Hace tres años, un grupo de profesionales inquietos por modernizar la educación de calidad decidieron crear una universidad para las próximas generaciones. Una que se base en nuevas metodologías y experiencias de educación; no la típica universidad con carpetas ordenadas en filas con un profesor al frente leyendo diapositivas, sino más bien un espacio para compartir aprendizajes entre estudiantes y profesores. Es así como crearon la Universidad Privada Peruano Alemana – UPAL.
En agosto del 2019 la UPAL se convirtió en la primera universidad peruana en ser licenciada antes de iniciar sus operaciones académicas luego de cumplir con las condiciones básicas de calidad exigidas por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU). Y fue también la única que comenzó a operar en medio de la pandemia de la COVID-19 a través de un ecosistema 100% digital: “Son los primeros tres años de los siguientes 300 años de inquietud que nos esperan”, comentó el Dr. Hernán Garrido-Lecca, rector de la universidad.
Una marca sólida, moderna y disruptiva
La UPAL se está consolidando como una universidad disruptiva y pionera en muchos rubros. Su propuesta educativa, como bien dice su llamativo slogan “se atreve a ir más allá” al ser la primera universidad con enfoque socio-constructivista, transdisciplinario, por competencias y holístico, una propuesta de valor que busca enriquecer el trayecto de sus estudiantes a través de la co-creación junto a sus profesores, o como la UPAL los denomina, MENTORES. El objetivo es formar una gran “Comunidad de inquietos” que encuentren, en sus diversas voces, la autonomía para tomar riesgos creativos y diseñar soluciones para un mundo más humano.
“Nos ha costado mucho llegar a donde estamos hoy. Quienes no nos conocen pueden llamarnos ‘la universidad ferretería’ y en el fondo es lo que somos: un lugar en donde encontrarán las herramientas para construir profesionales 100% productivos y plenamente humanos”, dice con una sonrisa Ana María Soldevilla, directora general.