[INFORMES] La interminable crisis política, que el país parece no poder superar y que ha destruido la reputación de los partidos tradicionales, también representa una oportunidad para aquellas agrupaciones que llevan menos años de vida política y gozan de una cierta imagen positiva que les podría permitir ser los que lideren la renovación que un importante sector de la población está reclamando.
El Partido Morado apareció, algunos años atrás, dentro de este grupo de agrupaciones políticas que podían captar el voto de las mayorías decepcionadas de los presidentes y congresistas que han estado en el poder y tuvieron mayoría durante los últimos años. Sin embargo, durante los recientes procesos electorales, el voto de la mayoría no estuvo del lado de los morados y la reestructuración del partido se hizo inevitable.
En este contexto, Luis Durán Rojo asumió la presidencia de dicho partido. No obstante, lo que inicialmente parecía una renovación que ayudaría a subsanar los errores del pasado, en la actualidad ha desatado una lucha interna que hasta ha terminado por ahuyentar y decepcionar a los militantes que se habían sumado durante los últimos años.
LA TACHA DE LA DISCORDIA
Kevin Vásquez Soto se convirtió en simpatizante del Partido Morado en 2019. Desde su lugar, Kevin empezó a colaborar con las actividades del partido así como en las campañas para los procesos electorales recientes en los que participaron. “Es un partido con una buena ideología”, comenta Vásquez sobre la agrupación que supo despertar su interés por incursionar en la militancia política.
Conforme se iba involucrando más en el Partido Morado, Kevin llegó a ocupar algunos cargos dentro del partido. El más reciente y último fue el de presidente del Órgano Electoral Regional de Lima Metropolitana. “Con un equipo de cinco personas nos encargábamos de las tachas que se podían presentar”, relata Vásquez Soto sobre la función que desempeñaba.
Pero fue la llegada de Kevin a esta presidencia la que terminó por enfrentarlo con el partido del que supo ser militante activo. La historia del conflicto empezó con las elecciones internas para las recientes elecciones municipales. En este proceso, Raphael Christian Valencia Diestra se enfrentaba a Mauricio Enrique Palomino Vidal para convertirse en el candidato a alcalde del distrito de Jesús María.
En este contexto, el 5 de abril del 2022, la militante María Clementina Rufasfo Falen presentó una tacha contra el precandidato Valencia Diestra. En ella se alegaba que Raphael Valencia tenía antecedentes por tráfico de drogas. Sin embargo, la verdadera historia parecía ser muy distinta. “El señor valencia informó que existía el caso, pero que él estaba como testigo, no como agraviado ni como investigado”, explica Kevin Vásquez sobre este caso.
Pero un detalle que llamó la atención en las pruebas que presentó Rufasto Falen fue una extraña omisión en el documento con el que pretendía involucrar al precandidato Valencia con el caso en cuestión para que el pedido de tacha sea declarado procedente. En el documento, que se trataba de una solicitud para que se entregue un vehículo incautado, se había ocultado el nombre del abogado de Raphael Valencia.
La situación se torna aún más extraña al descubrirse que el abogado, cuyo nombre había sido ocultado, era el de Mauricio Palomino Vidal, quien casualmente era el único precandidato que se encontraba en competencia con Raphael Valencia por la candidatura del Partido Morado.
Esta situación despertó más dudas en Kevin Vásquez y su equipo de trabajo debido a que, tal como lo señala Vásquez en su solicitud de apelación, el acceso a este tipo de información está reservado de forma exclusiva a las partes involucradas y sus respectivos abogados. El entonces titular del Órgano Electoral Regional solicitó a la militante que presentó este caso que aporte más pruebas, así como el documento completo, pero esto no ocurrió.
“El órgano colegiado dispone que esa tacha no proceda porque el señor Valencia no está investigado”, comenta Vásquez, quien en su calidad de presidente del Órgano Electoral Regional observó que no existían motivos para sacar a Raphael Valencia de la contienda interna por la candidatura a la alcaldía de Jesús María de la que posteriormente saldría victorioso.
LA VENGANZA
Sin embargo, aunque Kevin Vásquez Soto relata que actuó de forma íntegra y las irregularidades provenían de la parte que presentó el escrito de tacha, Kevin fue notificado por el Partido Morado el 9 de diciembre del 2022 que se iniciaría una investigación y proceso disciplinario en su contra por el tratamiento que le dió a la tacha contra el precandidato Valencia. Además, para sorpresa de Vásquez Soto, en dicho documento se hace mención a la existencia de un vínculo con Raphael Valencia que pondría en duda su accionar ético.
Según el documento del propio Partido Morado, los comentarios en Facebook realizados por Vásquez Soto probarían que existía un vínculo entre ambos y que, por lo tanto, existía un conflicto de intereses que habría influenciado en la decisión que posteriormente se tomaría con respecto a la tacha contra Valencia.
En su defensa, Vásquez Soto señala que los cinco miembros del Órgano Electoral Regional estuvieron de acuerdo con declarar infundado el recurso de tacha, pero sólo él está siendo objeto de esta investigación. Además, en otro extraño giro que ha dado este caso, cuando los otros cuatro integrantes del Órgano Electoral Regional pidieron ser citados para aportar pruebas no fueron escuchados.
Si bien el caso mostraba situaciones por demás extrañas, la renuncia irrevocable de Lizzeti Samantha Cotrina Oquendo, quien fue miembro del Tribunal Regional de Ética y Disciplina de Lima Metropolitana, genera más suspicacias sobre el tratamiento que se le dio al caso de Kevin Vásquez. En la carta de renuncia, Cotrina Oquendo presenta argumentos muy graves como el uso ilegal de su firma en la investigación contra Vásquez así como las sanciones desproporcionadas.
Kevin, quien fue suspendido por 18 meses de su militancia, relata que la cercanía de Mauricio Palomino, el precandidato que se enfrentó a Raphael Valencia, con la cúpula que maneja el Partido Morado actualmente podría explicar la manera en que se desarrolló su caso. “Son personas que no deben continuar en el partido”, señala Vásquez sobre el presidente Luis Durán y quienes hoy están al mando del Partido Morado y agrega que “la cúpula actual liderada por el presidente Durán es ineficiente”.
El partido que intentó ser la cara de la renovación en la política peruana y que, con Francisco Sagasti, aportó a uno de los pocos presidentes que dejaron el cargo con un porcentaje de aprobación respetable, hoy parece destruir el crédito que habían logrado conseguir en su corta historia en la vida política del Perú con estrategias que lo exponen como un partido capaz de perseguir a sus propios militantes en venganza por no someterse ante el poder de turno.

Además, en la época de pandemia, la gestión que se encontraba a cargo de la Municipalidad de La Molina les otorgó la posibilidad de seguir funcionando sin mayor inconveniente. Sin embargo, con la llegada del nuevo alcalde comenzaron los problemas. “Cuando cambió la gestión quisimos conversar con los nuevos funcionarios para renovar el permiso o sacar la licencia”, cuenta a Sudaca Luis Bonilla, quien representa a la Asociación de Moradores de la Santísima Cruz.
Acorde a información oficial, la habilitación urbana busca que se ejecuten obras de accesibilidad y que el terreno en cuestión cuente con agua, luz y desagüe. No obstante, la zona en que se ubican estos comercios es urbana desde hace varios años y cuentan con estas exigencias. “El único requisito es que cumpla con la zonificación y se cumple porque es una zona comercial. También se cumplen con los requisitos de seguridad”, comenta al respecto Luis Bonilla.
Según lo expuesto por los vecinos de La Molina, durante los últimos meses continuaron con sus intentos por obtener la licencia de funcionamiento. Sin embargo, cuentan que la municipalidad del distrito les ponía trabas hasta para ingresar los documentos. “Hemos intentado solicitar la licencia nuevamente, pero no la querían recibir”, explica el representante de la asociación.
Con asesoría legal, finalmente lograron ingresar las solicitudes para obtener la licencia de funcionamiento. No obstante, el resultado final no fue el esperado. “Hubo una inspección de seguridad con algunas observaciones. Esas observaciones eran subsanables. Tenían que ver con señalización, por ejemplo. Subsanamos todas esas observaciones y ese mismo día teníamos una reunión con el alcalde, pero no asistió”, cuenta Luis Bonilla.
Además, los propietarios señalan que han intentado reunirse en más de una oportunidad con el alcalde, pero el burgomaestre de La Molina no ha mostrado interés en escuchar su problema. No obstante, en la Asociación de Moradores de la Santísima Cruz sienten que sus negocios están siendo condicionados a una construcción que la Municipalidad de La Molina pretende realizar.
¿Cuántas ollas comunes existen actualmente?
Esta resolución se ampara en dos artículos del Reglamento de Licencias. Uno de ellos es el artículo 76.1 que hace referencia a que Sport Boys debía sustentar el pago oportuno de las remuneraciones durante la primera quincena de cada mes y los tributos correspondientes.


En la tarde del sábado en un estadio Miguel Graú probablemente repleto, Sport Boys disputará la última fecha del torneo clausura ante Cienciano sin saber si existe algún resultado que les asegure la permanencia en primera división y con la desconfianza que parecen haberse ganado a pulso las principales autoridades del fútbol peruano.







Además, contrario a lo señalado por la Municipalidad de La Molina, el Ministerio de Vivienda ha tenido una opinión favorable con respecto al desarrollo del centro comercial en disputa. Tras los obstáculos planteados por la gestión de Uceda, Cencosud pidió al Ministerio de Vivienda realizar la evaluación del proyecto a finales del mes de agosto.
El resultado de esta evaluación dio un resultado satisfactorio para Cencosud debido a que se comprobó que cumplía con las exigencias que implica un proyecto de esa magnitud y, además, el propio Ministerio de Vivienda señaló que el Estudio de Impacto Vial (EIV) no era necesario debido a que el proyecto contemplaba los criterios, condiciones, características, alcances y requisitos exigidos en el Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE) y la presentación del primero se puede prescindir.
Estos documentos, al igual que la constancia de recepción en la cual se reconoce la existencia de la licencia de construcción, datan del mes de agosto. Sin embargo, en la Municipalidad de La Molina seguían señalando en el mes actual que el proyecto no contaba con los permisos del Ministerio de Vivienda.
Aunque el alcalde Uceda repite en sus entrevistas a distintos medios que no es enemigo de la inversión, las pruebas que siguen apareciendo llevan a que sea muy difícil para los vecinos de La Molina creer en sus afirmaciones que son fácilmente refutadas por las pruebas que siguen apareciendo.
No obstante, la poca credibilidad de la que goza la gestión de Uceda en La Molina no es el único revés que está sufriendo el alcalde de este distrito. En las últimas horas, los revisores urbanos que estuvieron a cargo de aprobar el proyecto del Centro Comercial La Molina han enviado una carta notarial a Diego Uceda por sus recientes declaraciones.

Así como Quintana, otros regidores de La Molina, como es el caso de Perla Espinoza, Percy Palomino, y Ralph Sánchez, cuestionaron al alcalde Uceda alegando que el centro comercial sí cuenta con la licencia correspondiente registrado en la Resolución Subgerencial No. 00772-2023-MDLM-GDU-SOP. Sin embargo, lejos de obtener una justificación a la postura que Uceda ha mostrado en entrevistas y comunicados que se publican en las redes de la Municipalidad de La Molina, el burgomaestre sólo atinó a mantenerse en silencio en complicidad con la Subgerencia de Obras Privadas de la Municipalidad de La Molina.
Pero al día siguiente surgió el primer inconveniente. En el hospital le notificaron a Ania que, para operar a su tía, debía conseguir cinco unidades de sangre adicionales. Aunque esta situación representaba un problema debido a que tanto Glenda como Ania no tienen familiares ni conocidos en Arequipa, la posibilidad de ponerle punto final a la dolencia de su tía llevó a que Ania consiga que varias personas viajen de Tacna a Arequipa para cumplir con la exigencia del hospital.
Tras varias horas sin información sobre su tía, Ania vio que la camilla volvía al cuarto. Pero, increíblemente, al levantar la sábana que cubría la pierna de su tía no encontró ninguna marca propia de una operación y, para exasperar los ánimos todavía más, nadie le brindaba información sobre lo que había ocurrido durante esas largas horas en las que supuestamente estaban operando a Glenda.
“Mi tía entró con sus cinco sentidos”, reclama con impotencia Ania al recordar que, días antes de internarse para lo que sería una operación en la pierna, Glenda se encontraba lúcida y, en la actualidad, ha perdido una considerable cantidad de peso y ha perdido la movilidad de la mitad del cuerpo.
“Están dejando morir a mi tía”, es el reclamo de Ania y sus familiares que hace más de un mes se encuentran en una ciudad en donde se encuentran solos y atrapados en un laberinto sin salida debido a la indolencia que padecen a manos de un hospital que parece buscar todas las excusas posibles para no operar a Glenda y tampoco es capaz de ofrecer otras alternativas para mejorar su calidad de vida que a lo largo del último mes se ha deteriorado ante la indiferente mirada de quienes debían velar por su salud.