Cristian Rebosio

Protagonistas y espectadores: La crisis en la pesca peruana

"Mientras la crisis en el sector pesquero se sigue agravando en el Perú, la situación en Chile se ha convertido en la otra cara de la moneda."

Tal como lo ha informado Sudaca en las últimas semanas, la situación de la industria pesquera en el Perú, especialmente en la zona sur, ha entrado en un periodo de crisis que el tiempo sólo ha empeorado y parece entrar en una etapa decisiva. Sin embargo, a diferencia de aquellas que golpean a un país como efecto rebote de alguna crisis internacional, en esta oportunidad quienes la han causado, y también quienes la podrían detener, son las propias autoridades peruanas encargadas del sector pesquero.

Esta crisis que tiene como actor principal a la anchoveta no se debe a la escasez del recurso ni a una posibilidad, aunque sea mínima, de un caso de pesca irresponsable que ponga el riesgo la supervivencia de la especie. Lejos de cualquier escenario de esa índole, la anchoveta parece mostrarse abundante en la costa peruana, aunque el gran beneficiado con su captura es Chile.

CRISIS Y MALAS DECISIONES

José Huiza es tripulante de una embarcación con capacidad para doscientas veinte toneladas y, con respecto al presente de la pesca de anchoveta en el sur, señala que “la anchoveta en el sur se pega a la costa y no se encuentra fuera de las cinco millas”. Huiza y sus colegas respetan las regulaciones vigentes para la pesca de esta especie, pero son estas mismas las que hoy ponen en riesgo su futuro laboral.

“En esta primera temporada no se ha pescado nada y se ha suspendido hasta nuevo aviso”, comenta y agrega que la situación ha sido similar en los últimos años. “Tanto el año pasado como este, la pesca no está muy buena y por lo menos cinco empresas han cerrado”, contó José en declaraciones para Sudaca.

No obstante, José señala que esta crisis se podría remediar si existiese voluntad por parte de las autoridades peruanas. Tanto para él como para muchas personas que se dedican a la pesca en la zona sur, resulta desconcertante ver el desinterés que existe en los responsables de las regulaciones para la pesca peruana mientras que Chile aprovecha el recurso que Perú desperdicia. “Con Chile compartimos stock y ellos son los que pescan. Esa pesca pasa por nuestra costa y ellos la pescan porque tienen normas favorables a los pescadores”, explica Huiza.

De acuerdo a la información correspondiente a los últimos dieciséis años, el desembarque de anchoveta en el norte chileno ha crecido considerablemente mientras que los números de esta actividad en el sur peruano muestran una reducción constante que no ha tardado en reflejarse en los cierres de empresas que se dedican a este rubro.

Informe - Cristian Rebosio

 

“Llevamos varios golpes a nivel nacional, como El Niño Costero y la pandemia del Covid. Como resultado de estos golpes al sector pesquero, el 70% de los negocios están en riesgo”, explica Germán Orozco, quien es armador de la flota de madera, y explica que la mala temporada del 2023 ha generado costos de operación inesperados para el sector.

“El costo operativo se ha duplicado porque todas esas embarcaciones normalmente hacían una faena de dos o tres calas (lance de la red) para completar las toneladas que tienen permitidas y, en la segunda temporada de pesca del 2023 han salido ocho o diez veces”, comenta sobre el panorama que enfrentaron durante el último año.

Orozco señala que esta crisis afecta a diferentes rubros en la zona sur que normalmente tenían más trabajo gracias a la pesca. “Hablamos del sector ferretero, carpinteros, soldadores y mecánicos. Si no hay liquidez, no se puede contratar la mano de obra”, cuenta Germán y advierte que, en caso no se tomen medidas pronto, “no vaya a ser que cuando tomen la decisión muchas empresas tengamos problemas de quiebra”.

Para Germán, la reducción de la talla de captura de la anchoveta podría aliviar los problemas del sector pesquero en el sur. Sin embargo, también denuncia que “falta factor de decisión para salvar a la clase empresarial formal. Vemos que se está favoreciendo a los informales y prueba de ello es la harina de anchoveta que están haciendo las fábricas de harina residual con tallas menores”.

UN MIEDO IRREAL

Tal como lo señalan Germán Orozco y José Huiza, la reducción de la talla mínima de captura de la anchoveta podría aplacar los efectos de una crisis que por ahora amenaza con arrasar un sinnúmero de empleos, pero para ello sería necesario que se cambie una disposición que, según sus defensores, busca asegurar la sostenibilidad del recurso. Sin embargo, estos temores a una depredación irresponsable de la anchoveta podrían ser un miedo irreal más que una posibilidad científicamente respaldada.

“La anchoveta es una de las especies más abundantes del mundo en los últimos sesenta años”, comenta Luis Icochea, profesor de oceanografía de la Universidad Nacional Agraria La Molina, y le señaló a Sudaca que también “es una de las especies que mejor manejo tiene en el mundo. Todas las embarcaciones de anchoveta tienen control satelital, control de pesos exactos e inspectores abordo”.

“En Japón y China hay cuotas de anchoveta de uno y cuatro centímetros para las 80 a 100 mil toneladas, porque ellos lo usan para un producto seco o refrigerado. En otros países ocurre eso y nadie dice que están depredando”, agrega Icochea y cuestiona que “ahora hay políticas y dirigentes que están detrás de suspender las temporadas”.

Luis Icochea considera que, entre las soluciones que se debería adoptar para la pesca peruana de anchoveta, se podría tener en cuenta un aumento del porcentaje de tallas menores. “Si tienes una población donde predominan entre diez y doce centímetros, entonces tendrías que fijar una cuota en base a la abundancia estimada como se hace en muchas partes del mundo”, comenta sobre esta posibilidad.

“Chile se está favoreciendo. Están pescando muy bien y hasta pueden salir dos veces a hacer faena entre la milla uno y dos”, señala Icochea sobre las diferencias entre las regulaciones de los dos países que hoy afrontan un presente radicalmente opuesto en lo que respecta a su industria pesquera.

“Aquí había predominado la de 11.5 centímetros y decían que es juvenil, pero no lo es porque ya maduró sexualmente”, cuestiona Icochea y compara esta situación con lo que ocurre en Chile. “En Chile no hay talla mínima legal y la anchoveta que sacan en Arica es de once centímetros”, agregó.

Tanto Perú como Chile parecen gozar en la actualidad de una abundante cantidad de anchovetas en sus costas. Sin embargo, los testimonios y los datos de los últimos años demuestran que, mientras Chile ha implementado políticas que los mantienen protagonistas en la pesca de esta especie, Perú se ha resignado a ser un espectador que no actúa mientras miles de peruanos ven una crisis que parece empujarlos al peor desenlace posible.

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