema que ella no había generado. 

Pero fue el 19 de enero cuando se produjo un punto de quiebre debido a que publicaron que las plazas de profesores no asignadas por la UGEL de cada zona debían retornar al Ministerio de Educación y entre esas plazas estaba la de Regina que sería entregada a otro profesor ante las demoras y aparente desinterés de la UGEL N°7.

“Fui al Ministerio de Educación y me dicen que ellos no tienen nada que ver, que eso tengo que resolverlo con la UGEL y que ellos no revisan expedientes”, cuenta Pereira, quien vino a Lima con la intención de encontrar respuestas. No obstante, tanto la UGEL N°7 como el Ministerio de Educación se señalaban entre ellos como los responsables de resolver el reclamo de la profesora.

“La plaza que yo gané con mi esfuerzo ya se la entregaron a otro profesor”, relata Regina impotente ante una injusticia que la UGEL, aparentemente, nunca tuvo intención de resolver pese a que eran ellos los responsables de revisar la documentación que Pereira Pizarro había presentado correctamente.

En un país en el cual la educación padece la infraestructura precaria de muchos colegios así como la falta de materiales, la pasión por la docencia de profesores preparados se convierte en la esperanza de muchos escolares. Sin embargo, casos como el de Regina demuestran que los errores y la displicencia de los encargados del sector puede alejar a buenos profesores de la carrera magisterial perjudicando todavía más a los estudiantes peruanos.

La variedad de recursos que se pueden hallar en el territorio nacional ha sido, desde siempre, motivo de orgullo para todo peruano. Sumado a los microclimas de las regiones geográficas, Perú se convierte en un país prácticamente único en lo que respecta a diversidad de animales y plantas que son motivo de admiración para casi cualquier turista que viene de visita.

Sin embargo, para aprovechar la fortuna de contar con estos recursos también es necesario estar a la vanguardia de la mano de la ciencia para poder darles un uso eficiente y, al mismo tiempo, responsable. Pero, lamentablemente, esto no estaría ocurriendo durante los últimos años en el sector pesquero. 

EL AUTOGOL DE PERÚ

Entre esta variedad de recursos que se pueden hallar en el territorio nacional se encuentra la anchoveta. Este pez de la familia Engraulidae conocido por sus múltiples beneficios, como fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades cardiovasculares, suele habitar la zona sur del Océano Pacífico, más precisamente en las costas de Perú y Chile.

No obstante, y a diferencia del vecino del sur, Perú no estaría sacando tanto provecho como realmente podría a la presencia de la anchoveta en el mar peruano. La zona sur, una de las dos en las cuales se divide el mar para la actividad de pesca, está padeciendo graves errores técnicos que reducen dramáticamente el beneficio que podría sacar la pesca industrial.

Para ello es necesario tomar en cuenta que, en los últimos años, la zona sur sufrió una serie de modificaciones en lo que respecta al trabajo que pueden realizar las embarcaciones pesqueras industriales. Tras un decreto supremo de 2008, esta actividad se podía llevar a cabo dentro de las cinco millas hasta una milla y media de la costa, en zonas científicamente determinadas por IMARPE y porque las particularidades geográficas del sur así lo requerían.

Pero, para 2011, esto cambió y recién se podía realizar pesca industrial a partir de las cinco millas. En 2012 y 2013 se produjeron nuevas modificaciones, aunque el decreto supremo que se encuentra vigente mantiene a las cinco millas como el límite a partir del cual puede realizarse la pesca industrial de anchoveta. Y ahora esto ha sido llevado a nivel de ley por el Congreso sin ningún análisis y básicamente representando los intereses de las ONGs conservacionistas, quienes falsamente se escudan en un reclamo manipulado de la pesca artesanal.

Sudaca conversó con Francisco Miranda, presidente de la ONG OANNES, quien destacó que uno de los errores que se ha cometido con respecto a estos límites para la pesca industrial se encuentra en el hecho de no entender las diferencias entre las diferentes zonas del mar peruano. “Mientras que en el centro norte la plataforma continental es extensa y hay que llegar a las 80 millas para poder encontrar una profundidad superior a los 200 metros, en la zona sur avanzas más de una milla y ya estas llegando a fondos de 400 o 500 metros de profundidad”, señaló.

Miranda explica que el límite de las cinco millas se creó con el propósito de proteger la reproducción de las especies y el crecimiento de los juveniles. “Si uno define técnicamente el área de protección para la reproducción de las especies y el crecimiento de los juveniles uno lo debería definir por la profundidad y no por la distancia a la costa. Por eso digo que la decisión de las cinco millas es política y no técnica”, relató a Sudaca.

El presidente de OANNES también considera que “parece que fuesen intereses específicos de compañías chilenas” los que han logrado que las campañas de pesca no se puedan realizar dentro de las cinco millas y, tal como se observa en el siguiente gráfico, Chile viene sacando una considerable diferencia en los miles de toneladas de anchoveta que quedan en su poder mientras que lo que llega a nuestro país se ha reducido dramáticamente por las decisiones que toman las autoridades peruanas en lo que vendría a ser un autogol de Perú.

 

EFECTO DOMINÓ

Pero la falta de interés por corregir una decisión sin sustento técnico está generando un efecto dominó que afecta considerablemente al sur del país. “Se pierden aproximadamente dos mil millones de soles”, comenta a Sudaca el periodista Melanio Valdés, quien ha venido investigando el tema durante los últimos diecisiete años.

“Hoy se vive una agonía. Los informes de los técnicos dan cuenta que se han perdido millones y el puerto más perjudicado es el de Ilo”, relata Valdés y agrega que “las plantas pesqueras están destrozadas y las que han podido han sido trasladadas a otros lugares. Solo hay dos plantas pequeñas y están agonizando porque no tienen el insumo que es anchoveta”.

Según la información que pudo obtener Sudaca, existen por lo menos diez plantas que solían dedicarse a la harina y aceite de pescado que, en un efecto dominó como consecuencia del impedimento de pesca industrial de la anchoveta dentro de las cinco millas, han quebrado o cerraron ante la falta de insumos para seguir operando.

“Dieron una norma sin ningún fundamento científico. Para que se formule algún decreto tiene que tener sustento científico”, cuestiona Melanio y cuenta que los políticos de la región no han mostrado voluntad por revertir esta situación que amenaza con generar una crisis mayor para la economía de esta zona del país y sospecha que se debe a que “los intereses pesqueros chilenos son muy fuertes”.

@sudacaperu

🚨Imágenes del presente de muchas plantas pesqueras en el sur como consecuencia de las regulaciones actuales que incluso han llevado al cierre de varias de ellas. No te pierdas el informe de Sudaca.pe Créditos: Canal N

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Según alarmantes datos recopilados por la Sociedad Nacional de Pesquería, el 15% de la capacidad nacional de producción de harina de pescado se ubica en la zona sur y apenas ha producido el 6% demostrando que están muy por debajo de lo que podrían obtener si se corrige el inconveniente originado por las cinco millas.

Si bien las regulaciones resultan imprescindibles para el desarrollo responsable de una toda industria, casos como el de la pesca industrial de anchoveta demuestran que, si éstas no están respaldadas en evidencia científica, pueden resultar seriamente perjudiciales para la economía de una región. 

A la situación antes descrita se suma que, un reciente análisis del IMARPE ha determinado que la talla mínima legal de captura de la anchoveta no sería de 12 cm. sino menor. Esta regulación de la talla mínima de captura también agrega a la ausencia de medidas que respondan a la ciencia para manejar dicho stock y nos mantiene en constante desventaja con respecto a Chile, donde no hay una talla mínima de captura.

En este sentido, tanto las vedas o cierres temporales, como la determinación del inicio de temporadas están regulados para la pesca industrial se rigen por esta regla, y cuando las autoridades corroboran que el recurso supuestamente está por debajo de la talla mínima legal hasta en un porcentaje, vedan o paralizan innecesariamente las actividades o deciden no abrir la temporada de pesca como ocurrió en 2020 y durante la segunda mitad del 2023; sin embargo, ello termina estando fuera de la realidad pues la talla mínima legal está mal definida.

Tanto Valdés como Miranda, amparados en su experiencia en un tema que han seguido por un largo tiempo, consideran que esta situación se podría revertir si las autoridades que sostienen estas regulaciones antitécnicas estuviesen dispuestas a escuchar al Instituto del Mar del Perú (IMARPE) así como a los estudios realizados a esta zona del mar peruano que hoy representa una oportunidad perdida.

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