Cultura de la felicidad: ¿Cómo aplicarla y por qué es tan importante en el ambiente laboral?

Diversos estudios han demostrado que los trabajadores felices son más productivos y eficientes en las organizaciones.

Un estudio de la Universidad de Oxford reveló que los trabajadores son 13% más productivos cuando se sienten felices. Esta es justamente una nueva necesidad de las empresas, alcanzar una cultura de la felicidad dentro de la organización.

 

Se trata de un sistema que permite definir los parámetros de felicidad. Por ejemplo, la calidad de la relación entre los trabajadores, así como con sus jefes. También mide y propone iniciativas, prácticas y procesos que lo hagan sustentable en un entorno organizacional, y todo ello se mide mediante programas de clima organizacional.

 

Algunos beneficios de esta cultura en las empresas son:

 

  • Motivación y productividad: Poner en valor los logros y virtudes profesionales de los trabajadores, los haremos sentir involucrados de forma positiva en la empresa.

 

  • Reducción de absentismo: Un trabajador feliz es capaz de gestionar mejor sus emociones, las relaciones con sus compañeros o personas a su cargo, y dominar la frustración que surge durante algunos proyectos. La cultura de la felicidad ayuda a reducir los conflictos.

 

  • Mejora la imagen de marca: Si los trabajadores están contentos, hablarán bien de la organización y compartirán los valores con su entorno, difundirán mensajes positivos y reales, que a la vez atraen talento a la empresa.

 

¿Qué medidas implementar para una mayor felicidad?

 

El primer paso es hacer una evaluación general del ambiente actual en la organización y a partir de allí implementar las medidas necesarias para generar un espacio más agradable para todos. Considera estas medidas sencillas:

 

Flexibilidad y mayor libertad: Considera horarios más flexibles que permitan balancear la vida privada y la vida laboral. Con este tipo de iniciativas recordamos a nuestros trabajadores que no los vemos únicamente como capital humano, sino cómo personas con vidas que deben ser correctamente atendidas.

 

Formación constante: Una empresa capaz de detectar el potencial, de cuidarlo y de potenciarlo es un buen lugar para trabajar. Incentiva la realización profesional de los equipos, ya sea colaborando económicamente con quienes estudien, o proponiendo jornadas de capacitación desde la propia empresa.

 

Reconocimiento: Fomenta una comunicación adecuada, respetuosa, y que haga sentir valiosos a los trabajadores. Además, apóyate en acciones o recompensas concretas que reconozcan su buen trabajo como emails después de una reunión, feedbacks positivos de los proyectos, llamadas de motivación u otros.

 

Crear tradiciones: Implementa jornadas internas de innovación para hacer un teambuilding al inicio del año o para fechas especiales. Puedes también darle un giro a los ‘viernes casuales’ para tener alguna consigna que aliente a tus trabajadores a sentirse parte de la empresa.

 

Finalmente, no olvides pedir feedback para corroborar que las medidas que implementes en la organización estén surtiendo efecto y ten presente realizar evaluaciones anuales para medir el nivel de satisfacción de tus trabajadores.

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