¿Qué recomendaba el recordado actor Osvaldo Cattone para tener vitalidad y ser feliz en nuestros emprendimientos?

Entrañable actor argentino falleció hoy a los 88 años. Sobre el escenario promovía la pasión, la disciplina y el trabajo en equipo para alcanzar el éxito. ¿Qué lecciones dejó a los emprendedores este dramaturgo que hizo del Marsano su eterno hogar?

Actor y director de teatro. Hombre jovial y disciplinado. Parlanchín y de buen ánimo. Osvaldo Cattone nos dejó esta mañana dejando un legado. “Si hacemos un prorrateo de todas las obras que hemos realizado a lo largo de toda mi vida podría decirte que hemos alcanzado unos cinco millones de espectadores”, me dijo, alguna vez, en una entrevista. Por aquellos tiempos, Cattone se preparaba para interpretar uno de los papeles más complicados que le tocó llevar a las tablas: un padre con Alzheimer, en la obra El Padre, en el teatro La Plaza. Un doloroso rol que el actor argentino sacó adelante llevándose las mejores críticas. Un personaje que conmovía hasta las lágrimas. En uno de los ensayos previos al estreno de aquella obra le preguntamos. ¿Cómo pudo vivir del teatro en un país donde las escasas salas viven envueltas en deudas o sobreviven con la escasa publicidad y la poca afluencia de público? La respuesta fue sencilla: “Siendo felices, aguantando…aguantando”, dijo. Respuesta que parecería un lugar común, pero que detrás de ella hay toda una explicación. Una lección de vida. Estas son las diez claves de Cattone, para intentar ser felices, en nuestros emprendimientos.
 

  1. Amor a la vida. “Tanto en la vida como en el trabajo hay que tener una actitud positiva que te ayude a enfrentar el abismo y no caer en él. Como actor, director de teatro y empresario he tratado de no dejarme vencer por la depresión. Nunca en mi vida he tomado un antidepresivo ni un calmante. Mi mejor medicina es levantarme  de buen humor, porque amo la vida. Esto es algo que debe ser practicado por muchos CEOs o empresarios que se dejan llevar por el estrés”.
     
  2. No victimizarse. “La gente, en general, suele sentirse víctima ante los problemas. Yo no. He tenido un destino brillante y tengo para comer, tengo salud y fortaleza. Esa actitud me ha llevado al éxito. No me invento ningún tip negativo que altere mi estado de ánimo. Como cualquiera, tengo cólera, pero trato de que sea algo pasajero. Los empresarios deberían entender eso: que los problemas pasan y se les debe sonreír. No se conviertan en personas depresivas”.
  1. Ser muy ordenados. “El desorden trae caos y el caos trae conflictos con uno mismo y a los que te rodean, sobre todo en el trabajo. Soy una persona mentalmente muy sana y trato de demostrarlo. No me drogo, no maltrato, respeto al otro. Por ejemplo: soy muy cumplido con los horarios. Si para los ensayos me citan a las 7pm, llego a las 6.30pm. Eso no solo demuestra orden para trabajar sino también profesionalismo, amor y respeto hacia tu jefe, director o amigo”.
  1. El trabajo tiene que ser divertido. “Es importante gozar con lo que estás haciendo. Ese es el perno real que hará que tu vida transcurra de una manera agradable y no sentenciosa, ni pesada. Yo predico algo: ningún trabajo es malo, depende de cómo lo lleves, seas director de una empresa,  guachimán o actor. Cada persona tiene que encontrarle a su trabajo un objetivo claro, sino, ese trabajo será una carga muy pesada para la vida, y no lo harás bien”.
  1. Perseverancia. “El tener más de 40 años de actuación en el Marsano significa que conseguí algo muy importante: que mi vocación se convierta en mi profesión. No te hablo de talento, sino del profesionalismo que le pones a lo que haces. Soy un hombre que ha conseguido que el teatro se convierta en su medio de vida, en su modus vivendi. La perseverancia, para mí, es ser fiel a tu destino y a tu vocación, todos deberían entenderlo”.
  1. Ser un líder bondadoso. “No puedo echar a mis empleados, ni los de mi casa ni los que trabajan en el teatro. A tu personal no lo puedes tratar como si solo fuese un empleado, trátalo y quiérelo como si fuese tu familia, ya que pasas gran parte del día con ellos. No puedes estar maltratándolos. Entiende sus problemas, compréndelos y ayúdales a que encuentren soluciones”.
  1. Ser un agradecido. Llegué al Perú en el año 73 para trabajar en una novela (Me llamo Gorrión, con Regina Alcóver) y el país estaba en un estado agónico, pero me recibió y me adoptó. Por eso estoy agradecido. ¿Cómo retribuí a ese agradecimiento? Intentando que el teatro se comercialice, que se convierta en una empresa donde el actor fuera dignificado, donde se le pague un sueldo y trabaje seriamente. Lo mismo debe suceder en una compañía: respetar al trabajador y darle los elementos para que crezcan”.
  1. No a la frustración. “Hay gente que está condicionada para ser algo en la vida. Por ejemplo, si yo quisiera ser una estrella de Hollywood y no pudiera quizás me frustraría, porque mi inglés no es muy bueno o lo que sea.  Pero si yo descarto Hollywood y me quedo con Lima, una ciudad que culturalmente crece y actúo como si estuviera en Hollywood, sin subestimar a nadie, mi trabajo recibirá el cariño de la gente y el éxito llegará sin frustraciones”.
  1. Luchar contra la desmotivación. “Hay que permitirse cambios de humor. Es normal que un día estés deprimido, otro día colérico o amoroso o sin ganas de trabajar. Pero no dejes que eso afecte tus labores. Yo me quiero mucho y no me castigo pero sé que siempre hay que ir corrigiendo cosas. Soy hijo de un carnicero y de una mujer que lavaba ropa, de origen pobre. Pero lo que tengo lo conseguí trabajando a mi manera, respetando la personalidad ajena ya que solo así te respetarán”.
  1. Date un tiempo para todo. “No soy un tipo apurado. Trata de darle el espacio a cada cosa que hagas y al trabajo del otro. No seas ansioso ni apresurado. No hablo de nirvanas, ni de yoga. Reparte bien tu día, separa tiempo para quien lo necesite y siempre encuéntrale el lado divertido a las cosas. No tomes tu trabajo como algo pesado: disfrútalo”.

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