“Estamos en un tiempo donde todos debemos tener respeto, cuidado y cariño hacia el otro. Todos debemos ser escuchadas y escuchados. He aprendido a que no importa lo que digan de mí, con tal de pintar lo que yo considero es lo justo”.
Venuca Evanán es una artista autodidacta. Tiene 33 años y dibuja y pinta sobre madera, las cosas cotidianas de la vida. Su arte lo plasma en las tablas de Sarhua, aquel arte ayacuchano declarado Patrimonio Cultural de la Nación un 29 de octubre de 2018.
Pero Venuca lo hace rompiendo esquemas: suelen ser los hombres quienes pintan estas tablas; y es ella, una de las primeras mujeres en hacerlo. En ellas plasma la vida del migrante, del hombre y la mujer del campo, pero sobre todo visibiliza y empodera a la mujer.
“El arte debe hacerte reflexionar e incomodar. Debe hacerte pensar. Yo aprendí a llevar así la vida”, dice Venuca, en su casa-taller ubicado en Las Delicias de Villa, en el distrito de Chorrillos.
Con su trabajo Venuca Asunción Evanán Vivanco captura momentos. Reflexiona sobre nuestro entorno y muestra lo que a muchos les molesta. A mediados del año 2020 creó la primera tabla de Sarhua donde narraba el amor entre dos personas del mismo sexo.
“Una amiga me contó su historia con su novia. Me dijo que le gustaría regalarle una tabla de Sarhua donde se cuente sus viajes y su historia de amor. Ella me preguntó si había algún problema en hacerla. Le dije que no. Que yo era libre de pintar”. Entonces Venuca cogió lápiz, pincel, pintura y dibujó la historia de amor de estas dos jóvenes.
En la primera tabla con temática LGTBIQ+ se ve a la pareja viajando por los andes peruanos. En el cielo celeste aparece un arco iris y el sol las ilumina. Como un simbolismo: dos ríos se juntan debajo de una montaña, como su amor.
Venuca dibuja sobre tablas de madera reciclada. Lo hace para cuidar el medio ambiente. “Una tabla de Sarhua original mide entre dos y cuatro metros de largo y se trabaja sobre troncos silvestres. La tradición indica que en ellas se dibuja la genealogía de una familia”, detalla.
Estas famosas tablas nacen en Sarhua, comunidad ayacuchana abatida por el terrorismo. Tradicionalmente se obsequia durante el techado de una casa y la tabla se coloca en la viga principal del nuevo hogar. Luego se celebra con fiesta, banda de música y chicha.
Pero la tradición migró y se extendió a todos los rincones del país y ahora las personas buscan a Venuca para que le hagan trabajos personalizados. Hace tablas de Sarhua de diferentes tamaños y precios. Una puede medir entre 70 centímetros de alto y 13 de ancho. La idea es contarle la historia que se quiere plasmar y ella, con su arte, lo traduce en la tabla con dibujos hechos a manos y con la estética sarhuína.
La hija de Primitivo Evanán
Venuca Evanán es hija de Valeriana Vivanco, quien sería la primera mujer en pintar las famosas tablas de Sarhua; y su padre es el amauta Primitivo Evanán Poma. Gran impulsor de este arte ayacuchano. Al punto que lo conocen como el padre de las tablas de Sarhua.
“Estas tablas consolidan al ayllu, a la familia, y crea reciprocidad. Une a la gente, solidariza y consolida el cariño y amor a la familia”, dice don Primitivo, quien en 1982 fundó la Asociación de Artistas Populares de Sarhua – ADAPS.
“¿Mi consejo para Venuca? Que persevere mucho más”, dice don Primitivo, quien por estos días se encuentra delicado de salud, por lo que -esperamos- se recupere pronto por su propio bien y el de todos.
Y es que don primitivo es el gran maestro de Venuca. Ha sido su inspiración. Él le enseñó su arte y ella lo potenció a niveles alucinantes. Un reconocimiento suyo, en especial por esta fecha: previo al Día del Padre.
Su trabajo caló tanto que desde hace unas semanas, Venuca es el rostro de la campaña Mujeres para inspirarte de Saga Falabella y Agarracamote, que buscan empoderar a las mujeres peruanas a través del arte.
El proceso creativo
Crear una tabla de Sarhua puede tomarle a Venuca dos semanas. Su proceso creativo así lo demuestra: Es una de las pocas en mantener la antigua tradición de pintar con plumas de aves sobre la madera recién pulida. Lo hace con pintura natural, tal como aprendió de don Primitivo.
“Soy una hija de sarhuina que nació en la ciudad, pero a pesar de estar en la ciudad no olvido mis raíces y trato de unir estas dos culturas para mostrar mi pintura”, dice esta emprendedora del arte que en el periodo más crudo de la pandemia y en la etapa más estricta de la cuarentena sobrevivió pintando mascarillas con motivos sarhuinos. Las ahora famosas mascarillas de Sarhua.
Con su trabajo, Venuca crítica al machismo que se ampara en el silencio. Ha hecho propio su camino y su voz, que la hizo ganadora del Premio ICPNA de Arte Contemporáneo 2020. Su trabajo lo ha llevado a Brasil, Florida e incluso lo ha expuesto su trabajo en la Universidad de Yale.
Sus tablas tienen nuevas lecturas y posibilidades. Su arte desprende una luz propia que nos hace reaccionar, reflexionar e interpelar nuestra realidad. Es una emprendedora del arte.
Datos:
Venuca realiza tablas de Sarhua a pedido.
Pueden comunicarse con ella al teléfono: 970866453
También pueden hacerlo a su Facebook o a su cuenta de Instagram
Foto de portada: una colaboración de la fotoperiodista Tatiana Gamarra.